El fin de la eternidad – Isaac Asimov

Luego de mi lectura anterior (La Patrulla del Tiempo – Poul Anderson) me vino unas ganas terribles de releer este libro, bueno, no exactamente «éste libro», sino cualquier otro relacionado con los viajes en el tiempo, y éste de Asimov fue el primero que se me vino a la mente y tenía a la mano. Quizás lo recordé por el hecho de compartir con el de Anderson, además de la temática, la existencia de una superestructura u organización oculta encargada de los viajes en el tiempo, pero me parece que ahí termina todo parecido.

El fin de la Eternidad (The End of Eternity) de Isaac Asimov lo tengo en la primera edición de la editorial Martínez Roca, colección Super Ficción, número 26, de 1977 (A dicha edición corresponde la imagen que ilustra éste post). La edición original en inglés data de 1955. No es muy extenso, son 275 páginas y el estilo es simple, como todos los libros de Asimov. Hay ediciones posteriores en castellano obviamente, por si luego se lo quieren conseguir.

La primera vez que lo leí debe haber sido a principios de los 80’s y recuerdo que me gustó bastante, si no me equivoco incluso lo releí un par de veces por las mismas épocas. Pero ahora, después de tantos años y tantas lecturas de por medio, pues como que no me ha convencido mucho. Y es que cuando empecé a leer ciencia ficción bastaban unas cuantas ideas deslumbrantes, tipo conceptual breakthrough, para que un libro me resultara muy interesante, ahora valoro otras cosas además de eso. Lean un pequeño extracto del libro para que tengan una idea:

Harlan entró en la cabina en el siglo 2456 y miró a sus espaldas para asegurarse de que la barrera que separaba el Tubo y la Eternidad era perfectamente impenetrable, de que el Sociólogo Voy no podía espiarle. Durante las últimas semanas aquello se había convertido en un hábito, en un gesto automático; siempre la mirada furtiva a sus espaldas, por encima del hombro, para convencerse de que no le había seguido nadie hasta el Tubo.

Y luego, aunque ya se encontraba en el 2456, Harlan ajustó los mandos para seguir aún más allá, hacia el lejano hipertiempo. Contempló los números en el indicador de Siglos. Aunque las cifras se sucedían con vertiginosa rapidez, le sobraba tiempo para pensar en lo que iba a hacer.

¡En que extraña forma las palabras del Analista habían cambiado la situación! ¡Cómo había cambiado la misma naturaleza de su crimen!

Y todo dependía de Finge. La frase se grabó en su mente y empezó a resonar en un enloquecido ritmo de su cerebro: todo dependía de Finge… de Finge…

Sinceramente cambiaría los dos últimos párrafos, pero bueno, de repente sólo es cuestión de gustos. En todo caso no dejaría de recomendar su lectura, sobre todo a aquellos lectores jóvenes que recién empiezan con la ciencia ficción. Indudablemente la obra es un clásico en su tema y como decía hace un momento, ideas apasionantes y conceptos profundos tiene y de sobra, lo que no hay que perder de vista es el año en que fue escrita y lo que significó en su momento.

Para que tengan cierta referencia de la trama (a mi no me gusta mucho que digamos ponerme a describir la historia de la que trata un libro) transcribo lo que decía en 1986 Alejo Cuervo a propósito del mismo en el Volumen conmemorativo del número 100 de la colección Super Ficción de la editorial Martínez Roca:

El Fin de la Eternidad se cuenta entre sus novelas de concepción más brillante (sólo comparable a Los Propios Dioses y los ciclos de los Robots y las Fundaciones), y en ella explota con maestría el tema del viaje por el tiempo, aderezado con una romántica historia de amor. Eternidad es una organización que existe paralelamente a la historia humana desde el siglo 27 al 70,000, teniendo como principal responsabilidad «suavizar» el curso de los acontecimientos y velar con ello por el mayor bien de la mayoría (similarmente a como el Plan Sheldon y su Fundación buscan manipular la historia para evitar el sufrimiento de miles de años de caída de la civilización). El protagonista se ve envuelto en el nada fácil dilema de decidir entre el proteccionismo de Eternidad, que de entrada evita una temprana catástrofe nuclear en los albores de nuestra civilización, y la libertad del individuo y el derecho a escoger su propio futuro. Porque además, los resultados de la política de Eternidad a largo plazo no acaban de estar del todo claros…

Aunque escrita como novela independiente, al enlazar Asimov posteriormente sus grandes ciclos de Robots y Fundación, ésta novela quedó como parte de dicha historia del futuro; podrán encontrarse pequeñas incoherencias pero en líneas generales calza muy bien. Resumiendo pues, si son muy exquisitos literariamente hablando, ésta no es su novela, si pueden leerla sin darle importancia a esas cosas y les llama la atención lo de los viajes en el tiempo y las ideas de gran alcance pues denle una oportunidad, no les defraudará.

Unas cuantas reseñas: la del Sitio de Ciencia Ficción: El Fin de la Eternidad. La de Axxón: El Fin de la Eternidad. La de Leer Gratis: El Fin de la Eternidad. La de Sedice: El Fin de la Eternidad. En La Tercera Fundación: El Fín de la Eternidad, una ficha con las distintas ediciones castellanas y opiniones de lectores. En Cyberdark.net copian lo que figura en la contratapa de la edición que tengo. Otros bloggers opinan: SlayerX: El fin de la Eternidad (Isaac Asimov), El lamento de Portnoy: El fin de la Eternidad, de Isaac Asimov, El rincón de Nacho: El fin de la Eternidad, Blackshell: El fin de la Eternidad, Beta: El fin de la Eternidad.

1 comentario en “El fin de la eternidad – Isaac Asimov

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