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Bolívar, ¿Gran libertador o gran dictador?

Simón_Bolívar_by_José_Gil_de_Castro

Simón Bolívar, óleo de José Gil de Castro. Imagen de Wikimedia, usada bajo licencia Creative Commons.

El Gran Libertador Simón Bolívar jugó un papel importante en los procesos emancipadores de cinco países latinoamericanos: Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela, y está considerado una figura histórica universal. Así mismo es padre o inspirador de la ideología llamada bolivarianismo, cuya versión más conocida y reciente es el llamado chavismo, y se le relaciona también con el concepto de Patria Grande, o unidad latinoamericana.

El pasado 24 de julio se conmemoró un aniversario más del nacimiento del libertador. En Venezuela, su país de origen, se celebró la ocasión incluso con el estreno de una película sobre la vida de Bolívar, pero en otros países como el Perú, la cosa no pasó de algunas ceremonias protocolares. Y es que en este país andino no hay un muy buen recuerdo de don Simón.

Antes de hablar del paso de Bolívar por el Perú, conozcamos un poco de su talante dictatorial. El conocido periodista Álvaro Vargas Llosa escribe en un artículo republicado en el blog del Centro para la Prosperidad Global de The Independent Institute, a propósito de la publicación de una nueva biografía del libertador en el año 2006, que Bolívar fue mejor caudillo que los demás líderes latinoamericanos de la época pero que precisamente «el caudillismo es todavía el corazón del problema latinoamericano».

José García Hamilton, un estudioso argentino de Bolívar, considera que el Libertador fue consistentemente dictatorial: “En su carta desde Jamaica (1815) y en la Convención Constituyente de Angostura (1819), Bolívar postula un sistema político con presidente vitalicio, una cámara de senadores hereditarios integrada por los generales de la independencia… La Convención de Angostura no aprueba este sistema para Venezuela ni tampoco la aprueba para Nueva Granada la siguiente convención de Cúcuta, pero luego Bolívar, en la flamante Bolivia, redacta personalmente una constitución con esas características, que luego es aprobada para el Perú. Luego pretende que ese sistema se extienda a la Gran Colombia, pero Santander rechaza que esa sanción se haga mediante atas populares, por no ser un procedimiento legal. “No será legal”, contesta Bolívar, “pero es popular y por lo tanto propio de una república eminentemente democrática”.

Un tema controvertido es el de la poca afección de Bolívar por los indígenas, casi cayendo en el racismo. En un blog anónimo, un estudiante reflexiona sobre un texto analizado en la clase de historia que recibió de la profesora Cecilia Méndez Gastelumendi.

Antes de llegar a Perú, Simón Bolívar tenía una visión del indigena idealista, influenciada por Rousseau y los pensadores de la ilustración. El indígena era un buen salvaje, apacible, solitario, “amigo de todos”, voluntariamente apartado de la vida política. Pero en 1822, atravesando los Andes, Simón Bolívar se enfrento a la rebelión de los pastusos, que acosaban a su ejército, usando técnicas de guerrillas. Desde entonces su visión cambio radicalmente: el ser apacible se convirtió en bestia salvaje, bruta, despreciada, degradado. “Esos demonios merecen la muerte”: si es que algo siguió constante en el pensamiento bolivariano, fue su visión de los indígenas como seres incapaces de una concepción política. Pero si no se apartaban voluntariamente de la sociedad política, solo la aniquilación podía resolver el problema. En eso, Simón Bolívar no invento nada, solo se unió al punto de vista de la elite criolla de Lima, atemorizada por la figura del “indio”.

Pero en el Perú más se le recuerda a Bolívar como quien desmembró el territorio patrio. Hugo Pereyra Plasencia, un historiador de la Pontificia Universidad Católica del Perú escribe en su blog que es necesario acudir a las fuentes primarias (cartas, periódicos, documentos oficiales) para que quede «claro que nosotros los peruanos le caíamos terriblemente antipáticos a Bolívar» y argumenta:

Desde las goteras de Charcas, desde esa pequeña aldea que era la Buenos Aires autonomista, desde la rústica Chile, desde los llanos de Venezuela, el Perú era visto como un monstruo, como una amenaza. Bolívar tuvo muy clara esta percepción y, de hecho, por eso hizo todo lo posible por crear un hegemón alternativo: la Gran Colombia, que estuvo integrado por las actuales Colombia, Venezuela y Ecuador, con pretensiones sobre Guayaquil y sobre el río Amazonas y su gigantesca área circundante. La Gran Colombia nació así como un contrapeso al supuesto peligro peruano.

De hecho, para la época del famoso encuentro de Guayaquil entre Bolívar y el General Don José de San Martín en 1822, ya el primero había declarado a Guayaquil bajo el protectorado de la Gran Colombia, lo que en la práctica significó su anexamiento a dicho país, aún cuando Guayaquil en ese entonces era territorio peruano. Pero eso no es todo, sostiene Pereyra:

En 1823, Bolívar llegó al Perú no tanto por dar la libertad a sus hermanos peruanos que sufrían las cadenas del absolutismo (idea que él siempre manifestaba de modo grandilocuente y, por supuesto, hipócrita), sino principalmente por el interés geopolítico de destruir de raíz lo que consideraba como una amenaza para la Gran Colombia, que él veía como la niña de sus ojos, su creación, la entidad que estaba erigiendo como un nuevo polo de dominio en América del Sur. Por eso se crea Bolivia, para cortarle las patas al “monstruo” peruano, no tanto por dar rienda suelta a la libre determinación y al anhelo de una patria boliviana en ciernes en la que, es cierto, muchos altoperuanos creían (pues nunca hubo unanimidad para unirse con el Bajo Perú dominado por Lima).

De la época que pasó Bolívar en el Perú también hay mucho que contar aparte de su labor militar libertaria que culminaría con la victoria de Ayacucho en 1824. El venezolano Antonio Escalera Busto relata lo que siguió:

Una vez completada la independencia peruana, Bolívar convoca de nuevo al Congreso Constituyente el 10 de febrero de 1825, al cual asisten 56 de los 79 diputados, la mayoría suplentes, de los cuales 9 era colombianos. Este Congreso nombra a Bolívar “Padre y Salvador de la Patria” y ordena que se erija la estatua ecuestre en la plaza del Congreso, donde está actualmente, así como el pago, como una “pequeña demostración de reconocimiento” de una recompensa al Libertador de 1.000.000 de pesos, cantidad que representaba, más o menos, la tercera parte del presupuesto anual del Perú de la época.

