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Museo Juan Lorenzo Lucero, Pasto, Colombia

El Museo Juan Lorenzo Lucero en Pasto, Colombia, conserva y exhibe objetos cotidianos y de arte de la historia de Pasto y Nariño. A lo largo de sus repletas salas hay cosas muy interesantes que si uno no está atento o está apurado pueden pasar desapercibidas. Tomé fotos a lo que me interesó pero hay mucho más, a continuación una pequeña muestra:

Museo Juan Lorenzo Lucero, 1

La casona sede del museo

Museo Juan Lorenzo Lucero, 4

Armas antiguas

Museo Juan Lorenzo Lucero, 19

Equipos de sonido

Museo Juan Lorenzo Lucero, 36

Padre Jesuita vestido de nativo en labor evangelizadora

Museo Juan Lorenzo Lucero, 49

Cabeza reducida por tribu indígena

Museo Juan Lorenzo Lucero, 51

Antiguo proyector de películas

Museo Juan Lorenzo Lucero, 55

Máquinas de coser y de escribir

Juan Lorenzo Lucero fue un padre jesuita que a finales de los 1600 realizó algunas expediciones a la selva, llegando a las cuencas de los ríos Marañón y Ucayali (Perú). Si desean leer sobre eso acá unas historias de aquellos viajes. En cuanto a mis fotos, todas acá. Y el Museo cuenta con su página en Facebook, de la cual pueden hacerse fan por supuesto.

Otros posts míos relacionados: del viaje, de Tumbes, de Ipiales, del Santuario de las Lajas, de Pasto, la exposición «Los espíritus, el oro y el chamán», el Museo del Oro, graffitis en Pasto y Casa Museo Taminango.

Casa Museo Taminango, Pasto, Colombia

La Casa Museo Taminango, en Pasto, Colombia, es una bella y antigua construcción (data del S.XVII, años 1600) donde actualmente funciona una muestra de diversas cosas relacionadas con la historia y tradiciones de Pasto (y Nariño, la provincia) en general. No está habilitada la visita a todos los ambientes de la misma, sin embargo lo que se puede recorrer es de mucho interés. Acá algunas de las fotos que tomé en mi breve paseo:

Museo Casona Taminango, 7

Dibujo de la Casona tal como era antes.

Museo Casona Taminango, 9

Teléfono antiguo, aún en funcionamiento!.

Museo Casona Taminango, 14

Imprenta de tipos manuales

Museo Casona Taminango, 31

Telar

Museo Casona Taminango, 34

Otro telar

Museo Casona Taminango, 47

Museo Casona Taminango, 41

Limpia botas hecho de huesos de vaca

Lastimosamente el día que fuí me falló la previsión y me faltó tarjeta de memoria para tomar todas las fotos que hubiera querido. En todo caso, acá todas las que pude tomar. En este otro blog hay un post con algunas cuantas fotos más. Y un par de interesantes crónicas de recorridos por la Casa Museo acá y acá. Tangencialmente de interés resulta este post sobre un encuentro de culturas andinas realizado en la casona.

Otros posts míos relacionados: del viaje, de Tumbes, de Ipiales, del Santuario de las Lajas, de Pasto, la exposición «Los espíritus, el oro y el chamán», el Museo del Oro y graffitis en Pasto.

Graffitis en Pasto

Los pocos días que estuve en Pasto vi algunos graffitis por las paredes de la ciudad que me llamaron la atención, En realidad no soy tan aficionado a los graffitis, la mayor parte de veces ni siquiera entiendo que dicen dada la complicada grafía que utilizan muchos de los graffiteros, pero cuando el mensaje va claro y directo obviamente que si. Bueno, acá los que ví y me gustaron:

Pasto, 25

«Si la prensa calla entonces, que hablen las murallas»

Pasto, 54

«Por la soberanía nacional Fuera Gringos de Colombia»

Pasto, 66

«Dile no al regueton esto no es «Puelto Rico»»

Pasto, 68

Mirando que borran el graffiti.

