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Arguedas en la Galería Pancho Fierro

Hace unos meses, a propósito de una exposición en la galería municipal Pancho Fierro, me preguntaba por el futuro de esta galería bajo la nueva administración municipal. Y aunque en realidad es todavía pronto para saberlo, la primera exhibición realizada este año ya con la nueva gestión podría ser un indicio. Se trató de una muestra doble. Por una parte la chalina de la esperanza, por la otra un homenaje a Arguedas: «Arguedas Hoy». En este post les traigo algunas fotos de lo que vi y me llamó la atención de entre las obras inspiradas en Arguedas. Pero antes una cita del texto de los curadores de la muestra, María Elena Alvarado, Víctor Vich y Jorge Villacorta:

En toda la obra de José María Arguedas encontramos una voluntad de totalizar la realidad peruana pero, al mismo tiempo, una trágica conciencia de la imposibilidad de dicho intento. […] Mucho más que la tradicional pregunta por la identidad, lo que encontramos en la literatura de Arguedas es la búsqueda de reconocimiento, es decir, la interpelación de un otro que históricamente no ha sido reconocido. Ese “otro” que siempre ha sido “objetivado” y al que se le ha impuesto un inmenso aparato de dominación social. […] Antes bien, Arguedas quiso mostrar la heterogeneidad cultural como algo nunca completamente asimilable y con esa idea quiso aportar a la construcción de un alternativo sentido de la realidad. Tal vez su obra puede ser leída como el riesgo hacia el encuentro con otro que exige igualdad en busca de la construcción de un tiempo nuevo.

Budaekeko con Zumbayllu

Sólo para I(NN)ciados Arguedas

El Cóndor

La Masa

Emigración, el viaje

Arguedas: Emergente

Y bueno, el resto de fotos las pueden ver acá. Lo último que se de la galería Pancho Fierro es que la están remodelando. Veremos que resulta.

Exposición de Teobaldo Nina en la Galería Pancho Fierro

Exposición Teobaldo Nina

Exposición Teobaldo Nina

No soy conocedor de las artes plásticas, pero cada que paso por el centro de Lima me gusta darle una visita a la Galería Municipal de Arte Pancho Fierro, en el pasaje Santa Rosa, a media cuadra de la Plaza de Armas de Lima. Tengo fotos de muchas de las exposiciones que he visto ahí, pero creo que esta es la primera vez que posteo sobre una de ellas.

Y bueno, tratándose de algo tan subjetivo como el arte no diré si me gustó o no, si no que simplemente les dejo con las fotos de las obras que me llamaron la atención, y algunos escaneos del brochure para los asistentes.

Teobaldo Nina, 1

Teobaldo Nina, 2

Teobaldo Nina, 3

Teobaldo Nina, 4

Teobaldo Nina, 5

Por cierto en el brochure encontré los datos del blog de Teobaldo Nina, el artista moqueguano cuya obra se encuentra actualmente en exposición, y que usa a manera de cuaderno de recortes de sus actividades públicas, encontrándose posts desde el 2009. Y también los datos del facebook de la galería Pancho Fierro, que no tiene muchos fans que digamos, pero mantiene alguna información de las últimas actividades que esta institución ha venido realizando.

Lo que me preguntaba mientras apreciaba las pinturas de Nina, era cómo será la tendencia artística de la Galería con la próxima gestión de Susana Villarán. ¿Veremos puros artistas caviar? si es que es posible tal definición por supuesto ¿Sólo representantes de la «ideología de género» o feminismo?. Se habla que el arte no debería tener carga ideológica, pero muchos no lo consideran así. ¿Estarán vetados los artistas ideológicamente contrarios a este intento de izquierda unida del siglo XXI? ¿Y las opciones más radicales, también serán marginadas al igual que la alianza con el MNI? Hay que recordar que la labor de dirección y/o curaduría la hacen funcionarios que llegan a tal puesto por, por lo menos, simpatizar ideológicamente con la agrupación que está en el poder, por más «independencia» a la que se quiera aludir, así que la probabilidad que esto suceda no es tan lejana. En todo caso ya lo estaremos viendo pronto.

