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Luego de 31 años, Accomarca recibe justicia

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Imagen obtenida de una publicación del diario El Popular.

El pasado jueves 1 de setiembre se dictó finalmente sentencia por el caso de la matanza de Accomarca, un asesinato masivo cometido el 14 de agosto de 1985 por parte de un comando del ejército peruano contra 61 habitantes del pueblo de Accomarca, en la región de Ayacucho, por supuestamente pertenecer al grupo terrorista Sendero Luminoso.

El principal responsable y autor material de la matanza, el teniente del Ejército en situación de retiro Telmo Hurtado, fue condenado a 23 años de prisión efectiva por delito de lesa humanidad, y el general del Ejército en situación de retiro Wilfredo Mori, ex jefe del Comando Político Militar de Ayacucho, recibió 25 años por autoría mediata. Otros acusados, igualmente miembros del ejército peruano, también recibieron condenas de entre 25 y 10 años de cárcel. Además se estableció el pago de una reparación civil de S/150.000 a los deudos de cada una de las víctimas.

La lectura de la sentencia, programada para el miércoles 31 de agosto, concitó gran expectativa entre aquellos que siguen de cerca los casos de derechos humanos y activistas, pero sobre todo entre los familiares de las víctimas, quienes se reunieron en las afueras del penal Castro Castro donde se llevaría a cabo la lectura. A pesar de eso, hubo varias postergaciones y finalmente el acto judicial empezó a las 8 de la noche y concluyó pasadas las 2 am del día siguiente.

Previo a la sentencia, en una publicación del blog de la Redacción de la web La Mula, recogieron declaraciones de Jo-Marie Burt, investigadora y activista por los derechos humanos, respecto a Accomarca:

«Ha quedado demostrado que la masacre de Accomarca no fue un exceso de la lucha contrasubversiva ni la reacción desmedida de un soldado agobiado por la guerra, sino el resultado de una política estatal de luchar contra la subversión utilizando la violencia indiscriminada contra la población civil». «La justicia no sólo busca el castigo de los responsables; también busca dignificar a las víctimas que por tantos años han sido relegadas y olvidadas”.

En el blog Ágora abierta, Rafael Rodríguez, abogado, recuerda los hechos tal como constan en el Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (IFCVR):

el IFCVR probó que fueron las patrullas de Telmo Hurtado y la de Juan Rivera Rondón, las que bajaron a la localidad de Llocllapampa, a tres kilómetros de Accomarca, con el objetivo de arrasar a los campesinos. En ese lugar reunieron a la población civil, la agruparon en tres viviendas, a los hombres los encerraron en la casa de Cipriano Gamboa, a las mujeres en la casa de César Gamboa, y a los niños los llevaron a la casa de Rufina de La Cruz. Luego los militares trasladaron a las mujeres a una acequia, lugar en donde las violaron, según lo afirmaron los testigos, quienes alcanzaron a escuchar el grito de sus mujeres.

La sentencia condenatoria originó reacciones positivas de diversas personas, así como varios artículos de opinión en la prensa:

Pero también hubo quienes no estuvieron de acuerdo, sobre todo gente relacionada con el ejército o el fujimorismo.

Sin embargo, este no es el final de la  historia. El fallo fue apelado y podría llegar a la Sala Penal Permanente, que es presidida por el juez Villa Stein, quien recientemente absolvió a Alberto Fujimori del caso ‘diarios chicha’, y anteriormente dictaminó a favor del grupo Colina, comando militar de aniquilamiento creado durante el fujimorismo.

Aunque la matanza de Accomarca no sucedió durante el gobierno de Fujimori, éste continuó la misma política de aniquilamiento a poblaciones andinas que podían o no contar con elementos terroristas entre sus habitantes.

Por otra parte salvo Hurtado, el resto de condenados no se encuentra con paradero conocido por lo que la lista de los mismos será incluida en el Programa de Recompensas para que los ciudadanos que conozcan de su paradero puedan colaborar con la justicia.

Terrorismo y gastronomía, elementos de cohesión nacional

En atentado terrorista vuelan torre de Entel Peru en Huacho, el 9 de oct. 1981. Foto: Carlos del Rosario

En atentado terrorista vuelan torre de Entel Peru en Huacho, el 9 de oct. 1981. Foto: Carlos del Rosario. Tomada de la página de la Comisión de la Verdad y Reconciliación.

Tengo la plena certeza de que si les preguntáramos a los peruanos por qué creen que es famoso el Perú, la gran mayoría de las respuestas serían: a) por su comida b) por Machu Picchu, y supongo que algunas otras cosas más en ese estilo. Sin embargo de haber hecho la pregunta hace 30 años las respuestas hubieran sido muy diferentes: a) por el terrorismo b) por el narcotráfico.

El Perú post conflicto interno de alguna manera ha logrado crear puntos de coincidencia e identidad nacional alrededor de determinados elementos cohesionadores que agrupan a peruanos de diversas procedencias que de otra manera sólo tendrían en común la nacionalidad. El país fallido, inviable y que se nos caía a pedazos hace poco más de dos décadas hoy es capaz de convertir en éxitos incluso sus fracasos, como en el fútbol.

Pero hay otro punto en el cual la inmensa mayoría de peruanos está de acuerdo y es un recordatorio de esas décadas pasadas: el terrorismo. El rechazo frontal al terrorismo y por ende a los terroristas es prácticamente unánime.

Atentado de la calle Tarata, Miraflores, Lima.

Atentado de la calle Tarata, Miraflores, Lima, año 1992. Foto tomada de la web de la revista Velaverde.

Un ejemplo reciente es lo sucedido hace tan solo un par de días a propósito de la liberación y posterior expulsión del país, por cumplimiento de condena por terrorismo, de la ciudadana estadounidense Lori Berenson. Un sitio web local en inglés, Living in Peru, publicó una nota al respecto adjetivando a la Berenson en el titular como «activista». La inmediata indignación online no se hizo esperar, al punto que el sitio web se vio obligado a corregir su titular eliminando la palabra activista y explicando que fue usada por que múltiples fuentes extranjeras en inglés la calificaban así.

Pero el asunto no terminó ahí, Mijael Garrido Lecca, Director del Diario Altavoz, publicó una carta abierta dirigida a AP, la agencia de noticias de donde Living in Peru tomó la nota, y donde menciona a Frank Bajak, el autor de la misma. Me permito citar un párrafo de la mencionada carta, tratando de no descontextualizarla demasiado:

Bajak dice que Berenson fue condenada por “colaborar con el terrorismo”. […] Los muertos que la ideología sanguinaria que Berenson pregonó no son un eufemismo; las viudas y los huérfanos tampoco. ¿Cómo es que Berenson encaja dentro de la categoría de activista si formó parte de una organización que asesinó a sangre fría y secuestró a discreción?

