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Mirko Lauer – El columnista en el callejón digital

Ayer domingo 31 de agosto, Blogday para los blogueros, Mirko Lauer, un conocido columnista de La República y también hombre de letras (es autor de varias novelas y poemarios, además de ser editor de la prestigiosa revista literaria Hueso Humero), no tuvo mejor idea para contribuir a las celebraciones blogueras que publicar en su columna diaria un artículo titulado Callejones oscuros digitales, veamos que dijo:

Una página web llamada Twitter ofrece a sus lectores un acopio siempre refrescado de insultos de todas partes, y no está sola. La actividad va camino de convertirse en un género por derecho propio, y virtuosos reconocidos. Ya es una convención establecida que la etiqueta de los comentarios en la red es que no hay etiqueta alguna.

El insulto en los medios tradicionales tiene un límite, dado por la necesidad del insultador de mantener el decoro de su propia imagen y algunas disposiciones del código penal. Además quienes controlan esos medios funcionan como árbitros, y suelen mantener algo llamable un tono promedio al que los polemistas suelen someterse.

En los blogs, que es donde el insultismo mejor florece, el arbitraje tiene un umbral mucho más bajo. Además el desenfado radical atrae clics y libera grandes reservorios de furia reprimida que finalmente han encontrado el medio de expresarse. No son maneras de ser vulgar (hay cyber-insultos ingeniosos y sofisticados), sino gritos del corazón.

La polémica sobre si los blogs son un «nuevo periodismo ciudadano» o un caldo de cultivo de la opinión con poco fundamento y menos responsabilidad, continúa con fuerza. Pero hay coincidencia en que decir lo que se siente sin censura, o con poca censura, es uno de los aportes de esta nueva forma de expresarse. Amigos blogueros, espero, como siempre, sus insultos.

La cita es amplia y como verán, Lauer mantiene un estilo entre cínico y condescendiente hacia los blogs y bloggers. Pero por sobre todo no deja de sentirse, a mi parecer, como el último periodista fiel a las tradiciones del oficio en su torre de papel. A decir del blogger Francisco Canaza (en una rápida conversación vía msn): «Lauer esta hablando (ahi) más para su gremio que para el público, es un dilema interno de los periodistas como gremio, de sus peleas internas«. (¿Chateará Lauer?)

Resultaría extremadamente largo y hasta quizás aburrido para los lectores analizar párrafo a párrafo lo dicho en el artículo citado. Puedo sí decir que me ha intrigado mucho la coincidencia de fechas para la publicación del artículo en la columna, y que la curiosidad sobre el motivo detrás de esto me carcomió el cerebro un buen rato, pero como era de esperarse pronto los blogs, y sobre todo los blogs de periodistas reaccionaron y el panorama se aclaró. Veamos lo que el Útero de Marita dijo sobre el tema:

¿Qué fue? ¿Habrá sido la salida de Alfredo Marcos de La República? ¿O la inexistencia de algún blog alanista? Quizás, pero esa referencia al Twitter nos manda para otro lado. Resolvamos el misterio. (….) Una búsqueda en TwitterSearch de “Lauer” en los twitts en español solo arroja una opción posible:

@dmorena mirko lauer solo es interesante porque está cerca de muchas fuentes cercanas al poder. por lo demas, es un columnista menor

Se trata de un twitt de Fabber, más que conocido y agudo bloguero cuyo nombre real –Andrés Paredes– jamás ha ocultado ni mucho menos. Acortemos la brecha generacional: los no iniciados se rasgan las vestiduras por el anonimato en Internet, pero, a veces al usuario le bastaría con un par de clicks para acceder a la identidad -”real” y no virtual- de su interlocutor (o insultador, aunque lo de Andrés dista mucho de ser un insulto). Un poquito de paciencia, vamos, y verán que la mayoría de bloggers “anónimos” son “seudónimos” que no pretenden ocultarse detrás de nada. En realidad, lo que más deberia molestarle a Lauer es que no haya otro twitt que lo haya mencionado.

Con el misterio (suponemos) resuelto, veamos que dice el propio Fabber al respecto:

Sería una doble decepción que la ya de por sí atropellada y ligera apreciación de Lauer sobre el Twitter en esencia como caldo de insultos, se deba como reacción a este comentario que no tiene nada de insultante y que simplemente es un juicio de valor. Pero cualquier cosa que haya sido lo que motivara sus comentarios de hoy, cabe aclarar que: (….) no me siento para nada en el callejón oscuro de la blogósfera que menciona Lauer y creo que los blogs más leídos o con más prestigio, para decepción de los nostálgicos del antiguo monopolio de la información masiva, no son precisamente los que se dedican a difamar o a ocultarse desde el anonimato, sino exactamente los que hacen lo contrario.