Pinturas de Taricuarima

De vez en cuando, aunque últimamente sucede muy poco debo decir, encuentro algun blog que me gusta al completo, desde su primer post hasta el último. Bueno, el blog del cual extraigo las pinturas que ilustran este post es uno de esos. Se trata del blog Galerías Pinturas Taricuarima, del artista loretano Pablo Taricuarima. Obviamente el blog está exclusivamente dedicado a las obras de este joven pintor. Los temas son principalmente amazónicos y, aunque soy lego en cosas de pinturas, veo técnicas variadas en uso. Esperamos que siga colgando su arte en la red para que todos podamos apreciarlo y disfrutarlo.

Exposición: Cristo en Imágenes

Otra de las exposiciones de arte que pude apreciar en la ciudad de Pasto fue esta de temática religiosa: Cristo en Imágenes, que estaba en la Casa de la Cultura. La muestra era de varios autores y diversos registros. Acá las obras que más me gustaron:

Cristo en Imágenes, 3

Cristo en Imágenes, 6

Cristo en Imágenes, 14

Cristo en Imágenes, 16

Cristo en Imágenes, 19

Todas las fotos que tomé en la exposición acá. Lamentablemente no he encontrado mayor referencia a esta expo en internet, si no, con gusto ponía los enlaces.

Otros posts míos relacionados: del viaje, de Tumbes, de Ipiales, del Santuario de las Lajas, de Pasto, la exposición «Los espíritus, el oro y el chamán», el Museo del Oro, graffitis en Pasto, Casa Museo Taminango, Museo Juan Lorenzo Lucero y Exposición: Simbiosis Simbólica.

Exposición: Simbiosis Simbólica

Los pocos días que estuve en Pasto, Colombia, pude apreciar algunas exposiciones de arte. Mis conocimientos sobre el tema no me permiten hablar, o escribir al respecto, pero si compartir con ustedes lo que vi. Esta en particular, «Simbiosis Simbólica» de Alexander Buzzi, se encontraba en el Centro Cultural Palatino, de la Universidad de Nariño.

Muestra Simbiosis Simbólica, 3

Muestra Simbiosis Simbólica, 9

Muestra Simbiosis Simbólica, 22

Si quieren saber sobre la exposición acá una pequeña explicación. Por acá una reseña del autor y algunas de las obras mostradas pero con sus nombres y dimensiones. Y en este enlace todas las fotos que tomé.

Otros posts míos relacionados: del viaje, de Tumbes, de Ipiales, del Santuario de las Lajas, de Pasto, la exposición «Los espíritus, el oro y el chamán», el Museo del Oro, graffitis en Pasto, Casa Museo Taminango y Museo Juan Lorenzo Lucero.

Arte, Galerías, Santos y Censura?

Hace poco más de un mes se inauguraba la muestra “La migración de los santos” de la artista Cristina Planas, en la galería Vértice en el barrio limeño de San Isidro. Las obras mostradas eran bastante iconoclastas en cuanto a la visión que nos proporcionaba de las imágenes tradicionales de populares santos limeños. En el blog Palabras Van y Vienen II, la artista habla sobre sus intenciones al elegir esta temática:

Los santos están en los altares, pero antes de estar allí fueron seres humanos y vivieron en esta tierra … Estoy disponiendo la galería como si fuera una gran iglesia antigua; en lo que sería el altar principal está en Señor de los Milagros … al lado derecho, “a la diestra del Señor”, a San Martín y Santa Rosa, los santos que son, digamos, oficiales, y a la izquierda está Sarita Colonia, la santa popular pero que no ha sido reconocida por el Vaticano.

en la actualidad ya no matan a nadie con espinas ni con clavos, sino más bien con armas de fuego, entre otras cosas. Por eso al Cristo Moreno lo he retratado como clavado de fusiles, en vez de coronado de espinas; a Sarita la he ubicado en su combi; a San Martín lo he caracterizado como un muchacho de barrio; y a Santa Rosa como a la mujer apasionada que es capaz de disfrutar de su proceso vital.

Pero lo que mas llamó la atención no fue únicamente eso sino que los santitos habían sido vestidos sólo con ropas interiores actuales. Como era de esperarse pues, esto generó diversas reacciones, desde los que estaban a favor de mostrar esta quizás más humana visión de los santos, hasta quienes se sintieron ofendidos por considerar irreverente la forma en que las figuras sagradas habían sido puestas. Sin embargo los hechos dieron un giro sorprendente poco antes que la muestra concluyera pues la Municipalidad de San Isidro clausuró el local de la galería aduciendo problemas con la licencia municipal de funcionamiento. Al respecto la Directora de la Galería, Rosario Wenzel, publicó un comunicado en el blog Arte Nuevo, del cual cito uno extractos:

6. Debemos señalar que no es cierto que la Galería Vértice carezca de la respectiva Licencia de funcionamiento ni que no cuente con el Certificado emitido por Defensa Civil, aún cuando podrá haber existido un problema administrativo de actualización del RUC, el cual ya ha sido solucionado.

