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El “Liebster Award” y cómo conocer más blogs de viajes

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Hace tiempo que nadie me metía en una de esas dinámicas bloggers que eran frecuentes cuando los blogs estaban de moda. Así que quedé sorprendido cuando mi vieja amiga (sin cachita) Isabel Guerra de Burbujas Recargadas me propuso para esta actividad llamada “Liebster Award”, que está enfocada en los blogs de viajes.

Y digo que me sorprendió también por que el mío no es un blog de viajes, o no solo es sobre viajes, diría que lo es en un 10 o 15 %, pero bueno, sera motivo para bloguear más sobre viajes, rutas y aventuras. Y como digo en el título, para conocer más blogs de viajes.

Como no soy de mucho floro, vamos directo a responder las preguntas planteadas:

1 – De todos los lugares que has visitado, ¿cuál sería tu favorito?

Pues.. difícil quedarse con uno, Berlín me gustó mucho, es una ciudad sorprendente que tiene de todo, pero Río es una ciudad en la que me gustaría vivir, al menos un tiempo. Cosas de que prefiero el calor al frío.

2 – ¿Quién es tu inspiración en este mundo de los viajeros?

Cualquiera que haya viajado más que yo.

3 – ¿Cómo cambió tu vida el viajar?

No diría que la cambió, pero si añadió variedad y conocimiento.

4 – Si sólo pudieses hacer un viaje más, ¿a dónde irías?

Jajaja, mi primera respuesta es a Lima, dado que no estoy ahí, pero asumiendo que estoy en Lima, y asumiendo que se trata de un sitio al que no he ido, pues diría Hong Kong o Tokio.

5 – ¿Cuál es el post que más has disfrutado, y por qué?

No recuerdo ninguno en especial, pero todos los posts de viajes los hago con una sonrisa pues uno va recordando cosas, hechos y personas que creía olvidados.

6 – ¿Has hecho alguna cosa loca viajando, o para viajar?

Para viajar, no, viajando si, pero no lo cuento por que es XXX.

7 – ¿Cuándo y cómo empezaste a viajar?

Cuando en un trabajo una de mis obligaciones era ir a distintas ciudades del Perú a instalar sistemas y capacitar a los usuarios en su uso. Siempre quedaba tiempo para conocer los alrededores.

8 – ¿Cuál es tu destino favorito en Perú?

Pues depende de cómo me sienta, si se trata de reconectar con las raíces me iría al Cusco, si no, iría a sumergirme en el mundo de diversión de Iquitos.

9 – ¿Tu destino más disfrutado en otro país?

Medellín, dado que al año paso varios meses acá. También Quito, que es una ciudad que me encanta y a la que he ido muchas veces.

10 – ¿Cómo elegiste el nombre de tu blog?

Era la sensación que daba Internet en aquellos días del 2004, no fue mi primer blog por cierto.

11 – ¿Qué tipo de viajero eres?

He sido mochilero aunque no a full, también he viajado por trabajo bastante. Actualmente podría decir que me encuentro en una categoría entre flash backpacker y multiturista.

Y bueno, como en toda actividad de este tipo, toca pasar la antorcha, y eso significa proponer a otros blogueros que hagan sus propios posts como este. Así que los nominados son:

Blucansendel, del argentino Wenceslao Bottaro.

Viajes y cosas así, del panameño Osvaldo.

Juan Uribe Viajes, del colombiano Juan Uribe.

El Perú en mi auto, del peruano Jorge Cachay.

Tips de viajero, de la mexicana Verónica.

Espero que alguno se anime a contestar por que no conozco a ninguno de ellos y fuera del Perú no soy muy conocido entre los blogueros de viajes.

Finalmente, las preguntas para este nuevo grupo son:

1 – ¿Cómo decidiste abrir un blog?

2 – ¿En qué se diferencia tu blog de otros blogs de viajes?

3 – ¿Si durante un tiempo no viajas, sigues blogueando?

4 – ¿Algún bloguero de viajes que admires?

5 – ¿El viaje más loco que hayas hecho?

6 – ¿A qué lugares no irías?

7 – ¿A qué sitios volverías?

8 – ¿Quién sería tu compañero/a de viajes perfecto?

9 – ¿Tu mejor anécdota viajera?

10 – ¿Cómo decides dónde viajar?

11 – ¿Aparte del blog que otra herramienta usas para documentar tus viajes?

Suerte con eso!

Re conociendo Quito (Pomasqui, Unasur, Mitad del Mundo)

Quito, vista panorámica. Foto de David Almeida en Flickr, bajo licencia CC.

Quito, vista panorámica. Foto de David Almeida en Flickr, bajo licencia CC.

Si pertenecen al exclusivo (por lo reducido) club de los que leen este blog, sabrán que Quito es una ciudad que me encanta. Así que ya se imaginarán mi contento cuando el pasado mes de octubre del 2016, un amigo me invitó a dicha ciudad para dar un par de charlas sobre Internet y comunidades virtuales, un tema del que algo se.

Mi vez anterior en Quito había sido casi dos años antes, entonces esperaba ver los cambios que hubieran podido darse en la ciudad y poder descubrir rincones de la misma a los que no había llegado anteriormente. Al final del viaje los dos objetivos quedaron cumplidos, aparte de la alegría de poder reencontrarme con amigos que no veía personalmente buen tiempo.

