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Desigualdad y protesta social en Latinoamérica

protesta estudiantes chile

Marcha estudiantil en Chile, 30/6/2011. Foto de usuario de Flickr Rafael Edwards, usada bajo licencia CC BY-NC 2.0.

Este post fue realizado para el Global Economic Symposium 2013, como acompañamiento a la sesión sobre “Normas sociales y principios morales para reducir la pobreza y mejorar la igualdad.” Lea más en http://blog.global-economic-symposium.org/.

Aunque no se puede decir que la protesta social en Latinoamérica en los últimos tiempos, haya llegado al nivel de otras partes del mundo, provocando revoluciones y derrocando gobiernos, si hay unos cuantos hechos que, o bien tuvieron el poder de convocar grandes multitudes o terminaron con un saldo mortal. Por ejemplo las recientes protestas en Brasil fueron multitudinarias y no sólo focalizadas en una ciudad. Igualmente las protestas estudiantiles en Chile también han tenido las mismas características. Por otro lado, las protestas en Bagua, Perú, fueron muy puntuales y casi exclusivas de la comunidad indígena, sin embargo concluyeron en casi 50 muertos.

En anteriores artículos hemos visto que la economía en la región ha estado creciendo, y que a pesar de la crisis mundial, las cosas no van aún tan mal después de todo, aunque las cifras de desigualdad necesitan trabajarse mucho todavía. Entonces ¿cuánto influye esta desigualdad en las protestas en la región?

Veamos, en Brasil las protestas originadas por el alza de los pasajes en los servicios de transporte público rápidamente escalaron a protestas generalizadas por varios motivos y finalmente confluyeron en contra de las obras con vista a las Olimpiadas y el Mundial de Futbol. En todos los casos la protesta refleja insatisfacción con los gobiernos, y en el caso específico de los grandes gastos hechos por estos gobiernos en estadios y otra infraestructura para la Copa de las Confederaciones y el Mundial contra una insuficiente inversión en servicios públicos en zonas populares urbanas, evidencia la desigualdad de trato de parte del gobierno, beneficiando a un sector en detrimento de otro.

Los estudiantes chilenos protestan pidiendo una reforma educativa, reclamándole al estado que «brinde una educación pública gratuita y de calidad, y que se prohíba el lucro en la educación privada.» Según Mario Garcés Durán, director de la ONG chilena ECO Educación y Comunicaciones, el sistema, instaurado por el régimen de Pinochet, es perverso y “La educación dejó de ser un mecanismo de movilidad social en Chile y pasó a ser lo contario: un sistema de reproducción de la desigualdad”.

El caso de las protestas indígenas en Bagua, Perú, es algo diferente, surgieron como única salida que las comunidades tuvieron para hacer valer sus derechos y sobre todo tener una respuesta, pues el gobierno les escuchaba pero demoraba cualquier acción al respecto. Sin embargo una anécdota en el desarrollo de los acontecimientos, cuando el en ese entonces Presidente Alan García se refirió a los indígenas como que «no son ciudadanos de primera clase», reflejó la profunda desigualdad que ante los ojos del gobierno hay entre ciudadanos «normales» y ciudadanos «indígenas».

Entonces, se  hace claro que hay distintas formas de desigualdad existentes a lo largo del continente, no sólo económica, si no jurídica, o educativa, por atenernos a los ejemplos citados, esto sin mencionar las desigualdades que vienen a consecuencia de la económica, como las que hay en el acceso a la salud, a la comunicación, a la propiedad, etc., o la percepción de desigualdad (en su contra) que el ciudadano común y corriente siente en el trato de las instituciones para con ellos y para con las grandes empresas y transnacionales.

Según un reciente informe del PNUD, es esta desigualdad casi omnipresente en la región la que propulsa la protesta social, habiendo una correlación entre países con mayor desigualdad y países con mayor protesta social. El informe también ve una relación entre el aumento de las protestas y el crecimiento de la clase media latinoamericana, y el acceso de ésta a los modernos medios de comunicación en internet.

Mientras algunos ven este incremento de protestas como una tendencia continental y las emparentan con movimientos de protesta de décadas atrás, e incluso otros ven la mano de EE.UU. detrás del activismo social en algunos países de la región, otros concluyen que no debe sorprender la protesta en la actual etapa de la democracia, pues durante la anterior fase de dictaduras y autoritarismo el conflicto social fue duramente reprimido e invisibilizado.

La pregunta que queda flotando es ¿los gobiernos o gobernantes latinoamericanos estarán a la altura de la democracia que los llevó al poder? ¿Atenderán las razones de las manifestantes o se limitarán a endurecer las medidas contra la protesta social? En todo caso se puede aplicar lo que dice aquel viejo dicho: «por sus acciones los conoceréis».

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niño de belen

Niño trabajador en Belén, Iquitos, Perú. Foto de Juan Arellano en 500px.

