Archivo de la etiqueta: la teta asustada

La Teta Asustada en el Oscar

Hoy será la ceremonia de los premios Oscar y, por vez primera, una película peruana ha sido nominada al Oscar. La Teta Asustada de Claudia Llosa es la que ha tenido dicho honor, no sin haber desatado toda una controversia, de la que ya se habló aquí en su momento. Dicen que a pesar de tener buenas críticas no es la favorita, pero en todo caso ya  lo veremos en un rato. Yo les comparto un par de fotos de lo que ví en el centro de Lima hoy. La Municipalidad Metropolitana ha armado un escenario y supongo estará exhibiendo la ceremonia de premiación para todos aquellos que deseen verla y de ser el caso, festejar, en la Plaza de Armas. Suerte.

Sobre la Teta Asustada y Slumdog Millionaire

No pensé volver a tocar el tema del anterior post, pero dos cosas coinciden y lo ameritan. La haré corta. Ernesto de Física3 es uno de los pocos peruanos que debe haber visto La Teta Asustada, dado que él radica en España y allá ya fué estrenada. En este reciente post en su blog comenta:

Al salir del cine comprendi que esta pelicula habia que disociarla en dos aspectos para asi valorarla en su justa medida y asi poder calificar tanto sus aciertos como los resbalones incurridos.

El primer aspecto y el principal serian basicamente las percepciones y vivencias de Fausta, lo que pasa alrededor de ella y como le va afectando, partiendo de la premisa de que (y eso queda claro desde el principio de la peli) el miedo es real, esta ahi y condiciona muchas de las acciones de la protagonista, mas alla de que querramos escarbar o no en las razones de dicho miedo (*), en este caso la actuacion de Magaly Solier cumple con creces la exigencia del personaje, las reacciones de alguien «sin alma», impresionable o con susto estan a la medida, por mas de que en un momento nos pueda desesperar la lentitud de algunas escenas en las que ella esta sola, es evidente que esa lentitud es parte del recurso para hacernos sentir parte de las tensiones que ella va padeciendo.

El segundo aspecto seria la puesta en escena, o mejor dicho el entorno que tiene que vivir Fausta, y por ahi estarian los principales resbalones de la pelicula, queda claro que estamos hablando de un entorno de pobreza real y ahi que nadie se lleve a engaño, eso existe y es parte de nuestra realidad, asi que ahi nadie podria objetar nada de no ser por el abuso (si, abuso) de mostrar una estetica colorida y propiamente huachafa como parte del vivir de dichos sectores, especialmente en lo que se refiere a la vision que proyecta de como se efectuan las celebraciones en los sectores populares. Para alguien del extranjero que no conoce, esa seria la vision de como es la ciudad (en un momento de la pelicula el Tio Lucido le dice a Fausta «.. en Lima es diferente»), con gente que enamora diciendo «si el color rojo es el color de la pasion bañame con tu menstruacion» y celebra las bodas sacandose fotos delante de un cuadro gigantesco representando un paisaje luego de un matrimonio masivo en un descampado en lugar de la plaza del distrito.

Pueden leer el resto de sus opiniones en el link a su post, pues por supuesto hay mas. Adelanto que considera a la peli bastante recomendable de ver a pesar del par de reparos que le pone. Lo otro que quería comentar está relacionado a la similitud de reacciones que genera el film de la Llosa y la recientemente multipremiada con el Oscar: Slumdog Millionaire de Danny Boyle. Por ejemplo en este pequeño post en Global Voices en Español se enlaza a este otro post en inglés sobre el tema, titulado: ¿Porqué los indios odian Slumdog Millionaire?. Traduzco malamente algunas partes del post:

Incluso si no es la mejor película vista en el cinema hindú, es bastante buena. La encontré perturbadora y así y todo me gustó. Entonces, ¿Porqué los hindúes odian Slumdog Millionaire?

Fuimos con otra pareja a ver la película. Estábamos dispuestos a que nos gustara, a pesar de conocer las hostiles reseñas en la India. Pero después de la película, mi amiga, una mumbaikar (residente de Mumbai (Bombay)), estaba decepcionada por la representación de Mumbai. “¿Porqué muestran sólo la pobreza?”, se preguntaba. “¿Porqué no muestran todo Mumbai en vez de sólo enfocarse en Dharavi?”

Me quedé en silencio. … Puedo creer mucho de lo que la película muestra. La brutalidad policial, la vida miserable en las barriadas, las protestas originadas en la religión, el secuestro de niños para hacerlos trabajar como mendigos … Hay un par de cosas de la trama que son difíciles de creer pero no puedo cuestionar el retrato esencial.

