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Amazonía: Los problemas de una maravilla natural

Hace pocos días se supo que la Amazonía había sido declarada por la fundación New 7 Wonders, en forma provisional, como una de las 7 nuevas maravillas naturales del mundo. Los loretanos, sobre todo los iquiteños, celebraron esto. Incluso su Presidente Regional, Yvan Vásquez, se lanzó a  las aguas del río (Nanay, no el Amazonas), para festejar el acontecimiento. Sin embargo la confirmación, o certificación correspondiente no se dará si no hasta el 2012.

Se menciona mucho que este nombramiento beneficiará a la región Loreto y la ciudad de Iquitos pues incrementaría el turismo, con un impacto social y económico bastante positivo, pero ¿está realmente preparada la región para esto? Se dice que se trabaja en eso. Iquitos particularmente se promociona como destino turístico, pero no trabaja para serlo realmente. Sus puntos urbanos atractivos y pintorescos para un foráneo lucen descuidados, registran un índice delincuencial mayor al resto de la ciudad y además no cuentan con elementos que persuadan al visitante a permanecer en ellos. Y a muchos les preocupa su posicionamiento como destino sexual.

Adicionalmente, la ciudad de Iquitos por ejemplo afronta un problema de caos vehicular y pistas rotas por unas obras de alcantarillado inconclusas. Los reportes sobre asaltos a embarcaciones en el río Amazonas también se suelen dar a menudo, para no hablar de los asaltos a los turistas en general. Y la amazonía como ecosistema tiene amenazas permanentes, como los de derrames de petroleo, deforestación, contaminación de los ríos, y sobre todo, indiferencia gubernamental hacia todos estos temas.

Jorge Agurto, en Servindi, reflexionaba sobre esta circunstancia:

La red se inunda de comentarios elogiosos al Perú e insufla alientos a favor del turismo a fin de aprovechar la designación. Pocos se refieren a los pueblos indígenas que la protegen, menos a los graves problemas que atraviesan los bosques amazónicos por falta de un plan de desarrollo amazónico solvente, integral y responsable.

Quienes hoy celebran la distinción amazónica ¿acaso se indignaron cuando el 28 de abril de 2010 un decreto supremo del gobierno de Alan García -aún no derogado- declaró de “interés nacional y social” (1) la construcción de 20 centrales hidroeléctricas en la cuenca del río Marañón, en la amazonía norte del Perú, en los próximos 40 años?.

No es mi intención ser aguafiesta de la celebración por la amazonía pero considero que su valoración será más auténtica, completa y real si consideramos también la necesidad de enfrentar los riesgos reales y actuales que la degradan y amenazan. Y esto requiere construir un Plan de Desarrollo de la Amazonía Peruana con la participación de los pueblos indígenas, dueños ancestrales de los bosques amazónicos.

En una entrada de Faunatura, hace un tiempo se señalaban los principales problemas de la Amazonía:

– La falta de recursos de los gobiernos de los países que comparten la selva.
– Los saqueadores que son los que se encargan de la deforestación y extracción de recursos vegetales y especies animales, contaminación del agua – y medio ambiente porque además provocan incendios.
– Las Multinacionales que por explorar riquezas minerales (Petróleo, metales, minerales, gas natural…), desequilibran la ecología.
– La invasión masiva de inmigrantes que llegan diariamente a colaborar con el ya existente saqueo .
– La ausencia de leyes protectoras de la selva, y si existen esas leyes, no se cumplen.

Desde otra región amazónica como San Martín, también se preocupan por lo que hace su gobierno para protegerla:

Si es que fijamos nuestra atención en el Gobierno Regional de San Martín encontramos contradicciones increíbles. Mientras que algunas instituciones se encargan de cuidar las áreas naturales protegidas, también existen otras que invierten grandes sumas de dinero en la construcción de carreteras y puentes que ayudan a que la migración de agricultores avance y con ella el tráfico de tierras y la agresión contra el bosque.

Pero bueno, pongámonos turísticos y veamos algunos videos sobre la región amazónica peruana. Este a continuación por ejemplo es uno de PromPerú sobre Loreto:

Este otro video promocional, también de PromPerú, corresponde a la zona de Selva Central peruana, una región particularmente hermosa:

Volviendo a Iquitos, este reportaje televisivo sobre la vida nocturna de la ciudad reproduce una serie de estereotipos y lugares comunes que no por ello dejan de ser ciertos.

Este video con imágenes de la región amazónica peruana de Madre de Dios, realizado por la gente del colectivo Generación Verde MDD, ilustra respecto a los peligros que amenazan la selva en esa zona.

Finalmente los dejo con este video de Alerta Perú sobre la contaminación en Andoas, en la selva norte de Loreto.