Osama Bin Laden no fue un “activista”, fue un terrorista. Los infames ataques perpetrados contra el World Trade Center el 11 de setiembre del 2001 no fueron un acto de activismo de ningún tipo. […] Lo que acaba de suceder en París no fue un acto de activismo. Fue terror. Pero estos “errores” semánticos abrigan el futuro de los terroristas, pues les permiten revisar la historia e imponer una narrativa tendenciosa y cobarde.

Entiendo que en los últimos años hay un abuso del uso del término terrorismo, por ejemplo y sin necesidad de ir muy lejos, aca mismo se habla de terrorismo ambientalista y terrorismo antiminero, términos con los cuales no todos están de acuerdo. Pero a mi modo de ver es significativo el cierra filas que se da en torno a que lo de Sendero Luminoso y el MRTA fue terrorismo y la no discusión al respecto. ¿Uniformidad de criterios o miedo a abrir viejas heridas del pasado? Quizás en este punto sea apropiado contar algunas características del terrorismo en el Perú.

Atentado senderista en las cercanias del centro comercial San Isidro en 1992. Foto tomada de la página de Flickr de Rodrigo Perú.

Atentado senderista en las cercanias del centro comercial San Isidro en 1992. Foto tomada de la página de Flickr de Rodrigo Perú.

Aunque Sendero Luminoso tuvo su periodo formativo en la ciudad andina de Ayacucho durante los años 70, su primer acto terrorista fue la quema de ánforas y cédulas de votación en el pueblo de Chuschi el 17 de mayo de 1980. Doce años, innumerables ataques terroristas y más de 60,000 muertos después, la captura de Abimael Guzmán, líder de la agrupación, el 12 de setiembre de 1992, marcó el fin de Sendero Luminoso.

Cuando Sendero realiza aquel acto inicial, lo hace sin ningún tipo de reclamo o protesta, sólo la sorda violencia frente a unas elecciones muy reclamadas y esperadas por la ciudadanía. Luego anunciarían que estaban en guerra con el estado burgués, proclamándose de orientación marxista-leninista-maoísta y seguidores de la tesis de Mao de que la violencia es inevitable para logar la revolución. Su programa general del año 1988 dice a la letra que buscan la: «Demolición del Estado peruano, dictadura de los explotadores dirigida por la gran burguesía, de las fuerzas armadas y represivas que lo sustentan y de todo su aparato burocrático».

Una de las características principales de SL fue su negativa al diálogo, en su ideología cualquier tipo de contacto con el enemigo que no implicara el uso de la violencia era una concesión inadmisible, no hubo nunca posibilidad de diálogo y menos de negociación, si algún miembro de Sendero mostraba alguna inclinación a dicha opción, era sometido a la «autocrítica».

Lo mencionado, junto a un uso oscuro del lenguaje por parte de SL, profundamente ideologizado para el común de los ciudadanos, no ayudó a entender qué se proponía la agrupación terrorista, y esto incluía a la inteligentzia limeña, que durante años falló en sus análisis y diagnósticos del fenómeno senderista, e incluso mostró una inicial simpatía por parte de sus elementos de izquierda. Sin embargo la opinión pública rechazaba mayoritariamente su ideología y métodos, y no dudó en definirlos, apelando a una denominación informal para los miembros de Sendero Luminoso: «terrucos», una quechuización de la palabra terrorista, existiendo incluso una versión más corta: «tucos». Así pues la asociación entre Sendero y el concepto de terrorismo surgió casi naturalmente en los sectores más deprimidos de la población urbana y rural de las zonas afectadas por los ataques de SL, es decir, los quechuahablantes. Luego el uso de dichas palabras se propagaría a todos los sectores sociales del Perú.

Lori Berenson en 1996 y en el 2015. Foto tomada de la web de El Nuevo Herald.

Lori Berenson en 1996 y en el 201o. Foto tomada de la web de El Nuevo Herald.

Para mi pues es innegable que las acciones de Sendero Luminoso están en el discurso público (oficial y no oficial) así como en el imaginario peruanos como acciones terroristas, y sus miembros, sin lugar a dudas, son terroristas, opinión que por cierto comparto. Cualquier intento de negar u ocultar esto resulta en una andanada de acusaciones provenientes de todos los sectores de la nación. Lo único comparable, y para esto regreso a la figura de la gastronomía, es la reacción ante los intentos de apropiación del Pisco Sour o de los Suspiros Limeños por los vecinos del sur.

Con la partida de Lori Berenson se espera que las aguas regresen a su normalidad. Pero varias señales de la importancia de este tema se dieron durante estos días. Algunos actores políticos le exigieron al gobierno que tome acciones para aclarar ante los EE. UU. que la Berenson es una terrorista y no una activista. El ministro de Justicia preguntado al respecto declaró que la actividad del MRTA, organización a la que perteneció Berenson, fue claramente terrorista. Incluso el Embajador de los EE. UU. dijo a la prensa que «yo califico a los integrantes de este grupo como son, hicieron actos de terrorismo, es un grupo terrorista, por lo tanto son terroristas». La Berenson, que a su paso por el aeropuerto para abandonar el país recibió gritos de «terruca» por parte de algunos de los presentes, manifestó que no considera que el MRTA haya sido una organización terrorista.

Hay posiciones que nunca llegarán a un acuerdo. Pero no se trata de un desacuerdo amistoso, como cuando se discute si puede hacerse Papa a la huancaina con papas que no sean la papa amarilla, cosa que de hecho se hace pero siempe hay puristas que lo ven como una aberración. Se trata de un desacuerdo fundamental entre la gran mayoría que, como se ha explicado, ve a estos grupos subversivos como terroristas, y un pequeño número, mínimo, que clama por que no, principalmente exterroristas, izquierdistas radicales y los que lo hacen por principio o demasiado influenciados por el discurso propulsado por algunas ONG extranjeras.

En lo personal me parece que una lección de todo esto puede esbozarse en una pregunta con su consiguiente respuesta: ¿Si la opinión consensuada y libre de todo un pueblo es calificar a los actos y miembros de Sendero Luminoso y el MRTA como terrorismo y terroristas respectivamente, quién tiene la autoridad o el derecho suficiente como para desafiar esa decisión? Dicen que la democracia es escuchar la voz del pueblo, y en este caso el pueblo peruano unido lo ha dicho bien claro.

Yo dejo acá el asunto y me dedicaré a otros temas, como definir, previa degustación, cuál es el mejor cebiche del Perú, o si el lomo saltado tiene más de chino que de criollo. Temas que también unen a los peruanos y son decididamente más gratos. Buen provecho.

Cebiche. Foto del usuario de Flickr Kukiko, bajo licencia CC Attribution-NonCommercial-NoDerivs 2.0 Generic (CC BY-NC-ND 2.0).

Cebiche. Foto del usuario de Flickr Kukiko, bajo licencia CC Attribution-NonCommercial-NoDerivs 2.0 Generic (CC BY-NC-ND 2.0).