Este post fue realizado para el Global Economic Symposium 2013, como acompañamiento a la sesión sobre “Normas sociales y principios morales para reducir la pobreza y mejorar la igualdad.” Lea más en http://blog.global-economic-symposium.org/.

Brayan Tapullima tiene 12 años y vive feliz a la orilla de un río en la calurosa selva peruana. Todos los días va en una pequeña canoa al colegio más cercano en un viaje que demora casi media hora. Allí estudia y juega con otros niños. Luego regresa a su casa a seguir jugando o a ayudar en lo que le digan sus padres. Aunque sabe que no tiene televisión ni electricidad, se sorprendería si le dijeran que está considerado en los sectores más pobres de la población peruana, de hecho probablemente no lo entendería.

Cuando va a la ciudad siempre ve niños pidiendo limosna, sucios y drogados. Para él eso es ser pobre. A Brayan le gusta la ciudad, pero cuando sea grande quiere ser como su tío Vladimir, que va y viene por los ríos y siempre tiene historias interesantes que contar. O quizás como Don Lorenzo, el Apu de la comunidad, a quien todos respetan.

De acuerdo a recientes estudios casi nueve millones de peruanos ahora son de clase media, con un nuevo término: «clase media emergente» para etiquetar a aquellos que han salido de la pobreza. Pero según el sociólogo Julio Cotler, esta situación es muy precaria, de dicha cantidad «el 60% cae en la pobreza si es que se resfría. Está en el filo.»

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), basado en un estudio del Banco Mundial, señala por su parte que 38% de la población peruana es vulnerable, es decir tiene una alta probabilidad (90%) de volver a caer en la pobreza. Pero incluso 11 millones de peruanos se ven a si mismos como pobres, en lo que el economista Álvaro Monge califica como «una sensación», pues nominal o estadísticamente no lo son. Tenemos entonces dos percepciones de pobreza divergentes ¿Por qué Brayan, viviendo en una de las comunidades más pobres del país no se ve como tal y muchos peruanos que viven con más comodidades que él si se ven como pobres?

Una primera respuesta apunta al sistema económico capitalista en el cual vivimos. Por ejemplo el sistema de medición de la pobreza en muchos países incluye entre sus indicadores la cantidad de electrodomésticos que se posee, reforzando inconscientemente el modelo consumista. Así pues las personas siempre tienen algo nuevo que comprar, algo viejo que reemplazar, nunca están contentas con lo que tienen pues sus casas no son como las que salen en los comerciales de televisión. Esto también explicaría en parte por qué Brayan no se siente pobre, al no tener tv no está sujeto al constante bombardeo influenciador de la propaganda. En el caso de brayan la necesidad no ha sido creada.

Pero esto no vale para todos obviamente, el ejemplo de Brayan está lejos de ser el modelo predominante en la población rural peruana. La mayoría de jóvenes de comunidades indígenas migran a la ciudad donde pasan por un proceso de aculturación. Y aunque esto es positivo en términos de estrategias de supervivencia urbana, trae consigo rezagos del colonialismo, lo que se conoce como espejo de la colonialidad, donde el subalterno, el inferior, el dominado se mira con los ojos del dominante, del que lleva el poder y se asume, se acepta como inferior. Acepta su pobreza, la discriminacion y desigualdad. Se ve a si mismo como un ser inferior, desagradable, indeseado, feo.

Por tanto otra respuesta debería ir por el lado cultural. Las culturas indígenas manejan sistemas de valores distintos al occidental, donde conceptos com0 pobreza y riqueza varían y están más ligados a la naturaleza y al bien común. Quizás sea posible buscar otro modelo de desarrollo que conserve estos valores y promueva otro estilo de vida. ¿será mucho pedir?

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Este post fue realizado para el Global Economic Symposium 2013, como acompañamiento a la sesión sobre “Normas sociales y principios morales para reducir la pobreza y mejorar la igualdad.” Lea más en http://blog.global-economic-symposium.org/.

Un reciente estudio del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), revela que 10 de los 15 países con mayor desigualdad del mundo se encuentran en América Latina, y esto a pesar que en 16 de 17 países de la región, la desigualdad de ingresos se ha reducido en los últimos diez años. Durante este mismo lapso las economías latinoamericanas han crecido con una media anual por encima del 4%.

Esta información, dada a conocer durante el VI Foro Ministerial para el Desarrollo realizado la primera semana de julio 2013, indica que Paraguay, República Dominicana, Perú y El Salvador están entre los países más pobres de la región. Por otra parte, información del Banco Mundial precisa que Brasil, Honduras y Colombia son los países con mayor desigualdad de ingresos en la región.

brasil

“Little Farm” | Foto de Eduardo Arraes | CC BY-NC-ND 2.0

Entre las reflexiones que estas cifras y realidades simultáneas de crecimiento y desigualdad producen, cabe preguntarse si la desigualdad en la región era históricamente tan grande que ni el reciente boom económico que varios de los países de la región han experimentado logra reducirla, si la desigualdad crece al mismo ritmo que la economía o si el crecimiento está mal administrado por los gobiernos y en vez de reducir, aumenta la desigualdad.

