Hace unos días me enteré que existía una plataforma llamada OpenHistoricalMap y que alguien ahí había hecho un mapa del Tawantinsuyo. Dado mi interés por los temas históricos sobre todo si tienen que ver con el Imperio de los Incas, decidí contactar a quien tuvo la más que interesante idea.
Así fue que conocí virtualmente a Rubén López, un joven ingeniero de sistemas, egresado de la Universidad de Huamanga, que trabaja -al igual que otros ayacuchanos- en Development Seed, una empresa global que brinda soluciones geoespaciales y que tiene una oficina en Ayacucho, Perú, y donde este equipo peruano desarrolla aplicaciones de mapas.
Uno de los proyectos a los que dan soporte es precisamente OpenHistoricalMap, y Rubén ve la parte de arquitectura de servidores a través de las tecnologias docker y kubernetes en AWS. El proyecto es parecido a OpenStreetMap, con la diferencia que OpenHistoricalMap almacena datos históricos. Estos datos son accesibles con licencia libre para su uso, o sea que cualquier persona u organización puede utilizar estos datos para trabajos, sitios web u otros.
Cuando le pregunté a Rubén por el motivo de hacer este mapa del Tawantinsuyo, me dijo que «actualmente no se puede encontrar datos históricos en forma de mapas interactivos, menos del Perú. Cuando buscamos estos datos en el portal del MinCul no encontramos mucho del Tawantinsuyo. Ya que nuestro principal objetivo era ubicar datos y llevarlos a fuentes interactivas, tomé una de las pocas imágenes utilizables y la procesé y re-proyecté con las coordenadas correctas, para en base a ella trazar lo más preciso posible los límites del Tawantinsuyo. Agregamos también parte de los caminos del Inca o Cápac Ñan, visualizables en el mismo mapa, pero a un zoom mayor. El segundo objetivo fue -obviamente- hacer un test de la plataforma OpenHistoricalMap».
Rubén me comentó que el test realizado tuvo buenos resultados y el mapa cosechó comentarios favorables de parte de la comunidad cartográfica internacional. Añadió además que «los datos son agregados por voluntarios, hay más datos de Europa y EE. UU., donde los usuarios van agregando datos históricos. Nosotros por el momento no agregaremos más datos al mapa, pero tengo un amigo que estuvo agregando datos de la cultura Mochica. En cualquier caso, si alguien estuviera interesado podríamos mandarle las guías de cómo agregar este tipo de datos».
No podía dejar de preguntarle a Rubén por su interés en la historia peruana: «Sí, por supuesto me gusta la historia, más si esta historia se puede plasmar en mapas, o en cualquier formato que pueda ayudar a la educación en el Perú. Ese fue también uno de mis motivos, que en algún momento alguien pueda tomar estos mapas históricos y educar con ellos a la generaciones venideras en el Perú».
Ya para terminar le pregunté si estaba abierto a colaboraciones, a lo que me respondió que «si en algún momento hubiera historiadores, geógrafos u otros interesados en agregar más datos históricos, estaría feliz de ayudarlos, dándoles -por ejemplo- un taller de cómo agregar estos datos, o brindando información de cómo hacer estas ediciones en el mapa, así ampliamos el esfuerzo a más personas, el punto es que se podría masificar el conocimiento y crear entre todos un mapa completo de la historia del Perú y el mundo».
Equipo peruano de Development Seed que participó en el mapa del Tawantinsuyo.
Luego de charlar con Rubén me quedó la impresión de que hay una gran potencial en este tipo de mapas, sobre todo para la educación y la investigación, por lo que se hace patente la necesidad de ver este tema de los mapas históricos también desde la óptica de los historiadores, arqueólogos, etc.
Así que conversé de todo esto con mi amigo el arqueólogo Harry Pizarro, y entre otras cosas me dijo: «no creo que haya tarea sencilla en cuanto a cartografía histórica, pero sería muy interesante empezar por los mapas republicanos (la colección Raimondi, Paz Soldán o las mismas cartas nacionales de los años 1950s) y luego pasar a mapas coloniales. Si se hace énfasis en el sistema vial, podremos ver el nacimiento, apogeo, decadencia y supervivencias de pueblos, villas y ciudades a través del tiempo a manera de palimpsesto, enriqueciendo el conocimiento territorial del Perú. Los mapas arqueológicos son los más complicados de hacer, pues a pesar de tener catastros, pocos de estos son temporales o tienen mucho detalle, aunque ahora con el uso del sistema SIG se ha avanzado bastante».
Le pregunté si sabía de la adopción de este tipo de tecnologías en las instituciones estatales correspondientes. «En el Ministerio de Cultura existe un sistema de georreferenciación llamado SIGDA, pero veo que está enfocado al saneamiento legal o a nivel catastral. Existe un área de catastro, además de una de Paisaje Cultural y el Programa Qhapaq Ñan mismo, todas cuentan con una gran base cartográfica utilizando GPS diferencial, pero falta una plataforma más amigable y didáctica para la gran cantidad de data que tienen. Igualmente la FAP con los vuelos aéreos de los años 1940 y las Cartas Nacionales por el lado ministerial, son herramientas fundamentales que felizmente en ambos casos están digitalizadas».
Harry, al igual que yo, también cree que los historiadores especializados en cartografía pueden unir esfuerzos con los conocedores en TIC, para lograr mejores resultados en el mapeo de nuestra historia, buscando que exista una rigurosidad mínima, y con medidas contra el vandalismo digital, al estilo Wikipedia.
Ya de curioso le pregunté por su periodo histórico de preferencia para trabajar un mapa de este tipo, a lo que me respondió: «Un mapa postoledano de reducciones coloniales y pueblos de indios (referido al virrey Toledo que gobernó entre 1568 y 1580) que en gran medida fundaron lo que hoy conocemos como Perú». Yo aún estoy pensando en el mío.
Espero pronto hay más novedades sobre mapas históricos interactivos en nuestro país.