Ex terrorista Peter Cárdenas sale libre ¿perdón, olvido o vigilancia?

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Peter Cárdenas. Imagen obtenida de este artículo del diario Ojo.

El pasado martes 22 de setiembre fue liberado el exmiembro del grupo terrorista Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), Peter Cárdenas Schulte. Cárdenas cumplió una condena de 25 años de prisión, por los cargos de terrorismo, terrorismo agravado y contra la fe pública. Sindicado como uno de los cabecillas del grupo terrorista, planeó, financió y participó en la fuga de 48 miembros del MRTA del penal de Canto Grande en julio de 1990. También participó en el asesinato del ex ministro de Defensa general Enrique López Albújar, del secuestro de varios empresarios y de atentados con cohetes antitanques contra los edificios de los Ministerios de Educación y de Economía.

Como era de esperarse las reacciones fueron bastante polarizadas, desde los pedidos de linchamiento y los que culpaban al gobierno o las ONG de DDHH, a los que explicaban que había que respetar las disposiciones y plazos legales.

Al respecto la periodista Dánae Rivadeneyra escribió en su blog que «cada cierto tiempo, cuando un condenado por terrorismo está próximo a salir en libertad, surge la misma zozobra, las mismas dudas». También recuerda el caso de Lori Berenson: «la reacción contra ella fue mucho más agresiva. Se la siguió hasta su departamento en Miraflores, se hicieron preguntas a los vecinos del tipo, ¿Está de acuerdo con que una exterrorista viva en su edificio?«. Finalmente reflexiona:

Los años han pasado, el Perú ha mejorado pero justamente, ¿qué se ha hecho desde el Estado peruano?, ¿qué han hecho los gobiernos que han pasado en estos 25 o 27 años desde que se capturó a estos cabecillas de Sendero Luminoso o el MRTA? No existe un plan de contingencia y menos un plan de reinserción para estas personas, en teoría rehabilitadas, que salen de la cárcel. ¿Sabe la Dirección de Inteligencia en qué anda Carlos Incháustegui, parte del grupo de apoyo de Sendero Luminoso desde que salió de la cárcel el año pasado?

Sin embargo el alboroto sería mayor el domingo 27 cuando Peter Cárdenas salió por televisión dando una entrevista en un sintonizado programa noticioso dominical.

La periodista Esther Vargas pregunta precisamente desde un punto de vista periodístico: «¿Debió hacerse esta entrevista? ¿Qué aporta? ¿Por qué tenemos que escuchar la voz de un hombre que no respetó la vida en señal abierta? ¿Por qué puede aparecer cómodamente sentado contando sus hazañas y expresando un tenue arrepentimiento?». Luego añade:

Peter Cárdenas es considerado uno de los más sangrientos cuadros del MRTA. Y la serenidad que hoy tiene, la manera cómo contó sus encuentros con Vladimiro Montesinos o con Abimael Guzmán, y hasta la forma en que dejó entender que la prisión fue dura, no hace sino indignar a los peruanos. Y está bien que nos indignemos, está bien que recordemos lo que pasó, que las imágenes de las ‘cárceles del pueblo’ –que este hombre diseñó o dirigió– donde mantuvo secuestrados a inocentes regresen a nuestra memoria para hacernos pensar que el terrorismo no debe volver nunca más.

Otros cibernautas siguieron dando testimonio, recordando los delitos de Cárdenas o simplemente opinando sobre el tema:

Otros aprovecharon para poner en debate el tema de la memoria o el olvido:

El debate no ha concluido. Las declaraciones de Cárdenas de que podría postular por un partido de izquierda o la de que piensa salir del país para reunirse con su esposa e hijos siguen discutiéndose.

#CharlieHebdo visto desde la óptica peruana

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«100 latigazos si no te mueres de risa» Imagen de Fanden selv en Flickr bajo licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 2.0 Generic (CC BY-NC-SA 2.0).

«La tolerancia tiene un límite», «el multiculturalismo es un error», «no generalicen», «doble rasero», «¿libertad de expresión o libertad para insultar?», «se lo buscaron». Todas esas son frases que con pequeñas diferencias han estado sonando estos días en la discusión internacional y entre las innumerables muestras de apoyo al diario satírico francés Charlie Hebdo luego del atentado que sufriera.

Acá, en Lima, Perú, estamos a medio mundo de distancia  de París, y no solo en el aspecto geográfico, sin embargo algo en común tenemos: hemos vivido la barbarie terrorista. Y mal que bien la hemos superado. Todas esas  preguntas, todas esas discusiones, las hemos tenido hace 20, 30 años. Pero… ¿tenemos las respuestas? No necesariamente. Las situaciones, los contextos, las características son distintas. Las generaciones se relevan, olvidan. Es más, probablemente no tengamos las mismas preguntas ni nos enfoquemos en los mismos temas de discusión al respecto.

Pero eso, como en todos los países del mundo, no ha impedido que los peruanos opinen desde su propia óptica, que relacionen ciertos aspectos del atentado con los de la coyuntura política y social peruana, que saquen sus propias conclusiones.

En la página web de la revista DedoMedio, el académico Daniel Salas analizaba el mismo día del atentado qué es lo que mueve al integrista a actuar de manera arriesgada.

Un gran error es tratar de comprender la acción humana en términos racionales. Contrariamente a lo que se suele afirmar, los seres humanos no actuamos de manera racional. Actuamos por una razón, que es distinto.

Luego pasa a habar sobre religiones y extremismos, explicando que el extremismo religioso actual «no es consecuencia de la pobreza, sino una reacción ante el dominio de las potencias democráticas, cuyos crímenes colonialistas son innegables» y también es «una respuesta ante una civilización que no ofrece estructuras morales seguras». Entonces es por eso que «el extremista sí valora la vida pero la entiende como trascendencia. La muerte es solamente un paso».

Por ello, las religiones flexibles suelen ser menos atractivas que las religiones rígidas. Los rituales, los tabúes, las amenazas de castigo eterno, en general, las distintas formas de sacrificio, son señales de que una religión posee un camino seguro hacia la pertenencia y la trascendencia. Al degollar infieles, al convertir la matanza en un espectáculo cinematográfico, como lo hace el Estado Islámico, el integrista pone en escena su propio sacrificio, la expectativa de su propia muerte. Sabe que es muy alta la posibilidad de morir pero justamente ese es el camino mediante el cual él puede trascender, es decir, a través de la esperanza del triunfo del Califato, del reino de Alá.

Entonces no es el fundamentalismo cristiano lo que podrá vencer al integrismo islámico. Una nueva cruzada es precisamente lo que el Estado Islámico desea provocar. La respuesta reside más bien en una democracia más firme, menos flexible, que imponga y haga respetar sus reglas. Nunca mejor se aplica el principio de que no se puede ser tolerante con la intolerancia.

