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La importancia de los hallazgos en la Plazuela San Francisco

Los descubrimientos realizados recientemente en la Plazuela San Francisco siguen llamando el interés de la prensa y el público en general. Por el asunto de la pandemia y las restricciones no hay mucha gente curioseando por ahí, pero tuve la suerte de poder visitar las excavaciones y ver con mis propios ojos lo encontrado.

Felizmente el personal de la excavación muy atento y presto a responder cualquier pregunta, como por ejemplo los jóvenes arqueólogos Miguel Enríquez y Lea Rojas quienes me contaron un poquito sobre los fragmentos de azulejos que se vienen acondicionando para su posterior estudio.

Luego de tomar fotos y videos conversé con Harry Pizarro Anaya, Director del Proyecto de investigación arqueológica Plazuelas de Lima. Acá lo que muy amablemente respondió ante mi curiosidad sobre el tema.

Juan Arellano: ¿Qué expectativas se tenía cuando se inicio el proyecto?

Harry Pizarro: Teníamos bastante expectativa, dada la gran importancia de todo el espacio del complejo religioso de San Francisco y su plazuela dentro del conjunto de bienes patrimoniales del centro histórico de Lima, por tal motivo el espacio dado para trabajar se recibió con mucha buena predisposición y confianza en que iba a ser bastante productivo. Y a estas alturas ya se puede decir que las expectativas se vieron sobrepasadas largamente por los hallazgos realizados. Se pensó encontrar sólo las bases del antiguo muro pretil y alguna otra cosita más y hemos encontrado una iglesia completa, la antigua iglesia de la Soledad, enterrada con sus criptas y demás, una iglesia que desde mediados del siglo XIX había desaparecido de la memoria colectiva de Lima y de los mismos padres franciscanos y soleanos. Esto es una Lima subterránea que ha estado más de 200 años enterrada y la estamos redescubriendo, para la gente, para el turismo, para la historia.

Por cierto, hay que agradecer el apoyo de los hermanos franciscanos y soleanos, especialmente a los soleanos que por la proximidad de las excavaciones a su iglesia, nos bindaron un gran apoyo en temas logísticos y de acceso a la plazuela.

JA: ¿Esta excavación es un proyecto único o parte de un plan de investigaciones?

HP: Es parte de un conjunto de proyectos, está el proyecto de excavación en la llamada Muralla de Lima, está el proyecto del antiguo hospital San Andrés, también el del canal de Huatica y el de Maranga. Todos se encuentran en distintas etapas de realización e imagino que poco a poco se irá brindando información sobre ellos.

Excavación donde yace el piso de azulejos de la antigua iglesia de Nuestra Señora de la Soledad. Foto del autor.

JA: ¿Cómo les afecto la pandemia y cómo la enfrentaron luego?

HP: La pandemia nos paralizó el proyecto desde el 15 de marzo hasta el primero de agosto y además tuvimos que dedicar un mes a trabajos de rehabilitación, dado que durante los meses de paralización el area de excavacion estuvo sin mantenimiento, pero ese tiempo por otra parte nos sirvió para diseñar distintos proyectos que en el futuro ejecutará Prolima.

Hablando de Prolima cabe señalar que la institución ha sido muy respetuosa del personal en este lapso de pausa que se dio, y nos brindó todas las facilidades para los protocolos anti contagio del virus que se tuvo que implementar.

JA: ¿Qué importancia le adjudicas a lo encontrado?

HP: Los hallazgos encontrados en esta primera temporada son de bastante importancia ya que nos ayudan a replantear y repensar nuestro pasado virreinal, cómo se fue renovando este espacio, cómo se fue transformando este sector tan importante para Lima, lo que se evidencia en la sucesión, renovación y clausura de iglesias, en la construcción de espacios públicos como la plazuela misma, y otros elementos arquitectónicos, que nos dan muchas luces sobre cómo estaba constituido el complejo de San Francisco desde finales del siglo XVI hasta inicios del siglo XVII, incluso mediados del siglo XVII.