Obviamente no todas las opiniones han sido ecuánimes. Algunos, como yo mismo en un primer momento, se han debido sentir atacados y habrán reaccionado en forma similar, pero no he visto mucho de eso. (Ver algunos twiteos al respecto) Sin embargo no puedo dejar de coincidir en algunos puntos con Lauer, la blogósfera no siempre es una cama de rosas, ha habido y habrá, quienes se escuden en el anonimato para atacar. Y no lo digo porque lo supongo, en conversaciones con varios bloggers me han confesado que han creado personalidades virtuales falsas para de esa manera poder dejar comentarios en otros blogs de una forma más libre, «para joder» fue el término usado. Blogs creados con la misma intención tampoco es una cosa poco usual. Y hay formas de esconder al autor verdadero que sólo un técnico informático muy versado en la materia podría descubrirlos.

Lo dicho por supuesto no justifica el ataque, los blogs como las personas tienen su lado bueno y su lado malo, u oscuro. Donde alguien ve sólo formas caóticas otros vemos un caos primigenio, creador. Y Twitter es sólo otra forma de bloguear (microblogging que le llaman). Hasta en Facebook se discute el asunto (visible solo si tiene cuenta en Facebook), ¿Sabrá Lauer que es Facebook? Quizás Fernando Obregón de Pospost haya hecho una mejor defensa del tema de la que yo podría hacer. Leamos:

La blogósfera no es el reino del caos como pretenden hacer creer a los incautos lectores del papel impreso. Los medios de comunicación, en general ya son un caos. Hace años vienen incubando su crisis. Y sobre ese caos, en la Internet se está edificando un nuevo orden. Umberto Eco dijo alguna vez que en la actualidad sólo existen dos tipos de seres humanos: los que están conectados a Internet y los que no lo están. Y de los que están conectados a Internet existen otros dos tipos de seres: los que producen contenidos para la Internet y los que consumen los contenidos de Internet. Y en estos también hay otros dos tipos de seres humanos -este agregado ya es mío- aquellos que tienen éxito en la producción de contenidos para Internet y aquellos que no lo tienen. Y la blogósfera peruana está teniendo éxito en la creación de contenidos para Internet. Se está heciendo escuchar, ver y leer en Internet. Y este un mérito colectivo y básicamente realizado por una generación menor de 30 años.

posiblemente MicroBlogging suene a mala palabra, al señor Lauer. O a insulto. No sé porque de pronto, he imaginado al poeta transitando por los blogs de espaldas a la pantalla de su ordenador, como cuando uno se arrima a la pared al entrar a un callejón.

Para mi, lo malo de la visión de Lauer de la blogósfera (y twitósfera) es que se ha limitado a señalar lo que no le gusta, lo que le molesta y ha ignorado olímpicamente lo positivo de ella. Y eso no hace sino demostrar su fidelidad a los antiguos parámetros periodísticos, el principal quizás el vicio de la pontificación. El columnista habla desde lo alto de su posición y su opinión no admite debate. Algo bastante 1.0 diría en lenguaje geek.

Quizás Lauer nunca se enteró por ejemplo, de la gran actividad twitósfera que surgió en los minutos posteriores al terremoto de Ica el año pasado y que permitió a muchos saber de sus familiares mientras el sistema telefónico colapsaba, o los blogs peruanos que difundieron mundialmente la necesidad de ayuda para los damnificados (tan efectivamente que hasta surgieron blogs apócrifos destinados a canalizar la ayuda a sus propios bolsillos, pero esa es otra historia.) Ya para que hablar de los cientos de blogs peruanos que se dedican a difundir conocimiento o a apoyar diversas formas de activismo social, o los que simplemente sirven para que un peruano promedio (pobre) pueda expresarse y darse a conocer. ¿Es eso importante? se preguntaran. Y respondería «¿En serio piensan que no lo es?».

Al cierre y con mucha prisa pues debo tomar un vuelo en pocas horas, veo el post de Silvio Rendón en Lapicero Digital:

es cierto que en los blogs en general hay poco control de calidad y muchos anónimos e identificados que insultan. No le falta razón. Pero eso mismo fue y es discutido intensamente en los propios blogs. Lo que dice Lauer es un refrito, una generalización, una vez más, hecha sin citar a los blogs.

Y añade mucha autocrítica a los blogs desde los propios blogs. Delicioso.