7. Es evidente que el cierre físico de la Galería Vértice se ha llevado a cabo por la presión de un grupo ultraísta, que no representa a la comunidad católica, de la cual somos respetuosos, y lo que es más grave, las personas que han expresado su disconformidad no han visitado la muestra y se han dejado llevar por la opinión tendenciosa de gente desinformada, fanática y llena de prejuicios, que estamos seguros no comparte la mayoría de las personas pensantes.

Pero lo interesante ha estado en las reacciones surgidas en diversos blogs. Por ejemplo, Choledad Privada ejerció su derecho al sarcasmo y lo plasmó en el post Calzoncillos blasfemos: Convocatoria del Club de Damas de San Isidro:

Los fieles parroquianos que conforman el Grupo de Oración de Choledad Privada me han cedido este espacio para hacerles llegar, en estos días de funesta tragedia contra los santos católicos, nuestra voz de arrullo y protesta contra la exposición burlesca a la que han sometido a Santa Rosa, a nuestro Señor morado, a nuestro morenito San Martín y hasta la chica esta, la Sarita que cuelgan en los taxis y en las refris, exhibiéndolos en una demoníaca galería de arte nada menos que en paños menores, en mundanas prendas íntimas, como si se tratara de un loco calato de esos que hay en otros distritos.

Amazilia de Perú Apartheid encuentra poco fundados los arrebatos de escándalo en su post Lío de blancos? Vértice y la censura:

En principio no entiendo por que encuentran estas figuras ofensivas, aunque presentadas en forma poco convencional se les guarda el respeto debido, estan como estarian en cualquier otra iglesia, no se que es lo que les molesta más: la ropa interior o las expresiones faciales. Pero en los 2000 años de arte cristiano no ha habido trasgresiones mas bizarras? como lo cuenta Faveron, o no esta representado Cristo en jubones (i.e. calzoncillos) y nadie se ha escandalizado (aún).

Por su parte Guille de Pueblo Vruto es de opinión contraria y lo expresa en su post Santitos Calatos o muerte:

O la señora Planas ignora el valor de los santos para las personas religiosas o intenta burlarse de ellas. Es obvio que para los fieles y devotos la gracia del santito radica en que se trata de un modelo de vida espiritual que no solamente reduce la importancia de lo físico (material) sino que, incluso, combate su centralidad. Ya lo saben: la belleza interior en lugar de la exterior. Lo segundo como reflejo de lo primero apenas tiene cabida en el imaginario «telenovelesco», no en el religioso. Claro que en la fe no se discrimina ni menos se sataniza la belleza exterior. Es su anteposición lo que se considera pecado. En las obras censuradas al invertir el orden de importancia -lo «carnal» por encima de lo espiritual- se va en contra de la religiosidad. No se trata del simple afán de proponer una estética «alternativa»: claramente se subvierte la estética «corriente» (oficial, canónica, etc) con un anti-valor. Los santos de Cristina Planas no «migran»: se trastocan hasta la negación y el (auto) rechazo.

Para terminar los dejo con la opinión caústica de Luis de Bloodyhell en su post Quiero ofender:

Aún no tengo los suficientes elementos de juicio para saber si lo de Vértice fue una censura o no. Pero sí tengo los suficientes elementos para comprender que sería más interesante que los artistas se animaran -a la luz de estas expresiones últimas de, según se dice, intolerancia o ignorancia estética de los mal llamados «fanáticos religiosos»- no a decir que la religión es importante para el «pueblo peruano» o a admirarse del fervor de esta nación «católica», sino a alertar y pensar sobre todo lo chueco y malsano que una religión es capaz de producir. O sea, es hora de ofender a la religión.

