Archivo por meses: abril 2015

¿Cómo es el castellano del Perú?

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Variedades del castellano en el Perú. Imagen de Wikimedia.

Hoy, 23 de abril, se celebra el Día del Idioma en los países de habla castellana. En el Perú suele ser recordado en los colegios y poco más. Sin embargo cada cierto tiempo algún medio local rebota alguna nota relacionada con que en el Perú se habla el mejor español, nota que luego recorre las redes sociales alimentando el chauvinismo local. Pero más allá de lo atinado o subjetivo de tratar de encontrar dónde se habla la mejor versión de un idioma que en cada país recibe diversas influencias y genera su propia personalidad ¿Cómo es el castellano que se habla en el Perú?

Marco Martos, miembro de la Academia Peruana de la Lengua, habla en el siguiente video sobre algunas de las particularidades del uso del castellano en el Perú:

En círculos académicos se acepta que en el Perú se habla hasta 5 diferentes variedades del idioma español: ecuatorial, ribereño (limeño), ribereño andino, andino y amazónico. La linguista Miryam Yataco reflexiona sobre el por qué de estas variedades que no llegan a romper la unidad del idioma:

Importante es […] la presencia de palabras de procedencia Quechua y Aymara en el léxico y uso diario de los peruanos. Igualmente reconocer la fuerte influencia del Ingles, que llega al Perú vía muchos caminos pero en especial con la expansión de la tecnología. […] Tambien reconocer que el habla peruana es flexible, y se re-crea o re-inventa constantemente. Razon por la cual se mantiene vigente.

Otra característica importante del español que se habla en el Perú son los peruanismos, que de varias maneras han jugado un papel importante en la evolución del idioma castellano. En el Blog de Redacción comentan al respecto:

Para rastrear los orígenes de los peruanismos, es necesario remontarse a los siglos XVIII e inicios del XIX, cuando todavía se consideraba que estas palabras eran meras curiosidades, exotismos o elementos marginales frente al prestigioso español peninsular. Una mentalidad contraria, que reivindica los peruanismos, se muestra madura solo en 1861, en Londres, cuando Juan de Arona (seudónimo de Pedro Paz Soldán y Unanue) publica Galería de novedades filológicas: vocabulario de peruanismos. En esta publicación, su posición es muy clara: considera que, con este término que ha inventado (“peruanismos”), los peruanos podrán emanciparse de la etiqueta de “provincialismos”, palabra despectiva que designaba a las variaciones lingüísticas de los pueblos que habían dejado de ser provincias o colonias de España. El término “peruanismo”, a partir de ese momento, alcanzó gran acogida y fue de gran influencia, incluso en otros países. Un ejemplo de ello se registra en 1875, en Chile, cuando Zorobabel Rodríguez publica Diccionario de chilenismos, el cual desencadena respectivos diccionarios de colombianismos, venezolanismos, argentinismos, etc.

En un post de hace unos años comentaba sobre el ya mencionado español amazónico: «Aventurarse en la selva y conversar con un “charapa” es, para los que van por primera vez a esas calurosas tierras, estar preguntando a cada rato que significa tal o cual palabra o tal forma de hablar. Huambrilla, buchisapa o pishcota, son palabras difícilmente oidas en Lima, y ni se hable del tan particular dejo». Además  recogía un artículo de Consuelo Meza Lagos que actualmente no está disponible en internet y que entre otras cosas nos contaba sobre esas palabras que en el Perú tienen una distinta a la normalmente aceptada, tal es el caso de la muy conocida “pollada”.

Para el DRAE pollada es “Conjunto de pollos que de una vez sacan las aves, particularmente las gallinas”; cuyada, “Comilona de cuy asado”; definiciones que no consignan la finalidad económica de estas reuniones, menos las bulliciosas fiestas que las caracterizan. Panchada, anticuchada y truchada no están registradas en el DRAE: el ingenio peruano hace que nuestras necesidades económicas y léxicas se vean cubiertas inmediatamente.

Y bueno, podríamos seguir hablando de más peruanismos, o los regionalismos dentro del propio Perú, de la influencia del quechua, y etc. pero mejor los dejo con este video producido por el Programa de educación básica de la cooperación alemana al desarrollo y el Ministerio de Educación del Perú: Los castellanos del Perú.

¡Y feliz día del idioma!

