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Presentación del Libro IQT (Remixes) de Paco Bardales en Iquitos

Paco Bardales, 1

Y bueno, en Lima no pude asistir a la presentación del libro IQT (Remixes) de Paco Bardales en la Feria del Libro de Miraflores y estando acá en Iquitos hubiera sido imperdonable dejar pasar la presentación local del mismo, aunque para ser sincero casi me la pierdo, y es que resulta difícil arrancarse del lado de una linda dama, y si bien alguna vez dije que a veces prefiero un libro a una chica, pues hay chicas que inspiran libros, en fín, no es el tema. Lo cierto es que llegué al final de la presentación, para los aplausos finales.

Paco Bardales, 2

Pero por supuesto, si bien la presentación terminaba y luego de la misma mucha gente se retiró, no todo había terminado. Obviamente faltaba la firma de libros, así que agarre mi copia e hice mi colita para la autografiada correspondiente. Paco tuvo la amabilidad de escribirme y decirme algunas palabras de elogio que no creo merecer y que supongo se deberían a su alegría de estar de nuevo en la tierra que lo vio nacer. Pero claro, también me regañó por no haberme visto en Lima.

Paco Bardales, 3

Como podrán apreciar en las fotos, Beto Ortíz fue de alguna forma el padrino de la presentación y aunque no lo escuché ese día, si lo había oido la noche anterior en un programa de la televisión local, hablando muy bien de Iquitos y de Paco, a quien si no mal recuerdo llamó una mezcla de Bret Easton Ellis y otros escritores que no recuerdo bien, pero es que Ellis es uno de mis favoritos y así nomás no olvido una mención suya. También estaba Jaime Vásquez connotado periodista loretano y responsable de Tierra Nueva, la editorial que ha publicado el libro de Paco.

Paco Bardales, 4

Y después de eso ya pensaba retirarme cuando una conocida voz femenina me llama mientras su mano me captura, volteo y veo una amiga y otra y otra, un grupito muy animado realmente donde no podía menos que permanecer a hacer vida social un rato, las anfitrionas se encargaron del resto llenando los vasos a cada momento cuando ni siquiera parecían estar vacíos.

Paco Bardales, 5

Finalmente el grupo de amigas también resulto ser de grandes amigas de Paco y nos tomamos unas fotos juntos, anque parece que a Paco no le hizo mucha gracia pues casi me elimina de la foto (gracias por cercenarme un cuarto de cabeza Paco).

Paco Bardales, 6

En fin, una noche muy amena, de la cual salí con un libro más para mi colección, que por lo que voy leyendo está muy bueno, pero del libro ya hablaremos en otra oportunidad, y desde otra ciudad.

Chicas «Claro» de Iquitos

Chicas Claro, 1

Chicas Claro, 2

Chicas Claro, 3

Paseaba por las calles de Iquitos y encontré a estas promotoras de los celulares Claro haciendo su trabajo, así que no pude evitar tomar estas fotitos mientras caminaba y trataba que la dama que me acompañaba no me dejara atrás y a la vez escapaba de la mirada de una de las promotoras. Los conocedores de las chicas iquiteñas reconocerán a Lady Murillo como una de ellas. Si quieren ver más fotos de Lady clickeen acá.

Comidas Loretanas

Chicharrón de Lagarto

Picadillo de Paiche

Un par de fotos de comidas tradicionales loretanas. El primero es un Chicharrón de Lagarto, bastante bueno la verdad. Al costado izquierdo pueden apreciar el ajicito llamado «charapita» y en un pirex arribita una salsa del mismo ají con cebolla, pero todo licuado, a diferencia de lo que se aprecia en la primera foto de este post donde figuran en su forma natural. El segundo plato es un Picadillo de Paiche, hecho con el paiche previamente resecado o deshidratado. Ambos son muy agradables y recomendados de ley para probar cuando estén de visita por estas tierras de Iquitos… «la casa del dios del amor».

