«Si la prensa calla entonces, que hablen las murallas»
«Por la soberanía nacional Fuera Gringos de Colombia»
«Dile no al regueton esto no es «Puelto Rico»»
Mirando que borran el graffiti.
«Si la prensa calla entonces, que hablen las murallas»
«Por la soberanía nacional Fuera Gringos de Colombia»
«Dile no al regueton esto no es «Puelto Rico»»
Mirando que borran el graffiti.
El Museo del Oro del Banco de la República en Pasto relata la historia de las sociedades que ocuparon el litoral Pacífico y el altiplano nariñense desde hace algo más de 2,500 años. Estas sociedades alcanzaron una gran destreza en el trabajo de la arcilla, el metal, la concha y la piedra, y sus tecnologías y diseños sugieren importantes intercambios con las culturas de Ecuador, Perú y Bolivia. La historia de las comunidades indígenas de esta región continuó durante la conquista y colonia hasta el presente y, con la llegada de esclavos africanos, enriquece la diversidad cultural en el suroccidente colombiano.
A continuación algunas de las fotos que tomé a la muestra permanente del Museo del Oro, todas las fotos acá.
Llegamos al Palacio de Buda, el barrio más lindo de toda la ciudad. Es impresionante cómo cambian las cosas con subir una cuesta. Si Praga es la ciudad más linda de Europa, la ciudad de cuentos y princesas, Budapest, sin duda alguna, es la ciudad de los caballeros de los cuentos, los hombres valientes que protegían a esas princesas y construyeron sus ciudades y sus castillos en colinas que daban al Danubio.
Está atardeciendo, pero la vista desde el castillo es impresionante. Realmente impresionante. Creo que es lo más lindo que he visto en toda mi vida. Me conmueve hasta casi las lágrimas. No solo la vista, si no además esta humildad genuina de los húngaros, que hicieron y conservaron una ciudad tan bella, para ellos, no para reyes extranjeros y de fijo, no para impresionar turistas mochileros como yo. Es linda porque la querían linda, no presumida ni artificial.
…
Recorremos las callecitas medievales, tomando fotos de la ciudad que anochece, maravillándome de Parlamento de Budapest iluminado. Nos colamos en la ópera para que yo vea cómo se puede hacer algo muy muy bello y delicado sin caer en los excesos. La ópera está en media pausa y la señora de los tiquetes nos da permiso de entrar a vinear cuando oye que yo vengo de muy, muy lejos. Caminando entra la gente, me maravilla pensar que todos son húngaros. Una simpleza, lo sé. Pero nunca había visto a tantos húngaros juntos en mi vida. Quiero saber qué piensan, qué añoran, con qué sueñan. Quiero saber cómo se ven a sí mismos. Quiero que me expliquen qué es esto, que se siente en los huesos, qué se siente ser húngaro. Pero me acuerdo que no les entiendo.
Caminamos por la calle Andrassy, un bolevard lleno de árboles y de antiguas villas. Kinga me dice que de sus actividades favoritas, es salir a caminar a la calle. Yo aquí entiendo esa manía que solo había leído, de ir a dar paseos citadinos. Aquí, con lugares tan bien cuidados, tan seguros, tan llenos de cosas lindas, se puede. Uno entiende ese gusto. La calle desemboca en el Monumento a los Héores, que conmemora los 1000 años de la fundación de Budapest. A un lado, el Museo de Historia, al otro el del Arte, y atrás, un castillo de princesas donde todos los inviernos se puede patinar en el hielo en el lago artificial.
Es obvio que uno se hace representaciones de los sitios, ciudades que visita, que a veces difieren de la realidad, en poco o en mucho. Ciertamente Budapest es una ciudad hermosa, y es segura comparada con Lima, pero no lo es totalmente, hay de todo, como en todo lugar, y sin embargo coincido con la autora del post citado en muchas de sus impresiones, y es por eso que hago este post.
Los dejo con algunas fotos más a añadir a las tantas ya publicadas. Estas son del Liberty Bridge, uno de los varios puentes que comunican Buda con Pest cruzando el Danubio. Cuando estuve por allá, hace ya más de un año, estaba en reparación, supongo que ahora las obras ya habrán terminado:
Actualización: Caigo en este post de Itzpapalotl, quien por un momento incide en mi opinión de que todo no es color de rosa y lo comparto.