Personalmente no me simpatiza la idea de los graffitis cuando invaden propiedad privada pero sí cuando se hacen en muros abandonados o grandes espacios libres donde la monotonía impera, aunque claro, estos espacios puede que sean privados o del estado, pero a veces puede llegarse a acuerdos para ocupar dichas paredes libres. En realidad hay toda una sub cultura relacionada con el graffiti, si les interesa les recomiendo los siguientes blogs: Cazador de Graffitis (Perú), Graffiti Hispano, Graffitis del Mundo, Arte Callejero, I love Graffiti, FatCap. Específicamente un par de posts sobre graffiti en el Perú: Graffiti en Lima y Graffiti en el Perú, y videos sobre graffiti en el Perú.

Museo del Oro – Nariño, Pasto, Colombia

El Museo del Oro, en Pasto, Colombia, es parte de una serie de museos regionales del Banco de la República, cada cual dedicado al arte, sobre todo la orfebrería, de las culturas originarias de cada zona. Copio algo de lo que figura a manera de introducción en un folleto que me proporcionaron:

El Museo del Oro del Banco de la República en Pasto relata la historia de las sociedades que ocuparon el litoral Pacífico y el altiplano nariñense desde hace algo más de 2,500 años. Estas sociedades alcanzaron una gran destreza en el trabajo de la arcilla, el metal, la concha y la piedra, y sus tecnologías y diseños sugieren importantes intercambios con las culturas de Ecuador, Perú y Bolivia. La historia de las comunidades indígenas de esta región continuó durante la conquista y colonia hasta el presente y, con la llegada de esclavos africanos, enriquece la diversidad cultural en el suroccidente colombiano.

A continuación algunas de las fotos que tomé a la muestra permanente del Museo del Oro, todas las fotos acá.

Museo del Oro, 22

Museo del Oro, 41

Museo del Oro, 47

Museo del Oro, 67

Museo del Oro, 81

Museo del Oro, 82

Este post debe considerarse como una continuación a este otro: Exposición «Los Espíritus, el Oro y el Chamán», Pasto, Colombia pues ambas muestras están ubicadas en el mismo edificio del Banco de la República en Pasto y además, como es de suponer, las visité una a continuación de otra. Más posts relacionados: del viaje, de Tumbes, de Ipiales, del Santuario de las Lajas y de Pasto.

Budapest remembered

Hace unas semanas estando en Iquitos, leí vía un tweet de mi amiga @medeamaterial un post del blog Anchas Alamedas sobre un viaje a Budapest, y como era de esperarse, me hizo recordar mis paseos por esa ciudad y su ambiente, para mi, tan ajeno y a la vez tan atractivo. No quiero dejar que ese post se me pierda en el maremagnum de la twitósfera y comparto con ustedes un extracto del mismo, con el muy particular punto de vista de su autora. Completo lo pueden leer acá: Kósono, Kinga:

Llegamos al Palacio de Buda, el barrio más lindo de toda la ciudad. Es impresionante cómo cambian las cosas con subir una cuesta. Si Praga es la ciudad más linda de Europa, la ciudad de cuentos y princesas, Budapest, sin duda alguna, es la ciudad de los caballeros de los cuentos, los hombres valientes que protegían a esas princesas y construyeron sus ciudades y sus castillos en colinas que daban al Danubio.

Está atardeciendo, pero la vista desde el castillo es impresionante. Realmente impresionante. Creo que es lo más lindo que he visto en toda mi vida. Me conmueve hasta casi las lágrimas. No solo la vista, si no además esta humildad genuina de los húngaros, que hicieron y conservaron una ciudad tan bella, para ellos, no para reyes extranjeros y de fijo, no para impresionar turistas mochileros como yo. Es linda porque la querían linda, no presumida ni artificial.

