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Racismo en Lima

A primera impresión suena ilógico hablar de racismo en el Perú, un país multiracial en el que la mayor parte de la población tiene ancestros indígenas en mayor o menor medida y donde pedirle pureza racial a alguien sería inverosímil. Sin embargo el racismo ha estado presente en nuestra sociedad desde la llegada de los españoles en el siglo XVI y nunca la ha abandonado desde entonces. (En el Imperio Incaico coexistían diversias etnias: Aymaras, Wancas, Chancas, Chimúes y muchos otros, y no sabemos si entre ellos se daban prácticas racistas.)

El racismo en el Perú existe pues definitivamente y suele ser asolapado, nadie acepta ser racista, pero en la confianza de estar entre similares mucha gente lo expresa y lo practica. Obviamente el objeto del racismo somos los cholos y los negros. Antes era común también el racismo hacia los orientales pero al haberse transformado en un grupo económicamente poderoso se ha dado el fenómeno conocido como «blanqueo», o como popularmente se diría «el dinero te cambia el color de la piel».

Cada cierto tiempo el racismo es tema de conversación preferente entre la gente llamada «intelectual» o llega a los medios masivos debido a alguna denuncia o campaña en su contra, tal como hace tiempo posteamos acá también (ver: En la Playa contra el Racismo, en Palacio contra la Muerte). Pero muchos peruanos continúan sufriendo el racismo día a día, en formas sutiles o groseras y es difícil creer que algo vaya a cambiar debido a la forma clasista, elitista y segregacionista en la que está estructurada nuestra sociedad (y nuestra ciudad de Lima), sin embargo es cierto que la situación general ha cambiado con respecto a la que se vivía hace 50 o 60 años, así que ¿Quién sabe en qué país vivirán nuestros nietos?

Los últimos episodios sobre el racismo están, a no dudarlo, en los blogs, por ejemplo Polysocial nos cuenta en un reciente post que el Afiche del Festival de Cine de Lima 2007 es elitista, racista y excluyente, veamos por qué:

La publicidad de este Festival «objetivamente» hablando no es mala, porque creo que se enfoca directamente al publico objetivo que quiere llegar, el publico habitual del Centro Cultural de la PUCP (ubicado en San Isidro) y el que va a poder pagar su entrada para ver las peliculas y asistir a los seminarios (precios de 50 a 100 soles). El resto de los asistentes al festival que van a asistir a las funciones gratis en -por ejemplo- la Biblioteca Nacional (en el Centro de Lima) no son el público objetivo de los organizadores de este evento.

El afiche no hubiera causado polémica si la agencia de publicidad no hubiese intentando quedar bien con su cliente (el CCPUCP) y al mismo tiempo tratar de ubicarse ante la población -como lo viene haciendo- como una agencia enfocada en promover la inclusión social. Es más fácil dar la idea de promover ésta con publicidad orientada a productos de consumo masivo como son los celulares.

Si en el afiche el señor de espaldas no hubiera aparecido creo que el afiche no habría sido criticado, algunas personas podrían haber continuado sí criticando al festival porque aunque éste festival tenga el nombre de Festival de Lima es más asociado con el festival del CCPUCP y es conocida por lo menos en Lima la fama que tiene el CCPUCP de ser elitista, frecuentada por snobs, gente llamada caviar, etc.

El blog Pueblo Vruto también toca con cierto desencanto el tema del afiche del Festival de Cine y el racismo en ¿RACISTA YO, RACISTA TÚ…?, pues le parece que hasta cuando se habla de racismo se está siendo racista y que por más que se hable al respecto no cambiarán las cosas:

Ahora, podremos rasgarnos las vestiduras todo lo que queramos por CIERTO racismo en nuestra sociedad (nadie protestaría si se tratara de un colorado el discriminado), pero si no atinamos a una sola propuesta creativa (constructiva) en lugar de los fichajes nacionalsozialistas (Toleranz macht frei?), seguiremos en lo de siempre: la cháchara de salón, los kilómetros de ensayos y monografías, el mero motivo para hablar (bloggear ).