Ha habido muchos intentos para explicar la histórica desigualdad de Latinoamérica, dentro de los cuales se mencionan factores geográficos, religiosos, culturales, institucionales, sociales, políticos y hasta raciales. Lo cierto es que esta, nuestra desigualdad, es estructural, transversal y persistente, y además un desafío a las bondades de la democracia y el libre mercado. Probablemente una mezcla de todos los factores mencionados, aunado a unas élites gobernantes y productivas que nunca se identificaron plenamente con sus países si no que se veían a si mismas como europeas, o más recientemente norteamericanas, explique mejor el por qué de tanta desigualdad.

Sin embargo hay crecimiento, y más allá de las cifras e indicadores, figura un hecho resaltante: Carlos Slim, el hombre más rico del mundo, es mexicano, y de la lista de las personas más ricas del mundo, casi el 10% es también de la región. Por el otro lado 168 millones de personas (29,4% de la población total) vivían en la pobreza el 2011 en Latinoamérica.

Pero junto a estas cifras de crecimiento económico y de la población que está por debajo de la línea de la pobreza, se encuentra un sector de la  población que estadísticamente apenas sobrepasa los límites marcados para la pobreza ($1.25 de ingreso diario), por lo que cualquier crisis los haría descender de nivel abruptamente, y también una clase media que hoy por hoy es la que de alguna manera soporta el vaivén actual del ritmo económico latinoamericano, pero que tampoco se encuentra muy afianzada en su posición.

La mayoría de gobiernos de la región implementan programas sociales dirigidos a los sectores más pobres como una manera de reducir la desigualdad, pero, como en el caso de México, suelen fallar en alcanzar sus objetivos. Muchos de ellos incluso no pasan del mero asistencialismo como Nicaragua, o tienen riesgo de caer en la corrupción y el clientelismo. Así pues, si bien algunos hoy ven a Latinoamerica como un ejemplo de progreso para el mundo, el hecho de que en teoría haya menos pobres, no significa por ejemplo que los niños estén más sanos o mejor educados. La desigualdad, recordemos, no es sólo económica.

Por otra parte, ¿están siendo efectivas las macro políticas economico-administrativas de los diferentes gobiernos? A un lado tenemos gobiernos con restricción cambiaria, subsidios y otras medidas que bordean el populismo, como en Venezuela, Ecuador y Argentina, y por otro gobiernos que siguen el modelo del neoliberalismo y adelantan Tratados de libre Comercio como Colombia, Chile o Perú. Sin embargo, como atestiguan los estudios y cifras brindados, en ninguno de los países de la región, independientemente del modelo económico aplicado, puede hablarse de igualdad económica para todos los habitantes.

Más aún, los gobiernos no sólo han fracasado en hacer que los beneficios del crecimiento económico sean mejor repartidos, si no que no han aprovechado esta bonanza económica para impulsar modelos productivos que vayan más allá del extractivismo y la exportación de materias primas. En lo que va del 2013 los precios de muchos productos, mayormente minerales, pero también agrícolas, han visto un descenso a nivel internacional, principalmente debido al menor crecimiento de China y la crisis global.

Dado que las principales exportaciones de la región están precisamente en los rubros agrícolas y minerales ¿se corre el riesgo de volver a un periodo de «vacas flacas» por esta baja de precios? y de ser este el caso ¿estamos preparados para soportar un nuevo periodo de crisis? Con una mayor cantidad de población urbana que en la crisis de los años 80 ¿habría el riesgo de grandes protestas y revueltas sociales? sólo el tiempo lo dirá.

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Campesinos del Cusco en una feria ecuatoriana. Foto de Maurizio Constanzo en Flickr, usada bajo una licencia CC.

Campesinos del Cusco en una feria ecuatoriana. Foto de Maurizio Constanzo en Flickr, usada bajo una licencia Attribution 2.0 Generic (CC BY 2.0).

Este post fue realizado para el Global Economic Symposium 2013, como acompañamiento a la sesión sobre “Normas sociales y principios morales para reducir la pobreza y mejorar la igualdad.” Lea más en http://blog.global-economic-symposium.org/.

América Latina es muy diversa… a veces de una manera extraña. Si uno visita ciudades de Colombia no ve indígenas, salvo que al cruzar alguna esquina se encuentre un grupo de ellos mendigando. Sin embargo, al recorrer Cusco, Quito o La Paz, no queda duda que están muy presentes. Los sabores y colores nos dejan saber inmediatamente que estamos en tierra de incas, aymaras, quechuas y un sinfín de grupos poblacionales indígenas que habitan esas tierras dejando un invaluable legado histórico cultural.

