Archivo por meses: septiembre 2020

Biblioteca El Manzano, fomentando la lectura en el Rímac

Niños leyendo en la biblioteca El Manzano.

El estado de las bibliotecas en el Perú no es el mejor, eso no es una novedad. Un informe de el diario El Comercio de hace más de un año sobre las bibliotecas públicas de Lima era bastante desalentador. El distrito del Rímac no escapa a este panorama. Hasta hace pocos años los lectores y estudiantes de la zona contaban con dos bibliotecas públicas, muy descuidadas si, pero siquiera activas. Sin embargo la de Ciudad y Campo fue cerrada luego, quedando tan solo la de la Av. Tarapacá.

Por esa razón cuando hace unos meses me enteré del nacimiento de una pequeña biblioteca en el Rímac casi que no lo creí, pero era cierto. En sus propias palabras la Biblioteca El Manzano es un «Espacio que promueve la lectura entre niñas, niños y adolescentes que viven en el condominio El Manzano del Rímac. Ellos tendrán a su disposición los libros que se encuentren en las estanterías y participarán en diversas actividades culturales».

En una nota para el diario La República el pasado mes de enero con motivo de la inauguración de la biblioteca, Minerva Mora Alvino, promotora de la Biblioteca El Manzano declaraba: “Si para nuestras autoridades la cultura no es una prioridad, para los vecinos sí”. Además agregaba que los padres también podrían acompañar a sus hijos, y que en su primer día, la biblioteca ofreció un cuentacuentos y un taller de origamis en el que todos diseñaron sus separadores de libros.

Y así continuaron realizando actividades y difundiendo el proyecto para llegar a más niños y que estos acudieran a la biblioteca, hasta que llegó la pandemia y la cuarentena. Entonces hubo que cambiar de estrategias pero siempre seguir adelante.

Para conocer más de esta biblioteca conversamos con Minerva Mora, periodista, editora y gestora cultural de la Biblioteca El Manzano del Rímac y esto fue lo que nos contó:

Juan Arellano: Minerva, cuéntanos cómo surgió la idea y cómo fueron las cosas hasta la llegada de la pandemia.

Minerva Mora: La idea empezó a gestarse hace casi tres años, pero en el camino siempre se presentaron contratiempos. En ese andar, tuve la oportunidad de viajar a Barcelona para estudiar una maestría sobre edición de publicaciones. Vivir en una ciudad que le abre los brazos a la cultura, que la comparte con todos, fue un gran golpe, porque si bien me emocionaba vivir esa experiencia de desborde cultural, me entristecía pensar que en el Perú nuestros niños y adolescentes no tienen las mismas oportunidades: ingresar a una biblioteca en su barrio y llevarse los libros que deseen a casa, participar en diversas actividades culturales en librerías, etc. Cuando volví, hace un año, decidí retomar mi idea. Convoqué a un grupo de amigos y familiares y empezamos a trabajar el proyecto en nuestro barrio, específicamente, en el condominio donde vivo, en un espacio de mi casa. Ahí nació la Biblioteca El Manzano.

Desde que activamos el proyecto, todos empezamos a difundirlo entre nuestras redes de amigos y familia. La respuesta que recibimos fue increíble. Todos los libros que tenemos son donaciones de familias con niños que ya leyeron los libros y ahora los quieren regalar para que otros niños los disfruten. Nosotros también hemos comprado libros para complementar las donaciones. En ese sentido, las redes sociales han sido un canal de visibilización del proyecto. También nos hemos nutrido de otras experiencias, como la de El Quijote en Puente Piedra, que tiene una hermosa biblioteca comunal. Hemos visitado bibliotecas de colegios para conocer y entender la dinámica de clasificación de libros y el proceso de préstamo.