El blog Cinencuentro ha dedicado un par de posts al tema por su vinculación con su temática central: Festival de Lima 2007: Afiche para la polémica (con enlaces a otros blogs que postean sobre el tema, por lo que ya no los menciono acá y con la recomendación de que los visiten), y en Festival de Lima 2007: Toronja responde sobre el afiche, postean la respuesta dada por Sandro Venturo, miembro de Toronja, la empresa que ha realizado el polémico afiche. Aquí un extracto:

No buscamos hacer comunicación racista, ni mucho menos. Sin embargo, entendemos que el afiche del Festival sea considerado polémico. De hecho, lo es. La realidad a la que refiere es difícil. Los peruanos nos damos demasiado seguido la espalda y nos cuesta admitirlo.

Si alguien se ha sentido ofendido, sepa que esa no ha sido nuestra intención. A través de un símbolo hemos puesto en imagen las contradicciones de una sociedad que queremos cambiar. Basta revisar nuestra trayectoria para constatar que nuestro compromiso está alineado con los derechos ciudadanos.

Contrariamente a lo que se intentaba, la respuesta del Director de Toronja ha causado más polémica aún (y realmente no podría ser de otra manera), tal como señala El Utero de Marita en Últimas del afiche de Toronja donde aparte de exponer ciertas conclusiones sobre el tema se reproduce una ingeniosa caricatura sobre el controvertdo afiche.

1. Como dice el Morsa, el problema no es lo que quiso o no decir Toronja. No creo que el buen Sandro Venturo o el siempre correcto Gustavo Rodríguez hayan tenido una intención racista. Creo que el escándalo se ha debido a su incoherencia con a) el rollo profesional de Toronja, que siempre ha sido de “inclusión” y b) el rollo académico de la organizadora del evento, mi PUCP, que se encuentra en las mismas coordenadas, especialmente por la vinculación de lo mejorcito de su plana docente con la CVR. Peores cosas se ven en la publicidad de cervezas…

3. … no me van a decir que se creyeron ese floro de “hemos puesto en imagen las contradicciones de una sociedad que queremos cambiar”. Por favor. Esa carta de Venturo lo enredó todo. Prefiero obviarla del debate. (Además, si les creyéramos, deberíamos asumir que Toronja inserta caleta nomás mensajes trasgresores en sus trabajos comerciales; y por más que las veo y las reveo, no encuentro nada que me ilustre sobre las “contradicciones” en sus campañas para Yanacocha y Camisea).

Alejandonos un poco del tema del afiche (pero no mucho) extraigo partes del post Racismo y Segregación en Lima: Un Festival de Cine y un Parque de Agua que recientemente ha publicado Peruanista

Lima es una ciudad que esta dividida no solamente por la enorme diferencia entre el rico y el pobre sino también por una crisis de identidad que es común entre los limeños… la gente en Lima tiene la percepción de que su ciudad y su cultura son mayoritariamente de influencia española… Los blancos peruanos o pitucos, son apoyados en su admiración por todo lo europeo, por gente que quieren aparentar ser blancos y estos ven con desprecio a todo lo que sea peruano, excepto cuando es algo que produzca ganancias o cuando van al extranjero y contentos muestran chullos y fotos de Machu Picchu.

Lo que es mas desafortunado es que esa gente está en control de los medios escritos, la TV, política, economía y las instituciones culturales… (Y) enviando un mensaje de exclusión, segregación y división. Considerando que la mayoría de los limeños son hijos de inmigrantes indígenas y afro descendientes y la mayoría vive en la pobreza, es obvio porqué algunos limeños no sienten que pertenecen a esa ciudad y su identidad urbana. Mostrar un afiche racista así, es un golpe en el rostro de esta gente y es totalmente inexcusable.

Los ricos no deberían segregar la cultura y convertir el arte en otra de sus exclusividades, como ocurre en todo el mundo. La cultura y educación son derechos de todos. El programa del Festival de Lima comenzó con una ceremonia de homenaje a 3 directores de cine quienes eran todos blancos: dos españoles y un cubano. Y el evento se realizo en un centro cultural ubicado en un barrio exclusivo de Lima. Tu saca la cuenta.