Es cierto que la película se enfoca en las barriadas, pero es de eso de lo que trata la historia. Es cierto que Danny Boyle se las arregla para mostrar todos los símbolos de la India en los que se enfoca occidente – las barriadas, los call centers y el Taj Mahal. De alguna manera se pierde entre los encantadores de serpientes y el gran truco de cuerda hindú, pero conserva todo lo demás. Sin ambargo no me sorprende – es mas fácil para alguien nuevo en la India apegarse a los clichés antes que tratar de comprender toda la complejidad que es la India.

Me pregunto si nuestra principal objeción a la película se debe a que representa a la parte de la India en la que preferiríamos no enfocarnos. Nos gusta celebrar nuestro crecimiento económico y nuestra emergente clase media. Nos gusta señalar a nuestros nuevos centros comerciales y rascacielos de vidrio. La película no muestra mucho de la prosperidad de la clase media de la India. Muestra la otra India que no muchos de nosotros conocen bien, o en la que no nos gusta pensar – la pobre India que ha permanecido pobre a pesar del reciente crecimiento económico.

No muchos de nosotros se aventuran dentro de Dharavi. Es aún un símbolo de lo que no hemos terminado, a pesar de las piadosas frases como “Garibi Hatao” (abajo la pobreza) todos estos años.

Las similitudes como digo, me parecen obvias: ojos que se perciben ajenos se enfocan en una parte de nosotros mismos que no queremos mostrar ¿Por qué mostrarnos así? Ya no somos de esa forma, somos modernos, eso nunca pasó, están exagerando, no somos pobres, analfabetos, incultos. Como dice el viejo dicho, no hay peor ciego que el que no quiere ver. Una película no es la realidad, es la visión de alguien sobre algo, y por tanto subjetiva, nos muestra también casi sin querer a la persona detrás del lente (con sus aciertos y errores) y eso es un poco más difícil de ver. Y nos muestra a nosotros mismos tal como nos ven, y eso a veces no nos gusta.

Sobre «La Teta Asustada», Opiniones y excesos

Hace unos días la película «La Teta asustada» de la directora peruana Claudia Llosa ganó el Oso de Oro en el Festival Internacional de Cine de Berlín, la Berlinale, y obviamente la noticia fue bien recibida en los medios dedicados al cine en el Perú. Por ejemplo, Cinencuentro estuvo ofreciendo una cobertura especial desde antes de darse a conocer los resultados de la premiación. Hay posts de un día antes del inicio del festival (que incluye el trailer de la película para su exhibición en España), de la impresión que causó su presentación, de cuando se le otorgó el premio FIPRESCI, reseñas de la presentación de la película, de la conferencia de prensa (incluye video), de la premiación (con video), un avance del film, una evaluación de la Llosa como directora, videos de Magaly Solier, la actríz principal de la película, cantando, la noticia del adelanto de la fecha de su estreno en el Perú, y lo que le dice la Llosa a Alan García, presidente peruano.

De todos los posts mencionados, extraigo una parte de lo que Juan José Beteta dice a manera de evaluación de la directora Claudia Llosa a partir de lo logrado en su anterior película: Madeinusa:

Ya Madeinusa exhibía señales evidentes de su potencial cinematográfico y la capacidad de revelar tanto tendencias ocultas como evidentes en la sociedad peruana, respecto al mundo andino. Quizás haya que recordar aquí el diseño de un personaje que, sin abandonar para nada sus valores culturales y su papel ritual, se las arregla para utilizarlo y liberarse de ciertas cadenas que le impone tal tradición. Por un lado, Llosa pone en escena el mito (apoyado en el trabajo de fotografía, vestuario y ambientación), pero, al mismo tiempo, muestra la capacidad de agencia de una mujer para liberarse y cuestionar un orden social opresivo. Esta aparente contradicción es justamente superada por la naturaleza del carnaval (léase, del mito), que permite transitar de la ruptura radical de los tabúes a la restauración del orden, del caos primigenio al cosmos, del morir al renacer, de la tradición a la modernidad. Estamos ante un filme que plantea lo políticamente incorrecto junto a lo políticamente correcto, con respecto al mundo andino y al papel de la mujer.