Somos cuatro personas quienes sentamos las bases del proyecto. Giuliana Mora Alvino, mi hermana, es trabajadora social; Gabriela Martínez Guarniz es politóloga; Oscar Medica Ycaza es profesor, y yo soy periodista y editora. Hay muchas más personas que nos han apoyado en este proyecto, como mis padres que han cedido parte de nuestra casa para convertirla en biblioteca. Inauguramos la biblioteca el 25 de enero de este año. Empezamos con los niños del condominio -hay cerca de 200 familias- y poco a poco abrimos las actividades a niños de otras zonas del distrito. Organizamos cuentacuentos, lecturas de libros en voz alta, juegos tradicionales, talleres de origami, charlas con especialistas de otras especialidades, como odontología, pero siempre vinculábamos la actividad con alguna historia.

JA: Con la cuarentena y sus restricciones ¿Qué tuvieron que cambiar y qué desafíos encontraron?

MM: Han sido tiempos difíciles. Recién empezábamos, los niños se estaban acercando cada vez más a la biblioteca. Varios niños empezaron a leer con más frecuencia, cada semana leían un libro. Fue un duro golpe tener que cerrar la biblioteca cuando apenas estábamos empezando. Sin embargo, hay que ver oportunidades en las dificultades. Y así lo hicimos. Decidimos implementar un club de lectura virtual. La tecnología se convirtió en nuestra aliada. Convocamos a niños de 7 a 9 años para compartir lecturas, conversar y crear. De repente, nuestro club cruzó las fronteras del Rímac y llegó a otros distritos de Lima, incluso, a otras ciudades del Perú. Tenemos cerca de treinta niños de Lima, Tumbes, Tacna y Pasco.

Sin embargo, queríamos darles un plus a los pequeños, que no solo se quedaran con la historia, sino que conocieran, aunque sea un poquito, a quien la escribió. Así que cuando elegíamos un libro, pensábamos también en cómo contactar con el autor. En ese sentido, las redes sociales han sido nuestro medio de contacto con autores peruanos y extranjeros. Ya vamos seis sesiones y en cada una hemos tenido a autores y autoras geniales, que han dado su tiempo para grabar un video (cosa que no es fácil) dirigido a estos pequeños. En esos minutos, les han contado cómo nació la idea de su historia, quiénes son ellos y qué les ofrece la lectura. Entonces, de alguna manera, tratamos que cada sesión sea una experiencia única.

Nuestra siguiente fase de reactivación fue el préstamo de libros a domicilio. En este caso, nuestra prioridad son los vecinos del distrito. Queremos promover el hashtag #ElRímacLee, porque en estas semanas que llevamos activos, es lo que hemos visto. Las familias quieren leer, los padres sí quieren promover la lectura en sus hijos. El problema es que no hay espacios en el distrito que les brinden ese apoyo, esa orientación. Acceder a un libro para muchas familias es difícil, cuesta. Por eso, una biblioteca es vital en cualquier sociedad que desee crecer. Hasta la fecha tenemos más de 70 familias lectoras en el Rímac. Esperamos llegar a más. 

Sesión virtual con la ilustradora Issa Watanabe, hija del escritor José Watanabe.

JA: ¿Qué planes a futuro o ideas nuevas a implementar?

MM: Hay muchas ideas, pero debemos pensar también en cómo costearlas. Por ahora, estamos enfocados en que todo el Rímac conozca que existe una biblioteca en el distrito y que pueden acceder a ella de forma gratuita. Cuando la situación mejore, las puertas de la biblioteca estarán abiertas para recibir a los pequeños lectores. Hemos pensado en crear una biblioteca móvil para estar más cerca de las familias, pero eso será más adelante.

JA: Siempre se habla de que estamos mal en compresión lectora y promedio de lectura, ¿cómo crees que podríamos mejorar en esto?

MM: Necesitamos más bibliotecas. En nuestro distrito tenemos dos, o mejor dicho tenemos dos construcciones, porque son espacios desiertos. Una está cerrada desde antes de la pandemia, la otra apenas se sostiene. Necesitamos prestarles atención a las bibliotecas escolares. Cada institución educativa debería tener una biblioteca bien implementada por nivel de estudio. Las bibliotecas son espacios de encuentro, de intercambio de conocimientos, de descubrimiento, son lugares mágicos. ¿Cómo pensamos en mejorar los niveles de lectura, si los niños no pueden acceder a un libro? tener un libro es un lujo, cuando debería ser un elemento de primera necesidad.