Recorremos las callecitas medievales, tomando fotos de la ciudad que anochece, maravillándome de Parlamento de Budapest iluminado. Nos colamos en la ópera para que yo vea cómo se puede hacer algo muy muy bello y delicado sin caer en los excesos. La ópera está en media pausa y la señora de los tiquetes nos da permiso de entrar a vinear cuando oye que yo vengo de muy, muy lejos. Caminando entra la gente, me maravilla pensar que todos son húngaros. Una simpleza, lo sé. Pero nunca había visto a tantos húngaros juntos en mi vida. Quiero saber qué piensan, qué añoran, con qué sueñan. Quiero saber cómo se ven a sí mismos. Quiero que me expliquen qué es esto, que se siente en los huesos, qué se siente ser húngaro. Pero me acuerdo que no les entiendo.

Caminamos por la calle Andrassy, un bolevard lleno de árboles y de antiguas villas. Kinga me dice que de sus actividades favoritas, es salir a caminar a la calle. Yo aquí entiendo esa manía que solo había leído, de ir a dar paseos citadinos. Aquí, con lugares tan bien cuidados, tan seguros, tan llenos de cosas lindas, se puede. Uno entiende ese gusto. La calle desemboca en el Monumento a los Héores, que conmemora los 1000 años de la fundación de Budapest. A un lado, el Museo de Historia, al otro el del Arte, y atrás, un castillo de princesas donde todos los inviernos se puede patinar en el hielo en el lago artificial.

Es obvio que uno se hace representaciones de los sitios, ciudades que visita, que a veces difieren de la realidad, en poco o en mucho. Ciertamente Budapest es una ciudad hermosa, y es segura comparada con Lima, pero no lo es totalmente, hay de todo, como en todo lugar, y sin embargo coincido con la autora del post citado en muchas de sus impresiones, y es por eso que hago este post.

Los dejo con algunas fotos más a añadir a las tantas ya publicadas. Estas son del Liberty Bridge, uno de los varios puentes que comunican Buda con Pest cruzando el Danubio. Cuando estuve por allá, hace ya más de un año, estaba en reparación, supongo que ahora las obras ya habrán terminado:

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Estas otras fotos son del Great Market Hall, uno de los mercados mas grandes de la ciudad y al cual nunca pude entrar pues cada vez que pasaba estaba cerrado:

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Y esta última es de una Iglesia a la que no llegué a entrar y de la que sólo tengo un par de fotos:

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A ver si alguno de estos días termino de postear las fotos que quedan pendientes aún de Budapest, y sobre todo, de las aquineas, que así dicen que se les dice a las lugareñas de esa ciudad.

Actualización: Caigo en este post de Itzpapalotl, quien por un momento incide en mi opinión de que todo no es color de rosa y lo comparto.

Me pasé el día del otro lado del río, caminando y viendo a otros turistas con curiosidad, visitando una modesta tumba a un enemigo heróico, pensando en un largo laberinto subterráneo de catacumbas heladas, viendo las estatuas de los que fueron valientes ahora verdes, sentados en sus caballos. Pensaba mientras tanto en este artículo que compartió El Oso sobre el alcance de la xenofobia de los Húngaros, que llega a abarcar a minorías aún por existir. Eso en este mismo siglo, en este país de invadidos y agraviados, como si no estuviera la segunda sinagoga más grande del mundo a una cuadra del apartamento donde me voy a dormir.

Exposición «Los Espíritus, el Oro y el Chamán», Pasto, Colombia

Una de las cosas que me gusta visitar en cualquier ciudad a la que voy, son sus museos, si son de arqueología mejor. Y a veces uno se lleva interesantes sorpresas, como la que me sucedió en Pasto. Al llegar al Museo del Oro Nariño, ubicado en el centro cultural «Leopoldo López Álvarez» del Banco de la República en Pasto, encontré con que había un par de exposiciones aparte de la muestra del museo propiamente dicha. Una de ellas era la llamada «Los Espíritus, el Oro y el Chamán«. Copio lo que decía en el primer panel de la exposición y luego los dejo con algunas de las fotos tomadas.

Los pueblos indígenas americanos conciben el cosmos como una totalidad viva compuesta por una superposición de niveles en donde transcurre la existencia del hombre y los demás seres —animales, plantas, ríos, montañas, espíritus. Humanos y otros seres conforman una gran sociedad cósmica, bajo unas reglas estrictas de conducta, y comparten una sola forma de espíritu que les permite transformarse unos en otros, intercambiar su identidad y perspectiva. El chamán, especialista religioso y vigilante del orden social, es el experto en estos procesos de cambio.

