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Música y humor en los metros de Latinoamérica

¿Vive usted en Buenos Aires, Santiago, Quito, Caracas o México DF quizás? Es muy probable entonces que haya usado los metros de dichas ciudades. En ese caso es probable también que en algún momento se haya topado con aquellos músicos callejeros que suelen usar dichos medios de transporte como escenario.

Puede que le agraden, puede que le molesten. Puede que incluso sea considerada una actividad ilegal, como pasó recientemente en Medellín, Colombia. Pero es difícil quedar indiferente cuando el artista demuestra sus habilidades o manifiesta una contagiante chispa personal.

Empecemos un cómodo y rápido recorrido virtual por algunas de las ciudades latinoamericanas cuyos metros son frecuentemente tomados por el arte popular.

Buenos Aires, la capital argentina, es tradicionalmente conocida como una ciudad cosmopolita y dueña de un vibrante ambiente artístico y cultural. Eso se ve reflejado en las interpretaciones que he podido encontrar en el Metro de dicha ciudad.

El usuario de YouTube buenosaires34 subió en el 2011 este video de un par de músicos en una estación del Metro de Buenos Aires. Ellos se hacen llamar Rusia Kalipso y se les puede oir también en MySpace. Con una guitarra, un serrucho musical y mucha buena onda, entretienen a los usuarios mientras esperan que llegue el metro y se recursean algunos centavos de paso.

Pero dejemos la estación y subamos al metro. ¿Un poco lleno? Usted no creería que en los estrechos pasillos de un vagón pueda entrar una orquesta de 5 integrantes. Sin embargo Los Hijos del Sodero, una banda de swing, se las arreglaron para no sólo entrar si no tocar e incluso usar el propio vagón del metro como instrumento, tal como podemos apreciar en el siguiente video subido a YouTube por Mr. Duke Baires.

Estos tipos de música no son los únicos que se pueden encontrar en el Metro de Buenos Aires. Según Jorge Gobbi, colaborador de Global Voices, «hay muchos músicos dando vueltas, algunos de ellos con amplificadores portátiles, y que tocan desde música folklórica hasta punk. Se los puede encontrar fácil los fines de semana (los días de semana determinadas líneas van muy llenas). Pero es algo informal, no producto de políticas estatales o algo por el estilo. Sin embargo en los últimos meses se endureció el tema, y la Policía Metropolitana, que depende del gobierno de la ciudad, los está corriendo bastante. Pero parecen políticas puntuales, porque no es difícil encontrar músicos en los vagones y andenes.»

Crucemos los Andes y vayamos a Santiago de Chile. Aunque la imagen que mayormente se tiene fuera de Chile de los santiaguinos es de personas muy dedicadas al trabajo, ellos mismos se ven a veces como indolentes o hasta malcriados. Pero hay que recordar que por ejemplo Los Caporales, un dúo humorístico chileno, hizo reir a toda Latinoamérica durante varias décadas desde los años 50. El actual humor chileno puede ser un poco fuerte para el gusto de otros países, pero no deja de ser efectivo.

¿Y que tiene que ver el humor con la música? bueno, vean el siguiente video subido a YouTube por el usuario Jonathan alzamora y lo entenderán:

Elizabeth Rivera, colaboradora de GV en Santiago, nos cuenta que Rafael Budú, el artista que interpreta el video de arriba, ha ganado mucha visibilidad gracias a sus interpretaciones en el metro, o Transantiago, volviéndose incluso un fenómeno de internet, según algunos medios, y contratado por empresas o apareciendo en la televisión.

Saltemos ahora hasta México DF, más específicamente al Metro del DF, donde los músicos tocan rock con sus respectivos instrumentos eléctricos y parlantes. ¿Lo duda? vea el siguiente video subido por Carlos Luis el 2012:

Pero en el Metro del DF no sólo hay artistas mexicanos, en el siguiente video subido por Eduardo Franco el 2011, podemos apreciar a un dúo, aparentemente colombiano, interpretando música de su país.

Indira Cornelio, colaboradora de GV en el DF dice: «este tipo de grupos son comunes en el metro y en los camiones, una vez encontré a un cuenta cuentos excelente en el metro, y también en un parque hay un señor que se viste de juglar y se echa todas las canciones de cri-cri es muuy popular. Tengo un cuate que se gana la vida tocando trova en los camiones. Y recientemente se ha prohibido a los ambulantes en el metro la verdad no sé si eso haya afectado a los musicos del metro también?!»

Pasemos ahora a Quito, donde si bien no hay aún un metro propiamente dicho, existe un sistema de buses articulados o tranvías conocidos como Trolebús, el cual es también usado por los músicos callejeros, como se ve en el video subido a YouTube por el usuario del diario Elcomerciocom.

Estos hiphoperos son comunes en el Trolebús, hasta yo que no vivo en Quito me los he cruzado un par de veces. A decir de Susana Morán, bloguera ecuatoriana: «Por allí también pasan raperos, baladistas, merengueros. Unos gozan y vibran cantando y si nadie les da una moneda no muestran su molestia porque -quizá- hacen lo que más les gusta. No obstante, a algunos se les nota -quien sabe tras cuántas cantadas- las voces roncas y el desgano en sus presentaciones. Por el cansancio se permiten uno que otro ‘gallo’ (una nota mal entonada). Llevan ternos a pesar de que en Quito los soles del medio día son insoportables. O en la noche, van en camisa, jean y una guitarra a la espalda.»