JA: Comparado con otros países de la región el estado de nuestras bibliotecas es lamentable, las autoridades deberían ocuparse de esto pero no lo hacen, ¿qué alternativa ves?

MM: Las alternativas son las que vemos ahora: iniciativas de la población. Estamos cansados de esperar, de confiar en que las autoridades lo harán. Los vecinos, los ciudadanos hemos tomado la iniciativa. Mira el Proyecto El Qujiote, en Puente Piedra, con una hermosa biblioteca, bibliotecas familiares y pronto una radio comunal. Hace seis meses nació la Biblioteca de la Confianza y se ha expandido por diversas ciudades. Eso no estuvo en el plan de gobierno de ninguna autoridad, esa idea nació en un barrio y se regó como pólvora. Eso es lo que necesitamos, que estas ideas se rieguen como pólvora y enciendan el bichito de la curiosidad, sobre todo, en los niños. La Biblioteca El Manzano también forma parte de esas iniciativas que nacen del barrio, de la comunidad para la comunidad.

JA: La biblioteca tiene un público infantil, ¿han tenido pedidos para ampliarla a adultos?

MM: Sí, ya hay padres que me han preguntado por libros para ellos. ¡Eso es fabuloso! Que lleguen a casa con un libro para sus hijos y otro para ellos es una imagen realmente gratificante. Leer puede cambiarnos la vida. En nuestro catálogo de libros ya tenemos una sección para adultos que iremos alimentando poco a poco.

Sesión de lectura, Biblioteca El Manzano.

JA: Aparte de la donación de libros ¿cómo podría alguien apoyarles?

MM: Lo primero son libros en buen estado, que no les falten hojas, que no tengan garabatos en los textos, que no estén rotos. Siempre debemos ponernos en el lugar del lector, si aceptaríamos un libro en esas condiciones.

En este momento, el equipo que conforma la biblioteca cubre todos los gastos (internet, Zoom, impresiones de carnés). En algún momento realizaremos actividades y seguro contaremos con el apoyo de la comunidad.

Gracias Minerva.

Si desean saber más de la biblioteca El Manzano sigan su página en Facebook: Biblioteca El Manzano.

La importancia de los hallazgos en la Plazuela San Francisco

Los descubrimientos realizados recientemente en la Plazuela San Francisco siguen llamando el interés de la prensa y el público en general. Por el asunto de la pandemia y las restricciones no hay mucha gente curioseando por ahí, pero tuve la suerte de poder visitar las excavaciones y ver con mis propios ojos lo encontrado.

Felizmente el personal de la excavación muy atento y presto a responder cualquier pregunta, como por ejemplo los jóvenes arqueólogos Miguel Enríquez y Lea Rojas quienes me contaron un poquito sobre los fragmentos de azulejos que se vienen acondicionando para su posterior estudio.

Luego de tomar fotos y videos conversé con Harry Pizarro Anaya, Director del Proyecto de investigación arqueológica Plazuelas de Lima. Acá lo que muy amablemente respondió ante mi curiosidad sobre el tema.

Juan Arellano: ¿Qué expectativas se tenía cuando se inicio el proyecto?

Harry Pizarro: Teníamos bastante expectativa, dada la gran importancia de todo el espacio del complejo religioso de San Francisco y su plazuela dentro del conjunto de bienes patrimoniales del centro histórico de Lima, por tal motivo el espacio dado para trabajar se recibió con mucha buena predisposición y confianza en que iba a ser bastante productivo. Y a estas alturas ya se puede decir que las expectativas se vieron sobrepasadas largamente por los hallazgos realizados. Se pensó encontrar sólo las bases del antiguo muro pretil y alguna otra cosita más y hemos encontrado una iglesia completa, la antigua iglesia de la Soledad, enterrada con sus criptas y demás, una iglesia que desde mediados del siglo XIX había desaparecido de la memoria colectiva de Lima y de los mismos padres franciscanos y soleanos. Esto es una Lima subterránea que ha estado más de 200 años enterrada y la estamos redescubriendo, para la gente, para el turismo, para la historia.