Es evidente que el aspecto religioso del atentado ha sido uno de los más tratados, y eso ha sucedido incluso en el ámbito local. Verónica Klingerberger escribe en Publímetro.pe:

resulta curioso que militantes de otras religiones aprovechen la coyuntura para lanzar arengas invitando a los fieles a unirse a sus creencias. Un ejemplo es Martha Meier, editora central del suplemento Dominical de El Comercio, quien escribió ayer en Twitter: “Europa defiende tus raíces cristianas!!!!”. Como si la cúpula cristiana no hubiera sido responsable de atrocidades similares durante toda su existencia. […] Ayer, Salman Rushdie le dio su apoyo al semanario francés. El final de su declaración es claro y contundente: “Las religiones, como todas las demás ideas, merecen crítica, sátira y sí, nuestro valiente irrespeto”.

Pero no sólo los militantes religiosos trataron de llevar agua para su molino. Por lo menos un medio peruano (RPP) hizo lo mismo, sin embargo fue rápidamente troleado por gran cantidad de lectores. Doriss Vera escribe sobre la pregunta que RPP hizo en su cuenta de Facebook: ¿Crees que el semanario satírico #CharlieHebdo cometió excesos contra las religiones en sus publicaciones?

la pregunta clave es ¿por qué RPP se cuestiona sobre la libertad de información en este caso? La respuesta es muy sencilla: porque esa libertad cuestionada se vincula con intereses poderosos de su aliado Cipriani y la iglesia católica. Es fácil deducir que si RPP condenara totalmente el atentado y defendiera la libertad irrestricta de expresión de Charlie Hebdo, estaría defendiendo el derecho a la sátira (incluso la sátira religiosa, es decir, la blasfemia).

Lo que debería cuestionarse en los medios es el papel que las religiones han jugado en el poder o la cantidad de masacres que han desatado y siguen desatando, o la influencia perniciosa de todas las ideologías dogmáticas, desde el catolicismo y el islamismo hasta el fascismo y el comunismo de Sendero.

Mientras que casi no se ha comparado el terrorismo islamista con el de Sendero Luminoso, algún político sí pretendió poner el tema de Charlie Hebdo al nivel de sus errores, o los de sus padres. Tal es el caso del congresista Kenyi Fujimori quien, dolido por la nueva sentencia a su padre, el expresidente Alberto Fujimori, en el caso de los diarios chicha, tuiteó:

El argumento de la doble moral, muy usado por los críticos de la izquierda, también se hizo presente en un debate que comparaba diversas acusaciones de racismo en la sociedad peruana (ver casos Paisana Jacinta y Saga Falabella) con las caricaturas de Charlie Hebdo.

Pero quienes lograron hacer un interesante paralelo entre la situación de los medios en Francia y los medios peruanos, fueron los de la web satírica El Panfleto. Fieles a su estilo se preguntaron:

¿Qué pueden saber seis insignificantes redactores de un medio satírico en el culo de Sudamérica sobre señores de negro con armas bien de Counter Strike? […] “Terroristas balean un medio satírico y matan a 12 periodistas” y nosotros pensamos “ala, ellos tienen edificios de redacción, acá en Perú si no soboneas a 3 anónimos nadie te dará ni la página del obituario para escupirle en la cara a la Iglesia Católica”, “¿periodistas haciendo sátira son asesinados por terroristas?, acá una chiquilla salida de una facultad de periodismo, que cubre protestas denunciando a los manifestantes como vándalos, sale llorando porque le gritan ‘prensa vendida’, sin contar que jamás haría sátira porque eso molestaría a su jefe”. ¿Qué distinto es todo, no?

Pareciera que al final, aparte del apoyo y solidaridad que recibió lo de Charlie Hebdo, acá en el Perú ha servido principalmente para traer a la luz viejas discusiones nacionales sobre política, racismo y desigualdad.

Los Once, recordando la historia a través de la ficción

losoncecEn la historia reciente de los países latinoamericanos hay hechos de violencia por parte de agrupaciones terroristas y del propio estado, que a pesar de la realización de investigaciones de alto nivel y conformación de Comisiones de la Verdad, mantienen aspectos nunca aclarados e incluso testimonios contradictorios. Esto los ha vuelto parte de diversas teorías de la conspiración y de las leyendas urbanas que enhebran el tejido social de nuestras grandes urbes.

Uno de esos hechos es la Toma del Palacio de Justicia, sucedida el 6 de noviembre de 1985 en Bogotá, Colombia. A las 11.30 de la mañana de ese día comandos del movimiento guerrillero M-19 ingresaron al Palacio de Justicia, lo que generó la reacción de la Policía Nacional y el Ejército Colombiano, dando inicio a 27 horas de violencia y terror que dejaron un saldo de noventaiocho muertos y once desaparecidos.

Son precisamente estos once desaparecidos los que a 25 años de la toma inspiraron a tres amigos a crear una novela gráfica que recrea desde la ficción lo que pasó esas horas y de esta manera nos dan una visión distinta, a veces desgarradora, a veces esperanzadora, de un suceso que, como mencionan en la presentación del libro, es parte de la identidad de millones de colombianos.

El proyecto nace en el 2011, a raíz de una convocatoria que no ganaron, pero que los dejó con ganas de apostar por lo creado. Así pues en el 2012 deciden recurrir al crowdfunding para buscar apoyo económico y en el 2013 lanzan la versión de la novela gráfica para tablets y otros dispositivos electrónicos, y es en febrero de este 2014 que finalmente sale editado en formato  libro.

Curiosamente en el pase de la versión digital a la impresa ha habido algunos cambios en la narración. Diego Fernando Marín del blog Lecturas para todos nos habla de este cambio de enfoque.

(En la aplicación es el) … de una niña que prepara un discurso, que termina leyendo en un evento conmemorativo de la Toma del Palacio de Justicia, y que comienza con las únicas palabras que tiene la novela gráfica, Érase una vez…, lo que da lugar al subtítulo que hoy parece haber desaparecido: Como un cuento sin hadas. En esta nueva versión, una abuela narra en primera persona a su nieta lo que ella vivió durante la toma. La abuela, en este caso, es la madre de uno de los desaparecidos en la Toma.