Por otra parte también es importante para el ciudadano común y corriente, el vecino del barrio, pues ahí se puede hablar de la recuperación del espacio público tradicional para este ciudadano de a pie, además que al renovar la plazuela como se desea renovar se va a incidir positivamente en la identificación del ciudadano con su patrimonio y su herencia cultural. Por ejemplo, los habitantes de calle del jirón Amazonas, un grupo poblacional en el que a veces no se piensa como beneficiario de este tipo de proyectos, sin embargo ellos se detienen a mirar y preguntan con bastante curiosidad sobre lo que estamos haciendo y lo que vamos encontrando. Creo que es algo importante incluso para ellos, como alimento espiritual, cultural, del orgullo de ser limeño. Es parte del largo proceso de recuperación del patrimono para la gente y de apoyo a la creación de mayor conciencia e identificación con el entorno tan histórico que tenemos en esta zona.

Anteproyecto : Recuperación del espacio público de la Plazuela de San Francisco de Lima – PROLIMA

JA: ¿Qué anécdotas tuvieron durante la excavación?

HP: Bueno, la capilla de los azulejos fue la última área a excavar y para esto tuvimos que retirar un cañón de más de una tonelada a fin de poder intervenir. Nos demoró varios días lograr retirarlo. Este cañón estaba ahí desde los años 80 me parece y llamaba la atención de los visitantes, ahora formará parte de un proyectado museo de sitio. Otra anécdota fue que cuando era el cumpleaños de alguno de los arqueólogos del proyecto se les dejaba descubrir el piso de azulejos, parece algo nimio, pero es significativo.

Y no es una anécdota, pero está el tema de las criptas halladas que contienen restos humanos. Alguien nos preguntó «¿y por qué no los exhiben?», pero creo que hay que ser cuidadoso en esto. Si bien se está discutiendo cómo exponer las catacumbas, la capilla subterránea, todavía no hay una decisión tomada al respecto, si se va a tapar, si se le va a colocar vidrios, el ingreso por dónde va a ser, es algo que en todo caso ya lo verán los interesados directos y los especialistas en museografía, en conservación, en ingeniería, etc. pero por el momento estamos respetando el descanso eterno de las personas allí enterradas. Los padres franciscanos y soleanos seguramente tendrán algo que decir sobre esto también.

JA: ¿Hay alguna diferencia al hacer arqueología en la ciudad y en el campo? ¿o cuando se trabaja restos de miles de años?

HP: Existen diferencias claro está, no en las técnicas de excavación, ni en los metodos, si no en cómo articular todos nuestros hallazgos en un discurso histórico con el cual ayudamos en cierta forma a reescribir la historia. Un discurso que se ampara también en una investigación bibliográfica, una investigación de archivos y demás documentacion virreinal. El valor principal de todo esto es que la arqueologia histórica o urbana o la realizada en ciudades actuales, es una herramienta fundamental para futuros trabajos de restauracion y conservación.

Ya técnicamente hablando, la diferencia fundamental radica en el tratamiento de los vestigios, en sitios como Caral por ejemplo, los temas de conservación, de preservación de los diferentes muros y pisos, tienen que manejarse con mucho más cuidado ya que son elementos bastante frágiles, perecibles, en cambio en sitios como San Francisco los pisos estos de cal o de ladrillo y sus consecuentes recintos, capillas, iglesias, muchas hechas de ladrillo y tapial, tienen un factor de conservación que es mucho más beneficioso para el arqueólogo.

JA: Se ha hablado de que ya se cierra la excavación y se pasará a otra etapa, ¿en qué consiste esa otra etapa y cuánto tiempo tomará?

HP: La segunda etapa es la renovación de la plazuela, el proyecto por aprobarse incluye la peatonalización del cruce del jirón Ancash con Lampa, el retiro del cerco existente, que separa la plazuela de la calle, y fue algo muy en boga en los años 80 pues por el terrorismo nos enrejamos en toda Lima, casas, urbanizaciones, etc., la inclusion en la nueva plazuela de los vestigios arqueológicos de ocupaciones anteriores de las iglesias, especialmente de la Iglesia de la Soledad, y la restitucion del muro pretil que estuvo desde 1673 hasta 1871 aproximadamente, y que forma parte de la planificación que tenemos ahora, con la actual Iglesia de la Soledad, el actual convento de San Francisco, la actual iglesia de San Francisco y la Capilla del Milagro.

