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Abimael, Tarata, VRAE: ¿Resurge Sendero Luminoso?

Ya desde hace buen tiempo atrás se habla del resurgimiento del movimiento terrorista Sendero Luminoso, la base de esto son diversas noticias tales como ataques a puestos policiales y patrullas militares, o la captación de menores para el movimiento y aunque no está fehacientemente probado que la autoría de los ataques tenga motivación terrorista o si se trata simplemente de bandas del narcotráfico o incluso parte de un psicosocial, esto ha originado bastantes artículos en los medios tanto nacionales como extranjeros incluso (Ver notas de Al Jazeera [ing], BBC o el Washington Post [ing] por ejemplo).

Pero en días recientes ha habido dos noticias relacionadas que han añadido más elementos al debate. Una de ellas es el estreno de la película nacional Tarata, que trata eventos reales sucedidos en Lima en la epoca del terrorismo (Ver Atentado en Miraflores de 1992) y la otra es la publicación del libro del líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán: «De puño y letra».

Sobre la película, mas allá del hecho que se haya convertido en un pequeño blockbuster a nivel local, o de su calidad como filme (ver este post de Cinencuentro: “Tarata”, 1er fin de semana: 46 mil personas, donde hay opiniones divergentes en los comentarios sobre si es buena o no), es interesante que se haga creación sobre hechos que fueron tan cruciales en su momento y cuyas consecuencias se extienden hasta nuestros días. Pueden ver el trailer de la película acá.

A propósito de esta producción cinematográfica, Carla Ciurlizza del blog C3 opina:

Hace un par de días veía por televisión local un reportaje sobre la película que actualmente se exhibe en los cines, «Tarata«. Incluyó también imágenes y videos del hecho real, … con testimonios de vecinos que aún viven en esa calle. Vecinos que, como yo, vieron sus casas destrozadas y con suerte salieron vivos (otros muchos no tuvieron tanta suerte). Vecinos que hemos quedado traumatizados de por vida.

En otra parte del reportaje, para comprobar la mala memoria colectiva de los peruanos y la poca información que manejan las nuevas generaciones, se le preguntó a una chica sentada en una banca en esa misma calle si sabía lo que había sucedido allí, y totalmente despistada respondió «ah sí, el incendio, ¿no?». La pobre tenía una vaga idea de lo que pasó, mencionaba un «coche bomba» y estoy segura que no tenía ni idea de lo que realmente es eso. Increíble.

Por otra parte lo del libro de Abimael Guzmán ha generado más polémica pues muchos políticos se han manifestado en contra de la publicación del libro y un funcionario, el cineasta Federico García Hurtado, director del Centro Cultural de la Universidad de San Marcos, fue obligado a renunciar por asistir a la presentación del mismo. Inclusive el Ministro de Justicia anunció que pedirá la incautación de los libros y denunció por apología del terrorismo a sus difusores. Pero vea Usted mismo como fue dicha presentación:

En Foros Perú hay una interesante conversación al respecto con fotos del libro inclusive. Por el lado de los blogs las opiniones son mas suspicaces, por ejemplo Javier Fernández de Javi270270: ¿Qué pasa? se hace una pregunta interesante:

Se ha creado una controversia por la edición de un libro de ABIMAEL GUZMAN. Personajes de la política parecen “horrorizados”. Tan fariseos como desinformados hacen de la hipocresía el pan de cada día. El precedente lo puso VLADIMIRO MONTESINOS, quien es vecino de ABIMAEL GUZMAN en la celda de ALTA SEGURIDAD DE LA BASE NAVAL. Tres libros, sin mayor trascendencia pero que si merecieron despliegue informativo, son los frutos de la intelectualidad de Montesinos…

¿Qué diferencias merecen los libros de un ejecutor por terrorismo de estado y alguien condenado por terrorismo?