Biblioteca Amazónica

Biblioteca Amazónica, 1

Biblioteca Amazónica, 2

Estas fotos corresponden a los ambientes de la Biblioteca Amazónica de Iquitos, se encuentra ubicada en un segundo piso a escasos metros del local de la prefectura del cual hablamos en este otro post.

Biblioteca Amazónica, 3

Biblioteca Amazónica, 4

Biblioteca Amazónica, 5

Lo malo es que no verán fotos de libros, pues éstos se encuentran bien resguardados y protegidos de los rigores del clima loretano. Sin embargo es una de las mejores bibliotecas en el tema amazónico y lugar obligado de visita para estudiantes e investigadores.

Biblioteca Amazónica, 6

Biblioteca Amazónica, 7

Campaña contra el ruido

Campaña contra el ruido
Iquitos es un ciudad muy ruidosa, debido sobre todo a la presencia de grandes cantidades de mototaxis, o motocarros como son más conocidos acá. Y prácticamente la totalidad de ellos andan por la ciudad con los escapes libres, sin silenciador, y es más se resisten a colocarlos aduciendo que eso le quita potencia a sus vehículos. El panorama en lo que corresponde a las motos lineales es similar también, pero de lejos los motocarros son los más ruidosos.

Debido a éste y otros factores contaminantes, la Municipalidad de Maynas inició una campaña contra el ruido y por toda la ciudad se puede encontrar pequeños murales alusivos al tema, al parecer hechos por alumnos de los diversos colegios de la ciudad, algunos de ellos tan originales, y sugerentes como el que ilustra este post, visto en la calle Fitzcarrald, casi esquina con la Pevas. Si encuentro más que me llamen la atención los iré posteando.

Cosmovisiones Amazónicas

Y este jueves es de… reciclaje; Cosmovisiones Amazónicas fue un post publicado el 27 de marzo del 2005 en Surfing el Amazonas, y lo reciclo para no dejar de postear sobre Iquitos, Loreto y sus cosas.

En el suplemento Dominical de El Comercio del día de hoy domingo 27 de marzo del 2005, sale una reseña a un libro recientemente reeditado por la Fundación Telefónica: El ojo verde – Cosmovisiones amazónicas 1, con ensayos del historiador Pablo Macera, los antropólogos Carlos Dávila Herrera, Alberto Chirif, Fernardo Santos Granero, Alexandre Surrallés y el historiador de arte Luis Eduardo Wuffarden; además de fotografías de Alejandro Balaguer, Billy Hare, Roberto Huarcaya, Heinz Plenge, Joaquín Rubio y Walter Wust, entre otros. Por lo que se extrae del mismo vale la pena darle una lectura completa, y no seguir pensando tan despectivamente en las tribus de nuestra amazonía.

Para los ashuar -pueblo perteneciente a la familia lingüística de los jíbaros- el mundo de la Tierra y el mundo de arriba estaban en un tiempo remoto comunicados entre sí por una gran soga, y los hombres podían subir a través de ella para conversar con sus pares celestiales; por eso eran sabios y poderosos. Pero un día Nantu, el hombre Luna, que se había casado con una mujer llamada Ayaymama, se peleó con ella y cortó la soga para evitar que ésta lo siguiera hasta las alturas. Desde entonces, Nantu vive solo en las alturas y los hombres ya no pueden conversar con el mundo de arriba. En una variante shipiba es el padre Sol el que manda cortar la escalera enfurecido porque la gente se portaba mal y desobedecía las reglas. Entonces como castigo separó a los hombres terrestres del «mundo maravilloso».

Por eso los ashuar y los shipibos, como la mayoría de las etnias amazónicas, necesitan de sus «chamanes» y sus «vegetales» para viajar hacia ese mundo perdido, plantas como la ayahuasca, el tabaco, la coca, la cahuana, el ampiri o el macerado de yuca, les permiten transportarse a los territorios celestiales o a mundos subterráneos, acuáticos e invisibles, a conversar con los seres fabulosos que los habitan y que rigen el orden de todo lo conocido.