Marín luego agrega:

El tono de Los Once  se mantiene en su tono neutral, no condena, no toma lugar, muestra la impiedad de los bandos y el lugar que tomaron las víctimas en el proceso, el dolor que se refleja en las palabras de César Rodríguez, un familiar, dichas en la radio nacional: “(…) de ninguno de ellos se tiene ninguna noticia. No los han dado en las listas de los rescatados, ni detenidos, ni muertos. No se sabe absolutamente nada”

Hablando del libro como novela gráfica, el escritor Luis Cermeño en un texto de enero del 2013 en Mil Inviernos señala diversas influencias: «El uso de la técnica a blanco y negro se la deben a su gusto por Sin City, de Frank Miller; la idea contar a la manera de fábula viene de La rebelión en la granja de George Orwell; y prescindir del texto, se lo deben en parte al trabajo de Justin Green en Binky Brown.» Y en cuanto al tema y tratamiento Cermeño añade:

La Toma al Palacio de Justicia es un tema que de entrada toca fibras, con muchos intereses mezclados de por medio; esta es la dificultad de tratar de elaborar una memoria colectiva alrededor de lo que no se sabe nada. Los Once no intenta justificar, de ningún lado u otro, lo ocurrido, su intención es tratar de narrar una historia con las personas involucradas en el conflicto en medio de una situación de pánico extremo. Tampoco trata de brindar respuestas. […]

En Los Once todos los personajes son ratones enfrentándose contra un gran monstruo polimorfo, quien a su vez es un personaje despersonificado: es la (des)personificación del terror, del mal absoluto y el caos. Esta metamorfosis es la violencia que siempre vuelve con nuevas caras, a veces insospechadas.

Para conocer un poco más de Los Once, conversé con José Luis Jiménez y Andrés Cruz, dos de los tres autores del libro. Acá el video:

Finalmente quiero añadir la palabras de los autores sobre el trabajo de investigación previo a Los Once, tal cual aparecen en un artículo de En Órbita:

Cuando estábamos haciendo la investigación, y hablábamos con familiares de las víctimas, a veces sentimos el peso de lo que representa intentar no tomar partido. Para los familiares los culpables de la desaparición son claros, pero nuestra intención no era mostrar culpables, sino construir una metáfora, a través de personajes animados (ratones, palomas, mirlas y perros), para lograr una nueva comprensión del episodio, de lo que vivieron las familias de las víctimas y las víctimas durante la toma y la retoma.

No se si el libro ha llegado a librerías peruanas, pero en todo caso pueden seguir a Los Once en Facebook y en Twitter. También pueden seguir a Sharpball (Facebook y Twitter), el sello bajo el cual estos jóvenes artistas colombianos sacan sus obras.

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Las imágenes usadas en este post son cortesía de Sharpball, y usadas con su autorización.

Chungui, desenterrando el horror

Limpiando restos óseos. Foto del diario La República.

Limpiando restos óseos. Foto del diario La República.

Lucanamarca, Cayara, Putis, Accomarca, Barrios Altos, La Cantuta, son nombres que vienen al recuerdo cuando se habla de  los años del terrorismo en el Perú, y que tienen el común denominador de la muerte de civiles sea a manos de Sendero Luminoso o de las fuerzas del gobierno en el combate contra el terrorismo.

Pero hay otros nombres que no por ser menos conocidos tienen menos carga de horror y tragedia. Soras, quizás la mayor masacre de Sendero Luminoso, no es tan nombrado como los casos anteriormente citados. Otras masacres perpetradas, como las de Ccano, Aranhuay, Huayao, tienen poca visibilidad en internet, donde es más fácil encontrar los casos que se refieren a excesos del ejército que las atrocidades de Sendero en la sierra y selva.

Chungui es uno de esos casos que si bien a lo largo de los últimos años ha recibido cierta atención, no es de los que se recuerda más. Sin embargo en dicho poblado ayacuchano de fértiles tierras pero de difícil acceso, la violencia ha sido una constante desde los años 60, en la época de las guerrillas, e incluso desde antes.

Ubicación de Chungui y Oreja de Perro. Foto de Moner Lizana de la web chungui.info

Ubicación de Chungui y Oreja de Perro. Foto de Moner Lizana de la web chungui.info

Chungui, el distrito, es parte de la provincia de La Mar en el departamento de Ayacucho. Una parte del distrito es conocida como Oreja de Perro, por la forma de la zona en el mapa del Perú. Y es con ambos nombres, Chungui y Oreja de Perro, que la Comisión de la Verdad y la Reconciliación presenta los testimonios recogidos en la zona y hace una cronología de lo sucedido desde el año 1967 hasta 1995.

Al leer dicha historia queda patente que el distrito no sufrió ni uno ni dos ataques, si no que a lo largo de los años 80 sus diversos pueblos fueron testigos de muchas incursiones armadas y acciones de amedrentamiento por parte de Sendero Luminoso, incluyendo asesinato masivo de los comuneros y ajusticiamiento de las autoridades civiles. A continuación, lo que una mujer, testigo de la matanza de Santa Carmen en 1982 narra a la CVR:

Esos hombres tenían un libro grande y llaman lista y dicen su nombre de mi papá, pronuncian XZ diciendo dice pues y de ahí le sacan y a mi papá le dicen XZ «presente jefe» dijo mi papá. Decían ya muy bien, muy bien te están llamando corre, corre te están llamando allá le dicen y le hacen correr a la escuela y detrás le estaban esperando varios más o menos como seis o siete estaban esperando, y alrededor de la muralla también estaban. Entonces mi papá llega y ni bien estaba volteando a la espalda de la escuela, uno le agarro de atrás y le empezó a patear y mi papá al querer defenderse más ya lo acuchillaron. Un cuchillo se lo meten por la espalda y mi papá empieza a agarrar a puñete y patada y paj, paj paj. Lo tiran y en el suelo lo pisotean y mi papá no muere y cuando le meten otro cuchillo en la barriga y en el corazón grita mi papá «ayyyyyyyy, ayyyyyyynooo» gritó sólo tres veces. Y después de esto al otro señor ya también, le llama lista y él le dice presente y otra vuelta el otro también corre, corre y el otro también igualito corre y en la lista le llaman, ocho personas habían muerto. Los ocho eran autoridades ellos eran como teniente, presidente de la ronda creo que ha sido el señor PJ creo que él ha sido el presidente de la ronda.

Pueblo de Chungui. Foto de Moner Lizana de la web chungui.info

Pueblo de Chungui. Foto de Moner Lizana de la web chungui.info

Se calcula en 1,384 el total de víctimas de la época del terrorismo en todo el distrito. Muchas de esas víctimas fueron enterradas en fosas comunes de ubicacion incierta, y no ha sido si no hasta hace poco que se han iniciado las labores de exhumación e identificación de restos. En enero de 2013 se entregó a los familiares los restos de 78 víctimas, y eso sólo fue el principio.

En agosto de este año el Equipo Forense Especializado (EFE), órgano del Ministerio Público, anunció el hallazgo de los restos de más de 200 personas en fosas en la zona de Oreja de Perro y el inicio de los trabajos correspondientes que permitan entregar los restos a los familiares. El jefe del equipo forense, Ivan Rivasplata, manifestó que aún no se tiene claro si estas personas fueron víctimas de Sendero o del Ejército.

