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Comprando Libros

Libros, 2

El sábado fuí a buscar qué de interesante había en la venta de libros del Jr. Amazonas. No iba como un mes por allá (ver éste post anterior) y si bien no encontré nada deslumbrante, tampoco regresé con las manos vacías. Para no hacerla larga esto es lo que compré (que seguro ya vieron en la foto de arribita):

Ada o el ardorVladimir Nabokov
KitchenBanana Yoshimoto
Una mujer no hace un verano – Guillermo Niño de Guzmán
Tres noches de CorbataFernando Iwasaki Cauti
Los Super BárbarosJohn Brunner
El Predestinado – Harlan Ellison y El Ladrón de Thoth- Lin Carter

De lejos el mejor libro me parece el de Nabokov, y hace muchos años que quería encontrarle, claro que ni en el estado del que encontré (algo maltratada su carátula) ni en esta edición (Grijalbo mexicana), si no en la de Versal o la más reciente de Anagrama, pero algo es algo. La novelita de la Yoshimoto me capturó en el primer párrafo, no llega a equipararse con Haruki Murakami, pero tiene su gracia y seguro le leo pronto pues no es muy larga.

Los libros de Niño de Guzmán e Iwasaki son de cuentos ambos y si el de Niño de Guzmán es la mitad de bueno que Caballos de Medianoche pues ya valió la pena. El de Iwasaki leí el primer cuento y promete mucho, debo decir que nunca leí hasta ahora nada de él y eso que tiene una amplia obra.

Lo de Brunner y Ellison/Carter es puro completismo. Se que el de Brunner es un space opera sin trascendencia, lejos de sus enormes (en varios sentidos) e imprescindibles obras como Todos sobre Zanzibar, Orbita Inestable, El Rebaño ciego (también conocidos como «La trilogía del desastre») y El Jinete en la onda del shock, y la verdad, dudo que lo lea alguna vez, pero por algo soy un fan de la ciencia ficción, ¿no?. En el caso del volumen doble con Novelettes de Harlan Ellison y Lin Carter, pues más de lo mismo.

Y tengo pendiente de reseñar unas 4 o 5 compras anteriores, que corresponden a los últimos meses ¡¡¡desde el 2006!!! pero por lo menos ya avancé tomando las fotos respectivas, creo que las postearé todas en un sólo post, porque si no…

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Pnin, de Nabokov

No suelo hablar de libros que no he leído, pero este post de Ghetta me gustó tanto que me siento obligado a enlazarlo y hablar de lo mismo. Ya no me acuerdo cuándo leí «Pnin» por primera vez, pero sí recuerdo que fue el primer libro de Nabokov que cayó en mis manos. Y ahora, releyéndolo me doy cuenta cuánto lo sobreleí. Sin embargo, es un buen libro para comenzar a leer a Nabokov y eso fue una suerte. Si hubiera empezado, digamos, por «Pálido Fuego», no hubiera tocado nunca más a quien se ha transformado en uno de mis autores favoritos de todos los tiempos. Lo primero que leí de Nabokov fué clásicamente Lolita, luego traté de seguir con Pálñido fuego, y no pude continuar, en serio, se me caía de las manos. Y éso es un pendiente que tengo que hacer one of these days.

Uno de los fragmentos de «Pnin» que primero capturaron mi atención fue el siguiente: «Ciertas personas -y me encuentro entre ellas- detestan los finales felices. Nos sentimos defaudados. La regla es el daño. La tragedia no debe frustrarse. La avalancha que se detiene en su cauce a unos metros de la aldea acobardada, se comporta no sólo antinaturalmente sino también sin ética.» Luego (muy luego) di con una parte de la misma en inglés: «Some people -and I am one of them- hate happy ends. We feel cheated. Harm is the norm. Doom should not jam.»

Nabokov hace este tipo de cosas todo el tiempo. Es curioso, pero los lectores anglo se maravillan de la maestría en el uso del inglés de un autor para el que no es su lengua madre y yo creo que, justamente, eso solo es posible para alguien en que el inglés no está dado, sino que es producto de una atención y fascinación extrañada. Las palabras adquieren para un extranjero una materialidad absolutamente diferente que para un native speaker. Nabokov ve las palabras. Se presentan ante sus ojos y sus oídos como materia verbal cuando invoca un significado preciso. «Harm is the norm. Doom should not jam»: son palabras de cuatro letras, el idioma básico de un escolar, de un iletrado. Corrientemente es un insulto decir de alguien que habla usando únicamente four letter words. Pero estas dos frases serían la envidia de un aforista. Lástima que no todo el mundo se detenga un momento a paladear y saborear cada palabra dicha o escrita. Y esta es una imagen Nabokoviana, más precisamente del principio de Lolita. Lean, muchachos, lean.