De allí que para algunos esa cinta resulte racista y ofensiva, mientras que para otros (y me incluyo) muestra la afirmación de una cultura andina desafiante, en su provocadora ambivalencia (y eso es lo novedoso). No es necesario ir hasta Bolivia para observar este renacer étnico, complejo y contradictorio, tanto allá como acá. Basta ver el éxito de líderes electorales tan disímiles como Ollanta Humala y Alejandro Toledo; y las simpatías que despertaron (¿y despiertan?) personajes como Antauro Humala y el general Edwin Donayre, en su momento. Incluso podríamos remontarnos hasta la primera campaña electoral de Alberto Fujimori y recordar su famoso eslogan “un candidato como tú” y la imagen del “chinito” disfrazado de un ekeko andino. Todos ellos estuvieron envueltos en debates nacionales sobre racismo y/o insurgencia antisistémica. Más o menos los mismos tópicos desatados –aunque en realidad profundizados– por Llosa en su opera prima. O sea, que es una película que pisa callos, y fuerte.

Por supuesto otros blogs también han opinado al respecto, tal como Elizabeth Lino quien desde Te voy a contar se alegra por la noticia y pide más ayuda para el cine y cultura locales:

es necesario resaltar el esfuerzo y el trabajo en soledad y desamparo bajo el cual se llevan a cabo numerosos proyectos culturales en nuestro país. Los creadores (cineastas, documentalistas, escritores, poetas, investigadores, músicos, artistas plásticos, etc) que batallan día a día buscando materializar sus proyectos. Desatendidos totalmente del Estado peruano, sin financiamientos, con centros de estudio en caos increíbles, necesitan que el Gobierno genere puentes para la producción cultural. Una política educativa de oportunidades inclusiva y popular.

Guille de Pueblo Vruto también se emociona por el premio y dice:

el Oso de Oro de la Berlinale para «La Teta Asustada» debe ser lo que necesita nuestra incipiente industria cinematográfica nacional para atreverse a crecer abordando narrativas más complejas en lugar de los simples relatos «polémicos» o pseudoestampas criollas. Podríamos contar también con que puede ampliar nuestra visión sobre la década de la violencia en el Perú, algo que no ha logrado hasta ahora el no poco poderoso aparato político-mediático derechohumanista.

Y es aquí donde se desata la controversia, al querer interpretar una película que la gran mayoría aún no ha visto, desde una perspectiva social o política. Por ejemplo, Carlos Quiróz desde Peruanista no ve con buenos ojos a Claudia Llosa ni a su obra:

Esta película no se trata de la vida de una mujer andina traumada por la violencia interna en Perú, como Llosa vende el cuento en Europa. Es acerca de mostrar la vida de una pianista limeña muy sofisticada, pseudo educada –y bien blanca- y como ejemplo de superioridad, mostrar a la empleada andina, la pobrecita, sumisa, superticiosa. El discurso del filme habla de simpatía indigenista, pero la imagen grita de una mala intención y de burla malosa, de comparación exagerada haciendo un paralelo entre las vidas de ambas.

… como toda folklorista convenida, Claudia Llosa se apropia de las culturas andinas para hacer filmes que impresionen a extranjeros y a ignorantes. A ella no le importan nuestros indígenas peruanos como seres humanos, sino como personajes curiosos y como objeto de burla, de reojo. Al mismo tiempo, ellos los blancos racistas se presentan a sí mismos como regios y buenos, y atractivos, mientras que a nosotros los cobrizos nos ponen brutitos y necesitados, y dependientes de ellos claro.

Luego, en este otro post añade algo más sobre el hecho de si realmente se realizaron violaciones a mujeres por parte de Sendero Luminoso durante los años del terrorismo en el Perú:

miren como presentan a la película en España: «una historia de las mujeres violadas por Sendero Luminoso». Estos señores están mintiendo: usualmente SL no violaba a las mujeres, eran los paramilitares, los soldados y policías del estado peruano los que abusaban de las mujeres andinas, y no estoy defendiendo a SL sino seamos honestos aquí.

Esta última afirmación produjo bastantes comentarios en el propio post y posts con respuestas en otros blogs. Fernando Obregón de Pospost salió al frente refutando lo dicho:

Sendero Luminoso SÍ VIOLÓ mujeres. Y lo dice el Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, tal como se señala en el Tomo VI, Capítulo 1.5 llamado «La violencia sexual contra la mujer» que pueden descargar aquí. Que las Fuerzas Armadas o policiales hayan sido quienes hayan cometido mayor número de violaciones NO EXCULPA a Sendero Luminoso y mucho menos para afirmar que «Sendero Luminoso no violaba mujeres». Hacerlo, es negar el holocausto sufrido por la mujer andina peruana durante la guerra interna, pero sobre todo es volver a «violarlas» en su memoria