Los shawi dicen que a través de los rituales ayahuasqueros obtienen información y sabiduría: saben qué comidas cocinar, cómo deben tomar el tabaco y qué cantos deben emplear para llamar a los espíritus; los boras los utilizan para obtener los permisos de los «dueños» de los animales y plantas para tener una buena caza, una pesca abundante y grandes cosechas; y los asháninka los emplean para curar y hacer magia: «si el tabaquero o el ayahuasquero quiere comer o destruir o tragar carne de gente, toma raíz de nube para convertirse en aire. Viene suavemente, entra en la casa, aunque la persona visible la haya cerrado toda; cuando entra toda la nube puede convertirse en tigre grande. Fácilmente va a terminar comiendo a los niños y a la mujer de la casa y nuevamente vuela y sale convertido en nube», cuenta Oshipiyo Iriooshi, poblador de la comunidad de San Pablo Tres Unidos, de la provincia de Oxapampa. Esta conexión chamánica entre la realidad y lo invisible, entre los hombres y la naturaleza viva, rige la vida social y religiosa de las comunidades nativas y recorre todos los relatos que contiene El ojo verde, cosmovisiones amazónicas, un libro, editado por la Fundación Telefónica, que nos guía -con espléndidas imágenes y fotografías- por el imaginario de los catorce pueblos principales de nuestra Amazonía.

Si hay algo que la mayoría de estos pueblos comparte es la idea de un mundo plano, como una isla que flota sobre una gran poza de agua. (Solo los shawi dicen que el mundo es ovalado «como el panal de las avispas» y los boras lo asocian a la forma del seno de una mujer). Sobre este mundo y debajo de él se levantan y acuestan mundos paralelos que pueden ser «esferas», «lugares», «espacios» o «soles». Los wampis creen que este mundo acuático está habitado por los tsunki, seres que viven bajo el agua así como nosotros lo hacemos en la tierra. «Los tsunki consideran perro a una boa, chancho a un zúngaro, gallinas a diferentes tipos de peces y de vez en cuando salen a la superficie a casarse con humanos», dice Gerardo Petsaín, wampi del río Santiago.

Los shipibos creen que al inicio el mundo era una solo, pero que el padre Sol, viendo que sus hijos eran desobedientes, los castigó con el diluvio, salvándose sólo un shipibo cuyos hijos se convirtieron en aves de mal agüero y su mujer, en termita. Después de este mundo inicial, la Tierra quedó dividida en cuatro espacios: el mundo de las aguas, Jene Nete, habitado por su espíritu guardián; nuestro mundo, Non Nete, donde están los animales que comemos, las diferentes plantas, los árboles, los minerales, las aves y cuantos seres vivientes existen; el mundo amarillo, Panshin Nete, el de los pecados y los espíritus malos; y el espacio maravilloso donde está el Sol, Jakon Nete. Este es el mundo al que llegan después de la muerte las almas seleccionadas que se han conducido rectamente en la vida. Si un shipibo ha tenido un comportamiento indigno se convierte en tigre o caimán, y si una mujer ha sido adúltera se transforma en carachupa (armadillo).

Contrariamente a lo que se piensa, las cosmovisiones amazónicas tienen semejanzas con varias ideas míticas occidentales. Esa noción de la tierra plana asentada sobre un pozo acuático, donde habitan espíritus poderosos y malignos, se parece en algo a las creencias del hombre cristiano del medioevo, como bien apunta Fernando Santos Granero, en la apertura de este volumen. Aunque eso no quiere decir que los nativos amazónicos se hayan quedado suspendidos en una etapa premoderna; por el contrario, estos conocimientos ancestrales, aparentemente mágico-religiosos, les han servido para traspasar los siglos sin dañar un ecosistema que es hoy una inmensa riqueza natural, en reservas de agua por ejemplo. La creencia de que existen espíritus que son los «dueños» de animales y plantas y que se debe dialogar con ellos para cazar los animales o para sembrar chacras, sin excesos ni maltratos, ha sido vital para que puedan remontar el tiempo sin consecuencias funestas para un hábitat natural hostil, pero esplendoroso, algo de lo que no puede jactarse el hombre occidental. «Cuando el hombre consume mucho de la naturaleza y no da nada a cambio, el brujo llama a la piraña gigante para que su espíritu le devore el corazón», dice un mito de los bora. Este libro es un aporte para que Occidente mire a la Amazonía con otros ojos y, por qué no, para que aprenda algo acerca de su ancestral sabiduría.