Por cierto, hay que agradecer el apoyo de los hermanos franciscanos y soleanos, especialmente a los soleanos que por la proximidad de las excavaciones a su iglesia, nos bindaron un gran apoyo en temas logísticos y de acceso a la plazuela.

JA: ¿Esta excavación es un proyecto único o parte de un plan de investigaciones?

HP: Es parte de un conjunto de proyectos, está el proyecto de excavación en la llamada Muralla de Lima, está el proyecto del antiguo hospital San Andrés, también el del canal de Huatica y el de Maranga. Todos se encuentran en distintas etapas de realización e imagino que poco a poco se irá brindando información sobre ellos.

Excavación donde yace el piso de azulejos de la antigua iglesia de Nuestra Señora de la Soledad. Foto del autor.

JA: ¿Cómo les afecto la pandemia y cómo la enfrentaron luego?

HP: La pandemia nos paralizó el proyecto desde el 15 de marzo hasta el primero de agosto y además tuvimos que dedicar un mes a trabajos de rehabilitación, dado que durante los meses de paralización el area de excavacion estuvo sin mantenimiento, pero ese tiempo por otra parte nos sirvió para diseñar distintos proyectos que en el futuro ejecutará Prolima.

Hablando de Prolima cabe señalar que la institución ha sido muy respetuosa del personal en este lapso de pausa que se dio, y nos brindó todas las facilidades para los protocolos anti contagio del virus que se tuvo que implementar.

JA: ¿Qué importancia le adjudicas a lo encontrado?

HP: Los hallazgos encontrados en esta primera temporada son de bastante importancia ya que nos ayudan a replantear y repensar nuestro pasado virreinal, cómo se fue renovando este espacio, cómo se fue transformando este sector tan importante para Lima, lo que se evidencia en la sucesión, renovación y clausura de iglesias, en la construcción de espacios públicos como la plazuela misma, y otros elementos arquitectónicos, que nos dan muchas luces sobre cómo estaba constituido el complejo de San Francisco desde finales del siglo XVI hasta inicios del siglo XVII, incluso mediados del siglo XVII.

Por otra parte también es importante para el ciudadano común y corriente, el vecino del barrio, pues ahí se puede hablar de la recuperación del espacio público tradicional para este ciudadano de a pie, además que al renovar la plazuela como se desea renovar se va a incidir positivamente en la identificación del ciudadano con su patrimonio y su herencia cultural. Por ejemplo, los habitantes de calle del jirón Amazonas, un grupo poblacional en el que a veces no se piensa como beneficiario de este tipo de proyectos, sin embargo ellos se detienen a mirar y preguntan con bastante curiosidad sobre lo que estamos haciendo y lo que vamos encontrando. Creo que es algo importante incluso para ellos, como alimento espiritual, cultural, del orgullo de ser limeño. Es parte del largo proceso de recuperación del patrimono para la gente y de apoyo a la creación de mayor conciencia e identificación con el entorno tan histórico que tenemos en esta zona.

Anteproyecto : Recuperación del espacio público de la Plazuela de San Francisco de Lima – PROLIMA

JA: ¿Qué anécdotas tuvieron durante la excavación?

HP: Bueno, la capilla de los azulejos fue la última área a excavar y para esto tuvimos que retirar un cañón de más de una tonelada a fin de poder intervenir. Nos demoró varios días lograr retirarlo. Este cañón estaba ahí desde los años 80 me parece y llamaba la atención de los visitantes, ahora formará parte de un proyectado museo de sitio. Otra anécdota fue que cuando era el cumpleaños de alguno de los arqueólogos del proyecto se les dejaba descubrir el piso de azulejos, parece algo nimio, pero es significativo.

