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MVLL – Travesuras de la niña mala

Imposible dejar pasar una suculenta y reciente entrevista a Mario Vargas Llosa hecha por Miguel Ángel Zapata, y que El Comercio publica en su suplemento Dominical el día 6 de marzo del presente. A través de ella me entero que el título tentativo de su nueva obra es Travesuras de la niña mala, una novela constituida por una serie de cuentos. Pero bueno, lean la entrevista que, repito, está buenaza. Aquí un par de párrafos para que se animen.

¿Cuál es el punto de partida de tu escritura?
-Generalmente el punto de partida es la memoria; creo que todas las historias que he escrito han nacido siempre como fruto de alguna vivencia que ha quedado en la memoria y que se convierte en una imagen muy fértil para fantasear algo alrededor de ella. Ese ha sido casi siempre el punto de partida de todo lo que he escrito. También he seguido una pauta, prácticamente desde el primer cuento que escribí: tomo muchas notas, hago fichas, hago unos esquemas antes de empezar a redactar. Para poder comenzar a escribir necesito por lo menos una estructura aunque sea muy general de la historia. Y luego, pues comienzo a trabajar. Hago primero un borrador, que es lo que más trabajo me cuesta. Una vez que lo tengo, para mí el trabajo es mucho más agradable, ya escribo de una manera más confiada, más segura, porque sé que la historia está allí. Esto ha sido una constante en lo que he escrito: hacer una investigación que me familiarice con el tema, la situación, la época en la que está situada la historia.

En La tía Julia y el escribidor, o en El hablador, apareces tú como personaje camuflado
-No, aparece un ser que a veces lleva mi nombre y en otros casos aprovecha de experiencias que yo he tenido, pero aparece siempre dentro de un contexto y viviendo experiencias que son mucho más diversas de las que yo he tenido, de tal manera que ninguna de mis novelas es exclusivamente autobiográfica, ni siquiera la que lo parece más, como es La tía Julia. Claro, ahí he aprovechado un momento de mi vida, pero incluso en la historia del Varguitas que quisiera ser un escritor, hay mucho más de invención que de memoria personal, la autobiografía es un recurso literario, como en El hablador.

Y ahora, hablando de los críticos de tu obra, ¿a quiénes mencionarías como los que han acertado en sus aproximaciones?
-David Gallagher escribió un ensayo sobre Conversación en La Catedral que para mí fue muy sorprendente; recuerdo sobre todo una idea, decía más o menos así. en esa novela se demuestra que el poder es sucio, y la prosa de la novela cada vez que se acerca a la poder se ensucia, o sea que la novela de alguna manera somatiza lo que la novela quiere mostrar. También José Miguel Oviedo ha hecho unos análisis muy serios, rigurosos, sobre todo de las estructuras, de las técnicas y he aprendido de sus acercamientos. Por último, el libro de Efraín Kristal fue muy revelador para mí; él relee prácticamente los libros que yo he dicho que me han impresionado, y entonces encuentra en esos libros muchas fuentes, muchos modelos que yo he aprovechado. Es uno de los libros que me ha interesado más y que ha sido muy instructivo sobre lo que yo hago, y me ha demostrado que por más que uno trabaje muy racionalmente (como lo hago yo) preparando sus historias, no tiene la distancia suficiente para saber exactamente lo que uno hace en el papel.

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