Y aunque mucho se ha dicho internacionalmente sobre los pueblos indígenas, incluso la ONU tiene un foro permanente para su problemática, cabe preguntarse  si están incluídos «de a de veras» en los procesos de toma de decisión de los países sudamericanos.  ¿Sus cosmovisiones del mundo convergen integralmente con las políticas e ideas de desarrollo promulgadas por las (mal llamadas) mayorías?

Para nadie es un secreto que la relación de un indígena con la tierra, o pachamama en quechua, es una relación madre – hijo, pero ¿qué pasa cuando esa tierra que ellos ven de una forma tan espiritual y simbólica es vista por otros como un potencial recurso, sinónimo de desarrollo y enriquecimiento, y sobre todo, sin dueños?

El sistema de propiedad indígena es comunal, sin propiedad privada, por lo que es difícil de conciliar con el concepto occidental de que los recursos son para convertirse en propiedad y ser comercializados. Debido a que el bienestar comunal pesa más que el del individuo en las culturas indígenas, el concepto de igualdad tanto en la creación como en la distribución de riqueza difiere del pensamiento occidental.

Los gobiernos buscan tener los territorios libres de sus habitantes originales para hacer acuerdos y de esta forma generar ingreso y empuje financiero al país. En Colombia, los indígenas del Departamento del Cauca por ejemplo, llevan décadas realizando numerosos procesos de reclamación de tierras; al igual que llamados a que los grupos armados tanto legales como ilegales les respeten su derecho a vivir en paz y a no estar en medio de sus enfrentamientos. Ellos, que a nivel constitucional tienen regímenes jurídicos especiales, hoy solicitan al Gobierno poder tener una vida tranquila de acuerdo a sus costumbres e ideales.

Por otra parte, en Perú, los indígenas en Bagua, Cajamarca y Espinar, por citar los ejemplos más conocidos, tienen también una lucha de años diciéndole no a la privatización de la tierra. Acá el fenómeno se traslada a las consecuencias que trae la presencia de empresas multinacionales, especialmente las dedicadas al petróleo y minería.

Parece difícil e incierto entonces hablar de igualdad cuando en las leyes y protocolos se predica la protección de los pueblos indígenas, pero en la práctica su sistema de valores no está siendo respetado y nuestros conceptos de desarrollo y progreso van por otro lado. La convergencia de ambos sistemas tiene que pasar sin duda por buscar soluciones desde la diversidad étnica y cultural. Hasta tanto los sistemas de valores de cada  uno no lleguen a puntos de encuentro, no se podrá empezar a hablar de equidad e igualdad. El desarrollo de unos no puede significar la vulneración de la construcción de vida de los otros. En definitiva, desde el discurso oficial tendría que eliminarse hablar de los unos y de los otros para generar un escenario en que el crecimiento económico y financiero no sea el detrimento de la historia ancestral de nuestros países.

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Perú: Entre la bonanza económica y el empleo informal

El siguiente post fue publicado originalmente en el sitio Future Challenges, bajo la serie: Work in the Developing World.

Si una mañana de un día laborable cualquiera hiciéramos un viaje desde los conos de Lima hacía el centro, veríamos cómo la masa trabajadora se dirige desde los que alguna vez fueron inmensos arenales rodeando la ciudad (y ahora son enormes distritos dormitorio) hacia sus centros de trabajo, a veces localizados al otro extremo de Lima, lo que puede representar entre una hora y media o incluso dos horas de desplazamiento entre el lento y caótico tráfico vehicular.

También veríamos, si miráramos con detenimiento, cómo en ciertos puntos de la ciudad se agolpan los desempleados en busca de oportunidades laborales. Desde el local municipal de San Juan de Miraflores donde la propia municipalidad trata de paliar en algo la necesidad de trabajo de sus habitantes, hasta los paneles de la avenida Huaylas en Chorrillos y otros varios desperdigados por diversos barrios, donde la iniciativa privada facilita mediante un pago la publicación de requerimientos de puestos de trabajo; pasando por la zona textil de Gamarra, donde los operarios simplemente se sientan a esperar que los empresarios hagan a viva voz los anuncios de cuantos cortadores o remalladores necesitan, hasta los centros financieros y comerciales de la ciudad donde cientos de jóvenes vestidos de saco y corbata hacen cola con sus CV bajo el brazo para postular a trabajos de oficina.