Proyecto Corina para trasvase de los ríos Huallaga y Marañón a la costa

A través del blog de Warmiboa detalles del proyecto Corina, del encauce de los ríos Huallaga y Marañón a la costa peruana. Como dice Paul MacAuley, esto podría tener imprevisibles consecuencias. Más aún en un contexto de sequía que puede afectar seriamente a la selva amazónica. Basta recordar las últimas semanas con uno de los caudales históricamente más bajos de los ríos de la cuenca. Si tras eso les quitamos agua…

Caminando el Amazonas

Leía el Somos hace dos semanas y me encontré con un artículo sobre un aventurero inglés que intenta recorrer el amazonas a pie, por supuesto la nota me capturó y la leí muy interesado, pero por ningún lado vi el url de la página web o blog a los que varias veces se hacía referencia en la misma. Tenía pendiente pues ubicarlo y darle una visitadita. Recién lo hago y lo comparto con ustedes. La web es Walking the Amazon y el blog es Walking the Amazon Blog. Hay versión en castellano también.

Veo que varios tuvieron la misma curiosidad pues en el post correspondiente al 16 de noviembre hay algunos comentarios de peruanos que llegan debido a la nota publicada en el Somos. Copio una parte del último post, que data del 29 de noviembre, para que tengan una idea de como es el viaje, pero recomiendo darle una chequeada a todo, hay buenas fotos y relatos.

Tuvimos nuestro primer gran (e inevitable) ataque de avispas. Pienso que ninguno tuvo más de 30 picadas pero el pobre Jorge [vea la página de equipo actualizada – y la “voz del amazonas” abajo] tuvo cerca o más de 100 picaduras por estar al frente y sin pedir consejo tiró su mochila lo que permitió que las avispas le picaran la espalda. Los panales de avispas están construidos a los lados de las hojas y son difíciles de detectar mientras avanzamos con los machetes. Nos tuvimos que dispersar entre los arbustos tirarnos boca abajo con nuestras mochilas encima y las manos cubriendo la boca y la garganta para evitar alguna picadura que pueda causar sofocación. Desafortunadamente – estoy seguro que habrá muchas repeticiones de este pequeño incidente.

Mi primer problema en el presente es que los mapas (si bien fueron impresos este año) usan data de a veces 40 años de antigüedad. El río cambia constantemente cada año así que los canales ahora están ridículamente imprecisos. Inclusive tuve que utilizar Google Earth al lado del río el otro día porque ahora era un lago y estábamos kilómetros lejos del canal principal. Google Earth estaba también fuera de data.

Los caminos están siendo menos frecuentes y en los últimos 4 días no hemos visto uno. Si la selva es abierta (árboles altos – menos arbustos) caminamos un promedio de 1.5km la hora. Si es “feo” hemos demorado unos 500 metros por hora. Todo a trabajo de machete para pasar la densa jungla secundaria.

Será interesante seguir el avance de este viaje. Suerte Ed.

Amazonía desforestada

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Bueno, realmente no es una foto de una zona recientemente desforestada, es tan sólo la foto de un camino en el pueblo de Santo Tomás en las afueras de Iquitos, pero es una muestra de lo que le puede suceder al frágil suelo de nuestra amazonía si no lo cuidamos y ponemos todo de nuestra parte para que el ecosistema que se basa en él se mantenga vivo.

Mariposas del Amazonas

Lunes de reciclaje; éste post fue publicado el 7 de febrero del 2005 en Surfing el Amazonas, y trata sobre un bello rincón en las afueras de Iquitos donde se conserva parte de nuestra riqueza biológica pero también la riqueza de las personas que van más allá de un símbolo patrio en su lucha por cuidar el planeta.
La riqueza biológica de nuestra amazonía es enorme, en todos sus aspectos. A muchos nos molestan los insectos, es cierto, y en la selva abundan. Sin embargo todo el mundo hace una excepción con las mariposas, por su belleza y gracia. En El Comercio se publicó una entrevista de Miguel Ángel Cárdenas a Gudrun Sperrer, austríaca que lleva años residiendo en Iquitos y que como parte de su amor por los animales y ésta hermosa parte de nuestro país, lleva un mariposario que debería ser sitio obligado de visita para los amantes de éste tipo de fauna. Ah, éste es el web-site del mariposario y centro de rescate de animales silvestres, actualizado a la fecha.

Cuando Gudrun Sperrer mira su territorio en lontananza, con sus ojos verde olvido, se parece a aquel legendario filósofo chino que toda su vida dudó si era un filósofo chino que soñaba ser una mariposa… o una mariposa que soñaba ser un filósofo chino.