Me pasé el día del otro lado del río, caminando y viendo a otros turistas con curiosidad, visitando una modesta tumba a un enemigo heróico, pensando en un largo laberinto subterráneo de catacumbas heladas, viendo las estatuas de los que fueron valientes ahora verdes, sentados en sus caballos. Pensaba mientras tanto en este artículo que compartió El Oso sobre el alcance de la xenofobia de los Húngaros, que llega a abarcar a minorías aún por existir. Eso en este mismo siglo, en este país de invadidos y agraviados, como si no estuviera la segunda sinagoga más grande del mundo a una cuadra del apartamento donde me voy a dormir.
Los pueblos indígenas americanos conciben el cosmos como una totalidad viva compuesta por una superposición de niveles en donde transcurre la existencia del hombre y los demás seres —animales, plantas, ríos, montañas, espíritus. Humanos y otros seres conforman una gran sociedad cósmica, bajo unas reglas estrictas de conducta, y comparten una sola forma de espíritu que les permite transformarse unos en otros, intercambiar su identidad y perspectiva. El chamán, especialista religioso y vigilante del orden social, es el experto en estos procesos de cambio.
La orfebrería prehispánica de Colombia revela la importancia de las ideas sobre transformación desde tiempos muy antiguos. Los objetos de esta exposición cobran vida y significado a la luz de las investigaciones arqueológicas y etnohistóricas y de las mitologías y el pensamiento de las sociedades indígenas actuales.
Pero primero el desayuno, un simple café con leche y pericos pero sin tomate ni cebolla, o sea huevos revueltos nomás.
La Plaza del Carnaval donde cada año, entre diciembre y enero se celebra el Carnaval de Negros y Blancos.
Otra vista de la Plaza del Carnaval.
Iglesia de San Sebastián, Pasto, Colombia
Monumento a Agustín Agualongo, frente a la Iglesia de San Sebastián. (Uno de los pocos sitios descuidados con los que me topé, por cierto, en una ciudad por otra parte bastante ordenada y conservada)
Para llegar hay que bajar…
Los recuerdos de los devotos, o milagros que les llamamos en Perú
El frontis del Santuario.
Una vista casi completa del Santuario.
Y de regreso a la entrada (y casi sin piernas), unas muy andinas llamitas.
Mas info sobre el santuario en El Santuario de Nuestra Señora de Las Lajas en Ipiales, Nariño, Colombia, página especial del IpiTimes.
El hecho de haber llegado a eso de las 2pm fue lo que me decidió realmente a pasar una noche en Ipiales, así pues luego de tomar una habitación y dejar la mochila, salimos a ver qué se podía almorzar a esa hora, ya para entonces casi las 4pm. Concluido ese trámite recorrimos un rato la ciudad y pude admirar sus plazas y calle principal con bastante movimiento comercial, aunque como ciudad de provincia, ya a las 8 de la noche prácticamente no había nadie en la calle. Luego del descanso nocturno, y el respectivo desayuno al día siguiente, enrumbamos para el Santuario de las Lajas, que se encuentra a unos 5 minutos en colectivo, y que es muy impresionante realmente pero lo malo fue que era fecha de peregrinaje y estaba repleto de gente, motivo por el cual el museo local se encontraba cerrado. Al regreso ya sólo quedo retirar las pertenencias e ir a la terminal terrestre a tomar el bus hacia Pasto, pero de Pasto ya les cuento en otros posts. Acá todas las fotos que tomé de Ipiales y el Santuario. Ah, y se agradece el apoyo de Madame Web en la identificación de lugares 🙂
Bueno, pero mis recuerdos más recientes databan de diez años atrás, así que pensé que no se trataba de recorrer los mismos restaurantes de antaño nuevamente, sino ver qué de nuevo había. Como el tiempo del que disponía era poco recurrí a la solución más fácil en ciudad pequeña: preguntarle al motocarrista. Dicho y hecho, en pocos minutos ya estaba sentado en una de las mesas del restaurant «El Estadio» y ordenando un cebiche de Conchas Negras. Decir que estuvo delicioso es poco, más justicia le hacen las fotos que le tomé y que pongo acá junto con algunas de la ciudad (todas acá). Y si tienen la ocasión de estar por Tumbes no dejen de probar platos como este, no es la única exquisitez que encontrarán, por cierto. Algo pueden ver acá y en estos tres videos (1, 2 y 3) también.