Hay un comentario que leí por ahí que me pareció muy lógico. Dice lo siguiente, parafraseo: «¿cómo así me piden respetar el arte cuando los artistas no respetan mis creencias?». Muy cierto. Súper cierto. 100 bonus points. La respuesta es así: no, nadie pide que respetes el arte. Es más, nadie pide que respetes nada. Tu irrespeto es ilimitado, sin fronteras y puede contener toda la ira y el desprecio de lo que tu cerebro es capaz. Solo hay una restricción: cumplir la ley, escritas, aunque te parezca increíble, por los hombres, que pensaron cosas muy diferentes a Dios. Por lo tanto, no puedes ir a una galería de arte y quemar aquello que te parece ofensivo y que no respetas. Serías detenido por eso. Pero sí puedes decir y escribir sobre el arte todo lo que tú quieras. O, mejor, podrías ser un artista religioso y dedicar tus obras al Señor, obras que, claro, lo respeten. Dudo mucho que le importe, pero bueno, eres libre. ¿Y sabes qué? Esa libertad de expresarte no te la dio Dios: te la dieron los hombres.

Foto obtenida del blog Palabras Van y Vienen II.

John Carey: El arte culto no es superior al popular

John Carey, profesor de la Universidad de Oxford, presidente del jurado del Booker Prize y miembro de la Academia Británica, entre otras cosas, ha publicado recientemente el libro: What good are the arts? (¿Para qué sirven las artes?), próximamente en castellano, que obviamente ha polarizado a los intelectuales de medio mundo. De la conversación que Juana Libedinsky sostuvo con él en Inglaterra, y que fue publicada como entrevista en el diario argentino La Nación, extraigo algunas partes.

(Supongo que preguntado sobre la subvención a las artes por parte del estado, pues no aparece la pregunta en la entrevista)
«Es ridículo usar el argumento de que hay que destinar fondos públicos a la alta cultura porque es la manera de permitir el acceso de las masas a lo que es considerado el buen arte, para que aprendan a valorarlo -dice-. Hasta ahora eso nunca se ha dado. Se ha estudiado la composición de los visitantes a museos en distintas partes del mundo, por ejemplo, y el resultado es que cuando la entrada es gratuita no cambia sustancialmente la composición demográfica. Lo mismo ocurre con los teatros nacionales. Entonces, no creo que aquellos a quienes no les gusta la ópera o no quieren ir a la ópera deban financiar con sus impuestos a los que sí quieren. En particular, yo odio la ópera del Covent Garden, un edificio tan lujoso que mucha gente se sentiría socialmente fuera de lugar allí, y que da el mensaje de que la ópera, la clase alta y el lujo son cosas que, naturalmente, van juntas. No es un mensaje que deba darse con los fondos públicos.»

Pero, por ejemplo, en el caso del Teatro Colón, en la Argentina, un argumento que se esgrime es que el Estado debe mantenerlo porque es parte de nuestro orgullo nacional. ¿No es una idea válida?
Es interesante, porque con el argumento del orgullo nacional es como nacieron las grandes colecciones nacionales. El Louvre, por ejemplo, se armó con las obras que Napoleón iba robando de otros países. Hitler también robó vilmente escudándose en el argumento del orgullo nacional. El arte es lo mismo que el equipo de fútbol: usarlo para el orgullo nacional es un error. Es cierto, Blair va a llevar a algún otro jefe de Estado a nuestro museo, pero el arte no tiene nada que ver con permitirle al señor Blair que se luzca. Es la gente común la que tiene que comprometerse con el arte, participando, y no sólo mirando de lejos con admiración. Por ejemplo, para lo único que está probado en parte que sirve el arte es para proyectos como la reinserción de los presos en la comunidad, de gente con comportamientos antisociales. Pero las grandes sumas estatales van a las instituciones de prestigio que las masas, se supone, deben visitar para elevarse y cosas así.

