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3%, la serie brasileña «distópica» de Netflix

3Per

Esta serie se estrenó en noviembre del 2016 y no me había llamado la atención. Pero uno de esos días que uno no sabe muy bien qué ver en Netflix me decidí a ver el primer capítulo para probar. Las novelas y películas brasileñas casi siempre me han gustado, así que ¿por qué no?

La serie en mención, 3%, es promovida como una distopía, es decir una sociedad ficticia no deseable, lo contrario a utopía. Por lo tanto se inscribe, al menos nominalmente, dentro del género de la ciencia ficción.

Al inicio de la serie se nos dice que está físicamente situada en la Amazonía subecuatorial, que se trata de una sociedad dividida en dos lados, uno abundante y otro escaso, que entre ellos hay un proceso de selección, al cual la gente de uno de los lados tiene una única oportunidad de participar cuando tiene 20 años, si fallan regresan a su lado, si aprueban no vuelven nunca más. Los escogidos constituyen sólo el 3% de los participantes en el proceso. Sí, el 3% al que se refiere el título de la serie. Aparte de eso no hay más contexto que se de al expectador, ah, que es el año 104 del proceso. Luego de eso ya empieza la trama propiamente dicha.

Acá les dejo el trailer para que se den una idea y me eximan de spoilers.

La verdad es que poco de ciencia ficción (y menos de cf original) y mucho de reality es lo que trae la serie. No digo que esté mal, sólo que así me pareció. De hecho la serie esta estructurada en base al proceso de selección de postulantes a ser el 3% a ir al otro lado, y la forma como se presenta ese proceso tiene mucho de cualquier reality show al uso. Pero, por cierto, excede las convenciones y límites de lo que es un reality, aunque no con elementos de ciencia ficción.

Por ahí he leído que hablan de que la serie está situada en un futuro postapocalíptico, pero de eso no se menciona nada realmente. Si bien nos dicen que la ubicación física de la serie es en la Amazonía, lo que se ve no es una jungla tropical, es un desierto y una ciudad, muy pobre, situada en un hoyo que recuerda al hecho por una mina al cielo abierto, lo que puede dar lugar a deducir que se trata de un escenario postapocalíptico.

De la sociedad utópica al otro lado, en alta mar, poco se sabe, casi nada se ve. Del resto de Brasil y del mundo mucho menos, prácticamente como si no existiera. Del por qué este lado, el lado pobre, sigue estando así tras 104 años de instalada esta sociedad, tampoco se dice nada, ni sobre su economía o cómo subsiste, o el por qué de su pasividad. Eso si, se ve que todos tienen instalada una especie de chip de identificación y (quizás) de vigilancia, y que la ciudad está llena de cámaras controladas por la gente del otro lado.

Por el lado de la puesta en escena los ambientes son bastante minimalistas, los colores un poco apagados. No esperen encontrar nada típicamente brasileño por ese lado. Al respecto en la web Fotogramas opinan: «La ambientación y el vestuario son a veces irrisorios, dándonos la sensación de que no tenían otra opción para recrear un entorno futurista que pedir permiso para grabar en el centro de convenciones más modernete de la ciudad».

Los personajes, uno de los elementos por los que las producciones brasileñas me gustan, si están un poco mejor trabajados, no demasiado, pero por lo menos funcionan, aunque para mi gusto el actor que tiene el rol principal del elenco del otro lado es bastante inexpresivo y esquemático. Eso sí, el ritmo de la serie nunca se cae, siempre mantiene la expectativa, cosa que me animó a verme los 8 episodios de la temporada en unos 4 días.

En la web «A cuatro lados» critican algunos otros aspectos de la serie, como que las subtramas son irregulares y poco trabajadas, o que el antagonista está poco delimitado: «Es una idea que pese a no ser mala, es fallida. El perder la cordura para incorporar “acción” contrasta con la pausa que acaba llevando el director, en un final sin tensión. El introducir romanticismo totalmente pegado con velcro y un par de cuerdas, también nos sobraba».

Entonces, resumiendo. Si eres fan de la ciencia ficción y quieres ver algo nuevo, mejor no la veas. Si quieres ver algo tipo reality con unos (pocos) toques de cf, si valdrá la pena darle una oportunidad. Si te importan un pepino los géneros y quieres matar el rato con algo no tan light y aceptablemente hecho, también dale una oportunidad.

Ah, la serie tuvo un piloto el año 2011, en el cual se basó Netflix para encargar esta temporada, acá les dejo el piloto (en portugués). Ahí pueden encontrar los links a las versiones con subtítulos en castellano por si las necesitan.

Antes que me olvide, Netflix encargó ya una segunda temporada. Por mi parte preferiría ver una tercera temporada de Marco Polo, pero supongo los presupuestos de ambas series no son comparables.