Finalmente vayamos a Caracas, donde terminaremos nuestro recorrido virtual-musical, con este video subido a YouTube por todovariedad en el 2009. Permítannos presentarle a… Cindy:

Cindy, la abuelita rapera, (¡gracias Luis Carlos!) ha sido la sensación del metro caraqueño durante años. Según la web Buenamúsica: «Lo hermoso de esta doñita es que no se mete con nadie, ella misma se burla de sus ocurrencias, tales como: su difícil vida en el barrio, de su perro enamorado, de sus tres gatos, de sus tres maridos que no le paran ni se les para.» Pero últimamente, quizás por la convulsa situación venezolana, anda ausente. «Lo más seguro es que últimamente ya no se le ve más en el Metro, debido al resultado de la nueva ley que prohíbe los actos culturales dentro de los vagones del Metro.»

En definitiva, a pesar del incremento de restricciones por parte de las autoridades ciudadanas, y en pleno ejercicio del derecho a la libertad de expresión y la necesidad de los elementos de la sociedad de tener un intercambio cultural no reglamentado, el arte musical urbano en Latinoamérica está vivito y coleando. Esto, en tiempos de ciudades inteligentes que amenazan con convertir a nuestras urbes en espacios de trabajo y vigilancia permanentes, no es poco decir.

Reflexiones al vuelo

Aprovecho que el dia soleado del que gozamos hoy (4 de julio) en Praga se ha transformado en una tarde atronadoramente lluviosa, para brevemente compartir algunos pensamientos. En primer lugar declarar mi inexperiencia en muchas cosas y agradecer la compania de Jorge y Luis Carlos, sin ellos este pequeno trip luego del GV Summit hubiera sido impensable. A pesar que no la hago tan mal con el inglés, en esta parte de Europa su uso no esta tan extendido como cabría haber pensado, y de hecho pensé, pero claro, esto es lo que se conoce como Europa del Este, de antigua influencia soviética y salvo Praga, en las otras ciudades te encuentras con negocios y servicios atendidos por personas que no hablan nada de la lengua «imperialista». Sin embargo hay señas cuyo uso es universal y con un poco de paciencia e ingenio se puede lograr hacerse entender.

En lo de cosas hechas por primera vez… pues varias, nunca antes me había movilizado por una ciudad usando el metro, y tanto Budapest como Praga tienen dicho servicio. Tampoco habia viajado en buses a los que para subir se tiene que comprar previamente un ticket en maquinas expendedoras a moneditas… que al final no vi a nadie chequear. Ya imagino un sistema asi funcionando en el Peru, quiebra asegurada por nuestra tan conocida viveza criolla. Nunca antes habia caminado por calles tan antiguas como las de Praga, casi mil años de historia a mis pies. Claro, no cuento las ruinas peruanas por las que he paseado porque hablo de ciudades aun habitadas, y en el caso del Cuzco pues si bien su historia se puede trazar mas de un milenio atras, sus calles propiamente dichas no creo que sean de mas antes que el año 1200, mientras que Praga tiene construcciones en uso que datan de esa fecha, por lo que la ciudad es mucho mas antigua obviamente.

Otra cosa en la que he estado reflexionando es en las diferencias de vida y costumbres entre ciudades tan cosmopolitas y modernas como Praga y las pequeñas y a veces «pintorescas» como Iquitos, la ciudad donde vivo. Lo primero que se me viene a la mente es la valentía de los inmigrantes peruanos repartidos en esta parte del mundo, y aunque no he encontrado ningun peruano aca, en Budapest conoci a un ecuatoriano que lleva ya muchos años viviendo alli y a un colombiano con apenas 4 meses de estadia. En Bratislava, una ciudad pequeña comparada con las otras dos que he visitado, la presencia de gente latina era practicamente nula, y la verdad, se siente raro. No es que haya sufrido ataques de racismo o algo por el estilo, sino que a veces las miradas de curiosidad o extrañeza son evidentes, pero mas es la propia sensación de no pertenencia, lo que por cierto hace valorar mucho mas lo que tenemos diariamente en nuestro lugar donde vivimos.

Por otro lado, aun tengo en mis oidos resonando las inflexiones de mas de 30 idiomas, la reunión de Global Voices fue una experiencia absolutamente multicultural y enriquecedora, y debo confesar que por primera vez en mi vida senti que el castellano, el idioma que siempre he usado y en el que tenia una confianza natural para poder expresarme y hacerme entender, me falló. Es raro, uno sabe que hay cientos de idiomas en el mundo, que hay gente que si lo hablas no te entendera ni papa, pero otra cosa es experimentarlo. Literalmente quedé mareado por la profusion de lenguas, dejos y tonos. En un momento a mis amigos latinoamericanos les hablaba en inglés y a los asiáticos o africanos queria hablarles en castellano, claro, me corregía de inmediato, pero lo digo para que tengan una idea de como me sentía. Ahora tengo un dejo porteño-caribeño que ni se imaginan, y aun me dura lo de empezar una frase en inglés y cambiar a la mitad de la misma al castellano.

La reunión y el viaje tambien me han permitido tener algunas experiencias gastronómicas por vez primera. Probar comida turca, bocaditos caribeños, ron africano, cervezas desconocidas, Coca con Fernet. Como cosas adicionales podria decir que es la primera vez que blogueo desde otro pais que no sea el mio, que primera vez que viajo en tren por diferentes paises, y en fin, debe haber tantas cosas que ya ni siquiera recuerdo que solo se puede decir que la experiencia es muy amplia y enriquecedora.

Realmente esta parte del mundo es muy bella y moderna, particularmente Praga es de lo mas cosmopolita y hermoso que he visto, pero, me disculparan, y es que sin embargo para mi no hay nada mas bello que las ciudades de mi pais, con su pobreza y atraso, y sobre todo, la gente que amo. Y bueno, mañana enrumbo a Budapest de nuevo, me esperan 8 horas de viaje en tren asi que la corto aca.