Y no es una anécdota, pero está el tema de las criptas halladas que contienen restos humanos. Alguien nos preguntó «¿y por qué no los exhiben?», pero creo que hay que ser cuidadoso en esto. Si bien se está discutiendo cómo exponer las catacumbas, la capilla subterránea, todavía no hay una decisión tomada al respecto, si se va a tapar, si se le va a colocar vidrios, el ingreso por dónde va a ser, es algo que en todo caso ya lo verán los interesados directos y los especialistas en museografía, en conservación, en ingeniería, etc. pero por el momento estamos respetando el descanso eterno de las personas allí enterradas. Los padres franciscanos y soleanos seguramente tendrán algo que decir sobre esto también.

JA: ¿Hay alguna diferencia al hacer arqueología en la ciudad y en el campo? ¿o cuando se trabaja restos de miles de años?

HP: Existen diferencias claro está, no en las técnicas de excavación, ni en los metodos, si no en cómo articular todos nuestros hallazgos en un discurso histórico con el cual ayudamos en cierta forma a reescribir la historia. Un discurso que se ampara también en una investigación bibliográfica, una investigación de archivos y demás documentacion virreinal. El valor principal de todo esto es que la arqueologia histórica o urbana o la realizada en ciudades actuales, es una herramienta fundamental para futuros trabajos de restauracion y conservación.

Ya técnicamente hablando, la diferencia fundamental radica en el tratamiento de los vestigios, en sitios como Caral por ejemplo, los temas de conservación, de preservación de los diferentes muros y pisos, tienen que manejarse con mucho más cuidado ya que son elementos bastante frágiles, perecibles, en cambio en sitios como San Francisco los pisos estos de cal o de ladrillo y sus consecuentes recintos, capillas, iglesias, muchas hechas de ladrillo y tapial, tienen un factor de conservación que es mucho más beneficioso para el arqueólogo.

JA: Se ha hablado de que ya se cierra la excavación y se pasará a otra etapa, ¿en qué consiste esa otra etapa y cuánto tiempo tomará?

HP: La segunda etapa es la renovación de la plazuela, el proyecto por aprobarse incluye la peatonalización del cruce del jirón Ancash con Lampa, el retiro del cerco existente, que separa la plazuela de la calle, y fue algo muy en boga en los años 80 pues por el terrorismo nos enrejamos en toda Lima, casas, urbanizaciones, etc., la inclusion en la nueva plazuela de los vestigios arqueológicos de ocupaciones anteriores de las iglesias, especialmente de la Iglesia de la Soledad, y la restitucion del muro pretil que estuvo desde 1673 hasta 1871 aproximadamente, y que forma parte de la planificación que tenemos ahora, con la actual Iglesia de la Soledad, el actual convento de San Francisco, la actual iglesia de San Francisco y la Capilla del Milagro.

En cuanto al material encontrado vamos a pedir la custodia, para poder hacer un análisis total de cada uno de los azulejos, que es la principal evidencia material que hemos encontrado, y como parte de este análisis hacer distintos estudios, de historia del arte, estudios arqueométricos que es la composición de las arcillas, la procedencia. Luego donde sea posible se hará la restitución de los mosaicos y de los pisos. Un museo de sitio está contemplado también. Lo que no va a dar tiempo ya es a retirar el sello del pasaje que corre por debajo de la actual de la Iglesia de la Soledad y del cual se puede apreciar el arco de entrada.

Arqueología virreinal en la Plazuela San Francisco de Lima

Cuando hablamos de arqueología por lo general lo relacionamos a las culturas prehispánicas y no a lo ocurrido después de la llegada de los españoles a estas tierras, pero muchos restos de lo que fue Lima en sus años virreinales yacen en el subsuelo de la ciudad.

Plazuela y complejo religioso de San Francisco, Lima. Imagen de Diego Delso, tomada de Wikimedia bajo licencia CC BY-SA

Es bajo este concepto y en el marco de la implementación del Plan Maestro de Recuperación del Centro Histórico de Lima, que ya hace un tiempo la Municipalidad Metropolitana de Lima y Prolima empezaron a planear la investigación arqueológica de varios lugares específicos del centro histórico de Lima.

Uno de los sitios escogidos fue la plazuela de San Francisco, tradicional rincón limeño y lugar muy prometedor por su larga historia y la cercana existencia de catacumbas y supuestos pasajes secretos.