¿Cómo surgió la idea de alzarse contra la superioridad del arte culto?
Mi libro anterior fue sobre los intelectuales modernistas británicos, como Virginia Woolf, D.H. Lawrence, T.S. Eliot, y su relación con las masas, sobre la forma en que reaccionaron a la cultura popular. Lo resumo en dos palabras: la odiaban. Odiaban a las masas y querían eliminarlas, eran intelectuales que dijeron cosas extremadamente violentas contra quienes no tenían su mismo gusto. Así surgió mi interés en ver por qué hay tanta gente que venera el arte culto y lo siente superior al popular. Quise ver si podía encontrar razones que lo justificaran. Por supuesto, tuve que arrancar con la pregunta de qué constituye una obra de arte. Y cuanto más investigué, más fascinante me resultó el tema, porque, sobre todo después de Duchamp y de Warhol, no pude encontrar explicaciones que sigan sirviendo. ¿Qué psicólogo va a aceptar que una obra de arte sea algo que nos hace mejores personas, como creen quienes dicen que te eleva o que da mayor sensibilidad? Otros siguen creyendo que una obra de arte es aquella elegida por Dios, pero me cuesta creer que podamos saber qué elige Dios. Finalmente, lo que ocurre es que si decimos que una obra de arte es superior a otra -y la gente lo dice-, lo que estamos diciendo es que el sentimiento que nos provoca es superior al sentimiento que otro tipo de arte provoca en otra gente. Eso es absurdo, porque nunca vamos a poder saber qué pasa por la cabeza de los demás. Jamás podremos sentir lo que otros sienten. Al final, todo es opinión y subjetividad, cosa que vuelve locos a los expertos.

¿La Mona Lisa no es intrínsecamente mejor que un paisaje de Calamuchita pintado por el artista del pueblo?
No creo que sea intrínsecamente mejor. El experimento mental para darse cuenta es suponer que los seres humanos ya no existen y que Dios tampoco existe. ¿Tendría la Mona Lisa valor en ese caso? No; las obras de arte tienen valor porque alguien les da valor. Que mucha gente piense que la Mona Lisa es valiosa y que signifique algo para ellos obviamente es importante, pero eso no quiere decir que aquel que prefiera la pintura de su barrio esté errado de la misma manera que estaría errado si hubiera hecho una suma mal o deletreado mal una palabra. No existe un examen objetivo para certificar que la Mona Lisa es mejor. Su superioridad no puede medirse. Y no hay por qué hacer sentir avergonzada a la gente que no le gusta algo que es considerado una obra de arte. Además, aunque hubiera leyes objetivas en la estética, sería muy difícil encontrar aquellas que atravesaran todas las culturas. En el arte occidental, por ejemplo, la destreza del artista y su originalidad son muy importantes. En cambio, para la cultura oriental lo que tiene valor es mantenerse dentro de la tradición. La calidad de un dibujo de Miguel Angel comparado con el de un niño es sólo evidente dentro de una cultura familiarizada con ese tipo de arte. Frente a obras de tradiciones radicalmente distintas, la mayor parte de nosotros estaría perdido. Por eso, decir que un tipo de arte es superior al otro es ridículo y ofensivo, aunque muchos lo hagan.

¿Cree que la literatura es superior a todo tipo de arte visual?
La literatura es el único arte que estimula la energía imaginativa. Al leer, hay que ir imaginando la acción. Nada está ya dado por una imagen. Una imagen puede dar placer de muchas maneras, pero al final siempre volvemos a sus trazos y colores, mientras que la literatura va cambiando con cada lectura. Es un medio mucho más fluido. Por otra parte, la literatura es el único medio que puede criticar argumentativamente, dado que su medio es el lenguaje, el vehículo por excelencia del pensamiento racional, que a la vez puede moralizar. Hay conceptos como la libertad que sólo pueden expresarse con palabras, a pesar de lo que diga el arte conceptual. Para mí, sin duda la literatura es el arte superior, pero para ser coherente insisto en que esto es una cuestión de gusto, subjetiva. A mi hijo, que es músico, le gusta más la música justamente porque no puede argumentar, pero en cambio puede dar los sentimientos puros que uno tiene al argumentar.

¿Le gusta el arte conceptual?
No obtengo ningún placer de él, pero reconozco que sirvió para ampliar lo que la gente piensa que es una obra de arte y para mostrar cuán subjetivo es todo. Lo que sí me molesta es cómo los críticos de arte intentan explicar los «conceptos» detrás de estas obras de manera pomposa e inentendible, y cómo muchas veces, financiado con fondos públicos, el arte conceptual se usa meramente para escandalizar al ciudadano medio.