La orfebrería prehispánica de Colombia revela la importancia de las ideas sobre transformación desde tiempos muy antiguos. Los objetos de esta exposición cobran vida y significado a la luz de las investigaciones arqueológicas y etnohistóricas y de las mitologías y el pensamiento de las sociedades indígenas actuales.

Espiritus, Oro y Chamán, 9

Espiritus, Oro y Chamán, 18

Espiritus, Oro y Chamán, 36

Espiritus, Oro y Chamán, 50

Espiritus, Oro y Chamán, 51

Todas mis fotos de la exposición las encuentran acá. Incluye tomas a los paneles explicativos los cuales pueden leer clickeando en cada foto hasta verla en tamaño grande. Una nota sobre la expo: Chamanes, representación y símbolos.

Pasto, 1

Luego de mis posts anteriores del viaje, de Tumbes, de Ipiales y del Santuario de las Lajas, finalmente llego a destino, bloguísticamente hablando ahora, y les traigo unas fotos de Pasto, ciudad colombiana de la cual quedé prendado. El viaje de Ipiales a Pasto tomó poco más de dos horas, su costo me pareció barato (US$3!!!) y transcurrió sin novedad, además el servicio de buses era bueno y el paisaje agradable. Estas fotos corresponden al segundo día de mi estadía por allá, cualquier rato posteo más de los sitios que visité en esa ciudad. Ah, y nuevamente se agradece el apoyo de Madame Web en la identificación de lugares 🙂

Pasto, 9

Pero primero el desayuno, un simple café con leche y pericos pero sin tomate ni cebolla, o sea huevos revueltos nomás.

Pasto, 10

La Plaza del Carnaval donde cada año, entre diciembre y enero se celebra el Carnaval de Negros y Blancos.

Pasto, 12

Otra vista de la Plaza del Carnaval.

Pasto, 13

Iglesia de San Sebastián, Pasto, Colombia

Pasto, 15

Monumento a Agustín Agualongo, frente a la Iglesia de San Sebastián. (Uno de los pocos sitios descuidados con los que me topé, por cierto, en una ciudad por otra parte bastante ordenada y conservada)

Santuario de las Lajas

Finalmente dejé fuera del anterior post sobre Ipiales las fotos del Santuario de las Lajas por la sencilla razón que creo que se merecen un espacio propio. Como las imágenes lo dicen todo ya les dejo con algunas de ellas, pero acá todas las fotos (junto con las de Ipiales, no les puse un tag exclusivo, sorry).

Ipiales, 11

Para llegar hay que bajar…

Ipiales, 16

Los recuerdos de los devotos, o milagros que les llamamos en Perú

Ipiales, 20

El frontis del Santuario.

Ipiales, 22

Una vista casi completa del Santuario.

Ipiales, 33

Y de regreso a la entrada (y casi sin piernas), unas muy andinas llamitas.

Mas info sobre el santuario en El Santuario de Nuestra Señora de Las Lajas en Ipiales, Nariño, Colombia, página especial del IpiTimes.

Ipiales

Catedral de Ipiales en la Plaza del 20 de Julio.

Ipiales, 2

En el post del Viaje Lima Pasto, tal como no conté de la estadía de unas horas en Tumbes, tampoco mencioné que me quedé casi un día, con su noche, en Ipiales. Bueno, como dije, Ipiales es la ciudad colombiana mas próxima a Ecuador si es que seguimos la Panamericana. Esta asentada en los Andes (a casi 3000 msnm) por lo que su clima le debe resultar familiar a cualquiera que haya estado en alguna de nuestras ciudades serranas. Realmente no tenía ningún motivo para quedarme ahí salvo visitar el Santuario de las Lajas. Sin embargo debo decir que la ciudad es bastante atractiva, por lo menos para mi gusto. Y eso que no la pude recorrer toda, pero se veía bastante tranquila y apacible, aunque sí me indicaron que la zona cercana al Terminal de buses es de cuidado, y efectivamente pude percibir un par de miradas sospechosas por ahí, pero felízmente no pasó nada.

