Archivo de la etiqueta: Verónica Mendoza

El panorama político peruano luego de la primera vuelta presidencial

peru2016

Imagen tomada de la web de Peru.com.

Luego del primer flash electoral que daba un empate técnico por el segundo puesto entre los candidatos Pedro Pablo Kuczynski (PPK) del partido Peruanos por el Kambio y Verónika Mendoza del Frente Amplio, las cosas se definieron a favor de PPK cuando se anunció el conteo rápido no oficial al 100%, cosa que va confirmándose por el conteo oficial de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), ya al 91% de actas procesadas.

Así pues la segunda vuelta electoral se dará entre Keiko Fujimori del partido Fuerza Popular y Pedro Pablo Kuczynski del partido Peruanos por el Kambio. Ambas opciones están a favor de mantener el actual modelo económico neoliberal que impera en el Perú desde el gobierno del expresidente Alberto Fujimori, actualmente preso por delitos de corrupción y contra los derechos humanos.

Aunque la candidata de izquierda, Verónika Mendoza, que proponía un cambio del modelo económico, no pudo llegar a segunda vuelta, se ha marcado una sólida victoria en varios de los departamentos del sur andino del país. Dicho voto, a decir de algunos analistas, expresa el descontento de dicha región, donde están algunas de las zonas de mayor pobreza del país, con el estado y gobierno de las últimas décadas.

Ahora toca ver que estrategias electorales muestran los candidatos que han pasado a segunda vuelta. Si bien en el tema económico hay variantes más de forma que de fondo, hay varios otros temas que pueden explotarse para marcar diferencia. Otro aspecto es el de las alianzas que puedan concertarse para sumar votos. Hace unas semanas se especulaba que era PPK el único candidato que podía ganarle a Keiko en segunda vuelta, ahora se verá que tan cierta era dicha afirmación.

PPK no es un personaje que cuente con el favor de la izquierda ni de otros sectores progresistas. Se le acusa de haber favorecido a varias empresas extranjeras a lo largo de su carrera como funcionario del estado, incluso como primer ministro. Por otra parte, el hecho de llevar en su plancha presidencial a Mercedez Araoz como vicepresidenta, a quien se le acusa de ser una de las responsables políticas del Baguazo, tampoco ayudará a tender puentes hacia sectores indígenas.

En el portal de blogs La Mula se preguntan cuáles serán las movidas de PPK:

a PPK le toca un camino arduo, sobre todo en el sur, donde su rival electoral del Frente Amplio, Verónika Mendoza, tercera en los resultados generales, ganó en seis regiones […] En ese sentido, a Kuczynski le toca diseñar una nueva estrategia para vencer todas las resistencias que genera su candidatura en varias regiones claves del Perú.  ¿Con quiénes estará dispuesto a hacer alianzas PPK? Así como Keiko Fujimori pretendió ‘caviarizarse’ en la Universidad de Harvard, ¿él hará lo mismo?

En cuanto a los motivos del gran porcentaje de votos a favor del fujimorismo, hay que tener en cuenta la alta tolerancia en el Perú hacia la corrupción, perfectamente ejemplificada en la popular frase «roba pero hace obra«. En forma similar, los derechos humanos no son tampoco un tema medular para el votante promedio, más pragmático e interesado en que la economía no regrese a las épocas de la hiperinflación.

Es en este contexto que la campaña de Keiko Fujimori ha podido calar entre sectores de la población que por un lado recuerdan con simpatía el gobierno de su padre y por otro lado temen el descalabro económico y el regreso del terrorismo o cualquier ideología de izquierda. Si bien el movimiento anti Keiko ha logrado convocar a mucha gente, recordando en forma permanente los delitos del expresidente Fujimori y la probabilidad de que la historia se repita en un eventual gobierno de su hija, esto evidentemente, no ha sido suficiente.

En un artículo del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica, CELAG, analizan los resultados electorales y en el apartado del fujimorismo, aparte de llamarlo un «divisor de aguas» y un “populismo de derecha eficaz”, comentan:

Keiko Fujimori afirma: “Sé mirar a la historia de mi país. Sé qué capítulos se deben repetir y sé muy claro cuáles no”. Quien lidera, parece tener una lectura muy clara, a pesar de las 6 denuncias por entrega de dádivas sustentadas con material audiovisual. Y ha logrado con éxito proyectar la cuestión de la inseguridad como el nuevo “otro” con quien establecer una remake de la cruzada que su padre establecería con Sendero Luminoso, llegando incluso a exterminar pueblos enteros. La inseguridad, el nuevo terrorismo. En su discurso, la candidata a la presidencia de Perú Keiko Fujimori pidió a los ciudadanos que se termine con las diferencias políticas y apuesta por la “reconciliación”, pero justamente su éxito radica en haber sabido canalizar el reclamo de la población que identifica a la inseguridad como su principal problema, y estaría dispuesto a consentir excesos siempre y cuando se aleje de sus antiguos fantasmas otrora guerrilleros, hoy delincuentes.