En Buenos Aires, Spencer Tunick armó fotos de desnudos masivos en la vía pública y mucha gente se ofendió. ¿Qué opina?
Creo que estaría de acuerdo con la gente que se ofendió. El arte a veces está destinado a ofender, y está bien que así sea. Estoy pensando en las caricaturas políticas que ofenden a un dictador, por ejemplo. Pero me preocupa la superioridad de quienes dicen que el arte que ofende a la gente menos sofisticada es algo bueno, que hay que ampliarle la mente a esta gente estrecha para que se vuelva más como uno, porque somos mejores. Es un argumento sospechoso. El valor de escandalizar, por sí mismo, es escaso, puesto que con abrir un diario o con encender la televisión las noticias, solitas, lo hacen todo el tiempo. Si el arte se suma a lo mismo, puede alejar, más que acercar a la gente. Si el arte da el mensaje de que es algo elitista y de que quienes lo aprecian se sienten superiores y quieren convertir a los demás a su manera de pensar, eso no va a acercar a nadie. Por el contrario: los artistas tienen que mostrar buenas maneras, transmitir su mensaje de manera inteligente, y no ofensiva. Creo que en el caso de Tunick en Buenos Aires, yo hubiera estado con los puritanos.

¿Y qué hay de la televisión, tan vilipendiada? A usted le gusta.
La televisión es el gran invento de mediados del siglo XX que cambió la vida cultural para mejor. Mucha gente jamás hubiera visto una obra de teatro o una ópera de otra manera. Mi propia madre vio una obra de teatro de Shakespeare por primera vez en la TV. La obra no le gustó nada, pero al menos así la vio. La televisión es este objeto maravilloso que enriqueció la vida de millones de personas. Cuando el cable está tan popularizado y hay tantas opciones, criticar a la televisión es algo que no debería hacerse más. Los mismos argumentos se usaban respecto de la radio. Las cosas que George Orwell decía, incluso respecto de escuchar una sinfonía en la radio como una basura para las clases bajas, hoy resultan increíbles. La televisión es muy buena para adaptar clásicos e introducir a mucha gente en libros que de otro modo nunca leería. Es cierto: con las dramatizaciones se pierde el ejercicio de imaginación que implica la lectura. Pero es una buena introducción a los clásicos para millones. La TV es de un alto valor cultural.

Pero la mayor parte de los televidentes, supongo, no ven debates ni obras de Shakespeare, sino reality shows y telenovelas.
Las telenovelas hoy están escritas de manera muy cuidadosa por gente que sabe. No pueden descartarse como basura. Reality shows en realidad yo no veo tantos, pero es imposible suponer que algo así no tenga valor, porque no tendría la audiencia que tiene. Creo que, a diferencia de las telenovelas, los reality shows desaparecerán, porque es muy difícil mantener interesada a la audiencia por mucho tiempo y al final todo es sexo y ver comer a los participantes, lo que resulta tedioso. La escritora Germaine Greer fue a «Gran Hermano» y dijo que se había arrepentido de haberlo hecho. Pero que hasta una intelectual haya elegido participar en un reality show ya dice algo importante, ¿no le parece?

¿Dije que seleccionaría partes? bueno, la dejé tal como estaba: completa, pues prácticamente todos los puntos que toca y como los argumenta me parecieron interesantísimos. Desde la idea que no hay una obra superior a otra, lo del subjetivismo, lo de las artes asociadas a una élite, sus preferencias por, y esto es casi una contradicción, la literatura y la música por sobre otras manifestaciones artísticas (personalmente las artes plásticas me dejan frío), hasta su posición contra corriente con respecto al valor de lo propalado por la televisión (que no comparto, de hecho casi no veo tv).

En resumen podría decirse que esa novelita de a sol que se lee en cualquier parte, o ese «chiste» (comic) que nos gustó tanto de chicos, no tienen nada que envidiarle a obras de Shakespeare o Cervantes si consiguen hacer despertar la imaginación del lector. Igualmente nadie tendría que avergonzarse de preferir Agua Marina a Mozart, o Chacalón a Charlie Parker, si es que son esos acordes y melodías los que inflaman su espíritu con sensaciones casi indescriptibles. Lo que importa es el impacto, no de quien es el dedo en el gatillo.

Para quienes quieran profundizar en el tema: The critic becomes an artful dodger, otra entrevista sin desperdicio a Carey sobre los temas de su reciente libro. También una crítica aparecida en el Times on Line, y otra aparecida en el Guardian Unlimited, quienes también publican un artículo biográfico sobre el autor, las respuestas de otros intelectuales a la pregunta del libro y opiniones variadas en los comentarios de un post en el The Observer Blog. Por otro lado las reflexiones de un blogger sobre esta misma entrevista en: Lo culto se estrella contra lo popular (¿o será a la inversa?).

La foto de Carey ha sido obtenida de la web Open2.net de la BBC y la portada del libro de Amazon.com.

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