Descalza. A orillas del río Nanay, bajo un incólume calor de 40 grados, Gudy salta, se empina, trepa, se balancea, gira a horcajadas entre los árboles como la Jane de uno de los mariposarios más hermosos del país, Pilpintuwasi, que en quechua significa: La Casa de las Mariposas; y que queda a una hora partiendo del puerto de Bellavista en bote y caminando por el poblado de Padrecocha. Se vino huyendo del hielo de Austria, a los 22 años, para oler a azúcar rubia en la selva virgen de Iquitos (hoy desvirgada por humanos de rapiña), para derretirse de sudor y de picazones como un helado de sandía (pepitas incluidas) y para que su piel obtuviera ese color tinto que solo tiene el instinto. Sola y libre de los tabúes citadinos.

«Si una mariposa agita hoy, con su aleteo, el aire de Beijing, puede modificar los sistemas climáticos de Nueva York el mes que viene», fue la tesis que popularizó en 1988 el escritor James Gleick para describir el ahora famoso efecto mariposa, siguiendo la teoría del caos. Volando en su razonamiento, en Pilpintuwasi, con cada aleteo de las 43 especies de las trescientos cincuenta mariposas que lo habitan -en unos 400 metros cuadrados- se podrían prever hasta las lluvias de asteroides en Plutón el próximo siglo.

«Mi pasión siempre ha sido para todos los animales, pero me decidí a criar mariposas porque ya no quería más mamíferos. Estaba dolida. Cuando me vine a Nanay las personas se dieron cuenta de mi amor por ellos. Aquí la gente mata a los animales para comer, lógico, porque tienen hambre, pero asesinan a las madres e intentan adoptar a las crías. Y como no los nutren bien y se les enferman, me traían esos bebes de monos, perezosos, ronsocos. Yo los aceptaba solo para que sobrevivieran, pero me encariñaba con ellos, pues». El dilema fue con los monos, que cuando adultos se iban tras su libertad en busca de pareja. Y al cabo de un año, primos del hombre al fin, regresaban trayendo a sus crías para que las conociera ella, su madre adoptiva. Y Gudrun presenciaba espantada cómo los vecinos los mataban a mansalva para comérselos. Fue una experiencia demasiado escabrosa para alguien como ella que a los 2 años -en un bosque a las afueras de Viena- se apareció con una enorme víbora enroscada al cuello, gritándole alborozada a su mamá: «He encontrado un gusano gigante». Porque, salvo las ratas y las cucarachas, siempre ha creído que esos seres, que gracias a Dios no tienen razón, son sus prójimos y próximos.

Era setiembre de 1982, a las cinco de la mañana, y la humedad y el cielo raso, como soldado anónimo, de Lima la fusilaron del susto. Un poco confundida pidió un café en un puesto a la salida del aeropuerto, «que en Europa soñaba con que sería el más rico de mi vida». Y le trajeron agua y una bolsita filtrante. Preguntó entonces horrorizada, en su primigenio castellano, dónde encontrar sol y palmeras, y emprendió la huida a Iquitos. La ciudad no le cabía en la piel, así que deseando un lugar donde la selva virgen no haya sido violada, se mudó a una casa alejada a la vera de un río. Y viviendo como «buena salvaje» se ocupó también del animal humano: empezó a enseñar gratis matemáticas y urbanidades en un colegio del caserío de San Pedro, de paso que afinaba su español (hoy lo habla mejor que Toledo, con un gracioso dejo charapa). Luego fue directora de un colegio inicial en otro poblado, siempre gratis, por tres años.

Hasta que se enamoró de un peruano. Y compró un terreno, donde hoy se erige, desde 1991, Pilpintuwasi junto con un centro de rescate de animales salvajes y en vías de extinción; pese a que juró no recibir ninguno, su cariño por ellos la hizo perjurar. Hoy vive, en la mitad de su terreno, con un otorongo:»Casi todo mi sueldo de profesora de inglés y alemán en la Universidad de la Amazonía se me va en él». Y con una sachavaca, cinco monos, papagayos, lagartos, peces; todos rescatados de las torturas de los cazadores y traficantes. Y en la otra mitad, con mariposas fieles y traicioneras como dice la canción.