En cuanto al material encontrado vamos a pedir la custodia, para poder hacer un análisis total de cada uno de los azulejos, que es la principal evidencia material que hemos encontrado, y como parte de este análisis hacer distintos estudios, de historia del arte, estudios arqueométricos que es la composición de las arcillas, la procedencia. Luego donde sea posible se hará la restitución de los mosaicos y de los pisos. Un museo de sitio está contemplado también. Lo que no va a dar tiempo ya es a retirar el sello del pasaje que corre por debajo de la actual de la Iglesia de la Soledad y del cual se puede apreciar el arco de entrada.

Arqueología virreinal en la Plazuela San Francisco de Lima

Cuando hablamos de arqueología por lo general lo relacionamos a las culturas prehispánicas y no a lo ocurrido después de la llegada de los españoles a estas tierras, pero muchos restos de lo que fue Lima en sus años virreinales yacen en el subsuelo de la ciudad.

Plazuela y complejo religioso de San Francisco, Lima. Imagen de Diego Delso, tomada de Wikimedia bajo licencia CC BY-SA

Es bajo este concepto y en el marco de la implementación del Plan Maestro de Recuperación del Centro Histórico de Lima, que ya hace un tiempo la Municipalidad Metropolitana de Lima y Prolima empezaron a planear la investigación arqueológica de varios lugares específicos del centro histórico de Lima.

Uno de los sitios escogidos fue la plazuela de San Francisco, tradicional rincón limeño y lugar muy prometedor por su larga historia y la cercana existencia de catacumbas y supuestos pasajes secretos.

Con la pandemia y la poca afluencia de gente al centro de Lima no había trascendido ninguna noticia sobre las excavaciones realizadas, pero hace pocos días se dio a conocer los hallazgos encontrados. Así informó Andina:

La Municipalidad Metropolitana de Lima halló, en la plazuela de San Francisco, restos de la primitiva capilla de La Soledad, una cripta subterránea, el piso original de cantos rodados de la plazuela y restos del antiguo muro pretil o cerco perimétrico que rodeaba el convento de San Francisco.

El mencionado muro pretil estuvo coronado por 24 cruces de piedra de berenguela, traídas a lomo de burro desde Bolivia a fines del siglo XVII, todo un reto y un logro para esa época. La piedra de berenguela es un alabastro o piedra translúcida, y aún queda una en el atrio de la iglesia del Milagro.

Excavación con el piso de azulejos de la capilla encontrado a casi 3 metros de profundidad. Foto del autor.
Antiguo piso de la plazuela de San Francisco, aproximadamente 50 centímetros bajo el suelo. Foto del autor.

TVPerú por su parte conversó con el gerente de Prolima, Luis Martín Bogdanovich quien manifestó: «Se ha encontrado el antiguo piso original de la plazuela. Es un piso de canto rodado, presumiblemente del siglo 17, y que tiene una decoración muy ordenada y fitomorfa. Justo en este espacio está el cimiento de lo que fue originalmente la capilla de Nuestra Señora de la Soledad, que hoy está ahí, y que es resultado de la remodelación total que se hizo del Conjunto Monumental de San Francisco, hacia 1670».

Cabe recordar que el complejo religioso alrededor de la plazuela San Francisco está compuesto no por una sino por tres iglesias y un convento. Según Wikipedia: «Los edificios del Santuario de Nuestra Señora de la Soledad, de portada neoclásica; el propio Convento de San Francisco, de fachada barroca, la Capilla del Milagro, de frontis neoclásico; son los que conforman este maravilloso conjunto monumental».

Por otro lado, el historiador Juan Luis Orrego Penagos nos cuenta en su blog una historia sobre los orígenes de la plazuela:

en 1602, el guardián del convento de los franciscanos, fray Benito de Huertas, pidió licencia al Cabildo para ampliar el cementerio y así convertir la placeta en un lugar más vistoso para la ciudad. Sin embargo, las peticiones de los franciscanos tropezaron con las protestas del capitán Juan de Vargas y Venegas (casado con Elvira de Ribera y Alconchel, hija del primer alcalde de Lima, Nicolás de Ribera) quien, según Juan Bromley, “manifestó que la plazuela fue hecha a costa de la hacienda de su abuelo y del padre de dicho capitán. Agregó que en ella se solían hacer fiestas, juegos de cañas u de toros y que por caridad se les permitió a los religiosos franciscanos que tomaran parte de la plazuela para formar el cementerio; y que con lo que se pretendía ejecutar desaparecería la plaza con perjuicio público”. Al final, se impusieron los intereses de los franciscanos y el cabido cedió. Más adelante, en 1670, la plazuela, que ya contaba con su pila al centro, fue empedrada para mejorar su limpieza y el ornato de aquel sector de la ciudad. También sabemos que este lugar sirvió para presenciar los autos sacramentales escenificados en el atrio de la iglesia; aquí funcionó, finalmente, no solo un mercado de abastos sino también el más importante mercado de venta de esclavos negros durante el Virreinato (los vendedores de esclavos levantaban un tabladillo para “exhibir” a los negros bozales o ladinos).

Finalmente los dejo con otro video, en este caso de la Municipalidad de Lima, donde el ya mencionado gerente de Prolima, Luis Martín Bogdanovich brinda mayor explicación sobre lo encontrado.

Si les interesó la publicación seguro querrán leer esta otra: La importancia de los hallazgos en la Plazuela San Francisco, donde entrevisto al Director del Proyecto de investigación arqueológica Plazuelas de Lima sobre los descubrimientos arqueológicos realizados.

Conociendo la Iglesia Santa Liberata del Rímac

Iglesia Santa Liberata, Alameda de los Descalzos, Rímac.

Iglesia Santa Liberata, Alameda de los Descalzos, Rímac. Imagen del autor.

Lima está llena de iglesias, sobre todo antiguas, y de ésas las que están ubicadas en el centro histórico de la ciudad son las que llaman la atención de propios y ajenos. Por ejemplo de esta lista de 10 iglesias a conocer en la ciudad, sólo dos no están ubicadas en el centro, una de ellas está en San Isidro y la otra en el Rímac.

Pero precisamente el Rímac, por su condición de barrio antiguo y adyacente al centro de Lima, es un distrito que cuenta con varias iglesias-patrimonio que merecen ser visitadas. La más conocida de todas ellas es la iglesia convento de los Descalzos (la incluida en la lista mencionada), pero aparte están la iglesia de San Lázaro, la primera del distrito, que data de 1563 aproximadamente, la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, una de las más pequeñas del mundo, y varias otras más.

De entre estas otras iglesias un caso especial es el de la iglesia de Santa Liberata, ubicada a un costado de la Alameda de los Descalzos. Y digo que es un caso especial primero por las historias y leyendas relacionadas con su existencia, y segundo por su actual (mal) estado de conservación. En lo que respecta a lo de las historias, la principal es la referida a su fundación. Copio parte de dicha historia según aparece en el artículo «La iglesia de Santa Liberata» de la página web Sexta Cuadrilla Rímac.

Cuenta la historia que el 31 de enero de 1711 la autoridad eclesiástica dio a conocer en un Decreto, que se había producido el robo sacrílego de la Iglesia del Sagrario. Con el anuncio se dispuso que se cerrasen todas las Iglesias de Lima y Balnearios, quedando suspendida la administración de los Sacramentos, hasta que fueran recuperadas las Santísimas Formas. Las puertas de la Catedral y el Sagrario fueron cerradas y enlutadas.

La noticia de que el ladrón sacrílego había sido capturado, cundió por todos los rincones de la ciudad. Se sabía que había tratado de vender el Copón de oro tras de deformarlo para no llamar la atención. Sin embargo, temeroso tal vez de la reacción popular, el ladrón no revelaba donde había escondido las hostias consagradas. Finalmente y ante la presión de las autoridades, el ladrón admitió haber enterrado las hostias cerca de un matorral donde se encuentra la Alameda de los Descalzos.

Un niño, Tomás Moya, que presenciaba la búsqueda identificó al ladrón. “Yo vi a ese señor el otro día -reveló Moya- que estaba escarbando la tierra junto a aquel árbol y para que yo no viese lo que él hacía me arrojó piedras y me hizo huir…” Realizada la excavación junto al árbol indicado fueron halladas las Divinas Hostias en medio del júbilo general.

Se comprobó que, milagrosamente, pese a que en el hoyo había agua y barro, las Sagradas Formas aparecían blanquísimas en su envoltorio de papel. Todos los que presenciaron el acto cayeron de rodillas en adoración al Santísimo. Se organizó entonces una imponente procesión encabezada por el Reverendo Padre Fray Alonso Mesías, quien llevaba el Santísimo bajo palio, mientras en fuentes de plata se llevaban la tierra húmeda, yerbas y agua de la zona donde fueron halladas las Santísimas Formas.