Ofertas de trabajo. De Francisco Canaza http://apuntesperuanos.com/

Ofertas de trabajo. De Francisco Canaza http://apuntesperuanos.com/

El gobierno y los medios continuamente recalcan el hecho de que la economía peruana sigue creciendo y se establece como una de las más sólidas de la región. Sin embargo eso no se traduce en satisfacer la necesidad laboral del país. De hecho, para tener una idea del grado de desigualdad económico y social imperante en el Perú, cabe señalar que en la campaña política que le permitió al actual presidente Ollanta Humala acceder a la presidencia, uno de sus principales mensajes fue el de generar desarrollo económico con inclusión social, entendiéndose como “inclusión social”, principalmente, una mayor generación de empleo y una mejor redistribución del ingreso.

Pero mas allá de las estadísticas oficiales de empleo en el país, que nos hablan de un 7.2% o 7.3% de desempleo, hay otras cifras que probablemente no se vean reflejadas en ellas. Una de estas es la que corresponde a la informalidad laboral. Hace unos poco años la tasa de empleo informal era del 55% del total de empleos en el Perú, y esta cifra se mantiene, pues el año pasado el empleo informal aumentó 1.2%, mientras el formal se estancó. Esto refleja un grave problema estructural. Los empleadores suelen quejarse del alto costo de formalizar una relación laboral en el país.

Otro problema es el del subempleo: al 2009 solo el 52% de la PEA se encontraba ocupada adecuadamente mientras el 48% estaba subempleado. En el 2010, un estudio de la PUCP determinó que de abril del 2009 a abril del 2010 el subempleo había crecido de 56% a 63%. Y es que ante la escasa oferta laboral, y frente a la perspectiva del desempleo, muchos profesionales no tienen más remedio que trabajar en algo muy diferente a lo que estudiaron, siendo el clásico ejemplo el de los miles de taxistas que recorren Lima, y entre los cuales unos puede encontrarse abogados, ingenieros o incluso (el otro día conversé con uno), desarrolladores web.

Una característica del panorama laboral peruano, y que incide en los dos problemas antes mencionados es el de los services, que es una forma de subcontratación o outsourcing. Los services por lo general se prestan para diversas maniobras, muchas veces en el límite de la legalidad, con el fin de generar mayores beneficios a las empresas, pero perjudicando a los trabajadores, quienes reciben una menor retribución por la labor realizada y dejan de gozar de muchos beneficios asociados, tales como vacaciones o la propia estabilidad laboral.

Sin embargo, no todo es deprimente. Muchos peruanos ante las dificultades y problemas mencionados que conlleva el mercado laboral dependiente, apelan a su creatividad y capacidad de emprendedores para generar su propio trabajo. Claro que si bien es cierto muchos quisieran tomar este camino, no todos están preparados para hacerlo, siendo los más jóvenes los que están optando por esta via. Pero hay muchas historias de emprendedores de éxito en el país, siendo los rubros relacionados con la gastronomía y la confección donde gente a veces sin mucha preparación formal ha logrado consolidarse económicamente, o por lo menos escapar de la pobreza y el desempleo.

Y así pues, si continuáramos nuestro viaje imaginario por Lima, y supiéramos donde mirar, veríamos a la señora María quien abrió casi con el alba su bodega para vender pan y otros para el desayuno de sus vecinos, y a don Carlos manejando su combi y llevando pasajeros de un extremo a otro de Lima, y a doña Julia quien también desde temprano llegó a su esquina donde vende leche con quinua o maca y diversos sánguches, y a su cliente Michael, de 18 años recién cumplidos pero que ya trabaja como guachimán en un centro comercial. Pero quizás no veríamos a la pequeña Jeannette, quien con sus escasos ocho años se las arregla para ayudar a su mamá en su puesto de verduras en el mercado y hacer su tarea escolar a la vez. Y sería una pena no verla, pues ella, a su inocente manera, encarna lo que ha significado y significa la vida para muchos compatriotas: trabajo y estudio, y también la confianza en que a pesar de todo lo malo que pueda pasar, al final todo mejorará.

La relación Perú – Brasil ¿equitativa?

Con un presidente electo que parece efectivamente haberse acercado más a Brasil que a Venezuela en los últimos tiempos, es lógico empezar a especular cómo será la futura relación Perú – Brasil en los próximos años, relación que ya tiene buen tiempo desarrollándose dicho sea de paso, sobre todo dados los antecedentes de corrupción en los que se han visto involucradas varias empresas brasileñas en diversos países de la región (Odebrechet en Ecuador y Venezuela, OAS en Bolivia), y el pésimo desempeño medio ambiental del gobierno brasileño en la conservación de la amazonía. (Ver una serie de posts sobre los bosques amazónicos acá.) Con un PBI que es muchísimo mayor que el peruano y toda una serie de cosas en las que nos aventajan quizás se corre el riesgo de ser avasallados por la poderosa economía brasileña. Más sobre esto en un informe publicado ayer en el suplemento dominical del diario La República.