Luego su ya mencionada proclividad a ver con desprecio a los indígenas se hace patente:

En Perú existía una grandísima población indígena, no totalmente integrada a la cultura e idiosincrasia hispana, y que mantenía mucha de su cultura ancestral, la quechua y la aymara. Este estamento social no era, ni bien comprendido, ni bien aceptado por Bolívar. Sabemos que Bolívar, por sus correspondencias, emitía juicios racistas como este contenido en la carta que desde Pativilca le envía a Francisco de Paula Santander el 9 de enero de 1824: “Yo creo que he dicho a usted antes de ahora que los quiteños son los peores colombianos. El hecho es que siempre lo he pensado, y que se necesita un vigor triple allí que el que se emplearía en otra parte. Los Venezolanos son unos santos en comparación de esos malvados. Los quiteños y los peruanos son la misma cosa; viciosos hasta la infamia y bajos hasta el extremo. Los blancos tienen el carácter de los indios y los indios son todos truchimanes, todos ladrones, todos embusteros, todos falsos, sin ningún principio de moral que los guíe. Los Guayaquileños son mil veces mejores”

Así pues, no es de extrañar que sus actos de gobierno, ya instalado oficialmente como Dictador del Perú, también dejaran mucho que desear y en algunos casos fueran lesivos a la población indígena peruana:

En Abril de 1825, Bolívar, en uso de sus plenos poderes, dispone la anulación de la emancipación de los esclavos que había decretado San Martín […] el 11 de agosto de 1826, Bolívar implanta de nuevo el tributo del indígena, que ya había sido eliminado por los españoles a raíz de la Constitución de 1812, aunque después recuperado por el Fernando VII absolutista y definitivamente derogado por San Martín el 27 de agosto de 1821.

Algunos autores defienden el decreto de Bolívar por la justificación de proveer recursos a un Estado casi en estado de insolvencia. Que el Estado estaba casi en quiebra es cierto, pero no justifica que se recurriese a un tributo solo por la raza y no por la cuantía de la riqueza del ciudadano.

El venezolano Ramón Urdaneta, enterado de la poca devoción que se le tiene a Bolívar en el Perú, investigó en diversas fuentes y postea datos interesantes en su blog:

el economista e historiador Herbert Morote, lo tilda en calidad de “enemigo público Nº 1 del Perú”, pues “fue un hombre de derecha y no introdujo ninguna reforma social en el país… [mutila] nuestro territorio [incluso Jaén, Maynas y Tumbes iban a pasar a poder de Colombia, y Arica e Iquique, a favor de Bolivia”], instituyendo “el modelo militar ególatra” para perennizarse en el poder, al tiempo que Don Simón “cercenó al país más de 1.100.000 kilómetros cuadrados. […] Para echarle más leña el fuego el crítico historiador añade el estado de presión que Bolívar mantuvo en el Perú, mandando a fusilar a sus opositores, hasta por sospechas infundadas, desconfiaba de todos y el ejército era manejado por colombianos. A Bartolomé Salom el caraqueño en febrero de 1824 le escribe “Esto está lleno de partidos y todo plagado de traidores…. empìezan a tenerme miedo… se compondrá todo esto con la receta de las onzas de plomo…”. A lo que se suma lo escrito por el americano Hiram Paulding sobre que Bolívar le expresó que los “peruanos eran unos cobardes y que, como pueblo, no tenían una sola virtud varonil”.

Parece pues muy cierta la cita que reproduce Jorge Sayegh en su blog:

Jorge Basadre, el historiador peruano más reconocido, dice que Bolívar fue un romántico en 1804, diplomático en 1810, jacobino en 1813, paladín de la libertad en 1819 y genio de la guerra en 1824. Sugiere el historiador que en los años 1825 y 26 al Perú le tocó el peor de los Bolívares, el “imperator”.

Efectivamente no sólo Bolívar se hizo declarar Dictador por el Congreso, si no que impulsó y obtuvo en 1826 la aprobación irregular de una constitución vitalicia con el como presidente vitalicio. Sin embargo habiendo viajado Bolívar a Colombia su gobierno encargado no duró mucho y el Cabildo de Lima derogó en 1827 la constitución que tuvo una vigencia de sólo 50 días. En otro post Antonio Escalera Busto concluye:

Para el escritor peruano Félix C. Calderón el juicio de valor sobre Bolívar es: “El Bolívar que aparece con la lectura de sus propias cartas disponibles es un hombre ambicioso que comete el grave error de manchar su incuestionable trayectoria libertaria con los sueños de opio de una dictadura perpetua, aun a costa de volver a hipotecar la independencia de los pueblos que había supuestamente libertado. No es el santo varón desprendido y desinteresado, ni un demiurgo consumado que solo busca sembrar paz y concordia entre los pueblos; sino un habilísimo taumaturgo del lenguaje que ha descubierto en las palabras la mejor manera de ocultar sus non sanctas intenciones”

Como apunta el abogado Freddy Centurión: «La derrota de la Constitución Vitalicia en el Perú fue el comienzo del fin del Libertador. De allí en adelante su sueño se derrumbaría como un castillo de naipes, para ser condenado en Colombia al destierro y morir tuberculoso en 1830.»

Historia de las elecciones en el Perú

Imagen tomada de un artículo de la web de RPP.

Si a uno le interesa investigar un poco sobre el tema electoral en el Perú, probablemente tenga que acudir a una biblioteca, leerse algunas cosas muy académicas o resignarse a lo que pueda encontrar googleando. Sin embargo hace un tiempo el programa Sucedió en el Perú, de TV Perú se ocupó de tema, así que para los curiosos acá les dejo la: «Historia de las elecciones en el Perú«, dividida en cuatro videos en YouTube.

Para ahondar un poco más en el tema, un extracto del post de Silvio Rendón en el blog Gran Combo Club: La convergencia ciudadana en el Perú:

«Dos cambios cruciales en el Perú incorporaron a grandes sectores de la población a la ciudadanía: 1956, cuando se elimina la restricción a que las mujeres voten, y 1980, cuando se hace lo propio con los analfabetos, es decir, principalmente, las mayorías indígenas del país. En ambos casos se registra en los datos un aumento en la población ciudadana. Sin embargo, la segunda eliminación implica un aumento de la participación i) más grande y ii) que implica una mayor convergencia interna en la población ciudadana en el Perú.»

El JNE, que tiene un museo sobre las elecciones en el Perú, puso online hace unos años una presentación que también puede servir: Historia de los procesos electorales en el Perú.

En el 2005 el mismo JNE publicó conjuntamente con el IEP un libro de Cristóbal Aljovín de Lozada y Sinesio López titulado Historia de las elecciones en el Perú. «se trata de una invalorable colección de ensayos donde puede observarse, con mayor claridad, el problema de la ciudadanía (el carácter inclusivo o excluyente de la participación política), la naturaleza del régimen representativo y la estructura misma del Estado peruano. Inédito en nuestro medio, este libro llena un vacío y pone a disposición de sus lectores un cúmulo de información destinada a enriquecer y renovar el conocimiento de la historia en el Perú.».

Este anexo de la Wikipedia tiene información sobre diversos procesos electorales peruanos, no solo presidenciales sino también regionales: Anexo: Elecciones en Perú.