Las campanas de los templos repicaron durante tres días en señal de júbilo y el Arzobispo de Lima y Obispo de Quito estableció como desagravio, una visita diaria al hoyo donde fueron halladas las Sagradas Formas. Dos años después de aquel memorable suceso, fue levantada en 1713 la Iglesia de Santa Liberata, consagrada Monumento Histórico y que fuera reconstruida a raíz de los daños sufridos en el terremoto de 1940.

Antigua foto de la Iglesia Santa Liberata.

Antigua foto de la Iglesia Santa Liberata, S. XX año indeterminado. Imagen tomada de la página de la Hermandad de Cristo Crucificado del Rímac.

La iglesia de estilo virreinal tiene algunos detalles arquitectónicos interesantes que le dan un carácter único entre las iglesias limeñas. Se dice que «su primera portada fue de estilo Rococó, luego fue modificada con diseños neoclásicos». Según el Arq. Luis Miguel Flores Sifuentes, «la fachada es de estilo barroco, y su portada de dos cuerpos tiene singular campanario en el eje central sobre el ingreso». Además «cuenta con retablos barrocos en los lados de la nave. La parte interna es típicamente principios del siglo XVIII barroco limeño. Retablos son de la segunda mitad del siglo XVIII. Es una de las pocas iglesias en Lima que tiene una especie de baldaquino como retablo mayor».

Una breve explicación del estilo arquitectónico del mencionado retablo baldaquino de la iglesia Santa Liberata, comparándolo contra el último cuerpo de la torre del evangelio de la iglesia Sant Agnese en Roma, puede encontrarse en el siguiente video, a cargo del Dr. Eduardo Vásquez:

Además del valor patrimonial de la iglesia de Santa Liberata, esta alberga también algunas obras de arte religioso, como una pintura, muy deteriorada, del Señor de los Temblores de la escuela cuzqueña del siglo XVIII, otra pintura llamada «Procesion de Hostias Consagradas» que retrata el Rímac antiguo, y varias más. Por otra parte, desde 1863 la imagen original del Señor Crucificado del Rímac se conserva en esta iglesia, y una copia de la misma sale en procesión todos los años para semana santa.

La iglesia de Santa Liberata estuvo a cargo de los Padres Crucíferos de la buena muerte, también conocidos como Padres Camilos, desde el año 1745 hasta 1826. Actualmente depende eclesiásticamente de la Iglesia de San Lázaro, también del Rímac. Pero es la Hermandad del Señor Crucificado del Rímac la que está encargada de su mantenimiento.

Mencionaba que el mal estado de conservación de la iglesia Santa Liberata es un caso especial, digo esto por que si bien tiene deterioros importantes, estos no llegan a ser tan graves como en otros casos, por lo tanto su recuperación es bastante factible. A continuación unas fotos que ilustran el estado actual de la iglesia. La primera muestra las rajaduras y hueco que tiene el techo de la nave central.

Iglesia Santa Liberata, estado de consrvación del techo de la nave central.

Esta otra muestra las rajaduras existentes en la cúpula de la iglesia.

Iglesia de Santa Liberata en el Rímac. Estado de conservación de la cúpula.

Finalmente esta muestra el estado del techo por fuera.

Iglesia de Santa Liberata en el Rímac. Estado de conservación del techo parte externa.

La buena noticia al respecto es que ya se ha puesto manos a la obra en cuanto a su recuperación, no solo en cuanto a la parte arquitectónica y patrimonial, si no también en cuanto a su puesta en valor de cara al distrito y la ciudad, y sobre todo de integración a la comunidad que la rodea. La Hermandad del Señor Crucificado del Rímac se encuentra actualmente muy comprometida con este trabajo de restauración y puesta en valor de la iglesia, para lo cual cuentan con el apoyo desinteresado de un conjunto de ciudadanos* agrupados bajo el eslogan de Salvemos la Iglesia de Santa Liberata.

Este grupo se encuentra actualmente preparando una serie de actividades a las que desde ya todos están invitados. Estas actividades serán dadas a conocer a través de la página en Facebook del grupo, la cual por supuesto pueden seguir. También se ha creado una cuenta en YouTube, de la cual les dejo con el primer video que se ha subido.

* Disclaimer: Pertenezco al mencionado grupo.

Las fotos del estado de la Iglesia Santa Liberata fueron tomadas del grupo Salvemos la Iglesia de Santa Liberata.