Alan Garcia y la pobreza en el Peru

De entre las varias y recientes controvertidas declaraciones del Presidente Alan Garcia Perez, la de que estamos a un paso de superar la pobreza y mas aun, pronto dejaremos de ser un pais subdesarrollado, ha generado comentarios desde las mas diversas canteras politicas, y no se diga nada de entre los ciudadanos de a pie. El diario limeño El Comercio reproduce las declaraciones del presidente:

El presidente de la República, Alan García, destacó hoy la reducción de la pobreza registrada en el 2007 y afirmó que esa disminución es signo del correcto manejo económico del país y auguró que en el 2015 se reducirá a menos del 10%. «Esas son las buenas noticias que significan el buen rumbo y la orientación y el buen modelo económico y social que se aplica. Y si lo mantenemos, entonces en el 2008 otra vez se reducirá la pobreza, y en el 2009 (.) Mis ambiciones van más allá y el año 2015 vamos a tener una pobreza menor al 10%», expresó. Basado en las cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), sostuvo que la pobreza ha disminuido en 5,2% durante el año pasado, lo cual significa que un millón 380 mil peruanos dejaron de ser pobres.

Roberto Bustamante desde El blog del Morsa se muestra esceptico y cauto al respecto, recuerda criticas hechas a las metodologias usadas por los funcionarios de este gobierno y aunque reconoce que hay reduccion de pobreza menciona que esta no es pareja y hay mucha desigualdad. Leamos algo de su post Menos pobres en el Perú:

La verdad, a estas alturas del partido, no sé si creer. El anuncio de la reducción de la pobreza en de 44% a 39% se da en un contexto, marcado por una alta desaprobación presidencial, y justo cuando los precios de los alimentos se están estabilizando de una forma u otra. … desde donde tengo entendido por lo que se dice, lo que se ha hecho es bajar la valla de la pobreza. De ese modo, evidentemente, hay menos pobres en el Perú.

La pobreza también tiene varias caras. Para empezar, si vemos el problema de la desigualdad en términos relacionales, podremos darnos cuenta que existen accesos inequitativos inclusive entre hombres y mujeres en espacios rurales pobres. Como se afirmó en su momento, las mujeres rurales quechuahablantes son más pobres entre los pobres.

Otro tema, ya para que me acusen de derrotista, es la desigualdad económica. Como señalé, en efecto, a nivel macro Chile pudo haber crecido económicamente, pero eso no lo hace un país menos desigual que Perú, donde el quintil superior es enormemente más rico que el quintil inferior, en términos de ingreso económico per cápita. Seguimos apostando por el chorreo como modelo, pero no para acortar las brechas entre los que ganan demasiado y los que ya se están ganando alguito.

Dennis David desde Psicosociales no duda en calificar de demagogicas las declaraciones del presidente Garcia y acompaña con fotos explicativas su post Demagogia total: 2015 dejaremos de ser del Tercer Mundo:

Unas cuantas fotos que muestran el abandono de los niños y damnificados del terremoto, que aún esperan apoyo; mientras el presidente García, los medios de comunicación adeptos y sus instituciones celebraban la disminución de la pobreza. ¿Por qué no muestran a esas personas que dejaron de ser pobres?. ¿Dejar la pobreza significa conseguir un trabajo con un salario de 500 soles en una service? ¿Qué significa realmente la expresión de Alan García que el Perú en el 2015 dejará de ser del tercer mundo?. ¿Moriremos todos, desaparecerá, sera un territorio de otro país? ¿Cada peruano ganará la lotería?…

Cesar Vasquez en su blog Peru: Politica y Economia recoje las declaraciones de Farid Matuk, ex Jefe del INEI en el gobierno del presidente Toledo, (Matuk tambien es citado en el post del blog del morsa). El post se titula Farid Matuk explica cómo manipuló el régimen alanista las cifras de pobreza en el Perú.- «Calibración: ¿Ciencia o Arte?»:

El día de hoy, martes 27 de mayo de 2008, me enteré de una característica no documentada de la medición de la pobreza que explica como se logra esta acelerada reducción de la pobreza en base a un artificio matemático, que a comienzos de 2006 había documentado para un artículo de la Revista Coyuntura de la Universidad Católica. En dicho artículo explicaba que existen cinco pasos matemáticos críticos para distorsionar la medición de la pobreza, y como en la medición del año pasado y en la del presente año se ha manipulado –con absoluta certeza– dos de los cinco pasos críticos que determinan la línea de la pobreza, y por ende el total de pobres.

El primero de ellos ha sido modificar el centro de gravedad de la población de referencia, es decir donde esta el centro de la sub-muestra que determina la línea de pobreza. Desde el año pasado, el centro de gravedad son los hogares ubicados en el 38% de la distribución del ingreso, mientras que todos los estudios anteriores tenían por centro de gravedad el 40% de la distribución del ingreso.

