Arqueología virreinal en la Plazuela San Francisco de Lima

Cuando hablamos de arqueología por lo general lo relacionamos a las culturas prehispánicas y no a lo ocurrido después de la llegada de los españoles a estas tierras, pero muchos restos de lo que fue Lima en sus años virreinales yacen en el subsuelo de la ciudad.

Plazuela y complejo religioso de San Francisco, Lima. Imagen de Diego Delso, tomada de Wikimedia bajo licencia CC BY-SA

Es bajo este concepto y en el marco de la implementación del Plan Maestro de Recuperación del Centro Histórico de Lima, que ya hace un tiempo la Municipalidad Metropolitana de Lima y Prolima empezaron a planear la investigación arqueológica de varios lugares específicos del centro histórico de Lima.

Uno de los sitios escogidos fue la plazuela de San Francisco, tradicional rincón limeño y lugar muy prometedor por su larga historia y la cercana existencia de catacumbas y supuestos pasajes secretos.

Con la pandemia y la poca afluencia de gente al centro de Lima no había trascendido ninguna noticia sobre las excavaciones realizadas, pero hace pocos días se dio a conocer los hallazgos encontrados. Así informó Andina:

La Municipalidad Metropolitana de Lima halló, en la plazuela de San Francisco, restos de la primitiva capilla de La Soledad, una cripta subterránea, el piso original de cantos rodados de la plazuela y restos del antiguo muro pretil o cerco perimétrico que rodeaba el convento de San Francisco.

El mencionado muro pretil estuvo coronado por 24 cruces de piedra de berenguela, traídas a lomo de burro desde Bolivia a fines del siglo XVII, todo un reto y un logro para esa época. La piedra de berenguela es un alabastro o piedra translúcida, y aún queda una en el atrio de la iglesia del Milagro.

Excavación con el piso de azulejos de la capilla encontrado a casi 3 metros de profundidad. Foto del autor.
Antiguo piso de la plazuela de San Francisco, aproximadamente 50 centímetros bajo el suelo. Foto del autor.

TVPerú por su parte conversó con el gerente de Prolima, Luis Martín Bogdanovich quien manifestó: «Se ha encontrado el antiguo piso original de la plazuela. Es un piso de canto rodado, presumiblemente del siglo 17, y que tiene una decoración muy ordenada y fitomorfa. Justo en este espacio está el cimiento de lo que fue originalmente la capilla de Nuestra Señora de la Soledad, que hoy está ahí, y que es resultado de la remodelación total que se hizo del Conjunto Monumental de San Francisco, hacia 1670».

Cabe recordar que el complejo religioso alrededor de la plazuela San Francisco está compuesto no por una sino por tres iglesias y un convento. Según Wikipedia: «Los edificios del Santuario de Nuestra Señora de la Soledad, de portada neoclásica; el propio Convento de San Francisco, de fachada barroca, la Capilla del Milagro, de frontis neoclásico; son los que conforman este maravilloso conjunto monumental».

Por otro lado, el historiador Juan Luis Orrego Penagos nos cuenta en su blog una historia sobre los orígenes de la plazuela:

en 1602, el guardián del convento de los franciscanos, fray Benito de Huertas, pidió licencia al Cabildo para ampliar el cementerio y así convertir la placeta en un lugar más vistoso para la ciudad. Sin embargo, las peticiones de los franciscanos tropezaron con las protestas del capitán Juan de Vargas y Venegas (casado con Elvira de Ribera y Alconchel, hija del primer alcalde de Lima, Nicolás de Ribera) quien, según Juan Bromley, “manifestó que la plazuela fue hecha a costa de la hacienda de su abuelo y del padre de dicho capitán. Agregó que en ella se solían hacer fiestas, juegos de cañas u de toros y que por caridad se les permitió a los religiosos franciscanos que tomaran parte de la plazuela para formar el cementerio; y que con lo que se pretendía ejecutar desaparecería la plaza con perjuicio público”. Al final, se impusieron los intereses de los franciscanos y el cabido cedió. Más adelante, en 1670, la plazuela, que ya contaba con su pila al centro, fue empedrada para mejorar su limpieza y el ornato de aquel sector de la ciudad. También sabemos que este lugar sirvió para presenciar los autos sacramentales escenificados en el atrio de la iglesia; aquí funcionó, finalmente, no solo un mercado de abastos sino también el más importante mercado de venta de esclavos negros durante el Virreinato (los vendedores de esclavos levantaban un tabladillo para “exhibir” a los negros bozales o ladinos).

Finalmente los dejo con otro video, en este caso de la Municipalidad de Lima, donde el ya mencionado gerente de Prolima, Luis Martín Bogdanovich brinda mayor explicación sobre lo encontrado.

Si les interesó la publicación seguro querrán leer esta otra: La importancia de los hallazgos en la Plazuela San Francisco, donde entrevisto al Director del Proyecto de investigación arqueológica Plazuelas de Lima sobre los descubrimientos arqueológicos realizados.

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