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Jomag, arte urbano desde Medellín

jomag barranco

Mural en Barranco realizado por Jomag en febrero del 2019.

Hace unos meses el muralista colombiano conocido como Jomag estuvo por Lima, y yo que soy fan de su obra desde que me encontré con sus pinturas en las calles de Medellín, me di el tiempito para poder encontrarnos y charlar de diversas cosas.

Jomag, o Joan Mateo Ariza Gonzáles, es de Bucaramanga, pero vive desde niño en Medellín, donde ha sido parte de comunidades de arte y cultura tales como Agroarte y Escuela de Hip Hop Kolacho, del sector de la ciudad conocido como Comuna 13. Precisamente fue en el TEDx Comuna13 del 2016 donde por primera vez pude oir su historia. Pongo el video de la mencionada intervención para que ustedes mismos puedan verla.

En un artículo sobre el arte urbano de Medellín se definía al estilo de Jomag de la siguiente manera: «Las facciones indígenas –ojos rasgados, narices aguileñas y labios carnosos– y los oficios tradicionales son sellos que identifican la obra de Jomag». Y si, esos elementos constantes en su trabajo, pero no los únicos, pues sus influencias son variadas y siempre hay lugar para la experimentación.

A continuación transcribo algo de lo conversado, intercalándolo con una variada muestra de los murales pintados por Jomag tomados de diversas cuentas en Instagram. Los créditos respectivos en cada foto.

Juan Arellano -Cuéntanos cómo llegaste al mundo del arte, el muralismo y el grafiti.

Jomag – Cuando estaba en la escuela salía con algunos amigos a marchas que se llevaban a cabo en la ciudad de Medellín, en esas marchas vi a los jóvenes que pintaban esténcil durante las marchas y empecé a hacer mis propias plantillas, ya luego conocí varios procesos culturales en donde me fui involucrando y pintando murales.

JA -¿Cuáles consideras tus mejores trabajos? ¿Aún existen?

J –Considero buenos muchos murales, algunos por el contexto del territorio, por el proyecto, por la producción que ayuda a hacer trabajos más elaborados. Lo bueno de la calle es que pueden pasar cosas muy interesantes, lo que vuelve en una gran experiencia el mural. Y si, algunos murales aún permanecen.

JA -Los murales y el grafitti en general son obras digamos efímeras ¿te afecta de alguna manera eso?

J –Los que pintamos en la calle nos acostumbramos a desligarnos de los murales, ya que muchos murales tienden a ser efímeros, por eso entendemos que ellos pertenecen a la comunidad quienes a su vez son los encargados de cuidar y darle más validez con el tiempo, pero uno en realidad termina muchas veces abandonando el mural.

JA -¿Qué influencias tienes en tu trabajo?

J –Las influencias son muchas, desde mis raíces familiares, procesos culturales y sociales en los que me he vinculado, lo que vivo a diario, y desde lo técnico me gusta mucho el arte del renacimiento, el barroco y rococó, además de una influencia bastante fuerte de las corrientes contemporáneas del muralismo.


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Obrero por @jomag.art #comuna13 #obrero #jomag #sanjavier #medellin #arteurbano #artecolombia

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JA -¿Qué te interesa mostrar en los murales que haces?

J –Me interesa que el muro sea un espacio de debate, de dialogo entre el transeúnte y los distintos símbolos que pinto, casi siempre con temas sobre nuestra identidad como latinoamericanos, y las constantes luchas del pueblo por la dignidad y respeto sobre los territorios.

JA -¿Cómo ves la relación ciudad-arte urbano? ¿en cuál enfoque te sientes más cómodo?

J –En Medellín ya se han dado distintos procesos que han acercado el arte urbano a la ciudad, todo ha sido por medio de la vinculación directa de la comunidad a los procesos del muralismo, por eso tanto empresas privadas como la administración pública, invierten cada vez más en estas acciones. En mi forma de entender la ciudad a través del arte urbano me he dado a la tarea de recorrer los barrios, de sensibilizarme ante las distintas dinámicas de los territorios, para que mi obra cada vez sea más coherente con las comunidades.

JA -¿Has tenido que enfrentar censura? ¿Tu mismo has decidido autocensurarte?

J –Claro, tenemos que entender que el arte en la calle esta cohibido en cierto sentido por la cultura de cada territorio, debido a eso es muy normal que existan censuras desde los artistas que pintan hasta de la comunidad cuando el mural está terminado.


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Precolombinos #gallery #painting #arte #streetart #art #medellin #colombia

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Y bueno, pueden seguir a Jomag en Facebook, Instagram y YouTube.


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Diablo Huma. 👹🔥👹 Recuerdo de Ecuador Atuntaqui Foto: @jasonescritor #graffiti #streetart #ecuador #galery #art #paint

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«Pablo Escobar muerto», un cuadro de Fernando Botero

The-Killing-of-Pablo-Escobar-by-Fernando-Botero

Imagen obtenida de la web de Kim MacQuarrie.