La DINI, los #dinileaks y los datos públicos y personales

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Imagen obtenida del diario Correo.

El 30 de marzo pasado las bancadas de la oposición en el Congreso de la República lograron que se aprobara la moción de censura presentada contra la presidente del Consejo de Ministros Ana Jara, del partido oficialista, por «no haber investigado, denunciado y/o sancionado a quienes habrían cometido actos ilegales al interior de la DINI». Pero más allá del contexto político en el que se dio esto, ¿Qué es la DINI y cuáles fueron los actos ilegales en los que incurrió?

La DINI o Dirección Nacional de Inteligencia (del Perú), es el organismo público rector del Sistema de Inteligencia Nacional (SINA). Se encuentra adscrito a la Presidencia del Consejo de Ministros y depende, funcionalmente, del Presidente de la República. Entre sus funciones establecidas, la principal es producir Inteligencia Nacional para el presidente y el Consejo de ministros.

En el 2011, ya en el gobierno del actual presidente Ollanta Humala, hubo denuncias de parte de un exasesor de la Presidencia del Consejo de Ministros, de espionaje, seguimiento y chuponeo por parte de la DINI hacia su persona. La denuncia y posterior investigación no llegaron a nada por falta de pruebas.

En el 2013, en medio de pedidos de investigación a la DINI por el aumento de su partidas presupuestal secreta que en el 2011 fue de S/.9’493.264 y en el 2013 de S/.73’952.800, y que el gobierno negó se usaran para hacer seguimiento a la oposición o con fines electorales, un exministro denunció que la DINI mantiene una unidad de redes sociales que lidera los ataques en Twitter y Facebook a los adversarios políticos del gobierno. En dicha ocasión la comisión de inteligencia del Congreso concluyó que la DINI no estaba siendo utilizada con fines electorales.

Adicionalmente se supo que la DINI gastó casi S/.50 millones en un equipo de interceptación telefónica en 2013. El equipo fue adquirido a la empresa Verint Systems, con sede en Israel, también se pagaron S/.4 millones a Consitrade y Vsense Tecnologies, empresas del rubro de la seguridad en TIC.

El 15 de enero de este año la revista Correo Semanal publica una denuncia sobre seguimiento sistemático a miembros de la oposición por parte de la DINI, esta vez adjuntando fotos de videos y documentos a modo de prueba. Inicialmente la en ese entonces Presidenta del Consejo de Ministros, Ana Jara, negó el seguimiento. Luego, ante una comisión del Congreso especuló que el seguimiento sería hecho por alguna organización criminal y pidió que se ahondara en la investigación. Unos días después la propia Jara anunció el cierre de la DINI por 180 días para su reestructuración.

Pero eso no sería todo, el 19 de febrero un nuevo informe de Correo Semanal revelaba que la DINI armó expedientes de congresistas de la República con información obtenida de diversas entidades públicas (Registros públicos, migraciones, policía, poder judicial e información impositiva y bancaria). El 19 de marzo un informe más da a conocer que la DINI también había armado expedientes de políticos, empresarios, periodistas y ciudadanos varios.

Ese mismo día el Congreso requirió la presencia de la Presidenta del Consejo de Ministros para que explique las nuevas denuncias. La primera ministra Ana Jara se presentó al día siguiente y durante 7 horas respondió las preguntas de los congresistas. Ella pidió que la Fiscalía de la Nación investigue el tema e informó del relevo de los altos cargos de la DINI. Sin embargo la oposición no quedó convencida con las explicaciones de la primera ministra y presentó luego la moción de censura, con los resultados ya conocidos.

Los periodistas a cargo de la investigación pusieron a disposición del público en general una búsqueda en los archivos de datos popularmente llamados Dinileaks, que les fueron proporcionados por fuentes no reveladas, para que cualquiera pueda ver si se le hizo seguimiento o no. La etiqueta #Dinileaks también fue usada por la ciudadanía conectada para comentar al respecto.

La discusión sobre la legalidad o no de los seguimientos hechos por la DINI fue abordada por el abogado Erick Iriarte en el blog LexDigitalis. El opina que las instituciones de inteligencia deben crearse y actuar con el debido respeto de los derechos humanos, la constitución y las leyes vigentes. Al confrontar las acciones de la DINI contra lo que dice la ONU respecto a la recopilación de datos concluye que no se han realizado protegiendo a la población, ni sus derechos, ni los principios de Derechos Humanos.