Por su parte Silvio Rendón en el GranComboClub pone el hecho en el contexto de la coyuntura política actual:

Guzmán no está llamando a la lucha armada. Su lógica es la amnistía general para su gente como para las FFOO. Por eso, se habría esperado una protesta de parte de quienes rechazan a Guzmán y lo que significó Sendero Luminoso. Sin embargo, esta presentación se da en un momento de crecida de la lucha anti-narcóticos. Al gobierno le viene bien agitar el miedo a Sendero Luminoso.

Y en otro post señala un hecho interesante:

¿Por qué no hubo protestas contra Abimael Guzmán?
Las ONGs de derechos humanos bien hubieran podido organizar una protesta contra la tan anunciada presentación del libro del líder terrorista. … Guzmán puede presentar su libro y expresarse, pero también se esperaria que hubiera una protesta democrática contra él.

Quizás inspirada en todo esto y coincidiendo con los 17 años de la presentación pública de Abimael Guzmán capturado, enjaulado y a rayas ante el pueblo peruano, el 24 de setiembre de 1992, Claudia Cisneros de Sophimania publica un extenso post: 10 Mitos sobre Sendero y la guerra antisubversiva, del cual extraigo uno de los mencionados mitos:

4) Lo que queda de Sendero está en el VRAE
Falso.
Sendero sigue existiendo en Lima y en las principales ciudades del país. Se hace sentir y se infiltra, sigilosamente, en universidades, sindicatos e instituciones populares. No tienen la beligerencia de antes y apelan a ser «amigos del pueblo» asumiendo como propias agendas reivindicativas legítimas, pero no para buscar soluciones sino para boicotearlas, promoviendo el pensamiento errado de que la única salida es la violenta. Ese Sendero, silencioso y poco atractivo para la cobertura mediática, es tan peligroso como el del VRAE. ¿Están los servicios de inteligencia haciendo su trabajo de infiltración y desactivación? ¿Hay siquiera un Servicio de Inteligencia Central? No y no.

Y ya que se habla del VRAE (Valle del Río Apurímac y Ene) parece apropiado terminar este post citando al de Jacqueline Fowks en Notas desde Lenovo: Desconfianza y descoordinación explican atentado en San José de Secce,

La zona del ataque está localizada en el VRAE, foco de las acciones del grupo de SL que nunca salió de su reducto de Vizcatán (Huanta) después de la captura en setiembre de 1992 del líder fundador del grupo, Abimael Guzmán. Autoridades y analistas han demostrado que el grupo está articulado e involucrado en el cultivo de coca y el transporte de droga hacia la costa peruana.
[…]
No estamos como en 1983, ni el Sendero de antes es el de ahora, pero la historia a veces ayuda a mirar mejor lo que tenemos al frente. Aquí, un interesante documento desclasificado de la embajada de EEUU -de febrero 1983- menciona la ausencia del Estado, la labor de la policía y del Ejército, y el desempeño de los medios -entre otros factores- en la lucha contra SL luego de los asesinatos en Uchuraccay.

Pensar que podemos estar a un paso de ser un país que repite sus propios errores es escalofriante, por decir lo menos. Por eso que algunos les conviene que no haya memoria de los hechos acontecidos, pero no una memoría única, sino colectiva, que comprenda las distintas visiones de eso que llamamos terrorismo.

Y ya con el artículo practicamente cerrado llega a mi reader este reciente post de Francisco Canaza en Apuntes Peruanos: Agitando el miedo, del cual incluyo una precisión que hace sobre lo del VRAE:

hay que diferenciar claramente la dinámica de los grupos instalados en el : por un lado existe el movimiento Proseguir, que se adscribe al fin original de Sendero; y por otro lado está instalada una serie de guardias paramilitares al servicio de las cadenas de tráfico de drogas. Son cosas distintas que necesitan soluciones específicas. Proseguir no es, como erroneamente se dice, un grupo estancado en el , sino una serie de columnas que se desplazan por la sierra de Junín, Huancavelica y Ayacucho. Contrario a esto, son únicamente los grupos de servicio al narcotráfico (protección paramilitar) los que sí están perennemente desarrollando sus actividades en el .