La crónica de la realización de las exhumaciones, publicado por un medio local, es un doloroso recuento de los años del terror, y de cómo a pesar de haber pasado tanto, los deudos aún están interesados en recuperar lo que quede de sus familiares asesinados, y colaboran brindando los datos necesarios para ubicar mas fosas y enterramientos clandestinos: «En este pueblo [Amaybamba] espera Valentín Casa Quispe, un joven arriero de 36 años que carga en sus 10 acémilas todo el equipaje y herramientas para las exhumaciones. Él tiene un interés adicional en apoyar las labores del equipo fiscal, porque cree que en una de las fosas se encuentran los restos de su madre asesinada en 1986, cuando era un niño de 9 años.»

Fueron muchos los niños que quedaron huérfanos y tuviéron que arreglárselas de cualquier manera para sobrevivir. «Eugenia tenía 7 años cuando ejecutaron a sus hermanas en el caserío de Chaupimayo y a su padre en la base militar de Mollebamba en 1984. Tras esta desgracia, la niña pasó dos años en el monte comiendo hierbas sancochadas y maíz crudo. […] Cuando los militares me capturan y me llevan a Mollebamba yo había cumplido 9”. Los militares la entregaron a la campesina Lorenza Hurtado Alarcón, quien la obligó a pastar su ganado y servir en su casa. “A mí la señora me maltrataba, me gritaba y siempre comentaba en la comunidad que había recogido a una terruquita”.  Un año después, su tío Antonio Quispe Nieve la rescató y la llevó a Andahuaylas.»

Deudos llevando los restos de familiar exhumado. Foto del diario La República.

Deudos llevando los restos de familiar exhumado. Foto del diario La República.

A pesar de todo, podría decirse que Eugenia tuvo suerte, comparada con otros niños que no sólo perdieron a sus padres si no la identidad. La periodista Jacqueline Fowks, en el blog de NoticiasSer, comparte la historia del hermanito menor de Rigoberto y Marina, quienes le pidieron a un helicóptero del Ejército que lo llevara al Hospital de Huamanga pues estaba muy enfermo, luego de lo cual nunca más supieron de él. La periodista añade:

Éste no es un caso aislado. Una trabajadora del sector Salud de Ayacucho ha referido a trabajadores y asistentes sociales que en aquel tiempo, llegaban en helicópteros a Huamanga niños heridos o enfermos, o porque su comunidad era arrasada, y luego no los devolvían: pasaban a orfanatos, sin nombre, y más tarde los trabajadores los inscribían, hasta con sus propios apellidos.

En el GranComboClub, el economista Silvio Rendón luego de pasar revista a la violenta historia de Chungui y Oreja de Perro, compara y concluye:

La zona de Chungui, aquí, fue escenario de la guerra insurgente-contrainsurgente de los ochentas y noventas y es parte de lo que hoy se denomina “el VRAE”, el valle de los rios Apurímac y Ene, zona cocalera y donde persisten las acciones armadas contra el estado peruano. Lo ocurrido hace 45 años es muy indicativo de algunas persistencias en la historia peruana reciente. Y como ya vimos en 1965: insurgencia en el Gran Pajonal, en 1965 no hubo “comisión de la verdad” ni juicios a militares, ni acusaciones, ni nada por el estilo. Ahí quedó la cosa.

Este 2013, 30 años después de las masacres, parece que por lo menos los muertos, y sus familiares, recuperarán algo de dignidad y memoria.

MOVADEF y un Lynchamiento ¿no anunciado?

Exembajador Nicolás Lynch y la carta de Movadef

Exembajador Nicolás Lynch y la carta de Movadef

Movadef, o el Movimiento por Amnistía y Derechos Fundamentales, al que se acusa de ser una especie de pantalla de la agrupación terrorista Sendero Luminoso, sigue dando que hablar y no sólo en el Perú, si no también en el extranjero. Esta vez provocó la «renuncia» del embajador peruano en Argentina, y pedidos de interpelación al Ministro de Relaciones Exteriores.

Cuando aún no habían pasado muchos días de las declaraciones del Rector de la Universidad de San Marcos respecto a la infiltración de los diversos estamentos de la Universidad por parte de elementos de Movadef, el 31 de octubre se supo que esta organización había participado de un encuentro en Argentina entre las Madres de Plaza de Mayo y el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, y que en México Movadef había realizado el pasado mes de setiembre una acción de protesta frente a la embajada peruana en dicho país, con pancartas y banderas rojas. En ambos eventos los representantes de Movadef declararon ser víctimas de persecución política y abogaron por la libertad de su líder, Abimael Guzman.

No es la primera vez que se sabe de actos proselitistas de Movadef en el extranjero, pero parece ser que en esta ocasión se trata de un intento de lograr alianzas a nivel internacional. Mientras que por una parte el ejecutivo ha condenado las actividades de Movadef en el exterior, por otro ha anunciado la aprobación de un proyecto de ley para frenar el accionar de agrupaciones proterroristas.

Sin embargo el asunto escaló cuando el 2 de noviembre se supo que el embajador peruano en Argentina, Nicolás Lynch, había recibido a representantes del Movadef en la embajada peruana en Buenos Aires. Rápidamente congresistas y políticos de distintas bancadas exigieron su destitución. Curiosamente estos hechos había sucedido en el mes de enero, y se había informado a la cancillería al respecto.

Como consecuencia del escándalo mediático el embajador fue llamado a Lima para explicar acerca de esta reunión, dado que, como el canciller declaró, hay la orden de no recibir y evitar toda interlocución con los miembros de Movadef. Esta reacción empero, no evitó que se pidiera la interpelación del ministro.

El 3 de noviembre se supo que el embajador Lynch, luego de llegar a Lima ese mismo día, y reunirse con el canciller, había presentado su carta de renuncia y que esta había sido aceptada. A pesar de esto, algunos políticos eran de la opinión que debió habérsele destituido, y que se debía pedir al canciller una aclaración respecto a si ocultó la reunión con Movadef a la opinión pública.

Lynch y Movadef

Lynch y Movadef

Al igual que en los medios masivos, en los blogs la opinión mayoritaria es de cero permisividad ante el Movadef. Por ejemplo Fabber, el blogger de Océano de Mercurio comenta sobre estas declaraciones de Lynch: «La embajada es la casa de todos los peruanos» y «No estoy para juzgarlos» (en referencia a Movadef):

Es verdad que cualquier ciudadano del Perú puede acercarse a la embajada para resolver un trámite o ser ayudado ante un apuro en el país extranjero donde exista representación oficial. No importa en lo que crea o no crea, si es aprista, izquierdista, neoliberal, ateo, mormón, budista, o incluso que sea pro-nazi o pro-senderista (mientras no esté requerido por la justicia). Aquí no interviene lo que cree, sino su necesidad de resolver un asunto que puede estar al alcance de la delegación. Pero esto, y es algo que debe saber cualquier embajador, dista un abismo de recibir una delegación de un actor político pernicioso con el cual nuestro país tiene una posición no solo de enfrentamiento directo, sino que ha sido y sigue siendo su víctima.