No existe información precisa de cuándo se empezó a poblar la región amazónica peruana. Se estima que entre los años 3000 y el 2000 a.C comenzaron a llegar los primeros pueblos jíbaros después de un largo viaje desde el Caribe hasta quedar alojados en los límites actuales del Perú y Ecuador. Desde la cuenca del Magdalena (Venezuela) avanzaron los arawak para llegar a la selva central y el Urubamba. Desde el Brasil central y en oleadas sucesivas llegaron los pano a fijar su residencia en la cuenca del Ucayali, junto a shipibos-conibos, yaminaguas, matsés y los tupí-guaraní. Los catorce pueblos principales de la Amazonía ocupan el 59 por ciento del territorio nacional.Un comentarista en mi post original hizo notar que la cuenca del Magdalena es en Colombia y no Venezuela tal como pueden comprobar acá. Para que visiten: la web El Ojo Verde. En Ideele el texto que preparó el antropólogo Alberto Chirif para el libro El Ojo Verde: ¿Minorías étnicas o pueblos indígenas?. El post Ojo Verde – Cosmovisiones amazónicas en la Bitácora Almendrón. La primera imagen la obtuve de la web Universiando y es una pintura contemporánea no identificada en el sitio mencionado. La segunda imagen la obtuve de la web El Ojo Verde y corresponde a un dibujo de A. Butuna, de la etnia Kichwa del Pastaza y representa al «Yaku-runa, «dueño» del agua, está sobre el lagarto, que es su canoa. Atrás dejó sus zapatos, los peces carachama.»

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Asesinato de tortugas

Leer cosas como ésta me indigna:

El Gobernador de Contamana, Manuel Ruiz Tuesta, informó que ya existe la decisión de parte de la Dirección General de Gobierno Interior, para destituir de sus cargos al Gobernador de Sarayacu y al Teniente Gobernador de Montebello, quienes fueron sometidos a procesos administrativos por negligencia funcional, al haber permitido que se consumara la ilegal comercialización de miles de huevos de charapa y el sacrificio de 350 tortugas de esa especie en el ámbito de la Reserva Nacional Pacaya – Samiria.

La misma autoridad dio cuenta que a nivel del Ministerio del Interior, se toman las medidas pertinentes para que en el futuro no se siga cometiendo este delito. La Dirección General de Gobierno Interior ya tiene conocimiento del flagrante delito contra la ecología y el medio ambiente, en el cual está sindicado como principal autor el guardabosque Genaro Bardales Vela, quien debió haber sido el abanderado de la protección de especies en vías de extinción como la charapa.

Lo más triste es que por más que los castiguen a esos malandrines nadie devuelve a la vida a esas tortuguitas ni hará que sus huevos eclosionen normalmente. Encima no creo que las penas por ese delito sean fuertes. Y lo peor de todo es que se trata de las autoridades del pueblo (Sarayacu) en combinación con el guardabosques de la reserva, quienes en teoría deberían tener mayor conciencia de preservación de las especies que otras personas.

Mi hija se siente felíz de haberse traido a su tortuguito, aunque tengo mis dudas con respecto a eso, pues su superviviencia no tiene impacto en la supervivencia de la especie, además es motelo y no charapa. (Igual es un hermoso tortugo).

La noticia original acá en el diario Pro y Contra que diariamente leo para estar al tanto de las novedades loretanas. (Me parece que no conservan un histórico de sus notas, motivo por el que la copio completa). La foto de las tortugas la obtuve del sitio del Yacuma Jungle Lodge, la del pueblo del mencionado diario Pro y Contra, y presumo que es una vista aérea de Sarayacu, un pueblo a orillas de un tributario del río Ucayali, en Loreto.