En medio de lo que ya se puede llamar el retorno del fujimorismo, pues aparentemente tendrán también mayoría en el Congreso y Kenji Fujimori, hermano menor de Keiko, sería el congresista más votado, con lo que puede convertirse en el presidente del Congreso, algunos políticos expresan su preocupación por el poco espacio que quedará para hacer oposición, sin mencionar el control total que podría ejercer la bancada fujimorista.

La web satírica El Panfleto llama a esto una gran verguenza y dice que no hay nada que celebrar:

Si algunas políticas de Estado se vieron detenidas por la presencia del conservadurismo, ahora va a ser peor. Sin contar al resto de parlamentarios anclados en la hipocresía de las otras chinganas que quieren pasar como partidos, sólo el fujimorismo va a alcanzar a más de 60 curules. Así, de la mano de ellos es posible olvidarse de la legislación en materia de unión civil, de aborto en casos de violación, de la reforma al régimen laboral, de la reforma misma del Estado, de los cambios que requiere la normatividad electoral, tanto como la de partidos políticos, entre otras. Se vienen cinco años de oscuridad […] las calles serán más que necesarias para defender lo que nos corresponde. Tocará marchar, una y otra vez.

Para el periodista, escritor y asiduo usuario de Facebook, Gustavo Faverón, el futuro es aún peor.

La gente tiene una confusión con esto de votar por Kuczynski para que no salga Keiko Fujimori. El fujimorismo va a gobernar el Perú los próximos cinco años de todas maneras. Tendrá mayoría absoluta en el Congreso y, en caso de no tenerla, la conseguirá con solo comprarse uno o dos tránsfugas del partido de Acuña o cualquier otro hueco semejante. Si Keiko Fujimori gana la asegunda vuelta, será el regreso de los 90. Si gana Kuczynski, necesitará los votos del fujimorismo en el Congreso: aliarse con todos los demás no le dará mayoría; solo el fujimorismo le dará mayoría. Así que no solo Alberto Fujimori estará libre dentro de muy poco: Alberto Fujimori va a estar decidiendo el futuro del país en cualquier momento, ya sea a través de su hija o a través de su títere gigante.

La segunda vuelta electoral se llevará a cabo el domingo 5 de junio.

Una foto del momento a pocos días de las elecciones

A escasos 3 días de las elecciones presidenciales en el Perú, programadas para el domingo 10 de abril, lo único seguro es que la candidata Keiko Fujimori pasará a segunda vuelta, pero hay incertidumbre sobre qué candidato la acompañará.

El actual proceso electoral que se viene desarrollando ha demostrado ser atípico, ha habido candidatos tachados, excluidos y retirados por cuenta propia (de 19 se redujeron a 10), y las campañas electorales se han enfocado más en los ataques que en la exposición y debate de ideas y planes de gobierno. Un debate organizado por la autoridad electoral resultó mal estructurado y con más de lo mismo, añadiendo una crítica más al ya vapuleado órgano electoral, que en opinión de varios está parcializado con algunos candidatos.

La política peruana de los últimos años tiene algunas características muy propias, entre ellas partidos políticos débiles y de escasa representación ciudadana, lo que favorece el surgimiento de multitud de proyectos políticos independientes y fuertemente personalistas y de alcance limitado a lo local o regional. Por otra parte el electorado pareciera esperar el surgimiento de políticos nuevos, no tradicionales, o lo que se conoce como «outsider«, brevemente encarnado en este proceso electoral por el candidato Julio Guzmán, uno de los excluidos por el Jurado Nacional de Elecciones.

No puede dejar de mencionarse tampoco el papel de los medios de comunicación, que abiertamente toman parte por el candidato de su preferencia y atacan sin miramientos a los contendores, ni el de las empresas encuestadoras, que pareciera juegan con los números y estadísticas con la intención de levantar o bajar la imagen de ciertos candidatos.

Para que aquellos poco familiarizados con la política peruana se hagan una idea de los candidatos «sobrevivientes» en estas elecciones, a continuación un breve e  informal resumen de cada uno de ellos:

Keiko Fujimori. La hija del expresidente Alberto Fujimori, actualmente preso por delitos de corrupción y contra los derechos humanos, no exhibe mayor virtud que llevar el apellido de su padre. Sin embargo eso no le impide contar con un sostenido caudal de simpatizantes que la mantienen en primer lugar de intención de voto desde que arrancó la campaña. En las últimas semanas la campaña en su contra liderada por diversos colectivos de la sociedad civil que sostienen que un gobierno de ella sería perjudicial para los DDHH, ha realizado contra mítines y marchas, siendo la más exitosa la del martes 5 de abril, aniversario del golpe de estado que dio su padre, con una asistencia estimada de 50, 000 personas.