Y en Voz Liberal del Perú escriben sarcásticamente sobre la renuncia del embajador Lynch y comentan:

Lamentablemente, como en toda sociedad, hay un sector de peruanos que son escoria social. Incluso en la política tenemos un variado segmento de izquierda compuesto en su mayoría por inmundicia humana que aun simpatiza con el terrorismo. Además hay muchos otros que simpatizan con formas de violencia como las tomas de carreteras, las marchas, los paros, pintas y otras formas vandálicas de intimidar a la sociedad para imponer sus propósitos por la fuerza. Toda esa escoria merece un trato diferenciado por parte de la ley y de quienes representan al Estado. Algo que Lynch pretendió ignorar.

En el blog Neoliberal Cusco igualmente critican la designación de gente de izquierda como funcionarios de gobierno y escriben:

Que complicados son los izquierdistas, ¿son genios o son idiotas? Al final, podría creer que a pesar de su estupidez ideológica, son más inteligentes y hábiles que la mayoría de nosotros, que si necesitamos trabajar (y mucho) para lograr las pocas cosas que vamos alcanzando. Sin embargo, actos como el de Lynch me traen a la realidad. Los imbéciles somos todos, que permitimos que estos mediocres vivan como ricos gracias a nuestro trabajo.

El profesor Gonzalo Gamio por su parte plantea en su blog que no se está discutiendo el tema a fondo más allá del escándalo:

No se puede derrotar al MOVADEF si no se libra una batalla política basada en la recuperación de la memoria de los crímenes de Sendero Luminoso. Allí están las evidencias, los testimonios. El Informe Final de la CVR y otras investigaciones han documentado rigurosamente estos hechos. Se trata de una lucha contra la impunidad y la amnesia. Resulta lamentable constatar que muchos seguidores de este grupo prosenderista son jóvenes que no tienen conocimiento de lo que vivimos en el país en los años del conflicto. […]

Y en el blog de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, la activista Rocío Silva Santisteban opina:

Obligar a Nicolás Lynch a renunciar ha implicado darle demasiada fuerza al Movadef, que ahora enarbolará esa cabeza como una victoria. Lynch debió renunciar cuando se produjeron las muertes de Espinar, Celendín, Bambamarca, Paita, entre otras, puesto que si eres verdaderamente de izquierda no tenías por qué avalar un gabinete como el de Valdés. […] Mi clara posición sobre Lynch no significa, por supuesto, que no pueda dejar de decir que ha sido masacrado mediáticamente con torpe cálculo político.

Y en el blog de Ideele Radio el analista Alberto Adrianzen, entrevistado sobre el tema, opinó:

En el gobierno argentino trabaja gente que ha estado vinculada a los montoneros; en Uruguay hay un presidente que ha sido guerrillero, que es [José] Mujica. En Brasil, hay una guerrillera que ha sido presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, entonces este tipo de relación, más allá de que te guste o no, es entrecomillas [en esos contextos] normal”, explicó. “Creo que Lynch ha reaccionado a este contexto y no ha reaccionado a este contexto que tenemos en Lima, lleno de fascistas autoritarios, que no entienden otra cosa que la represión.

Más o menos en la misma línea, Silvio Rendón del Grancomboclub piensa que el ambiente en Lima se está tornando represivo y «macartista» y advierte una división más en la nunca muy bien unida izquierda peruana.

La mayor parte de sector caviar se sumó a la campaña de las derechas e incluso encabezó el pedido de la cabeza de Lynch, como el toledista Ronald Gamarra y Rocío Silva de la CNDDHH. Es un sector parece creer que encabezando el discurso represivo no le harán nada. Sin embargo, hubo otro sector que se desmarcó de tal postura, desde luego que no por el MOVADEF o por la libertad de expresión o la libertad de ejercicio de derechos políticos, sino por su afinidad con Nicolás Lynch, al fin y al cabo, uno de ellos. Un sector caviar advierte que el clima represivo acabará incluyéndolo.

Por su parte el usuario de Facebook El Comerrio desliza una duda que vale la pena analizar:

No solo El Comercio, sino que ninguno de los otros diarios «importantes» de la capital (La Republica, Correo, Peru21) publicaron la noticia antes. ¿Se estaba guardando esta «bomba» para usarla en el momento adecuado? Sea como sea, genera suspicacias que esta noticia no haya sido publicada antes. Sospecho que a partir de aquí se viene una campaña fuerte contra las ONGs defensoras de derechos humanos.

Mientras tanto el día de hoy el canciller expuso ante el congreso las acciones de política exterior de su sector para frenar el avance del Movadef, para lo cual solicitó una reunión reservada. Por otra parte el presidente del Consejo de Ministros declaró que Movadef tiene los días contados. Asimismo, el presidente del Poder Judicial se manifestó a favor de declarar ilegal a esta agrupación. Más que seguro que habrá novedades en los próximos días.

Imágenes de este post obtenidas de la web del diario El Comercio.

Movadef está activo en el extranjero

Cuando aún no se disipaban las declaraciones del Rector de la Universidad de San Marcos respecto a la infiltración de los diversos estamentos de la Universidad por parte de elementos de Movadef, se supo que esta organización había participado de un encuentro en Argentina entre las Madres de Plaza de Mayo y el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, y que en México Movadef había realizado el pasado mes de setiembre una acción de protesta frente a la embajada peruana en dicho país, con pancartas y banderas rojas. En ambos eventos los representantes de Movadef declararon ser víctimas de persecución política y abogaron por la libertad de su líder, Abimael Guzman. No es la primera vez que se sabe de actos proselitistas de Movadef en el extranjero, pero parece ser que en esta ocasión se trata de un intento de lograr alianzas a nivel internacional. Mientras que por una parte el ejecutivo ha condenado las actividades de Movadef en el exterior, por otro ha anunciado la aprobación de un proyecto de ley para frenar el accionar de agrupaciones proterroristas. Mientras tanto la lideresa de Fuerza 2011, Keiko Fujimori, ha declarado que “La pasividad, la indiferencia y los discursos protocolares no son la receta para enfrentarlos” (a los terroristas), atacando así la posición del gobierno. Por su parte la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, Cnddhh, ha enfatizado que se opone «a cualquier amnistía a la cúpula de la organización terrorista Sendero Luminoso».

El resurgimiento del terrorismo en el Perú

La versión original de este post apareció en la web Future Challenges el 10 de octubre.

Presencia de Sendero Luminoso en el Perú a través de los años

Presencia de Sendero Luminoso en el Perú a través de los años

Durante los años 80´s y 90´s el Perú se vió asolado por el terrorismo, principalmente de las agrupaciones terroristas Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), pero también, y en una medida nunca claramente determinada, por las violaciones a los derechos humanos en las que incurrieron los diversos gobiernos que tuvieron que enfrentarse al terrorismo.