Aunque hay un problema de lógica y contexto en la afirmación de Peruanista tal como señala Francisco Canaza de Apuntes Peruanos en su post precisamente titulado Cuestión de lógica, que parece no haber sido captado por todos, hay también el peligro de caer en una polarización sobre si se está a favor o en contra de Sendero Luminoso, y no sólo eso, si no otros aspectos como si la Llosa es o no racista, es o no pituca u otros. Por ejemplo, este post (y los comentarios) de el Utero de Marita queda como una muestra de lo peor de la blogósfera peruana. Y Gustavo Faverón de Puente Aéreo acusa a Peruanista de Ceguera Ideológica:

¿por qué es tan fácil, tan simple, para Quiroz, decir que es mentira lo que decenas de mujeres indígenas declararon en terribles testimonios, eventualmente ante grabadoras y cámaras? (1) ¿No es Quiroz un luchador de las causas de reivindicación indígenas y un enemigo de ese mismo racismo que durante siglos ha arrebatado la agencia de los indígenas y ha obliterado sus palabras de los registros de la historia peruana? De pronto, es más importante para él señalar las supuestas falsedades del «enemigo», incluso cuando son verdades evidentes, que condolerse del sufrimiento de las víctimas. ¿Contra qué y a favor de qué está peleando Quiroz? Cuando ya dejó de defender a las mujeres indígenas, su causa deja de ser la lucha antirracista. Está peleando por el status quo de su ideología, por la persistencia de su programa, y está dispuesto a negar todos los datos de la realidad que haga falta echarse abajo para seguir repitiendo sus dogmas.

Toda esta discusión recuerda mucho a lo que se vivió en el país en esos años aciagos del terrorismo. (Ver al respecto este reciente post de Isabel Guerra en el blog Palabras Van y Vienen (II) : Una época no tan lejana, una sucinta e ilustrativa crónica personal de aquellos años). Por otra parte, Daniel Salas en Gran Combo Club trata de explicar otras facetas de la discusión en el post Antes de ver “La teta asustada” :

Una de las objeciones más escuchadas es que Llosa no tiene derecho a referir la realidad andina porque a) no la conoce y b) porque pertenece a la elite criolla. Pero ya he sostenido que no se trata de referir a ninguna realidad. Hace tiempo que sabemos que el arte no consiste en plasmar una porción de hechos. Es obvio que tal meta es absurda. Para entender bien este argumento, recuerden el imposible mapa borgiano. Sin embargo, hay escritores que quieren que se los juzgue de acuerdo con este criterio: yo sí reproduzco fielmente la realidad; los otros no. En un sentido poco interesante, nadie tiene derecho a representar a nadie y cualquiera puede representar a cualquiera. En otro sentido que sí es interesante, lo que te da derecho a representar a alguien es la relevancia artística de tu representación. No me sirve de nada representar lo que “conozco bien” si el producto es una acumulación de lugares comunes sin mayor gracia y sin el menor interés. En otras palabras, una novela, una película, un poema no van a ser mejores porque se refieren a lo que –según los otros-es lo que te resulta “más auténtico”.

Otros como Javier de El Lápiz y el Martillo dicen que No reventemos cohetes:

han vuelto los tiempos en que puedes jugar alegremente con las sensibilidades de un grupo cultural determinado, interpretar sus mitos y leyendas abiertamente, llamarles borrachos, bárbaros e ignorantes sin roche, aunque sea solo como leit motiv artístico. No solamente se ha perdido la corrección política con el mundo andino, se ha perdido el amor a la tierra. Los andinos pueden ahora pasar como bobos, miedosos y supersticiosos, como los afroamericanos en las películas clásicas del cine yanqui. (Ah, y también los latinos). Ahora, nuestros indios son, cultural y artísticamente, virtuales extranjeros en una tierra que se ha convertido en pasto de empresas mineras, transnacionales turísticas y experimentos cinematográficos a la peruana. Todos saqueando lo que queda de nuestra cordillera. Y parece ser que a nadie le importa. ¿Exagero? Vean La muralla verde. Otra forma -igualmente criolla, que no pasa ná- de ver nuestro país. Comparen nomás.

Es evidente que el debate recién empieza, y en abril cuando se estrene la película será reactualizado con mayor base. Mientras tanto sólo queda esperar, y desear que la sangre no llegue al río, para lo cual habrá que deshacerse de estereotipos, prejuicios y fanatismos, y de las ganas de crear flames por gusto, of course.

Una versión en inglés de este post en Global Voices: Peru: Portrayal of Andean Life in Llosa’s Movies.

Imagen obtenida del blog Puente Aéreo.