Caminábamos, no por primera vez, por los pasillos y salas del Museo de Antioquia, cuando en las escaleras para ir a otro piso, se me ocurrió preguntarme en voz alta por qué uno de los más conocidos artistas de Medellín, se ha ocupado, no sólo una vez, del criminal más famoso de Medellín y Colombia.

La pregunta encontró eco, ocasionó que nos devolviéramos (regresáramos), y concluyó en el videito que pueden ver a continuación:

«La muerte de Pablo Escobar», el primer cuadro que Fernando Botero hizo sobre Escobar, es de formato pequeño y bastante conocido. También está en las salas del Museo de Antioquia. Sobre el mismo quiero añadir una fracción de la descripción que Aldus H hace en su blog:

«Escobar es enorme, es una figura gigantesca que cubre toda la ciudad desde las alturas. Está descalzo sobre el techo de la casa con chimenea… Está cayendo herido por una excesiva cantidad de balas que han dado en sus piernas, torso, brazos… y una en la frente, justo arriba de los ojos… Hay algo de especial en el tema del cuadro. Lo primero que me viene a la mente es la“lluvia de plomo”, esa que Escobar prometía descargar sobre quienes no aceptaran la contraoferta: “el dinero”…  Sin embargo, hay algo en la figura de Pablo Escobar Gaviria que proyecta una imagen romántica. Ese tipo amado por los humildes, que construyó barrios, estadios de futbol y hacía beneficencia a mas no poder… La cosa es que muy pocos personajes delictivos de la historia las hacen de Robin Hood y cuando lo hacen, entran en esa especie de limbo que parece contraponer todo el tiempo al diablo y a Dios».

"Muerte de Pablo Escobar" (Death of Pablo Escobar) by Botero (1999)

«Pablo Escobar muerto» fue la segunda obra sobre Escobar que Botero donó al museo. Tiene diferencias y similitudes con la anterior, lo más saltante de las diferencias es, aparte del formato (este es un cuadro grande), el momento representado, mientras en la primera obra Escobar aún está de pie, aunque ya cayendo, en la segunda aparece indudablemente muerto, echado sobre los tejados. Las similitudes van por el lado del estilo, en ambas obras el estilo de Botero es inmediatamente reconocible, y por otra parte Escobar sigue siendo grande, como algo de lo que Medellín no se puede deshacer fácilmente.

En el blog Arte y Criminalidad, dedicado a esa intersección entre los caminos del arte y del crimen, Néstor M. Caillet-Bois opina:

La opacidad del cuadro entrega una idea profunda acerca de la situación histórica que atravesaba Colombia. El juego de volúmenes en cada uno de los tres personajes no indicaría tanto la importancia real de estos sino el papel que da el autor a cada uno en la escena. Un Escobar grande, abatido ya y sangrante sobre los techos del caserío; un policía señalando la caída del villano y una mujer que parece lamentar la pérdida de un benefactor. El diálogo entre la muerte, el villano y el héroe son valorados dentro de la realidad colombiana.

Botero no es precisamente un fan de Escobar, en una que otra entrevista ha contado la siguiente anécdota:

“Cuando pusieron una bomba a Pablo Escobar, destacó el hecho de que tenía un Botero en su casa y eso fue muy sonado en la prensa colombiana. Entonces, le pedí al director del periódico El Tiempo que escribiera una editorial e informara que yo sentía repugnancia por el hecho de que Escobar tuviera una de mis obras.Mi amigo periodista me pidió entonces que después de escribir, me fuera del país por seguridad, y así lo hice, empaqué y me fui para Europa”.

Sea como sea, opinar sobre Pablo Escobar es complejo, pero interesante, más aún ahora que se ha transformado en todo un ícono mediático y marketero, bueno, creo que siempre lo fue. Tal como comentan en un artículo de la revista colombiana Semana:

en líneas generales, ¿qué tanto queda en la gente de la presencia de Pablo Escobar? Muchos antropólogos y estudiosos de la cultura creen que la imagen de Escobar se ha ido diluyendo en medio de la vorágine de personajes y problemas del país. Vivo o muerto, presente o diluido, lo cierto es que Pablo Escobar de una u otra forma seguirá marcando la impronta de un país que padeció el horror criminal de su megalomanía. Pero que tiene que reconocer que el gran capo fue un producto «made in Colombia».

Y bueno, si van al Museo de Antioquia, en Medellín, no dejen de ver estos dos cuadros, pero sobre todo, no dejen de apreciar el resto de obras, no sólo de Botero, que hay bastantes y buenas, si no del resto de artistas colombianos y de otros lugares en exhibición.