Y recuerden, no hay mejor votante que el votante informado.

Iquitos, una ciudad en la encrucijada

El siguiente post fue publicado originalmente en el sitio Future Challenges, bajo la serie: The New City.

Catedral de Iquitos

Catedral de Iquitos

Mientras que algunas ciudades tienen bien establecida su fecha de nacimiento y reciben los beneficios de la planificación a mediano y largo plazo, también hay de las que no se sabe bien cuando nacieron y no conocen lo que es crecer con un norte definido. Iquitos, una ciudad en medio de la amazonía peruana, es uno de estos casos.

A mediados del siglo XIX, más exáctamente el 8 de junio de 1842, Iquitos fue elevado a la categoría de pueblo integrante del distrito de Loreto, de la provincia de Maynas, del departamento de Amazonas, pero su verdadero nacimiento yace olvidado entre los primigenios asentamientos tribales de los Iquitos y las misiones evangelizadoras de los jesuitas y luego los agustinianos, así como en los cambiantes cursos de los ríos amazónicos. Luego de este nombramiento, es el establecimiento de instalaciones de la Marina de Guerra del Perú lo que de cierta forma forja la ciudad.

Malecón de Iquitos

Malecón de Iquitos

Sin embargo es en las últimas décadas del mismo siglo XIX, cuando merced a la fiebre del caucho, Iquitos pasa de ser un pueblo de unas 300 almas a un pujante y cosmopolita centro comercial de 10, 000 habitantes que estaban más cerca de París y Londres que de Lima, la capital peruana. A esta época de riqueza y derroche corresponden muchas de las actuales construcciones emblemáticas de la ciudad, de las cuales la más conocida es la llamada casa de fierro, diseñada por el arquitecto Gustave Eiffel, construida en talleres belgas y luego llevada desarmada a través del Atlántico y el río Amazonas hasta Iquitos donde finalmente fue armada.

Con el fin de la bonanza del caucho, en la segunda década del siglo XX, Iquitos entra en una etapa de modorra y decadencia en el aspecto económico, aunque sigue siendo capital de la región, lo que evita su total abandono debido a la obligada presencia militar y gubernamental, y por su función como eje comercial de la zona. Es además durante estos años que empieza a formarse en el imaginario peruano, el mito de la ciudad como lugar de juerga y de mujeres calientes.

Casa de Fierro

Casa de Fierro

Pero no será hasta la década del 60 con la dación de una exoneración tributaria (luego reducida) que la ciudad empieza nuevamente a crecer en una forma mayor a la de los años anteriores. Hecho que se acrecienta en los 70’s con el inicio de la actividad petrolera en la zona. Desde esos años la ciudad no ha dejado de crecer en lo que respecta al número de habitantes, producto de una acentuada migración interna (de lo rural a la ciudad).

Todos estos hechos relacionados, han configurado una ciudad que ha crecido desordenadamente, en etapas marcadas por el auge de determinadas actividades extractivas, pero que a la vez tiene una fuerte base en actividades administrativas y de servicios, con muy poca producción industrial. Por otra parte, la peculiar cultura ancestral amazónica, llevada a la ciudad por los migrantes rurales, no ha logrado adaptarse a la realidad de una vida dominada por otras estrategias económicas de supervivencia.

Obras Plaza 28 de Julio

Obras Plaza 28 de Julio

El presente encuentra a Iquitos en una situación crítica. La realización de un controvertido proyecto de alcantarillado tiene a la ciudad sumida en el caos vehicular con no pocos accidentes producidos por esta causa, y aunque se supone esto es temporal y para el mejoramiento de la infraestructura ciudadana, la falta de supervisión de las autoridades agrava el panorama.

Otro problema actual es el causado por la creciente de los ríos que ha inundado partes de la ciudad incluso más allá de las zonas que son consideradas inundables, lo que obedece al ya mencionado crecimiento desordenado y falto de planificación, con autoridades que muestran desdén para tomar medidas de prevención antes este tipo de fenómenos climatológicos.

Iquitos, zona inundada

Iquitos, zona inundada

Pero la ciudad tiene también problemas más arraigados y quizás menos visibles, como por ejemplo la gran informalidad en el empleo, el aumento de la delincuencia, el lavado de dinero producto del narcotráfico, la contaminación y escasez de agua potable y otros. Incluso actividades en las que Iquitos tiene fortalezas reconocidas como el turismo, no están siendo bien aprovechadas. Ante esto los operadores turísticos han optado por hacer pasar el menor tiempo posible en la ciudad a sus clientes llevándolos a resorts o tours fuera de Iquitos.

Una ciudad es el producto de la colaboración (una suerte de crowdsourcing no explícito) de sus ciudadanos. El espíritu de Iquitos ha sido tradicionalmente el de una ciudad pujante y alegre a la vez. Está en sus propias gentes mantener este espíritu y a la vez no perder el carro de la modernidad y el desarrollo. Una forma de lograr esto será a través de la elección de mejores autoridades, otra, asumir su realidad y optimizarla lo mejor posible sin perder los valores y tradiciones que la hacen única e irremplazable.

La segunda foto es de Suedehead en Flickr, usada bajo una licencia Attribution-ShareAlike 2.0 Generic (CC BY-SA 2.0).

La tercera foto es de Pierre Pouliquin en Flickr, usada bajo una licencia Attribution-NonCommercial 2.0 Generic (CC BY-NC 2.0).

Las fotos restantes son del autor.

La amazonía peruana


La amazonía

La amazonía

De una u otra manera, la región amazónica del Perú está casi siempre presente en las noticias nacionales, lamentablemente gran parte de estas noticias no son precisamente alentadoras, pues tienen que ver con contaminación ambiental, tala ilegal, depredación de la fauna, biopiratería y desertificación, entre otros problemas no menos graves que asolan a la selva peruana. Pero ¿qué representa la amazonía en el, y para el Perú?

Desde una óptica extranjera, el Perú está catalogado como un país andino, pero más del 60% de la extensión territorial del país está ocupada por la selva amazónica. Más aún, nuestra amazonía tuvo una extensión mucho mayor a la actual (entre un 13 a un 16% del total de la amazonía), pero desde tiempos coloniales el en ese entonces virreynato del Perú fue perdiendo terreno frente al avance de los portugueses lo que llevó al tratado de Tordesillas y finalmente al de San Ildefonso, también la creación de nuevos virreynatos, como el de Nueva Granada o el del Río de la Plata afectaron el tamaño de nuestra amazonía, y ya en épocas republicanas, debido a las guerras que se dieron con la Gran Colombia, Colombia y los conflictos con el Ecuador ésta se redujo aún más. Incluso la Guerra del Acre entre Brasil y Bolivia, perjudicó a territorios peruanos en virtud de los tratados limítrofes consecuentes.

Sin embargo, a pesar que se puede llamar al Perú un país amazónico con pleno derecho, sólo 13% de los peruanos viven en dicha región (30% de los peruanos viven en Lima, es decir, la región de la costa) y muchos de ellos pertenecen o descienden de las más de 60 etnias amazónicas existentes, que además hablan en diversas lenguas. Así que para la mayoría de los peruanos también, la selva peruana es una región casi desconocida y a veces hasta exótica.

Lima - Iquitos, 13
Lima – Iquitos, 13 by Cyberjuan on Zooomr

Por supuesto esto no es aplicable a las etnias que la habitan, pues su conocimiento de la selva, donde se sabe que habitan desde aproximadamente 12000 años atrás, es muy grande, habiendo logrado un alto grado de adaptación al medio ambiente y en el uso de sus recursos, por lo que resulta casi anecdótico hablar por ejemplo del descubrimiento del Amazonas por parte de Francisco de Orellana, pudiendo decirse más bien que con ese hecho se marca el inicio del despojo de tierras y riquezas a sus habitantes primigenios.

Aunque desde la época del imperio de los Incas se intentó conquistar a los pueblos de la amazonía, o antisuyo, con resultados que aún hoy se discuten, es con la llegada de las misiones católicas al mando de jesuitas y franciscanos durante la conquista y el virreynato español que empieza el proceso de evangelización de las tribus amazónicas, y también de la exploración de la selva por parte de los colonizadores. Con el inicio del proceso de independencia y consolidación de la república estas actividades decaen hasta mediados del siglo XIX, cuando el gobierno de Castilla da cierto impulso a la «colonización» de estas tierras, sobre todo la selva central.

Nuevamente el impulso colonizador decae en la época de la guerra con Chile y renace en dos frentes luego, con la búsqueda de rutas transversales hacia ríos navegables y el aprovechamiento de tierras, nuevamente en la selva central, y la fiebre del caucho, en la selva baja. Esto último a principios del siglo XX. Los gobiernos mantuvieron intermitente interés por la amazonía (Belaunde y su «Marcha hacia el este» por ejemplo) hasta los años 70 cuando se da el boom del petróleo en Loreto, boom que se extingue a finales de la misma década. Sin embargo la exploración petrolera no se ha detenido y hay varios pozos en producción, especulándose un nuevo boom petrolero en la zona.

¿Qué podemos encontrar entonces como hilo conductor en esta brevísima historia de la amazonía peruana? Que siempre ha sido vista como un territorio libre y sin dueños, apto para ser colonizado y explotado al antojo. Que sus habitantes originales practicamente no tienen derechos ante el estado peruano, sobre todo a nivel de la propiedad de las tierras donde viven. (Entre otros motivos esto fue lo que dio origen a los enfrentamientos de Bagua en año 2009) Que las actividades extractivas se han sucedido a lo largo de los años en estas tierras sin dejar mayor beneficio para su población. Que, finalmente, no sabemos de la amazonía todo lo que deberíamos saber.

Pampa Michi, 13
Pampa Michi, 13 by Cyberjuan on Zooomr

Pero sería injusto hablar sólo de los problemas de la amazonía y no mencionar también sus potencialidades y riqueza que sabiamente explotadas aportarían mucho a las comunidades que la habitan y por ende al país. Según anota Wikipedia, la selva amazónica peruana contribuye mucho a que el Perú sea el segundo país con mayor diversidad de aves en el mundo. Algo similar sucede con las mariposas y helechos también, una muestra de la gran biodiversidad de la zona. Cuatro reservas nacionales del Perú se encuentran en la amazonía, además de tres parques nacionales y una reserva comunal.

En el blog Perú Hoy recogen un artículo periodístico que informa sobre el origen, aún en estudio, de esta gran biodiversidad:

la región amazónica de América del Sur es, probablemente, la de mayor biodiversidad en el planeta y esa riqueza de especies es más antigua de lo que pensaban hasta ahora los científicos, de acuerdo con uno de los artículos que se enfoca en el lento levantamiento de la Cordillera de los Andes. […]  se remonta a más de 65,5 millones de años

Por otra parte, de tan obvio ni he mencionado al río Amazonas, a la vez el río más extenso y caudaloso del mundo, gran recolector de las aguas de la inmensa cuenca a la que da nombre, también la mayor del mundo. Pero mientras muchos se apuran para votarlo como una de las 7 maravillas naturales del mundo, la realidad cotidiana es que el peruano promedio vive a espaldas de la amazonía, y que el estado hace poco por mejorar esto. Algo de esto es lo que escribió Juan Ochoa en su blog:

hemos planteado, en este espacio, el necesario acercamiento a las realidades culturales de nuestros hermanos amazónicos. Que la selva no sea un agregado del Perú, un acápite, un bosquecillo poblado por analfabetos tiraflechas. No. Aquí planteamos que nuestra selva sea considerada la mitad más uno del Perú, que el río Amazonas se convierta en el símbolo peruano del mundo, que las culturas étnicas selvícolas sean apreciadas no con ojos occidentales y que el Perú se enorgullezca de ser tan amazónico como patria del pisco, del ceviche y de los Incas.

Y es que como señala César Álvarez Falcón en su blog a propósito de un libro suyo publicado:

La gran paradoja del Perú radica en el hecho de que es un país con gran riqueza natural y cultural, y a la vez presenta una secular pobreza estructural en todos sus aspectos. El Desarrollo Sostenible no debe ser ajeno a la realidad, porque la actividad extractiva, sin responsabilidad social ni ambiental, asociada a una gran biodiversidad, puede provocar impactos negativos con efectos no solo en la degradación de los recursos naturales sino en la disminución crítica de las condiciones de vida de la población.

Iquitos - Yurimaguas, 158
Iquitos – Yurimaguas, 158 by Cyberjuan on Zooomr

Para la realización de este post me he guiado en parte por «La amazonía peruana» de Alberto Chirif y Carlos Mora, publicado en el tomo XII de la Historia del Perú, publicada por Juan Mejía Baca en el año 1980.

El mapa que ilustra este post fue obtenido del blog giselamf05. El resto de fotos son mías.

Buscando la memoria de Iquitos

Un reciente post en uno de los blogs iquiteños que sigo me hizo pensar en los esfuerzos que individualmente y a veces inconscientemente se hacen por preservar el recuerdo de una ciudad. Fotos, películas, cartas, publicaciones. Todos a veces solemos guardar cosas de ese tipo por diversos motivos, mayormente personales, pero siendo que a la vez ese material tiene incorporado como trasfondo a la ciudad, con el tiempo se constituye en valiosa fuente de testimonio y consulta, y como recurso de investigación para que las generaciones posteriores puedan saber, cuando deseen hacerlo, cómo era su ciudad años atrás.

Yo llegué por primera vez a Iquitos en 1993 y siempre he tenido curiosidad por saber del Iquitos antiguo, el de sus orígenes, el de la época del caucho, el de los años de la guerra. Pero no hay un museo donde encontrar eso. Hasta donde sé no hay una institución que se preocupe por recopilar todo ese material. Cada organismo tiene su archivo institucional pero es básicamente algo burocrático y siendo también valioso, ciertamente no cuenta con mucho en la parte audiovisual (sin decir que muchos archivos están en pésimo estado de conservación). Una excepción en este ambiente de desidia por la memoria de Iquitos debe ser CETA, el Centro de Estudios Teológicos de la Amazonía, por lo menos a nivel de búsqueda y conservación de su fondo bibliotecario. Cabe como ejemplo el tema del Cine Amazónico. En el artículo citado el Padre Joaquín García dice:

El cine fue en primer lugar un medio de captar de forma viva, real y directa los momentos más destacados de la vida de las burguesías en la polis. Pasó a ser luego un instrumento de publicidad al servicio de empresas o “casas comerciales”. En una tercera fase tuvo la audacia de convertirse en ficción a partir de la temática regional vista a través de los modelos vigentes. Pasó más tarde al paisajismo romántico impulsor del turismo americano. Planteó luego con más largo aliento una reinterpretación de la realidad selvática desde el ojo del hombre nacional. Fue paraíso mágico para las fantásticas creaciones de Herzog. Se ha movido más tarde en la incertidumbre de la aparición de la televisión, moviéndose desgarrado ante cambios profundos en las tecnologías de producción y los culturales que ellos suponen y quienes pretenden poner al sol y a la luz del ecran las raíces de los profundos problemas históricos, sociales y culturales y quienes se apuntan, agotados de la ciudad que hoy alcanza medio millón de habitantes, a la caravana de los últimos y sutiles explotadores del paisaje del bosque y del agua, para convertir a la biomasa en objeto de contemplación esteticista y comercial.

Pero es obvio que la cinematografía no alcanza a documentar los orígenes de la ciudad, cuya historia se remonta casi unos 300 años atrás tal como leemos acá:

San Pablo de Napeanos era el nombre del pueblo fundado por misioneros jesuitas, éste fue una reducción de nativos Napeanos e Iquitos (de donde proviene el nombre de nuestra ciudad) y estaba situada a orillas del río Nanay hasta mediados del siglo XVIII, cuando su población se dispersó por el año 1757 y se trasladó en 1764 a su ubicación actual (margen izquierda del Amazonas). … Los nativos Napeanos progresivamente fueron abandonando el caserío hasta quedar sólo nativos Iquitos, por lo que, a fines del siglo XVIII ya se le conocía como «el caserío de Iquitos». En 1808, Hipólito Sánchez Rangel, el obispo de Maynas, reporta que el caserío de Iquitos tenía 171 habitantes y cuando fue elevado a distrito el 8 de Junio de 1842, contaba con algo más de 200 habitantes. … Iquitos, en 1860, según Paz Soldán, tenía sólo 300 habitantes. Por 1862 la población se incrementó a cerca de 431 pobladores y en 1864 se registran 648 habitantes,

La memoria de una ciudad consta de muchas cosas más aparte de la mera historia. Están las leyendas que en ella perviven a través de los años. Los personajes que vivieron en la ciudad. ¿Quién fue la chica más popular en 1930? ¿Cual la fiesta más sonada de los años 40? ¿La casa mas hermosa en la época del caucho, o la del petróleo? son cosas que en sus momento todos supieron, pero ahora casi nadie recuerda. Sin embargo la tecnología puede venir a ayudarnos con estas preguntas. Por ejemplo el blog Crónicas de Pacarmón es la recopilación de las notas y crónicas que sobre el deporte loretano dejó Don Pablo Carmelo Montalván “PACARMON”, nacido en 1906 y fallecido en 1983. Desde el 2005 su hijo Fernando se dedica a publicar dichos documentos y podemos encontrar mucha información y anécdotas ahí, como esta nota sobre la inauguración de un estadio que actualmente ya no existe:

El 24 de julio de 1927 se jugaron los últimos partidos en la Plaza 28 de julio. Esta despedida correspondió a los equipos del José Pardo y Loreto, que cerraron la fecha ganando José Pardo por 4 a 1 en partido arbitrado por Alfonso Mori Cuipal del CNI. El 28 de julio se inauguró el Estadio Augusto B. Leguía, en ceremonia oficial y el 29 se realizaron los dos primeros partidos, entre José Pardo y Dos de Mayo, entre primeros y segundos equipos, los que correspondían a los dos últimos del campeonato.

También hay otro blog del mismo autor dedicado a la publicación de una novela de su padre sobre su participación en la guerra Perú Colombia: Cuando la patria llama. Y siguiendo con lo del deporte, una pequeña nota en la web del Club Tennis Iquitos resulta complementaria al respecto. Pero comentaba al principio que fue el post de un blog amigo el que me hizo investigar un poco sobre esta temática. Se trata del post Iquitos en 1984 del blog De La Selva su WEB ON donde el blogger nos cuenta de su descubrimiento de un video grabado por un turista durante una visita a Iquitos, y que ha sido subido recientemente a Youtube (Hay una segunda parte aca). A partir de esto Isaac reflexiona:

Viendo este video me doy cuenta que es importante y debe ser cuantiosa este tipo de registros de nuestras ciudades en manos de los turistas que alguna vez nos visitaron. Todo ese patrimonio o memoria está fuera de nuestro país. Que bueno que internet nos permita repatriar esta información.

Por cierto, buscando en la red es posible encontrar artículos sueltos en diversos blogs o páginas webs con interesantes historias y fotografías antiguas de Iquitos. Por ejemplo este post sobre el tren que una vez circuló por las calles de la ciudad, en el blog Amazónico del Perú, o este otro post en El blog de yosef a propósito de la muerte de un viejo iquiteño de origen sefardí, o estos apuntes del usuario Jesuser en Viajeros.com sobre Punchana, un distrito de Iquitos. La web de la revista Kanatari del mencionado CETA, donde se dispone de varios números de la misma en PDF, también suele contar con interesantes artículos sobre la historia de la ciudad. Todos estos esfuerzos son muy valiosos y si bien no llegan al nivel de lo pensado para otras ciudades (ver el post La memoria de la ciudad: memoria urbana en Villa El Salvador, Lima – Perú) no dudo que puedan ser recopilados y articulados en el futuro.

La primera imagen fue obtenida del artículo A Brief History of Iquitos de John Lane, publicado en Iquitos News and Travel Guide. La segunda del blog Crónicas de Pacarmón y usada con permiso de su editor.

Una versión algo diferente de este post en Global Voices, en inglés y en francés.

40 años de la Revolución de los Generales

El 3 de octubre de 1968 salieron una vez más los tanques de los cuarteles (yo los ví esa noche desde mi casa) y el Perú volvió a su estado normal, como dijera alguien. Pero esta vez sería diferente, nos guste o no, el gobierno de facto del General Juan Velasco Alvarado imprimió severos cambios a un Perú muy distinto del que vemos ahora. El que se conoció como el Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas tenía una orientación socialista y se ganó el apoyo de mucha gente de izquierda. Luego las cosas no irían tan bien, y hubo incluso un golpe interno, la llamada Segunda fase, liderada por el General Francisco Morales Bermúdez.

Hacer el análisis o recuento de lo sucedido en el Perú durante todos esos años es materia de profesionales en el tema, y no es mi intención intentar siquiera hacerlo. Sin embargo en el Gran Combo Club han estado publicando una serie de posts que reflexionan sobre esos años, los antecedentes y orígenes de la revolución y los sucesos relacionados. Aquí los comparto con ustedes:

Velasco: el golpe que la embajada americana no impidió

1966: Robert F. Kennedy en el Perú

1941: «Los extranjeros son dueños de casi todo el Perú»

1966: «¿Son los indios personas?»

1966: IPC, AID y oligarquía agraria

1962: Los orígenes americanos de la planificación económica en el Perú

Quema de libros. Perú 67

1973: Montesinos a Cotler: «No creería cuántos cayeron»

Arguedas: ¿Y por qué nos mandan a esos?

1963: Heraud y el rechazo del pueblo

1967: Perú-EEUU, la crisis de los Mirages 1

1960s: el boom del folklore

1967: Perú-EEUU, la crisis de los Mirages 2

1960s: El Perú feudal

1960s: Lima y Miraflores

1960s: las barreras a la acumulación de capital humano

1958: La protesta contra Nixon

Quizás he incluido algunos posts que no están claramente en la línea establecida pero me ha parecido que de una u otra manera ilustran la situación del país por aquellos años. Bueno, provecho con la lectura.

ACTUALIZACIÓN – Parece que los posts sobre el tema seguirán publicándose a lo largo del mes, así que en la medida de lo posible también los iré actualizando acá.

Otros posts en otros blogs: Velasco: 40 años, Velasco, el presidente peruano más importante del s.XX, General Juan Velasco Alvarado: uno de los mejores presidentes de Perú, Chino!! Contigo hasta la muerte! El golpe de Juan Velasco Alvarado: 40 años después.

Foto tomada del blog Moleskine Literario.

Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal en el Perú

La reciente película de la serie de Indiana Jones renueva la curiosa afinidad entre estas películas y el Perú. Digo curiosa por lo que esta relación yace entre una suerte de equívocos y extrañas mescolanzas poco propias de un (en la ficción) reputado arqueólogo como Indiana. Quienes hayan visto la primera película: Los Cazadores del Arca Perdida recordarán las escenas iniciales que, supuestamente, se desarrollan en la selva del Perú, pero que iconográficamente remiten a culturas como la Maya y otras. Además, dos de los guías de Indy llevan nombres de pueblos peruanos: Barranca y Satipo. Bueno, la nueva película en la serie: Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal tiene parte de su desarrollo en territorio peruano (aunque en realidad estas escenas hayan sido filmadas en Hawai.) Y como mencioné anteriormente, las inexactitudes geográficas e históricas continúan. Esto, como ya imaginarán, ha sido tema de discusión por parte de varios bloggers peruanos, de cuyos posts intentaré extraer las mejores partes.

Antolín Prieto de Cinencuentro en el post Indiana Jones y el reino de las mentiras del Perú cita una de las metidas de pata que está camino de convertirse en un clásico:

Indiana Jones: Aprendí quechua con Pancho Villa.

Pedro Ortiz Bisso de Notas desde el lado oscuro señala otra en el post Me equivoqué: Indy 4 es una buena película:

Es cierto que hay errores garrafales cuando la trama llega al Perú (¿Nasca en el Cusco?,

Dinorider de El Pensieve de Dinorider en su post Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal: TIO GEORGE USE GOOGLE!! menciona otras más:

Eso sí NO me gustó eso de que acabaran metiendo en medio de la Amazonía un templo alienígena con look maya mezclado con tiawanaku conteniendo restos de Sumeria, Grecia, China, Egipto, Tiawanaku, etc. para que saliera el platillo volador aquel. Sólo faltaba Mel Gibson y el tipo del casco de papel de aluminio. Creo que con Indiana debieron evitar ese tipo de cosas.

A propósito el cuadro de Orellana es el que suele salir en las enciclopedias escolares locales como ¡Francisco Pizarro! Por cierto, las imágenes de Nazca parecían más bien las de un mercado de las alturas de la Sierra con gente vestida con trajes de diferentes sitios de Perú (a grandes rasgos reconocí de Huancayo, Cajamarca, Chincheros, Cuzco) y Centroamérica! hasta la música era ¿ranchera mexicana? Me recordaba en algo al del pueblo de El Zorro. Sólo faltó alguien gritando «Joder! weon, vos sabés que coño fue del pinche wey del libretista po!?»

Roberto Bustamante desde El Blog del Morsa, aparte de proporcionar una buena serie de enlaces a interesantes notas al respecto, comenta en su post Indiana Jones y el cráneo de cristal que la aparición del Perú en la película ha sido desaprovechada por los políticos peruanos:

la visión exotista del Perú (¿por qué Big Meche no dijo nada sobre esto? ¿qué? ¿nadie va a capitalizar la aparición de nuestro querido país en la última entrega de Indy? ¿no que pensaban en grande?)

No todos sin embargo se toman las cosas con humor. A Ronald Vega, un peruano actualmente residente en Bolivia y que lleva el blog Voz Urgente, no le gusto para nada la película y en el post Indiana Jones y la denigración de una cultura lo explica:

Alguien podría decir que el cine es ficción, y como tal no esta en la obligación de estar estrictamente ligado a la historia de los hechos que narra, y claro, tendría razón, pero no deja de resultar algo sumamente curioso que siempre los discursos al respecto sean elaborados en ciertas partes del mundo y construyan una imagen, con clara intencionalidad, sobre personas de ciertas “otras” partes del mundo. Pero más allá de estas inconexiones ex profesas presentadas en la película, está un asunto de fondo. La deslegitimación del conocimiento histórico y ancestral producido en esta parte del mundo. Claro, el hombre occidental, con la historia soplando a su favor durante siglos, al pertenecer a civilizaciones como Grecia y Roma que alcanzaron altos niveles de desarrollo, sí fue capaz de realizar grandes y complejas construcciones para su época, construcciones que hasta hoy continúan asombrando al mundo, pero, el hombre andino – amazónico, el hombre perteneciente a aquellas culturas americanas que por carecer de escritura (Que sí la tenían pero resultaba incomprensible para la concepción del colonizador), en el caso Quechua Aymará, fueron condenados a la postergación histórica, ellos, esos hombres no pueden ser capaces de crear, de construir su propia cultura, su propio conocimiento, y es por eso que, en la película y muchos otros textos producidos por occidente, la construcción de todo este conocimiento se relaciona con seres de otros mundos, con extra terrestres, negando así el reconocimiento a la sabiduría de las culturas americanas, la misma que en gran parte fue destruida durante el proceso de colonización.

Carlos Quiróz de Peruanista hace incapié en el racismo que ve y comenta en su post Indiana Jones movie about Peru is boring and racist:

Esta película presenta al Perú como un lugar miserable para vivir. Quizás muchos norte americanos que nunca van al extranjero puedan pensar que somos así: La ciudad de Nasca con un desastroso aeropuerto y pollos corriendo por ahí, y la bella Cusco con un sucio y desagradable mercado con gente loca tirada en el barro de calles asquerosas. Y de alguna manera los dos sitios son el mismo.

No pudo evitar pensar en el racismo luego de ver a gente cobriza presentada por esta película de un modo tan ofensivo, no una sino varias veces. Somos los malos por supuesto, y al final del film y luego que Indiana Jones logra reunirse con su familia -incluyendo un hijo que nunca había conocido- se casa en una iglesia blanca llena de gente blanca. Era la escena victoriosa luego de vencer a las malvadas y oscuras criaturas,

Un conocido crítico de cine, Alberto Servat, escribe el post Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal en su blog La Soga, del cual reproduzco parte del comentario de Daniel de entre los muchos comentarios que los lectores han dejado en él:

¡Cuando mencionaron a Perú la gente aplaudió! Todo iba bien hasta que sonó la música mexicana en el mercado inca. Allí la emoción de la audiencia se desplomó y empezaron los susurros de críticas a detalles. Ojálá que para la versión en DVD corrijan ese error.

En una vena más informativa, Arturo Gómez de Amautucuna de Historia nos da algunos datos sobre la existencia de un cráneo en piedra en su post ¿Calavera de cristal en el Perú?:

las calaveras de cristal de cuarzo no son peruanas y ni siquiera son originalmente mexicanas. Pero ¿existen reales calaveras líticas en el Perú? Recuerdo que durante las excavaciones hechas en la Huaca Huallamarca en Lima, la arqueóloga Clide Valladolid y su equipo descubrieron en 1992 o 1993, una pequeña calavera tallada en piedra (¿sería cuarzo lechoso?, no recuerdo bien). Clide me la enseñó por esos años y estaba muy contenta con el hallazgo. Lamentablemente no se publicó nunca un estudio de la misma y no podría asegurar a que cultura pertenece. Así, que después de todo, el Perú tiene una calavera tallada en piedra original. Si quieres verla, está en exhibición en el Museo de Sitio Huallamarca ubicado en la Av. Nicolás de Rivera 201 a espaldas del Centro Comercial Camino Real, San Isidro.

Y para terminar queda muy bien la opinión que da Jorge Moreno de El Reportero de la Historia en el post Jones es Heston, Heston es Jones:

sigo sin entender a muchos que critican acremente las inexactitudes culturales e históricas de la película, olvidando que se trata sólo de una película de acción y aventuras, puro divertimento. Tomarse en serio al doctor Jones resulta no sólo una tontería, sino también arrebatarle al cine el aspecto mágico y de ensoñación que tiene. Se va al cine a ver este tipo de películas para divertirse, a pasar un buen rato, con la novia o con los hijos, a disfrutar con aventuras y situaciones que por inverosímiles resultan atractivas, sugestivas, contagiante. Pretender querer aprender en ellas arqueología o historia es tan tonto como aquello de descalificar los libros, y películas, de Harry Potter con el argumento de que en ellos los niños aprenden hechicería. Una reverenda tontería que olvida que el mundo de fantasía que ellos presentan sólo está ahí para entretener y no para enseñar nada a nadie.

La imagen ha sido obtenida de /Film.

El Cuy vino de Africa

Nuevamente momento de reciclar algo… El Cuy vino de Africa fue un post publicado el 25 de marzo del 2005 en Surfing el Amazonas, y lo republico sin ningún motivo en especial.

El Comercio en su suplemento Dominical del día de ayer domingo 17 de abril, publica una interesante nota de Carlos Vildoso Morales sobre nuestro nunca bien ponderado cuy. Como sabrán el cuy no sólo es un animalito típico de nuestros andes, sino que es además un riquísimo plato tradicional desde épocas del imperio incaico, y quizás de antes. Lamentablemente en algunas personas su aspecto produce mas que apetito repulsión, sobre todo en su presentación frita. Sin embargo debo confesar que ignoraba su origen. Esta nota nos lo explica.

Hoy sabemos que, por la época en que aconteció la aparición de los roedores en tierras sudamericanas, África y América del Sur se encontraban mucho más próximas una de otra, o para decirlo en otros términos, el Océano Atlántico era bastante más estrecho de lo que es hoy, de forma que la distancia entre las costas africana y sudamericana era más o menos la mitad de la actual. No era imposible que despojos llevados al océano por los ríos de uno u otro continente fuesen arrastrados por las corrientes marinas, hasta el punto de franquear la barrera acuática y llegar al otro lado. Es más que seguro que, algunos de estos despojos, tales como troncos de árboles aislados o aún palizadas, llevaron encima a ciertos pasajeros involuntarios, convirtiéndose de este modo en auténticas balsas naturales. Aún hoy, no son raros los reportes de buques que encuentran mar adentro, en el Atlántico, árboles que transportan, vivos y muy orondos, a pequeños reptiles y mamíferos, procedentes de las selvas amazónicas.

Si les interesó ese extracto, lean todo el artículo que está muy interesante. En lo que corresponde a los blogs, Jorge Gobbi de Blog de viajes, dedicó hace un tiempo un post al porqué el cuy había sido elegido por Lonely Planet como la comida mas asquerosa del planeta (No lo vayan a decir en Huancayo, que los linchan) pero evidentemente no todos los turistas piensan igual. Y una selección de fotos de cuys, vivos y servidos, y hasta en preparación, vía Google Imágenes.

Tuve que anular el enlace al artículo original en El Comercio porque ya no existe. Lástima porque era bastante interesante. La foto la obtuve de la web Machu Picchu Cuy.

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El Sermón de las tres horas.. es peruano

Y de tiempo algo de… reciclaje; El Sermón de las tres horas.. es peruano fue un post publicado el 25 de marzo del 2005 en Surfing el Amazonas, y lo republico a propósito de la Semana Santa.

Continuando con los temas por la semana santa me encuentro esta novedad, y la verdad no sé si habría que agradecer o castigar. Cuando escucho a los curas tratando de hacer ver que Jesúcristo dijo lo que no dijo, o lo que a ellos les interesa que se crea que dijo… menos mal que soy cristiano sólo de nombre. La nota es de Luis Velásquez C. y salió en La República de hoy viernes, con fotos y más datos interesantes al respecto.

Le decían el Apóstol de los indios y los negros por su cerrada defensa de los derechos de los esclavos y desposeídos en una época (S. XVII) en que esto era considerado poco menos que subversivo. Francisco del Castillo lo sabía bien, pero no hacía mucho caso a las críticas. No lo desalentaban. Por el contrario, dedicaba su tiempo y esfuerzos a llevar la palabra de Dios a los pobres en las calles -la mayoría de ellos quechuahablantes e iletrados-, y hacer colectas para procurarles alimento. Vivía para ellos y por ellos. Y precisamente inspirado en su dolor, dedicó tres horas de aquel Viernes Santo, de 1660, a recordar las palabras de Jesús en la cruz.

Buscó darles un significado y hacer un paralelo entre el sufrimiento del Dios hecho hombre y el pesar de los olvidados que durante aquella jornada estaban sentados ante al altar de la Iglesia Nuestra Señora de Los Desamparados, escuchándolo. No eran raros en él los sermones largos, pero éste era una novedad. Sorprendió gratamente a todos, incluso a sus rivales que lo veían con recelo y temían que sus acostumbrados encuentros con los pobres en la Plazuela del Baratillo (en el Rímac) pudieran alterar el orden establecido. Comprendieron que había nacido una nueva manifestación de la fe.

Respecto a este episodio, los investigadores agregan y quitan detalles para hacer más sencilla o más impresionante la historia. No se ponen de acuerdo en el antes ni en el después de este importante hecho. Lo concreto, sin embargo, es que Francisco del Castillo comenzó a hablar aquella tarde y no paró sino hasta que sintió la fatiga. Así nació el Sermón de las Tres Horas, también conocido como el Sermón de las Siete Palabras, que se extendió con rapidez al resto del país, a la región y luego al mundo entero. Y aunque no hay un reconocimiento oficial del Vaticano al padre Francisco del Castillo como instaurador de esta tradición, sí destaca su entrega a la fe católica y a la divulgación de la palabra divina entre las personas más necesitadas.

Pero no se crea que en cuatro siglos de historia este sermón ha servido sólo para recordar el mensaje final que dio Jesús a sus apóstoles o interpretar sus palabras según las coyunturas y necesidades de los lugares donde éstas son evocadas. No, claro que no. Ha servido también como una prueba de fortaleza y de fe que, incluso, alguna vez costó la vida a un religioso, el sacerdote Carlos Martínez, durante el Viernes Santo de 1928, en la Iglesia San Pedro de Lima. Refieren los registros que Martínez, alzando la mirada, dijo: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu», y cayó al suelo. La fatiga lo había vencido. Y es que el hombre había realizado el Sermón de las Tres Horas casi gritando, debido a la cantidad de gente que se había dado cita en el lugar.

Francisco del Castillo realizó el Sermón de la Tres Horas en la Iglesia de Nuestra de Señora de los Desamparados. Y lo hizo ante la efigie del Señor de la Agonía. Por desgracia esta iglesia ya no existe. Fue demolida hace 60 años para dar paso al edificio de Palacio de Gobierno. Hoy la nueva sede de la Parroquia (no iglesia) de Desamparados queda en Breña.

En este artículo: Basílica y Convento de San Pedro de la wikipedia, también nombran a Lima como la primera ciudad donde se dio el Sermón de las Tres Horas. Como lo del sermón no es algo restringido a la religión católica (recordar el Sermón de la Montaña), antes que poner una imagen de Cipriani he preferido colocar una de Buda en lo que se conoce como el Sermón en el Parque de los Ciervos. La extraje de Wikipedia Commons.

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Hallan la legendaria gruta de Rómulo y Remo

Esto lo ví hoy en el diario La Nación de Argentina y no puedo dejar de postearlo: Hallan la gruta legendaria de Rómulo y Remo. Aunque mantengo mis dudas sobre qué tan real sea ésta parte de la historia, el hecho en sí me resulta bastante apasionante. Comparto con ustedes algunos párrafos de la noticia:

La leyenda se hizo realidad. Ha sido encontrado uno de los sitios legendarios más célebres de la historia de la ciudad eterna: la gruta donde se cree que los famosos Rómulo y Remo, los gemelos fundadores de Roma, fueron amamantados por una loba. Según anunció ayer con bombos y platillos Francesco Rutelli, ministro de Bienes Culturales de Italia, el denominado Lupercale, buscado durante siglos por los arqueólogos, fue hallado en una zona nunca antes explorada de la colina del Palatino, cerca de los muros de la casa del emperador Augusto, a 16 metros de profundidad.

El ex alcalde de Roma contó que la gruta, en parte natural y en parte artificial, fue detectada hace un par de años entre el templo de Apolo y la iglesia de Santa Anastasia. Pero fue sólo en agosto pasado cuando, gracias a una sonda que bajó a las entrañas del Palatino, logró entenderse que se trataba del buscadísimo sitio mitológico de la fundación de Roma. Dotada de una microcámara y, posteriormente, de un scanner con láser, la sonda hizo posible descubrir un verdadero tesoro: una gruta-santuario de 9 metros de altura y 7,5 de diámetro, con una cúpula decorada con sugestivos mosaicos policromos en mármol, en cuyo centro aparece una gran águila blanca de Augusto.

Hasta ahora, nadie pudo entrar en la gruta-santuario de Rómulo y Remo porque sigue estando llena de tierra, explicaron ayer sus descubridores, que adelantaron que no será nada fácil avanzar en el respectivo trabajo arqueológico. «Habrá que actuar con muchísimo cuidado porque existe el riesgo de dañar la estructura de la gruta», explicó el jefe de arqueólogos, Angelo Bottini. «La gruta está al mismo nivel del Circo Máximo y fue incluida en un complejo de estructuras que la han respetado y decorado según la moda de la época», agregó Bottini, que puntualizó que la excavación que se hará en breve será compleja. «Comenzaremos desde arriba, yendo hacia abajo», detalló Bottini. A través de la excavación, que tendrá lugar en una zona de aproximadamente 700 metros cuadrados, el equipo de arqueólogos espera verificar las conexiones entre el Lupercale y el Templo de la Casa de Augusto, que tenía la entrada monumental en la misma zona de la colina del Palatino.

Y yo ni enterado que aún existía la casa de Augusto, uno de mis personajes favoritos de la historia luego de haber leído bastante sobre él en diversas obras y verlo (es un decir) últimamente en la serie Roma. Pero como dicen: Roma es Roma. (Ver también Rómulo y Remo, Fundación de Roma e Historia de Roma en la Wikipedia). La primera imagen es una representación artística muy conocida de Rómulo y Remo, y la segunda corresponde al Monte Palatino. Ambas imágenes las obtuve del post Descubren la cueva donde Rómulo y Remo fueron amamantados por la loba del blog Terrae Antiqvae, donde podrán encontrar fotos de la exploración arqueológica y videos también. Dinorider también postea con varios enlaces interesantes.

ACTUALIZACIÓN – Vía Barrapunto: Experto asegura que la cueva hallada no es la de Rómulo y Remo.