El segundo de ellos ha sido modificar el rango de referencia de la población que determina la línea de pobreza. Desde el año pasado, el rango de referencia son dos quintos de la población, mientras previamente era únicamente un quinto de la población. Ahora se tiene como rango de referencia los hogares ubicados entre el 18% y el 58% de la distribución del ingreso, mientras que antes eran los hogares ubicados entre el 30% y 50% de la distribución del ingreso.

El presidente Garcia ha mencionado entre otras cosas que proximamente superaremos en crecimiento a Chile. Me gustaria citar a Giovanna Aguilar de El Gran Combo Club que coincidentemente toco el tema recientemente en el post Crecimiento peruano, ¿preocupación chilena?

La revista chilena quépasa ha publicado, en su edición del 24 de mayo, un interesante artículo de Andrés Benítez titulado Por que Perú nunca alcanzará a Chile. En este artículo se analiza la situación de Chile y Perú en cuanto al crecimiento obtenido en los últimos años y las posibilidades que tiene el Perú de superar a Chile. Luego de cuestionar si efectivamente, el crecimiento que viene experimentando el Perú (7.1% promedio anual en los últimos años) es suficiente para superar el crecimiento y desempeño de los chilenos, reconoce que Chile ha perdido ritmo, pero que Perú no está en condiciones de alcanzarlos: «La respuesta corta es simple: estamos perdiendo el ritmo, pero de ahí a que nos alcance Perú es otra cosa»

Por otra parte en su análisis revisa cifras importantes que permiten hacer rápidas comparaciones entre países como el PBI per cápita (el de Chile es de alrededor de US$ 10,000 mientras que el de Perú es cercano a los US$ 3,500), periodos que le tomaría al Perú para alcanzar a Chile con supuestas tasas de crecimiento promedio por año, etc., para concluir que a pesar de que Perú tiene un crecimiento más acelerado que Chile en estos momentos, no lo alcanzaría. Y no sólo porque el tiempo que necesitaría para ello es largo (56 años, según sus cálculos) sino por las razones que anota, y que creo que son las que más deberían llamar nuestra atención: Perú no es un país estable económicamente y El Perú no tiene una institucionalidad estable ni eficiente.

Para terminar cito nuevamente a El blog del morsa, que en un nuevo post: Pobreza y desigualdad amplia sus opiniones al respecto:

Seguramente en los próximos días se aclarará mejor de qué trata esta singular reducción de la pobreza en el Perú. Con el riesgo de cometer algún traspié, al no ser economista, lanzaré algunas hipótesis.

1. Efectivamente la pobreza se ha reducido en la cifra que comentó el gobierno. Lo siguiente es preguntarnos en qué zonas y por qué motivos. Al parecer, según comentarios de los propios ministros, la reducción de la pobreza se ha dado principalmente en regiones como la costa rural (tal cual lo ha dicho el ministro etnotravestido, Ismael Benavides). Esto puede deberse, de hecho, no solamente a la inversión privada, sino también al buen momento que tiene el maíz y otros productos
destinados a la producción de combustibles.

2. No ha disminuido la pobreza significativamente en los departamentos donde hay minería. Esto va de acuerdo al incremento de la desigualdad económica en el Perú en las últimas décadas. ¿Por qué si estos sectores van tan bien (en términos de generación de riqueza para el país), la pobreza apenas ha disminuido ahí? Aquí la hipótesis puede ir más bien por la redistribución del gasto, cómo se gasta en el país y dónde hay mayor acumulación de riqueza.

Y bueno, otro punto a anotar es recordar como los medios rebatian duramente al gobierno del ex presidente Toledo y a su jefe del INEI Farid Matuk cuando anunciaban que el pais crecia y que se empezaba a derrotar a la pobreza. Parece que no todos los presidentes reciben el mismo tratamiento. Como demostración de esto, les invito a leer el post Artículo de la BBC acerca del injusto modelo económico aplicado en Perú de Carlos en su blog Peruanista, en el cual traduce el mencionado artículo. En todo caso aun quedan dos años de gobierno aprista y esperemos que no sean como los de su anterior gobierno, de una inflacion galopante.

Tim Harford: Economía de a diario

El nombre Tim Harford probablemente no les suene de nada, pero se trata de un economista muy sui generis que tiene una popular columna en el Financial Times, ha publicado un libro titulado: «El economista secreto. Mostrando por qué los ricos son ricos, los pobres son pobres y usted nunca podrá comprar un auto usado decente«, que es best seller en UK y está por publicarse en castellano, además a partir del 18 de agosto la BBC presentará una serie de tv conducida por él mismo y basada en la premisa del libro: Trust Me, I’m an economist. Por si fuera poco, es uno de los autores del blog Private Sector Development Blog del Banco Mundial. Juana Libedinsky lo entrevista para el diario argentino La Nación y acá unos extractos de la para nada aburrida conversación.

