Desigualdad y protesta social en Latinoamérica

protesta estudiantes chile

Marcha estudiantil en Chile, 30/6/2011. Foto de usuario de Flickr Rafael Edwards, usada bajo licencia CC BY-NC 2.0.

Este post fue realizado para el Global Economic Symposium 2013, como acompañamiento a la sesión sobre “Normas sociales y principios morales para reducir la pobreza y mejorar la igualdad.” Lea más en http://blog.global-economic-symposium.org/.

Aunque no se puede decir que la protesta social en Latinoamérica en los últimos tiempos, haya llegado al nivel de otras partes del mundo, provocando revoluciones y derrocando gobiernos, si hay unos cuantos hechos que, o bien tuvieron el poder de convocar grandes multitudes o terminaron con un saldo mortal. Por ejemplo las recientes protestas en Brasil fueron multitudinarias y no sólo focalizadas en una ciudad. Igualmente las protestas estudiantiles en Chile también han tenido las mismas características. Por otro lado, las protestas en Bagua, Perú, fueron muy puntuales y casi exclusivas de la comunidad indígena, sin embargo concluyeron en casi 50 muertos.

En anteriores artículos hemos visto que la economía en la región ha estado creciendo, y que a pesar de la crisis mundial, las cosas no van aún tan mal después de todo, aunque las cifras de desigualdad necesitan trabajarse mucho todavía. Entonces ¿cuánto influye esta desigualdad en las protestas en la región?

Veamos, en Brasil las protestas originadas por el alza de los pasajes en los servicios de transporte público rápidamente escalaron a protestas generalizadas por varios motivos y finalmente confluyeron en contra de las obras con vista a las Olimpiadas y el Mundial de Futbol. En todos los casos la protesta refleja insatisfacción con los gobiernos, y en el caso específico de los grandes gastos hechos por estos gobiernos en estadios y otra infraestructura para la Copa de las Confederaciones y el Mundial contra una insuficiente inversión en servicios públicos en zonas populares urbanas, evidencia la desigualdad de trato de parte del gobierno, beneficiando a un sector en detrimento de otro.

Los estudiantes chilenos protestan pidiendo una reforma educativa, reclamándole al estado que «brinde una educación pública gratuita y de calidad, y que se prohíba el lucro en la educación privada.» Según Mario Garcés Durán, director de la ONG chilena ECO Educación y Comunicaciones, el sistema, instaurado por el régimen de Pinochet, es perverso y “La educación dejó de ser un mecanismo de movilidad social en Chile y pasó a ser lo contario: un sistema de reproducción de la desigualdad”.

El caso de las protestas indígenas en Bagua, Perú, es algo diferente, surgieron como única salida que las comunidades tuvieron para hacer valer sus derechos y sobre todo tener una respuesta, pues el gobierno les escuchaba pero demoraba cualquier acción al respecto. Sin embargo una anécdota en el desarrollo de los acontecimientos, cuando el en ese entonces Presidente Alan García se refirió a los indígenas como que «no son ciudadanos de primera clase», reflejó la profunda desigualdad que ante los ojos del gobierno hay entre ciudadanos «normales» y ciudadanos «indígenas».

Entonces, se  hace claro que hay distintas formas de desigualdad existentes a lo largo del continente, no sólo económica, si no jurídica, o educativa, por atenernos a los ejemplos citados, esto sin mencionar las desigualdades que vienen a consecuencia de la económica, como las que hay en el acceso a la salud, a la comunicación, a la propiedad, etc., o la percepción de desigualdad (en su contra) que el ciudadano común y corriente siente en el trato de las instituciones para con ellos y para con las grandes empresas y transnacionales.

Según un reciente informe del PNUD, es esta desigualdad casi omnipresente en la región la que propulsa la protesta social, habiendo una correlación entre países con mayor desigualdad y países con mayor protesta social. El informe también ve una relación entre el aumento de las protestas y el crecimiento de la clase media latinoamericana, y el acceso de ésta a los modernos medios de comunicación en internet.

Mientras algunos ven este incremento de protestas como una tendencia continental y las emparentan con movimientos de protesta de décadas atrás, e incluso otros ven la mano de EE.UU. detrás del activismo social en algunos países de la región, otros concluyen que no debe sorprender la protesta en la actual etapa de la democracia, pues durante la anterior fase de dictaduras y autoritarismo el conflicto social fue duramente reprimido e invisibilizado.

La pregunta que queda flotando es ¿los gobiernos o gobernantes latinoamericanos estarán a la altura de la democracia que los llevó al poder? ¿Atenderán las razones de las manifestantes o se limitarán a endurecer las medidas contra la protesta social? En todo caso se puede aplicar lo que dice aquel viejo dicho: «por sus acciones los conoceréis».

Otros posts de la serie:

Percepciones de pobreza y desigualdad en el Perú
Latinoamérica: Crecimiento y desigualdad
¿Hay igualdad para los pueblos indígenas frente a los grandes intereses económicos?

2 comentarios en “Desigualdad y protesta social en Latinoamérica

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