Estaba pensando en eso cuando leí el post Nada de Gonzalo, y encontré que resume muy bien dicho sentimiento, por lo que no soy el único o así parece:

yo no me quiero sumar a la televisión y a la radio, y a todos los medios de dominación (porque llamarlos de “comunicación” es mucho para ellos) quienes han llenado toda su programación con informes especiales sobre cómo está muriendo la gente en el sur de mi país. No creo que les importe, jamás les importaron, y si la capital, Lima, no hubiese sido asustada y removida hasta las sienes con aquel sismo de 7.5, creo que poco o nada les hubiera importado.

Aunque eso no interesa ahora.

Es bueno ver que existe gente que se preocupe de una manera sincera y desinteresada, pero también existen otros oportunistas que sólo lo hacen porque saben que los van a ver, y mientras más muertes filmen, más televidentes tendrán, y mientras más pantalla de bondad ofrezcan, mañana podrán reclamarles . . . porque lamentablemente nada es gratis en esta vida. Yo tengo algo muy en claro: “que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha”. Por eso, pienso que ya todo está dicho.

Y es cierto, no son sólo los medios, son los blogs, la gente, todos hablamos de lo mismo, iniciativas creadas con otro propósito de pronto sufren accesos o arrebatos «voluntaristas» pero ¿Qué hacemos aparte de hablar? ¿ponernos en la foto para hacer ver que ayudamos? queda bien ¿no? postear desde la comodidad de nuestras casas mientras la gente que se preocupa de verdad también la sufre como los mismos damnificados.

Y bueno, sinceramente lo que estaba pensando era dejar de tocar el tema, pero sigo leyendo posts y en el post 15-8: Propuestas y posibilidades del Gran Combo Club leo:

• De la Tragedia a la Oportunidad en el Sur de José Chlimper

  Ciertamente el terremoto del miércoles pasado sólo puso en evidencia, como si las mirásemos con lupa, las carencias cotidianas de un Estado paquidérmico, centralista, burocrático y poco eficiente. A diario la mayoría -no todos- los municipios de los poblados alrededor de las grandes ciudades actúan de espaldas a sus ciudadanos; a diario son ineficientes, a diario malgastan los recursos en pavadas, a diario hay corrupción; y siempre hay demagogia en el accionar de políticos que solo buscan su rédito personal (¿no, Yonhy?) en lugar de soluciones técnicas y profesionales a las necesidades del país y su población. El terremoto sólo hace que todo esto sea más evidente, más trágico, más fácil de reportar para la prensa.

Comentario: Son ideas que tienen en común el mirar adelante. En mi opinión no se trata de reformar INDECI, sino de que la institución tenga gente capaz y en permanente capacitación. Pero esto sólo es posible limitando la influencia de los políticos. Tampoco se trata de crear un nuevo ministerio, » el ministerio de prevención». No es necesaria más burocracia inoperante. Se trata de que lo que existe funcione. Pero bueno, es una propuesta al fin y al cabo, algo que escasea en el mar de demagogia mediática.

Y sí pues, no se puede negar que el terremoto ha sido como un catalizador, un agente revelador que ha servido para traer a la luz los grandes problemas del país, que están presentes siempre, aunque los ignoremos. Evidentemente cada cual lo trata de acuerdo a su capacidad, proclividades y/o intereses. Pero a nosotros, en nuestro papel de lectores/espectadores, es que nos toca discernir la paja del trigo. Sin embargo, ¿Todos podremos hacerlo?

En éste punto recordé un post que había leido más o menos recientemente y que tuve que releer para su publicación en Global Voices en español: Brasil: La filósofa, los medios y los blogs a propósito de otra tragedia, lo del avión en el aeropuerto de Congonhas en Sao Paulo. Extraigo el párrafo que viene al caso:

El desastre con el Airbus de TAM en el Aeropuerto de Congonhas es un ejemplo extremo de cómo las noticias se han vuelto algo complejo, que demanda mucho tiempo y paciencia de los lectores, espectadores o internautas. Ha dejado de ser un producto fuera de toda sospecha. Un mismo evento involucra batallas políticas entre el gobierno y la oposición, problemas de sindicato con los controladores de tráfico aéreo, dudas sobre la eficiencia de las agencias reguladoras como ANAC, la soberanía de las instituciones militares, los manejos de TAM para preservar su imagen corporativa y a sus clientes, la lucha entre los diarios, revistas y cadenas de TV por la audiencia, preocupaciones financieras de las compañías de seguros, que pagarán millones en compensaciones, y también las aerolíneas peleándose un espacio en el rompecabezas del sistema aéreo nacional. Cada uno de estos protagonistas mantiene intereses y consecuentemente están todos tratando de manejar la información a favor de sí mismos. El resultado es una Torre de Babel informativa, que genera escepticismo generalizado. …[…]… Ya que casi nadie tiene el tiempo disponible, el lector de medios ha quedado con la sensación de ser manipulado y utilizado en el debate. Incluso aquellos que han tomado posiciones saben que han sido movidos por intereses que no tienen nada que ver con la tragedia del vuelo 3054. El desastre en Congonhas es un ejemplo de lo que los lectores pueden anticipar para eventos futuros que involucren grandes intereses. La multiplicación de canales de transmisión de noticias proporcionó a los interesados la posibilidad de “jugar” con la información y los datos. Congonhas’ tragedy and the modern informative Babel – Código Aberto.