Con la pandemia y la poca afluencia de gente al centro de Lima no había trascendido ninguna noticia sobre las excavaciones realizadas, pero hace pocos días se dio a conocer los hallazgos encontrados. Así informó Andina:

La Municipalidad Metropolitana de Lima halló, en la plazuela de San Francisco, restos de la primitiva capilla de La Soledad, una cripta subterránea, el piso original de cantos rodados de la plazuela y restos del antiguo muro pretil o cerco perimétrico que rodeaba el convento de San Francisco.

El mencionado muro pretil estuvo coronado por 24 cruces de piedra de berenguela, traídas a lomo de burro desde Bolivia a fines del siglo XVII, todo un reto y un logro para esa época. La piedra de berenguela es un alabastro o piedra translúcida, y aún queda una en el atrio de la iglesia del Milagro.

Excavación con el piso de azulejos de la capilla encontrado a casi 3 metros de profundidad. Foto del autor.
Antiguo piso de la plazuela de San Francisco, aproximadamente 50 centímetros bajo el suelo. Foto del autor.

TVPerú por su parte conversó con el gerente de Prolima, Luis Martín Bogdanovich quien manifestó: «Se ha encontrado el antiguo piso original de la plazuela. Es un piso de canto rodado, presumiblemente del siglo 17, y que tiene una decoración muy ordenada y fitomorfa. Justo en este espacio está el cimiento de lo que fue originalmente la capilla de Nuestra Señora de la Soledad, que hoy está ahí, y que es resultado de la remodelación total que se hizo del Conjunto Monumental de San Francisco, hacia 1670».

Cabe recordar que el complejo religioso alrededor de la plazuela San Francisco está compuesto no por una sino por tres iglesias y un convento. Según Wikipedia: «Los edificios del Santuario de Nuestra Señora de la Soledad, de portada neoclásica; el propio Convento de San Francisco, de fachada barroca, la Capilla del Milagro, de frontis neoclásico; son los que conforman este maravilloso conjunto monumental».

Por otro lado, el historiador Juan Luis Orrego Penagos nos cuenta en su blog una historia sobre los orígenes de la plazuela:

en 1602, el guardián del convento de los franciscanos, fray Benito de Huertas, pidió licencia al Cabildo para ampliar el cementerio y así convertir la placeta en un lugar más vistoso para la ciudad. Sin embargo, las peticiones de los franciscanos tropezaron con las protestas del capitán Juan de Vargas y Venegas (casado con Elvira de Ribera y Alconchel, hija del primer alcalde de Lima, Nicolás de Ribera) quien, según Juan Bromley, “manifestó que la plazuela fue hecha a costa de la hacienda de su abuelo y del padre de dicho capitán. Agregó que en ella se solían hacer fiestas, juegos de cañas u de toros y que por caridad se les permitió a los religiosos franciscanos que tomaran parte de la plazuela para formar el cementerio; y que con lo que se pretendía ejecutar desaparecería la plaza con perjuicio público”. Al final, se impusieron los intereses de los franciscanos y el cabido cedió. Más adelante, en 1670, la plazuela, que ya contaba con su pila al centro, fue empedrada para mejorar su limpieza y el ornato de aquel sector de la ciudad. También sabemos que este lugar sirvió para presenciar los autos sacramentales escenificados en el atrio de la iglesia; aquí funcionó, finalmente, no solo un mercado de abastos sino también el más importante mercado de venta de esclavos negros durante el Virreinato (los vendedores de esclavos levantaban un tabladillo para “exhibir” a los negros bozales o ladinos).

Finalmente los dejo con otro video, en este caso de la Municipalidad de Lima, donde el ya mencionado gerente de Prolima, Luis Martín Bogdanovich brinda mayor explicación sobre lo encontrado.

Si les interesó la publicación seguro querrán leer esta otra: La importancia de los hallazgos en la Plazuela San Francisco, donde entrevisto al Director del Proyecto de investigación arqueológica Plazuelas de Lima sobre los descubrimientos arqueológicos realizados.