Su apariencia frágil es engañosa. Para la cultura náhuatl las mariposas eran las almas de los guerreros que aman y cantan. Y esa fuerza la presiente Gudrun, a las siete de la mañana, mientras observa a una oruga de la especie ‘Catonepheles’ eclosionar; ese mirífico proceso de pasar de oruga a gusano y luego a mariposa, que Vladimir Nabokov comparó con «la transformación del doctor Jeckyll en Mr. Hyde». También se escapa de su crisálida una ‘Morpho’ azul; primero las antenitas, luego las alas del tamaño de una uña encarnada y el cuerpo, en cámara lenta, como un diente de oro que sale como diente de leche. «Estas ‘Morpho’ nacen con el estómago lleno y debe perder peso para poder volar». Las ‘Morpho’ (en sus variantes Helena, ‘Thirios’ y ‘Patroclos’, que viven comiendo mangos y néctar) suelen ser heridas por las garritas de la especie Búho, celosa y territorial, que se abre y asusta a sus predadores con sus alas en forma de lechuza. Se calcula que existen dos mil especies de mariposas en la Amazonía, pero solo se conoce el 25% de ellas. Gudy se tardó seis años en recorrer el monte en busca de orugas y para descubrir las respectivas plantas hospederas, que son aquellas en las que cada mariposa, según su especie, deposita sus huevos y sin las cuales no podrían existir, alimentarse, pelearse y morir en paz.

A ras de suelo, planea de repente una mariposa transparente como una brizna de iceberg, conocida como ‘Cithaera’. «Es mi favorita, parece un hada, vuela pausada y a una altura máxima de un metro». Pero no es tan bella como la ‘Hamadryas’ que luce como pintada por sombras chinescas: azul intenso sobre negro extenso, combinando ambos colores al reverso. Además de ser una de las pocas que al volar emite un sonido de lápiz sobre papel platino. «Falta estudiar mucho todavía, se ha hecho taxonomía para identificar las especies, disecarlas y venderlas. Pero hay poca información sobre su ciclo biológico. Nosotros somos uno de los países que criamos más, yo tengo 43 especies cuando la mayoría de zoocriaderos en el mundo solo cría de 10 a 15».

Gudrun coge, como haciendo un gambito entre los dedos, a una ‘Rothshildia’, que tiene ventanitas transparentes como lágrimas y que se pasa cinco meses en estado larval para vivir solo dos días si es macho y tres si es hembra (porque esta casi no se mueve). Las hembras despiden unas feromonas que el marcho puede oler a 15 kilómetros de distancia. «Estas mariposas solo viven para amar y reproducirse», dice Gudy, antes de levantar un pie de repente y sacarse unas astillas, que a diferencia de los mosquitos -que ya le perdieron gusto a su epidermis de frambuesa- le siguen picando sin descanso. También aman las ‘Heliconia Sara’, de alas alargadas negras con franja blanca y pinceladas rojas, que son tan sociables entre sí que se juntan para dormir como murciélagos. Tan sociables también -al estilo humano- que tienen veneno por si las moscas polillas y avispas. A veces les pasa encontrarse con intrusas ‘Cola de Golondrina’ porque, pese a que estas son amarillas y negras, pueden mimetizarse con los árboles.

«Los coleccionistas compran mariposas y ese suele ser un negocio, pero tendría que matarlas y no lo quiero hacer», se agita la austríaca-charapa observando a una ‘Papilio Thoas’ rozagante. De repente los dos monos aviadores y el guapo colorado que viven con ella saltan por encima de las rejas del mariposario. Así aparecen y desaparecen cuando quieren. A veces se comen las pupas y las crisálidas, por eso, Gudrun los espanta con dulzura. Ella no tiene hijos humanos: los tiene a ellos que «a las cinco de la mañana van a mi cuarto a abrirme los ojos con sus propias manitos para que me bañe en el río, son tan inteligentes, como niños». Si existe un hombre-mono, por qué no una mujer igual, que además tenga reflejos de otorongo. Y como Gudrun Sperrer viva soñando con ser una mariposa. Aunque cuando mira su territorio en lontananza, con sus ojos verde olvido, parezca más una mariposa que sueña ser Gudrun Sperrer.

La entrevista que acá se reproduce ya no se encuentra en línea en la web de El Comercio, por lo que me vi obligado a eliminar el enlace correspondiente. Antes de republicar éste post me comuniqué con Gudrun, para saber cómo iba el mariposario, y me comentó que hay más animalitos en su pequeña reserva, en los últimos dos años han conseguido tres Uacaries (o Huapo Colorado), dos Capuchinos, dos Saki monkeys, dos Monos aulladores, un Mono Ardilla y varios Tamarinos. Por otra parte Pedro Bello el Jaguar, aún los acompaña, ¡¡Y come cuatro kilos de carne al día!! Así que si están por Iquitos o piensan ir, no dejen de incluir a Pilpintuwasi en sus planes de visita.


Las fotografías que ilustran este post fueron obtenidas de la web de Pilpintuwasi, la primera es de una mariposa de la especie Nessaea aglaura, y la segunda es de uno de los monos tamarinos.

Actualización 28/9/20: Leyendo la página en Facebook de Pilpintuwasi, encuentro que están pidiendo colaboraciones, así que acá les dejo la publicación: