Monitoreando la minería y la protesta en Colombia

La actividad minera ha venido tomando en los últimos años una mayor importancia económicamente hablando en Colombia, tanto así que el recientemente reelegido Presidente Juan Manuel Santos suele referirse a la «Locomotora Minera» para nombrar al gran generador de recursos que le permite al gobierno financiar proyectos de interés social, generar más empleos y reducir así la pobreza.

Sin embargo la minería también está generando mayor conflicto social, violaciones a los derechos humanos de poblaciones vulnerables y un impacto ambiental negativo, entre otros problemas. Incluso a nivel del propio gobierno se ha detectado temas que deben solucionarse prioritariamente como la deficiente titulación de los predios mineros, el uso y contaminación de los recursos hídricos, la gestión de residuos tóxicos y la endeble legislación ambiental.

En medio de este contexto surgen iniciativas ciudadanas como la que se plasma en el blog No a la Mina. El blog es la vitrina para visualizar la diversa información y accionar que manejan una serie de colectivos preocupados por el impacto de la minería en los derechos humanos y el medio ambiente en Colombia. Estos colectivos van desde gente de la academia hasta organizaciones comunales e indígenas.

En el mes del mayo del 2011 ellos organizaron un Encuentro Acción Colectiva y Megaproyectos Mineros en la Universidad Javeriana de Bogotá. La profesora Aída Quiñonez, una de las organizadoras comenta:

La idea era conocer las problemáticas de las regiones más allá del contexto inmediato, con la consciencia de que este tipo de prácticas económicas, fundamentadas en maximizar beneficios, traen consecuencias estructurales y culturales para el país en cual se asientan.

Durante el evento se pudo conocer de primera mano testimonios de diversas comunidades:

Se expusieron los procesos de la Asamblea SUR en Bogotá D.C.; la permanente resistencia del pueblo Nasa en el Norte del Cauca; los graves riesgos de violación de derechos humanos que amenazan a las comunidades afrocolombianas e indígenas por la explotación minera en La Toma-Suárez-Cauca; la defensa del territorio por la explotación de las minas en los casos de Caldono, Cauca, la resistencia del resguardo Uradá-Jiguamiandó, el proyecto Mandé Norte, la defensa de Marmato-Caldas, las resistencias frente a la mina la Colosa y por la defensa del territorio -en Cajamarca Tolima, la defensa del páramo de Santurbán en Santander, y el despojo y desalojo de la comunidad de Tabaco en la Guajira por el macroproyecto del Cerrejón.

Finalizado el evento se socializó un Manifiesto consensuado que entre otras conclusiones recomendó:

Es necesario que se convierta en una responsabilidad de la sociedad colombiana abordar el problema de la megaminería y en general de los problemas sociales y ambientales ligados a los efectos que con esta incursión se generan en las economías extractivas, Así mismo es necesario entender las relaciones que se tejen en marco internacional y en tal sentido identificar los dispositivos para que se asuman las responsabilidades de quienes producen, consumen y contaminan.

Hace unos meses Global Voices tuvo oportunidad de conversar con la profesora Quiñónez y esto fue lo que nos dijo:

Otra de las organizaciones que comparte las mismas preocupaciones es Conciencia Campesina. Esta organización fue creada en abril de 2009 por campesinos de Cajamarca, tras el anuncio en 2008 de La Colosa proyecto minero de oro de AngloGold Ashanti en un área de reserva forestal. Ellos manifiestan en su página de Facebook:

Creemos que la movilización pacífica, social organizada tiene un papel importante en nuestra lucha para proteger nuestro territorio. En estos años hemos organizado marchas pacíficamente, defendiendo nuestra oposición a La Colosa. […]

En las zonas mineras a menudo hay una alta incidencia de violaciones de derechos humanos, delincuencia y prostitución, queremos preservar nuestra identidad cultural como una comunidad agrícola y tradicional.

Algunos casos representan un ejercicio más completo de resistencia, como es el de Sath Tama kiwe en Cauca, ellos le han dicho no a la minería, y también a cualquier cosa que los ponga en riesgo, como la siembra de coca, por lo que se ven obligados a ejercer autoridad en sus territorios.

estando en un proceso de Autonomía Territorial, cuyo objetivo era buscar minería legal o ilegal para la explotación del Oro, encontramos grandes extensiones de siembra de Coca para el procesamiento de alcaloides, por lo cual tomamos la decisión de arrancar y destruir estas plantaciones, pues según se dijo, ya el Ejercito Nacional, en rondas realizadas días antes le habían manifestado a los dueños del laboratorio que siguieran trabajando que por ellos no habría ningún problema.

Las actividades de resistencia llevadas a cabo a lo largo de los años han tenido consecuencias graves como el asesinato de algunos de los dirigentes activistas bajo circunstancias no aclaradas. Sin embargo estas actividades continúan, al igual que la aumento de las inversiones en nuevos proyectos mineros en el país.

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2 comentarios en “Monitoreando la minería y la protesta en Colombia

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