Pero bueno, vayamos al viaje. La travesía por avión es corta, dos horas y media aproximadamente desde Lima, y el vuelo suele ser tranquilo, aunque esta vez me tocó algo movido, pero nada grave. Acá fotos del paisaje peruano visto durante el vuelo, y la comida servida por Avianca, bastante aceptable.

Ya aterrizado y superados los trámites de ingreso a Ecuador, tocó esperar la movilidad contratada. El clima estaba bueno, pero en plena carretera nos sorprendió un chubasco.


Ya entrando a la ciudad tuve uno de esos momentos secretamente felices cuando la Van se detuvo a esperar la luz del semáforo y a mi lado pude leer un mensaje casi escrito especialmente para mi:


Pasado un rato llegamos al hotel y tras instalarme y reunirme con otros de los conferencistas salimos a buscar algo de comer. Era un buen momento para usar el servicio de transporte público de la ciudad, los trolebuses.


Llegamos al sitio acordado y escogimos cualquiera de los varios restaurantes que había, todos parecían servir lo mismo. Y bueno, ustedes saben, cuando los amigos se reúnen después de tiempo, las cervezas no tardan en aparecer:


Al ratito llegó la comida. La gastronomía ecuatoriana es una de las que más me gusta, fuera de la peruana claro, quizás por que tienen muchos puntos en común. Eso si, nunca me inviten cebiche ecuatoriano.

El caldo de pata de la foto anterior estaba regular, todo hay que decirlo. Pero el hornado y la fritada estaban bastante más que aceptables. 

Luego de la comida salimos del restaurante y aprovechamos para mirar la pequeña feria dominical de Pomasqui, el poblado donde estábamos, al norte de la ciudad de Quito. Un lugar con mucha historia, dicho sea de paso, pero que lastimosamente no he podido visitar extensamente aún.

Ya de ahí agarramos rumbo para ir a «Mitad del mundo», tal como habíamos planeado. 

Desde donde el bus nos dejó había que caminar un poco, pero finalmente llegamos. Antes de Mitad del Mundo está la sede de Unasur, o la Unión de Naciones Suramericanasasí que aprovechamos para unas fotos.

El diseño arquitectónico del edificio sede de Unasur es impresionante, no se si se podrá hacer un recorrido por sus instalaciones internas (ese día era domingo), pero según fotos que he visto vale la pena hacerlo. En mi anterior visita a Mitad del Mundo este edificio aún no terminaba de ser construido. Por cierto, se llama edificio Néstor Kirchner.

Como habrán visto el cielo estaba dando indicios de lluvia, pero nunca cayó ni una gota, era tan solo la majestuosidad del cielo quiteño.

Terminada la sesión de fotos en Unasur nos dirigimos finalmente a Ciudad Mitad del Mundo, una de las principales atracciones turísticas de Quito.

Luego de pagar los tickets de ingreso (US$3.50, un poco más si se desea acceso completo), caminamos por la senda que nos lleva al Monumento a la Mitad del Mundo. Pero los colibrís decorativos estaban tan bonitos que no pude resistirme a tomar unas fotos, sobre todo al que tenía pintado a la Virgen del Panecillo, todo un ícono de Quito, y a quien le dediqué un post cienciaficcionero alguna vez.

Finalmente, el monumento a la Mitad del Mundo, o bueno, la Mitad del Mundo más conocida, pues hay otra que le disputa el título: Catequilla. Pero no se preocupe, ambas están en la línea imaginaria que parte el mundo en dos.

Este es otro Colibrí decorativo, que en este caso lleva pintado el centro histórico de la ciudad de Quito, o eso creo.

A unos cuantos pasos del monumento hay una especie de corral donde viven unas muy andinas llamas.

Después uno puede encontrar un complejo construido a la usanza de un pueblito antiguo, con tiendas comerciales de souvenirs y demás objetos para el recuerdo, aparte de artesanía y ropas locales.

Aca pueden ver un ejemplo de los recuerditos. En la tienda que tomé la foto además por un dólar te ponen en el pasaporte el sello recordatorio de Mitad del Mundo, y te dan un postal de regalo. Creo que también te pueden poner el sello a la entrada pero no pregunté.

Y aca ya despidiéndonos de Mitad del Mundo.

Luego de tomar el bus de regreso a Quito, y bajarnos donde pensamos era cerca al hotel, descubrimos que no, no era tan cerca, pero igual decidimos caminar. Por la ruta había algunas cosas interesantes.

Llegados al hotel descubrimos que… teníamos hambre, así que nuevamente nos embarcamos, ahora en un taxi, para ir a cenar. 

Cenamos en un local pequeñito, llamado Ñuka Llacta, sobre la Av. Ladrón de Guevara, casi en la esquina con el Parque José Navarro, o Parque de las Pancitas (porque venden comida allí). La comida fue muy tradicional, un sambo, una especie de sopa dulce bastante agradable hecha en base al sambo o lacayote, una variedad de la calabaza propia de la región andina, y unas tortillas de maíz, muuuy ricas.

Y bueno, ya después de eso nos fuimos a descansar.

Pronto más posts sobre mi recorrido por Quito.

Y más posts anteriores sobre Quito acá.