En cuanto a si las acciones de recopilación de información van de acuerdo a las propias funciones de la DINI y la ley peruana de Datos personales, señala que:

bajo la premisa que las entidades publicas solo pueden realizar lo que explícitamente se indican en sus normativas, no hay bajo premisa alguna la recopilación, acumulación, gestión y/o manipulación de datos personales (puntual o masiva, como ha sido este caso) […] debemos añadir que, si como informo el congresista Victor Garcia Belaunde también se han recopilado datos de historias clínicas, el carácter de dato sensible de dichos datos, esto aumenta la gravedad de la violación de la ley de datos personales, por su protección especial que tienen, dado que estos datos pueden configurar instrumentos de discriminación.

Javier Casas, otro abogado, enfoca el tema desde la óptica de los datos públicos. ¿Por qué sería ilegal para el estado recolectar y examinar datos públicos si algunas ONG lo hacen, por ejemplo en el contexto electoral? porque en ese caso se trata solamente de funcionarios públicos y políticos, y no de personas comunes y corrientes. Esto, según Javier, demuestra el «descontrol y la falta de calidad de la DINI para realizar esta labor». Luego sigue reflexionando sobre la actividad de recolección de información pública.

Ni para el periodismo de investigación ni para quienes producen inteligencia en otros ámbitos hay buenos y malos a priori, más bien es en este espacio donde se pone en evidencia a los sospechosos y luego el sistema de justicia y la policía se encarga de ellos. Pero, por eso mismo, en todos estos casos debe haber controles y rigor. Si de inicio argumentamos que estamos violando la privacidad de las personas por el empleo de esta técnica investigativa, le estamos diciendo adiós al periodismo de investigación del siglo XXI y a la producción de inteligencia eficaz, más aún si se trata del procesamiento de información pública. Ello de ningún modo significa abdicar de la protección del derecho a la privacidad o al honor, sino, más bien, pensar en donde, en qué etapa del proceso, establecer los controles para garantizarlos sin restringir de manera ilegítima el interés público, la defensa nacional o la lucha contra la delincuencia organizada.

Habrá que esperar los resultados de la reestructuración de la DINI para saber si su actividad de recopilación de inteligencia se adecuará al correr de los tiempos y al respeto a los DDHH y la privacidad de las personas.

Chile no reconoce el espionaje, pero su jefe de inteligencia lo acepta

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Imagen obtenida de este tweet de @ljcisneros.

La semana pasada Chile respondió la segunda nota de protesta enviada por el caso del espionaje en la Marina de Guerra peruana a favor de Chile. Aunque la diplomacia chilena señala que en bien de una relación positiva debe superarse este incidente a la brevedad, el Presidente peruano Ollanta Humala declaró que es momento que Chile asuma responsabilidad y pida las disculpas del caso, más aún cuando un alto militar de inteligencia chileno habría aceptado el haber realizado el espionaje, según se supo a través de la filtración de una conversación vía Whatsapp.

Al principio de este incidente se comentó en diversos medios que el hecho no sería más que una cortina de humo para sacar de las primeras planas y agendas informativas los casos de corrupción que se especula tendrían alguna relación con allegados al presidente Ollanta Humala. Más recientemente el enfoque ha estado en los detalles de la mecánica del espionaje. En la blogósfera peruana el debate también ha estado presente.

César Gutiérrez en su blog homónimo manifiesta primeramente no estar de acuerdo con un tratamiento de «cuerdas separadas» a este caso, tal como proponen los empresarios peruanos, es decir seguir haciendo negocios con el vecino país del sur y dejar aparte la política. César cree que el concepto de estrategias geopolíticas es indispensable. En cuanto al manejo presidencial de la coyuntura política escribe:

No hay casualidades en política y la denuncia ha hecho que toda la clase política tenga que alinearse en una legítima y necesaria protesta enérgica contra la actitud chilena. Pero es exagerado que Ollanta Humala esté haciendo crisis de gobierno con intervenciones repetitivas y con voceros en el Congreso, que están pidiendo que se revise las relaciones comerciales entre ambos países. No sirve de nada el patrioterismo, queremos que el gobierno sea manejado con responsabilidad y no con exabruptos convenidos.