Pero el racismo no sólo se dá con ocasión de eventos artísticos, el blog Lo justo, varón relata lo sucedido a un periodista al tratar de ingresar a una discoteca del distrito limeño de Miraflores y que apareció en un diario local narrado por el propio periodista discriminado. El blog mencionado publicó dos posts al respecto, el primero Asqueante: Discriminan a periodista en puerta de «La Sede». donde hace eco de la nota publicada por el periodista Marco Avilés y el segundo La Sede, parte II donde reproduce opiniones varias sobre lo sucedido. A continuación extractos de ambos posts:

(…) así que estacioné el auto enfrente, me acomodé el saco, revisé mi solvencia económica, compré los cigarrillos de rigor, caminé los once pasos hacia la portería, solo y lindo, y, entonces, al tocar con mis manos la puerta tras de la cual fluía la música linda, el lindo bodoque que custodiaba el digno local me soltó el mismo cuento del cual, como periodista hogareño que soy, he tenido noticias lejanas y del que me he enterado a través de los diarios y a veces por los testimonios de feos amigos noctámbulos que osan frecuentar los lindos locales de moda:

Perdón, la fiesta es privada.

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yo soy casero en La Sede y no tengo ningún problema en decirlo. Es cierto que, en algunas ocasiones, a algunas personas se les hace ‘el pare’ en la puerta, pero ello ocurre, básicamente, cuando es o aparenta ser bastante chiquillo o cuando esta persona está ya en estado etílico. (Paulo César Polo)

en una ocasion decidí ir a la Sede, pero no me dejaron entrar (eran como las 11.30 pm) argumentando que aun había poca gente y que el ingreso era con un pase. O sea, choteado. Luego por esas cosas de la vida me fui a una disco y conoci a un pata, extranjero él, rubio y que hablaba inglés, y ¡uy caramba! cuando decidi ir con él y una amigo más, fijate que sí me dejaron ingresar… y eso que estábamos un poquito picados (Carlos Omar Araya Fidel )

Ya al cierre de este post veo que hay todavía un tercer post sobre éste asunto de La Sede: La Sede III: Descargos del bar (y dúplica de Avilés) y lo pongo para quienes deseen visitarlo. Bueno, anteriormente comenté que el dinero blanquea a la gente, pero a veces pareciera que ni el poder te libra del racismo, así que no se crea que el racismo se da sólo hacia la gente del pueblo, humilde o de escasos recursos (generalmente todo va junto, así que no debería ser «o» sino «y»). Hace unos días leí en Gran Combo Club un post sobre presidentes y racismo: La hipótesis del racismo, un interesante post sobre el velado pero siempre presente racismo en las altas esferas de Lima y cómo los medios caen también en éste juego a media voz.

Lo he escuchado mucho. La prensa se metía con el ex-presidente Toledo en una forma inusual. No lo hizo así con presidentes anteriores, ni lo está haciendo con su sucesor. ¿Por qué? Una hipótesis es el racismo. Toledo, un mestizo, habría creado muchos anticuerpos por razón de su origen y su raza. Incluso cierto sector de la prensa informaba de los entretelones que ocurrían en palacio, en Punta Sal, en reuniones sociales. Sí, metió la pata en muchas cosas, él al igual que Karp, pero las críticas y la forma cómo se hicieron no se han visto antes ni después con otros presidentes peruanos. El caso de Federico Dantón, por ejemplo, fue abordado de manera muy diferente por la prensa limeña y peruana…

Como ven pues, ni ser presidente le libra a uno del racismo. Mal que nos pese es algo que está profundamente arraigado en la sociedad peruana, quizás no se le logre erradicar, pero sí moderar e inclusive, quien sabe, superar.

La imagen de éste post es la caricatura mencionada que apareció en El Otorongo, suplemento humorístico del diario Perú 21.