En 1992 con la captura de Abimael Guzmán, líder de Sendero Luminoso, empezó a decaer la presencia de esta agrupación, que volvió a recibir otro golpe con la captura de Óscar Ramírez en 1999. Por otra parte el MRTA disminuyó su accionar luego de la captura en 1992 de su líder Víctor Polay y la muerte en 1996 de su reemplazo Néstor Cerpa Cartolini durante los sucesos de la toma de la Embajada de Japón, realizada por el MRTA en 1996.

Según la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR) 69280 personas murieron o desaparecieron producto del terrorismo entre los años 1980 y 2000. Sin embargo estas cifras han sido bastante discutidas desde diversos sectores políticos y no hay consenso al respecto hasta la fecha. Como tampoco lo hay con la labor de la CVR en si, lo que de alguna manera evidencia que las heridas dejadas por los años de terrorismo no han sido adecuadamente sanadas, ni se ha llegado a un acuerdo nacional al respecto.

Yuyanapaq: Para Recordar. Muestra fotográfica de la CVR

Yuyanapaq: Para Recordar. Muestra fotográfica de la CVR

Por otra parte, si bien la propaganda oficial durante los últimos tiempos había incidido en el fin del terrorismo y los esporádicos ataques terroristas que se dieron a lo largo de esos años fueron manejados sólo como «narcoterrorismo», probablemente con el fin ulterior de tranquilizar a la población y no espantar la inversión extranjera, la realidad ha sido algo diferente.

Veamos por ejemplo, el caso de la zona del VRAE (Valle de los Ríos Apurímac y Ene), que ha permanecido como un bastión de los remanentes de Sendero Luminoso donde éstos se han estado desplazando sin ninguna limitación, siendo el terrorista conocido como el Camarada Artemio el líder de estas huestes hasta su captura en febrero del 2012.

A pesar de este golpe, no ha disminuido la presencia de elementos terroristas en la zona, es más, ahora para efectos de la lucha contra el narcotráfico se le conoce como VRAEM pues se está incluyendo en la zona militarizada al valle del río Mantaro debido a la cantidad de sembríos de coca que hay allí.

Pero un hecho más ligado al resurgimiento del terrorismo propiamente dicho, es la formación en el año 2009 de la agrupación MOVADEF, “Movimiento Por Amnistía y Derechos Fundamentales”, que está considerada como una fachada de Sendero Luminoso. El pasado mes de enero esta agrupación intentó inscribirse como partido político pero finalmente desistió, lo que no significa que no siga en actividad. Recientemente se ha conocido además de una reunión del MOVADEF en Ayacucho donde dicen, no se descartó el retorno a la lucha armada.

Una de las cosas que más sorprende de MOVADEF es la existencia de jóvenes que simpatizan con su postulado, abiertamente “marxista-leninista-maoísta-pensamiento Gonzalo” (Presidente Gonzalo fue el alias de Abimael Guzmán). Un aspecto clave en esto es la creciente presencia de Sendero Luminoso, o MOVADEF, en las universidades de Lima, y también en otras universidades del resto del país, pero también la falta de memoria histórica sobre los años del terrorismo, como si una gran parte del país hubiera preferido olvidar lo sucedido sin reflexionar al respecto.

Captura de terroristas en el Alto Huallaga. Febrero 2012.

Captura de terroristas en el Alto Huallaga. Febrero 2012.

Una organización que estaría funcionando como brazo de Sendero es el Conare-Sutep (Comité Nacional de Reorientación y Reconstitución del Sindicato Único de Trabajadores de la Educación del Perú), un gremio magisterial surgido del SUTEP, la agrupación que desde hace 40 años representa a los maestros en el Perú y la responsable de numerosos paros y huelgas. Un reciente informe periodístico indica que el Conare-Sutep se habría dividido en dos facciones, ambas de filiación senderista.

Por otra parte está la complicada situación de que varios de los líderes senderistas condenados por terrorismo irán adquiriendo su libertad en los próximos meses y años al cumplir sus condenas. Entre los casos más saltantes está el del número 2 de Sendero Luminoso, Osmán Morote, quien cumple su condena en junio del 2013.

Todos estos factores combinados hacen que la sociedad en su conjunto esté preocupada por lo que se ha dado en llamar el resurgimiento del terrorismo. Adicionalmente se tiene que a pesar del crecimiento económico del país, algunas de las condiciones que dieron origen a estos movimientos, tales como la pobreza y una profunda desigualdad social, así como difícil acceso a mejores condiciones de vida, condiciones patentes sobre todo en las comunidades campesinas alejadas de la sierra y en las periferias de las grandes ciudades de la costa, persisten, originando descontento en varios sectores de la población.

También influye en esto el hecho ya mencionado de que las nuevas generaciones desconocen mucho de lo que sucedió en los años de terrorismo y son presa fácil de la engañosa prédica proselitista. Se hace claro que el estado y la sociedad civil, deben participar coordinadamente en poner un freno al crecimiento del terrorismo en todos sus frentes, sobre todo el político, pero también en producir leyes consensuadas que enfrenten adecuadamente este problema. ¿Será la frágil democracia peruana lo suficientemente madura como para soportar un nuevo embate terrorista, o como para admitir opciones radicales en democracia? el tiempo lo dirá, pero no se aceptan apuestas.

La primera foto fue obtenida de la Wikipedia y se reproduce bajo una licencia Attribution-ShareAlike 3.0 Unported (CC BY-SA 3.0) de Creative Commons.

La segunda foto fue obtenida de la página de Flickr de The Advocacy Project y se reproduce bajo una licencia Atribución-NoComercial-CompartirIgual 2.0 Genérica (CC BY-NC-SA 2.0) de Creative Commons.

La tercera foto fue obtenida de la página de Flickr de Presidencia Perú y se reproduce bajo una licencia Atribución-NoComercial-CompartirIgual 2.0 Genérica (CC BY-NC-SA 2.0) de Creative Commons.

MOVADEF no descarta la lucha armada

En las últimas semanas MOVADEF ha estado dando que hablar. Primero se supo de una reunión de esta agrupación en el pueblo de Cora Cora en Ayacucho, donde no se descartó el retorno a la lucha armada. Esto ha generado el rechazo de los diversos partidos del espectro político peruano. En el siguiente video reportaje se puede apreciar partes de la mencionada reunión, declaraciones de sus dirigentes y más. Luego hizo noticia el descubrimiento de panfletos de MOVADEF, así como explosivos, en una vivienda en un AAHH en Ancón, donde los vecinos dijeron que hace unos días elementos terroristas pretendieron volar una torre de alta tensión. En el mismo sentido, otra nota periodística informa sobre la expansión de MOVADEF en los conos de Lima. Finalmente un diario local ha publicado un informe sobre la gestación de MOVADEF, que habría sucedido en el año 2000 durante unas reuniones entre Abimael Guzmán, Osmán Morote y otros inculpados por terrorismo, en la Base Naval del Callao. Estas reuniones habrían sido facilitadas por el exministro del gobierno de transición de Valentín Paniagua, Diego García Sayán.