El hecho de haber llegado a eso de las 2pm fue lo que me decidió realmente a pasar una noche en Ipiales, así pues luego de tomar una habitación y dejar la mochila, salimos a ver qué se podía almorzar a esa hora, ya para entonces casi las 4pm. Concluido ese trámite recorrimos un rato la ciudad y pude admirar sus plazas y calle principal con bastante movimiento comercial, aunque como ciudad de provincia, ya a las 8 de la noche prácticamente no había nadie en la calle. Luego del descanso nocturno, y el respectivo desayuno al día siguiente, enrumbamos para el Santuario de las Lajas, que se encuentra a unos 5 minutos en colectivo, y que es muy impresionante realmente pero lo malo fue que era fecha de peregrinaje y estaba repleto de gente, motivo por el cual el museo local se encontraba cerrado. Al regreso ya sólo quedo retirar las pertenencias e ir a la terminal terrestre a tomar el bus hacia Pasto, pero de Pasto ya les cuento en otros posts. Acá todas las fotos que tomé de Ipiales y el Santuario. Ah, y se agradece el apoyo de Madame Web en la identificación de lugares 🙂

Ipiales, 1

Carreta de carga, me dijeron que les llaman zorras.

Ipiales, 7

De desayuno los buñuelos colombianos y jugo de guanábanas

Ipiales, 8

Como esta calle hay varias en Ipiales.

Ipiales, 35

Monumento en la Plaza del 20 de Julio.

Ipiales, 36

Iglesia de San Felipe en la Plaza de la Pola, Ipiales.

Viaje Lima Pasto

Hace unas semanas me agarró el ansia de aventura y decidí hacer un viaje a lo mochilero, es decir, yo, mi mochila y la carretera, claro, de intermediario un bus, o dos, o los que fueran necesarios para llegar a mi destino. En este caso mi destino (luego de algunas deliberaciones, coordinaciones y cambios) era Pasto, ciudad colombiana que nunca me había llamado la atención hasta que mi amiga Jules me contó (y luego posteó) sobre ella. Contra lo que pensé, llegar es fácil y barato, el viaje un poco pesado pero nada complicado.

Bueno, la primera parte del itinerario fue un Lima Tumbes, que en promedio se hace en unas 19 horas. En este caso lo hice en 20, saliendo de Lima a las 3pm y llegando a Tumbes a las 11am del día siguiente. Costo S/.110.00 en Cruz del Sur. Pueden conseguir pasajes en otras líneas a precios más económicos, pero particularmente yo me siento más tranquilo viajando en Cruz del Sur, los buses son modernos, cómodos y sobre todo, seguros, algo muy importante y que siempre hay que tener encuenta en las rutas peruanas.

Ya en Tumbes un colectivo a la localidad fronteriza de Aguas Verdes cuesta 3 soles, pero si uno, como en mi caso, va a pasar la frontera con pasaporte o planea quedarse unos días, tiene que bajarse en el puesto de control de migraciones que es un poco antes. No preocuparse por donde es, está en la ruta y cualquier chofer conoce. No hacer caso a los tramitadores de permisos en el puesto de control es totalmente recomendable. Una vez visado el pasaporte con la salida tomar un motocarro de ahí a Aguas Verdes propiamente dicho no pasará de 2 soles.

Llegado a Aguas Verdes lo que hay que hacer es caminar hacia el puente fronterizo y cruzarlo, con lo que uno ya se encuentra en Ecuador. Ojo, en Ecuador la moneda de curso legal es el dólar norteamericano y en el mismo puente hay varios cambistas donde se podrán conseguir los dólares necesarios. Para las fracciones de dólar aún tienen curso legal los centavos en moneda ecuatoriana (Sucre) pero cuidado por que al darse cuenta que uno es foráneo tienden a hacer pasar un centavo por diez centavos, no es mucho pero jode que te quieran estafar.