¿Cuántos intereses hay en juego acá? ¿Cuántos de ellos ni siquiera son percibidos? De los que son obvios por que han sido tratados ampliamente tenemos (aparte del interés de los damnificados en volver, por lo menos a su estado pre-terremoto): el interés nominal de los gobiernos centrales y locales en restablecer la normalidad en la zona, el interés inalienable de los medios en informar lo que realmente sucede, el interés de las organizaciones de ayuda en cumplir su cometido. Por otro lado tenemos los intereses no explícitos pero claramente percibidos a veces: los políticos que quieren ganarse alguito con la labor de ayuda y así de paso mejorar su alicaida imagen, los medios que sólo quieren vender más con una portada o titular impactante así no se ajuste a la realidad, los que no son ni autoridades ni funcionarios ni periodistas y ni siquiera están haciendo una gran labor de ayuda pero quieren estar en todas.

Pero como menciona el último post referenciado, no sólo es eso, sino que también teniendo como escenario la tragedia ha habido enfrentamientos más o menos visibles entre distintos sectores, políticos y económicos (que a veces parecen ser lo mismo la verdad), por ejemplo el que se ha dado entre una parte del ejecutivo y Telefónica (por el conocido colapso de las comunicaciones telefónicas, valga la redundancia), y digo parte del ejecutivo porque hay otro sector que parece pro Telefónica. También tenemos el enfrentamiento entre la derecha y la izquierda (patente sobre todo en la mención a «las ONG que no hacen nada», y el enfrentamiento de la prensa de acuerdo a sus intereses con aquellos a quien normalmente critican, si antes criticaban a Alan ahora las críticas arrecian, si antes criticaban a la izquierda ahora le dan con todo, y así ad nauseaum.

Por si fuera poco somos testigos de todo ésto y encima vemos cómo hay quienes ya no solo quieren ganarse alguito sino quieren llevársela en camión; Nuevamente recurro al Gran Combo Club que en su post Chorocracia lo dicen de frente:

se están robando la ayuda. Se las agarran con el chofer del gobierno regional del Callao o con los de la municipalidad de la Victoria (ver en Kolumna Okupa: Terremoto en Perú: corrupción y donaciones) pero los peces gordos, los responsables de la imprevisión, la imprudencia criminal de copar y desactivar las instituciones públicas competentes y de los megarobos, no caen, Es lo que manifesté dos días después del 15-8:

cuando fue Alan llevaron carpas al estadio y cuando se fue las carpas ya no estaban. Parece que las van paseando de un lado al otro.
Post-Terremoto Desorganización

Desde un punto de vista político, ni nos sorprendamos. Es lo que hacen nuestros políticos en nuestros países, sobre todo cuando debilitan a las instituciones. El copamiento de García ha llevado a esta situación. En 2001 en Arequipa las cosas se hicieron mejor. Todavía quedaba algo de capacidad organizativa en el aparato del estado para responder a las catástrofes. García se la acabó de cargar. No es algo inusitado. Es lo que ocurrió en la Argentina con las inundaciones y con el terremoto de 1970 en el Callejón de Huaylas. La ayuda no llega porque se la roban. Basta ya de no decir las cosas por su nombre.

Personalmente estoy de acuerdo, y es más, conversando con mi ex suegro decíamos que éste desastre le ha caido como anillo al dedo a los funcionarios corruptos ¿Quien no recuerda la tropelía de robos realizada con el pretexto de la ayuda a la zona damnificada por el Niño durante el gobierno fujimorista? éste tipo de situaciones se presta para esas cosas, licitaciones de emergencia, compras a dedo, obras por administración directa, un festín para quien quiere llenar su bolsillo con la plata del estado. Pero claro, seguimos hablando de los muertos, y es de los vivos de quienes hay que cuidarse.

Y bueno, seguiré con el tema, pero también con mis otros temas, menos populares, pero más agradables para mi.