Pedro Pablo Kuczynski. Más conocido como PPK, es un economista que ha sido varias veces ministro de estado y también presidente del Consejo de Ministros. Su perfil técnico y de hombre que hace cosas le ha ganado simpatizantes, sobre todo en Lima. Juega en su contra su avanzada edad, 77 años, y la bien ganada fama de lobbysta que lo acecha. Va segundo en las encuestas, pero de llegar a la segunda vuelta muchos creen que sería elegir entre dos opciones similares, abona a esto el hecho que en las elecciones presidenciales anteriores apoyó a Keiko Fujimori.

Verónica Mendoza. La Vero es sicóloga y actual congresista de la República. Su candidatura por el Frente Amplio es una de las dos que pueden llamarse de izquierda. De casi no figurar en las encuestas hace unos meses ahora está, según qué encuesta se consulte, en un empate técnico con PPK por el segundo puesto. Es el terror de la derecha, quienes no dudan en llamarle «chavista» o «terruca«, términos que espantan al elector peruano. Si sigue en tendencia alcista probablemente sea la primera vez que el Perú se encamine a tener una presidenta mujer. El lado económico de su plan de gobierno es lo que más preocupa a los analistas.

Alfredo Barnechea. O Barney, como le han dado en llamar sus no simpatizantes, es un periodista y político surgido originalmente en las canteras del APRA, pero desde hace un tiempo miembro de Acción Popular, partido por el que postula ahora. Su candidatura (una mezcla de liberalismo y social democracia) añadió un rostro relativamente nuevo a esta campaña, pero eso no bastó para hacerlo despegar rápido. Cuando lo hizo y obtuvo exposición, algunos gestos, errores dirán algunos, le granjearon el mote de «Virrey«, supuestamente por los aires que se da y sus modales aristocráticos. Según las encuestas sus opciones de llegar a segunda vuelta van disminuyendo, pero puede sorprender.

Alan García. Al dos veces presidente del país no le ha servido de nada su conocido floro en esta oportunidad. Es más, probablemente no obtenga los votos necesarios para pasar la valla electoral, lo que significaría que su partido, el APRA, tenga que pasar el proceso de reinscripción electoral. Para mayor inri, el día del debate le tocó compartir estrado con Fernando Olivera, antiguo adversario suyo, quien no dudó en usar su tiempo de exposición para, en un momento memorable a decir de muchos, recitar, una a una, todas las acusaciones de corrupción y otras que, desmostrables o no, son parte de la triste fama que se ha ido labrando García.

Gregorio Santos. El Goyo es un candidato con una característica especial: es el primer candidato presidencial del Perú que esta preso durante el proceso electoral. El ex Presidente Regional de Cajamarca (y actual presidente electo) esta en prisión preventiva por acusaciones de corrupción, aunque sus partidarios dicen que se trata de un entramado construido en su contra por su férrea oposición a la minería en la región. Santos representa a una izquierda más radical que la de la Vero, pero sus opciones no pasan del 3.2% de intención de voto.

Alejandro Toledo. El cholo está practicamente en el ocaso electoral. La candidatura del expresidente no ha hecho más que bajar y además el Poder Judicial tiene pendiente decidir si le abre juicio por los cargos de lavado de activos. Sin embargo, terco como siempre, Toledo ha manifestado que no renunciará a su candidatura.

Ántero Flores, Miguel Hilario y Fernando Olivera son los candidatos restantes, pero sinceramente, no tienen ninguna opción.

Asi pues, el elector peruano la tendrá complicada este próximo domingo. ¿Votar por la candidata del fujimorismo que para muchos es sinónimo de corrupción? ¿Votar por el candidato lobbysta que probablemente favorecerá a la gran empresa en lugar de a los pobres? ¿Votar por la candidata de izquierda que plantea heterodoxas medidas económicas en un momento en que hay desaceleración del crecimiento? Quizás la pregunta de fondo sea cómo llegamos a esto.

El analista político Steven Levitsky reflexiona al respecto en su columna del diario La República y nos echa la culpa a todos:

Las elecciones peruanas de 2016 serán semidemocráticas. El problema principal es que la valla para la exclusión de candidatos –siempre alta en las democracias– es muy baja. Se excluye candidatos presidenciales por faltas burocráticas (Guzmán) y por clientelismo (Acuña) algo inédito en el mundo.  […] la entrega de dádivas en el Perú contemporáneo no es compra de votos: se compra la asistencia a los mítines. Dado el desprestigio de los políticos, pocos quieren ir a escucharlos. Con pocas excepciones, si los candidatos no ofrecen regalos, concursos, o rifas, nadie va a sus actos electorales. […] La gente va a los mítines, recibe sus regalos, y después vota por la candidata o candidato que quiere.

[…] los responsables principales de este fiasco son las autoridades electorales y el Congreso, los demás candidatos y sus seguidores son cómplices. Creyéndose beneficiados por la salida de sus rivales, han hecho poco o nada para combatir a las injusticias cometidas. Prefieren ganar una elección semidemocrática que perder una elección democrática. Su actitud egoísta y cortoplacista debilita la democracia.

En cualquier caso, como dice un viejo dicho, lo último que se pierde es la esperanza.