En cuanto a la actitud de Chile, que como en anteriores oportunidades niega los hechos de espionaje, Theodore Dale opina que se debe llevar este asunto, debidamente probado ante escenarios internacionales como la ONU o la OEA.

Los últimos acontecimientos de espionaje chileno, que son “graves” para la integración del Perú con Chile y las buenas relaciones que deben existir entre dos pueblos hermanos, ponen de manifiesto, nuevamente, un tema que se conoce y que Chile realiza por décadas, acciones que aún no han tenido el escarnio necesario y suficiente, para que nuestro vecino del sur comience a respetar a un País que les abre las puertas a su inversión y a la integración y que generosamente les tiende la mano, mientras por debajo y en forma solapada y cobarde, nos siguen husmeando, identificando nuestra seguridad, nuestras riquezas, nuestros proyectos, nuestras estrategias, nuestras ideas y nuestro rumbo hacia el desarrollo. Acciones que son típicas de una política de Estado que se mantiene durante todos los gobiernos Chilenos y que amparado, justamente en “negar siempre”, demuestran y desnudan lo que realmente significa para el gobierno de Chile esta relación: envidia, ambición, deshonestidad, mezquindad y aprovechamiento.

Daniel Parodi Rivero, historiador y profesor universitario, trata de ser más conciliador y en su blog responde a una columna periodística del chileno Joaquín Fermandois publicada en El Mercurio, donde se esgrime la tesis de que el espionaje es una práctica normal de los estados y tilda de hipersensible la reacción peruana, vinculándola al recuerdo de la Guerra del Pacífico.

me pregunto por las razones históricas que explican que Chile sostenga aún un discurso y práctica favorables al espionaje. Un primer elemento a considerar es la conformación de la identidad nacional chilena en el siglo XIX y la común referencia a la metáfora de la “fortaleza sitiada”; es decir, al pequeño y emprendedor país rodeado por tres rivales muy poderosos que lo amenazan. No parece casualidad, pues, que el diputado Jorge Tarud haya deslizado la idea de que esta denuncia de espionaje esconda una conspiración peruano-boliviana en contra de su país.

Señalando que teorías conspiracionistas hay a ambos lados de la frontera, prosigue con el tema de la hipersensibilidad peruana:

…no pretendo desechar las observaciones que Fermandois le hace al Perú. En efecto, nuestra excesiva sensibilidad frente a todo lo que viene de Chile es una realidad que debemos enfrentar desde las políticas educativas. Al contrario, lo que trato de mostrarle a mi colega es que en Chile también existen sensibilidades frente a sus vecinos, además de un nacionalismo férreo que acompaña un particular proceso de consolidación del Estado. Por eso nos debemos una mutua proclividad a tratar estos temas conjuntamente, porque la historia no la vamos a cambiar, pero si podemos difundir más los episodios que nos unen y comenzar a vernos con una mirada diferente,

Y concluye resumiendo, a su manera, el reclamo peruano:

es cierto que, en 2009, el ex-presidente Alan García aceptó las satisfacciones chilenas por el caso Ariza y sin embargo nos han seguido expiando. Por eso, más allá de las formas diplomáticas, el mensaje del Perú es clarísimo: no nos gusta que nos espíen y aunque queremos la integración, no la encontramos compatible con el espionaje. ¿El gallo canta más claro?

El economista César Vásquez Bazán, recurre a la historia para mostrar casos de espionaje chileno en el Perú previo a la guerra del Pacífico en 1879. También analiza en su blog el volumen de importaciones de armas de Chile, destacando que es de tres veces y media lo que el Perú compra en el mismo rubro, e indicando que lo mismo sucedió antes de la guerra de 1879.

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¿Por que dedica Chile un promedio de cuatro mil cuatrocientos millones de dólares anuales a gastos militares? La respuesta expresada en pocas palabras es porque Chile tiene la conciencia sucia por el robo hecho de los territorios de Tarapacá, Arica y el litoral boliviano en 1879. Cree que gastando 2.5 veces más en fuerzas militares que el Perú, disuadirá cualquier intento de recuperación de esos territorios por sus legítimos propietarios. […]

Chile quema el dinero en armamento y en matones de uniforme, lo cual es una vergüenza en un país con dos millones de seres humanos viviendo debajo de la línea de pobreza, con 16.3% de desempleo entre los jóvenes de 15 a 24 años de edad, y con una educación cara y elitista que discrimina cada vez más contra los pobres.