-¿Cómo nació esta obsesión por ver el razonamiento económico detrás de las decisiones en apariencia más triviales?
-Como estudiante, jamás logré apasionarme por la inflación, las tasas de interés, la crisis financiera de la Argentina y ese tipo de cosas que se supone que es la economía de verdad. … Ya desde mis años en Oxford, siempre estaba fijándome en las pequeñas decisiones, maravillándome cuánto de económico había en ellas. Hoy voy resolviendo pequeños misterios de la calle usando las herramientas de la ciencia, pero con ingenio más que con lenguaje académico.

-Pasando a su libro, ¿a todos nos estafan en la vida cotidiana?
-No a todos, a muchos de nosotros. Lo que quiero explicar es cuán buenas son las compañías en diferenciar a qué consumidores pueden cobrarles más y a cuáles no. Por ejemplo, si una compañía ofrece dos productos similares, la tentación será comprar el más barato. En los supermercados que tienen dos líneas de productos propios, es común encontrar que la más económica tiene un packaging que parece de la Unión Soviética pre 1989. Eso es a propósito, para asegurarse de que sólo los que están comparando precios llevarán ese producto, y que no se perderán a ningún comprador que hubiese estado dispuesto a pagar algo más por un contenido muy similar. Esto es también muy común en las compañías de alta tecnología. Uno de los principales fabricantes de cámaras fotográficas ofrece una a 1200 dólares y otra a 600. La funda es un poco distinta, pero la maquinaria es la misma. Lo único que hacen es tomar el software de la de 1200 dólares y desactivarle un par de funciones. Y eso tiene sentido, porque donde hacen dinero es con la venta de la más cara, que sirve para financiar en parte la existencia de la más barata. Es cierto, podrían diseñar dos cámaras por separado, pero eso siempre sería más caro que, simplemente, tomar una buena y arruinarla un poquito.

-¿Siempre son las grandes compañías las que se comportan así?
-Está en el interés de todos quienes ofrecen un producto ver a quiénes pueden cobrarles más ¡y cobrárselo! Para mi programa de televisión fui de compras con una viejita vivísima. Antes de comprar una lata de porotos, la sacude bien cerca del oído para ver que no tenga pocos porotos y mucha salsa. Pero yo no quiero perder tiempo sacudiendo latas. Si uno trabaja, tiene plata y está apurado, es el candidato para que le cobren más. Si se es pobre, desempleado y le importa cada centavo, el costo de pararse a sacudir la lata es mucho menor.

-¿Y cuál sería el consejo para la gente que no es rica pero que tampoco tiene tiempo?
-Primero, mirar el precio. Si uno no se fijó, lo más probable es que haya sido mucho más de lo que debería. El segundo principio es que si uno compra regularmente en un mismo lugar, conviene variar y probar las marcas más baratas. Si la prueba es satisfactoria, a lo largo de todas las compras que hará en el año estará ahorrando bastante. Es un principio que los economistas llaman «de experimentación óptima», que dice que cuantas veces uno vaya a consumir lo mismo, más se justifica probar distintas versiones. El mismo principio se aplica a las citas románticas.

-¿Cómo es eso?
-A los 16 años, vale la pena probar distintos tipos de personas. Pero si uno tiene 40 y alguien que realmente le gusta aparece, debería cerrar con él o ella. Que es lo que la gente hace en la vida real. Todos somos economistas en nuestras relaciones personales.

-¿Se puede aplicar la lógica económica a los temas del corazón?
-En mis columnas y en mi programa en televisión, yo uso razonamientos económicos para resolver problemas de la vida cotidiana, del estilo «cómo sé si casarme con este muchacho» o «cómo hago para tener éxito en el trabajo», y yo lo respondo en tono de broma. Pero la broma funciona sólo porque tiene algo de verdad. El matrimonio es una relación emocional, pero hay economía detrás. No digo del tipo «me gusta este tipo porque es rico», sino en las cuestiones que uno se plantea del estilo «¿cómo sé si puedo confiar en esta persona?» o «¿de qué manera me está señalando su compromiso?» La economía como ciencia tiene mucha experiencia en analizar compromisos a largo plazo, por ejemplo, en las fusiones de dos empresas y cómo debe ser el contrato para garantizar dicha unión. Pero aún en lo más básico, un principio económico es que deberíamos prestar atención a lo que la gente hace, no a lo que dice. Lo que hacemos quiere decir algo, lo que decimos puede ser pura poesía. La poesía es linda, pero no es suficiente para una relación.

Lo menos que uno se imagina es aplicar teoría económica a cosas de la vida diaria que ni siquiera tienen que ver con nuestros ingresos y gastos. Pero Tim Harford lo hace, y le resulta además de interesante un buen negocio. Sus recomendaciones desde el punto de vista del usuario o comprador no tienen pierde, las de relaciones afectivas o personales tampoco.

Las imágenes en este post han sido obtenidas de la web de Tim Harford y de Amazon.com.

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