Por lo demás, el mundo institucional se ha mostrado complaciente con el terrorismo de , reduciendolo incluso a la categoría de guerrilla, viendo sólo el componente subversivo y no la estructura insana del mismo; o peor aún justificando su trasfondo al calificar su accionar como político o ejecución en “una guerra”. Este gobierno al confundir los fines, los objetivos y los trasfondos de una inexistente pero necesaria política sobre el terrorismo está igualmente perpetuando el real problema, que sigue creciendo y extendiéndose, mientras busca ganar réditos con la bandera del miedo.

Sobre «La Teta Asustada», Opiniones y excesos

Hace unos días la película «La Teta asustada» de la directora peruana Claudia Llosa ganó el Oso de Oro en el Festival Internacional de Cine de Berlín, la Berlinale, y obviamente la noticia fue bien recibida en los medios dedicados al cine en el Perú. Por ejemplo, Cinencuentro estuvo ofreciendo una cobertura especial desde antes de darse a conocer los resultados de la premiación. Hay posts de un día antes del inicio del festival (que incluye el trailer de la película para su exhibición en España), de la impresión que causó su presentación, de cuando se le otorgó el premio FIPRESCI, reseñas de la presentación de la película, de la conferencia de prensa (incluye video), de la premiación (con video), un avance del film, una evaluación de la Llosa como directora, videos de Magaly Solier, la actríz principal de la película, cantando, la noticia del adelanto de la fecha de su estreno en el Perú, y lo que le dice la Llosa a Alan García, presidente peruano.

De todos los posts mencionados, extraigo una parte de lo que Juan José Beteta dice a manera de evaluación de la directora Claudia Llosa a partir de lo logrado en su anterior película: Madeinusa:

Ya Madeinusa exhibía señales evidentes de su potencial cinematográfico y la capacidad de revelar tanto tendencias ocultas como evidentes en la sociedad peruana, respecto al mundo andino. Quizás haya que recordar aquí el diseño de un personaje que, sin abandonar para nada sus valores culturales y su papel ritual, se las arregla para utilizarlo y liberarse de ciertas cadenas que le impone tal tradición. Por un lado, Llosa pone en escena el mito (apoyado en el trabajo de fotografía, vestuario y ambientación), pero, al mismo tiempo, muestra la capacidad de agencia de una mujer para liberarse y cuestionar un orden social opresivo. Esta aparente contradicción es justamente superada por la naturaleza del carnaval (léase, del mito), que permite transitar de la ruptura radical de los tabúes a la restauración del orden, del caos primigenio al cosmos, del morir al renacer, de la tradición a la modernidad. Estamos ante un filme que plantea lo políticamente incorrecto junto a lo políticamente correcto, con respecto al mundo andino y al papel de la mujer.

De allí que para algunos esa cinta resulte racista y ofensiva, mientras que para otros (y me incluyo) muestra la afirmación de una cultura andina desafiante, en su provocadora ambivalencia (y eso es lo novedoso). No es necesario ir hasta Bolivia para observar este renacer étnico, complejo y contradictorio, tanto allá como acá. Basta ver el éxito de líderes electorales tan disímiles como Ollanta Humala y Alejandro Toledo; y las simpatías que despertaron (¿y despiertan?) personajes como Antauro Humala y el general Edwin Donayre, en su momento. Incluso podríamos remontarnos hasta la primera campaña electoral de Alberto Fujimori y recordar su famoso eslogan “un candidato como tú” y la imagen del “chinito” disfrazado de un ekeko andino. Todos ellos estuvieron envueltos en debates nacionales sobre racismo y/o insurgencia antisistémica. Más o menos los mismos tópicos desatados –aunque en realidad profundizados– por Llosa en su opera prima. O sea, que es una película que pisa callos, y fuerte.