Cruzado el puente uno ya se encuentra en Huaquillas, ciudad desde donde podremos conseguir un pasaje hasta Quito o mejor aún, hasta Tulcán que es la ciudad fronteriza con Colombia. De estos sale sólo uno al día, a las 4pm, así que si quieren hacer el viaje directo ya saben, yo lo cogí de pura leche. El costo del boleto desde Huaquillas hasta Quito es $10 y hasta Tulcán $15. Viajé con la empresa Panamericana, cuyo local queda a unas 4 o 5 cuadras del puente internacional. No es el gran servicio pero me dijeron que era el mejor. Por lo menos llegué sin novedad, aunque bastante cansado. El viaje toma 14 horas hasta Quito, donde llegamos a las 6am y de ahí otras 5 horas hasta Tulcán, donde llegué a eso de las 11am. Se cena en la ruta, lo que no sale más de $2 o $3 por persona.

Ah, lo olvidaba, deben hacer visar su pasaporte en la oficina de Migraciones de Huaquillas, que está a la salida de la ciudad. Cualquier taxi les cobrará $1.50 y es preferible lo hagan antes que estén embarcados cosa de no demorar el viaje. Así que el trámite les saldrá por $3 (costo taxi ida y vuelta), luego del cual ya habrán entrado oficialmente a Ecuador. Ya en Tulcán deben tomar un taxi hasta el puesto fronterizo de Rumichaca, no recuerdo cuanto me cobraron por la movilidad, si van solos me parece que es algo de $3, pero si comparten el taxi les puede salir por menos, como me salió a mi ($1.30 creo).

Para sellar la salida de Ecuador hay que pasar por el puesto migratorio correspondiente, lugar donde suele haber colas pues el sistema «se cae», o por lo menos así estaba cuando llegué. Luego de esperar casi dos horas pude hacer el trámite y oh sorpresa, el funcionario me pide carnet de vacunación contra la Fiebre Amarilla, obviamente no lo tenía y pensar en regresar a la ciudad a hacerme vacunar se me hacía pesadísimo, así que evalué rápidamente al policia y le lanzé el anzuelo: «amigo, tengo que pasar urgente, me están esperando, tu dirás», la respuesta no se hizo esperar: «ve a la oficina del costado para conversar». En resumen, la gracia me salió $5. Anécdotas latinoamericanas que le dicen.

Sellado mi pasaporte agarré mi mochila nuevamente y a pie (dista una cuadra) me dirigí al puesto de migraciones colombiano, acá la cosa fue sencillísima y en un toque ya había ingresado oficialmente a Colombia. Hecho esto cambié unos cuantos dólares por pesos colombianos (me pagaron 1900 pesos por dólar) y tomé un colectivo a la ciudad de Ipiales que está a 3 kilómetros de la frontera (sorry, no recuerdo el costo, algo de 1500 pesos pero no estoy seguro).

La parte final, de Ipiales a Pasto toma 2 horas y media y sale al costo de 6000 pesos colombianos es decir, poco más de $3 dólares norteamericanos y casi ni se siente. Ya otro día les cuento sobre Pasto, ciudad de la que quedé encantado. Pero por mientras algunas fotos del viaje Lima Ipiales (Todas acá, lo que incluye mi estadía de unas horas en Tumbes). Del trayecto de Ipiales a Pasto no tomé casi nada de fotos, pero acá el bus en el que viajé y un par de la ruta.

Viaje Lima - Pasto, 1

En los primeros tramos de la Panamericana Norte, Lima.

Viaje Lima - Pasto, 5

Si no es Pasamayo se parece bastante.

Viaje Lima - Pasto, 10

Las playas de Tumbes, quizás Máncora.

Viaje Lima - Pasto, 29

Migraciones Huaquillas, Ecuador.

Viaje Lima - Pasto, 33

Campos de platanales en Ecuador.

Viaje Lima - Pasto, 39

Volcán en la ruta Quito Tulcán, Ecuador.

Viaje Lima - Pasto, 41

Laguna cerca de Otavalo, Ecuador.

Viaje Lima - Pasto, 44

Iglesia en Otavalo, Ecuador.