Por supuesto otros blogs también han opinado al respecto, tal como Elizabeth Lino quien desde Te voy a contar se alegra por la noticia y pide más ayuda para el cine y cultura locales:

es necesario resaltar el esfuerzo y el trabajo en soledad y desamparo bajo el cual se llevan a cabo numerosos proyectos culturales en nuestro país. Los creadores (cineastas, documentalistas, escritores, poetas, investigadores, músicos, artistas plásticos, etc) que batallan día a día buscando materializar sus proyectos. Desatendidos totalmente del Estado peruano, sin financiamientos, con centros de estudio en caos increíbles, necesitan que el Gobierno genere puentes para la producción cultural. Una política educativa de oportunidades inclusiva y popular.

Guille de Pueblo Vruto también se emociona por el premio y dice:

el Oso de Oro de la Berlinale para «La Teta Asustada» debe ser lo que necesita nuestra incipiente industria cinematográfica nacional para atreverse a crecer abordando narrativas más complejas en lugar de los simples relatos «polémicos» o pseudoestampas criollas. Podríamos contar también con que puede ampliar nuestra visión sobre la década de la violencia en el Perú, algo que no ha logrado hasta ahora el no poco poderoso aparato político-mediático derechohumanista.

Y es aquí donde se desata la controversia, al querer interpretar una película que la gran mayoría aún no ha visto, desde una perspectiva social o política. Por ejemplo, Carlos Quiróz desde Peruanista no ve con buenos ojos a Claudia Llosa ni a su obra:

Esta película no se trata de la vida de una mujer andina traumada por la violencia interna en Perú, como Llosa vende el cuento en Europa. Es acerca de mostrar la vida de una pianista limeña muy sofisticada, pseudo educada –y bien blanca- y como ejemplo de superioridad, mostrar a la empleada andina, la pobrecita, sumisa, superticiosa. El discurso del filme habla de simpatía indigenista, pero la imagen grita de una mala intención y de burla malosa, de comparación exagerada haciendo un paralelo entre las vidas de ambas.

… como toda folklorista convenida, Claudia Llosa se apropia de las culturas andinas para hacer filmes que impresionen a extranjeros y a ignorantes. A ella no le importan nuestros indígenas peruanos como seres humanos, sino como personajes curiosos y como objeto de burla, de reojo. Al mismo tiempo, ellos los blancos racistas se presentan a sí mismos como regios y buenos, y atractivos, mientras que a nosotros los cobrizos nos ponen brutitos y necesitados, y dependientes de ellos claro.

Luego, en este otro post añade algo más sobre el hecho de si realmente se realizaron violaciones a mujeres por parte de Sendero Luminoso durante los años del terrorismo en el Perú:

miren como presentan a la película en España: «una historia de las mujeres violadas por Sendero Luminoso». Estos señores están mintiendo: usualmente SL no violaba a las mujeres, eran los paramilitares, los soldados y policías del estado peruano los que abusaban de las mujeres andinas, y no estoy defendiendo a SL sino seamos honestos aquí.

Esta última afirmación produjo bastantes comentarios en el propio post y posts con respuestas en otros blogs. Fernando Obregón de Pospost salió al frente refutando lo dicho:

Sendero Luminoso SÍ VIOLÓ mujeres. Y lo dice el Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, tal como se señala en el Tomo VI, Capítulo 1.5 llamado «La violencia sexual contra la mujer» que pueden descargar aquí. Que las Fuerzas Armadas o policiales hayan sido quienes hayan cometido mayor número de violaciones NO EXCULPA a Sendero Luminoso y mucho menos para afirmar que «Sendero Luminoso no violaba mujeres». Hacerlo, es negar el holocausto sufrido por la mujer andina peruana durante la guerra interna, pero sobre todo es volver a «violarlas» en su memoria

Aunque hay un problema de lógica y contexto en la afirmación de Peruanista tal como señala Francisco Canaza de Apuntes Peruanos en su post precisamente titulado Cuestión de lógica, que parece no haber sido captado por todos, hay también el peligro de caer en una polarización sobre si se está a favor o en contra de Sendero Luminoso, y no sólo eso, si no otros aspectos como si la Llosa es o no racista, es o no pituca u otros. Por ejemplo, este post (y los comentarios) de el Utero de Marita queda como una muestra de lo peor de la blogósfera peruana. Y Gustavo Faverón de Puente Aéreo acusa a Peruanista de Ceguera Ideológica:

¿por qué es tan fácil, tan simple, para Quiroz, decir que es mentira lo que decenas de mujeres indígenas declararon en terribles testimonios, eventualmente ante grabadoras y cámaras? (1) ¿No es Quiroz un luchador de las causas de reivindicación indígenas y un enemigo de ese mismo racismo que durante siglos ha arrebatado la agencia de los indígenas y ha obliterado sus palabras de los registros de la historia peruana? De pronto, es más importante para él señalar las supuestas falsedades del «enemigo», incluso cuando son verdades evidentes, que condolerse del sufrimiento de las víctimas. ¿Contra qué y a favor de qué está peleando Quiroz? Cuando ya dejó de defender a las mujeres indígenas, su causa deja de ser la lucha antirracista. Está peleando por el status quo de su ideología, por la persistencia de su programa, y está dispuesto a negar todos los datos de la realidad que haga falta echarse abajo para seguir repitiendo sus dogmas.

Toda esta discusión recuerda mucho a lo que se vivió en el país en esos años aciagos del terrorismo. (Ver al respecto este reciente post de Isabel Guerra en el blog Palabras Van y Vienen (II) : Una época no tan lejana, una sucinta e ilustrativa crónica personal de aquellos años). Por otra parte, Daniel Salas en Gran Combo Club trata de explicar otras facetas de la discusión en el post Antes de ver “La teta asustada” :

Una de las objeciones más escuchadas es que Llosa no tiene derecho a referir la realidad andina porque a) no la conoce y b) porque pertenece a la elite criolla. Pero ya he sostenido que no se trata de referir a ninguna realidad. Hace tiempo que sabemos que el arte no consiste en plasmar una porción de hechos. Es obvio que tal meta es absurda. Para entender bien este argumento, recuerden el imposible mapa borgiano. Sin embargo, hay escritores que quieren que se los juzgue de acuerdo con este criterio: yo sí reproduzco fielmente la realidad; los otros no. En un sentido poco interesante, nadie tiene derecho a representar a nadie y cualquiera puede representar a cualquiera. En otro sentido que sí es interesante, lo que te da derecho a representar a alguien es la relevancia artística de tu representación. No me sirve de nada representar lo que “conozco bien” si el producto es una acumulación de lugares comunes sin mayor gracia y sin el menor interés. En otras palabras, una novela, una película, un poema no van a ser mejores porque se refieren a lo que –según los otros-es lo que te resulta “más auténtico”.

Otros como Javier de El Lápiz y el Martillo dicen que No reventemos cohetes:

han vuelto los tiempos en que puedes jugar alegremente con las sensibilidades de un grupo cultural determinado, interpretar sus mitos y leyendas abiertamente, llamarles borrachos, bárbaros e ignorantes sin roche, aunque sea solo como leit motiv artístico. No solamente se ha perdido la corrección política con el mundo andino, se ha perdido el amor a la tierra. Los andinos pueden ahora pasar como bobos, miedosos y supersticiosos, como los afroamericanos en las películas clásicas del cine yanqui. (Ah, y también los latinos). Ahora, nuestros indios son, cultural y artísticamente, virtuales extranjeros en una tierra que se ha convertido en pasto de empresas mineras, transnacionales turísticas y experimentos cinematográficos a la peruana. Todos saqueando lo que queda de nuestra cordillera. Y parece ser que a nadie le importa. ¿Exagero? Vean La muralla verde. Otra forma -igualmente criolla, que no pasa ná- de ver nuestro país. Comparen nomás.

Es evidente que el debate recién empieza, y en abril cuando se estrene la película será reactualizado con mayor base. Mientras tanto sólo queda esperar, y desear que la sangre no llegue al río, para lo cual habrá que deshacerse de estereotipos, prejuicios y fanatismos, y de las ganas de crear flames por gusto, of course.

Una versión en inglés de este post en Global Voices: Peru: Portrayal of Andean Life in Llosa’s Movies.

Imagen obtenida del blog Puente Aéreo.