Quito, mon amour

Atardecer en Quito, Ecuador.

Atardecer en Quito, Ecuador.

Se supone que si tienes una segunda cita con una chica es por que te gusta, y si esto sucede más de dos veces, pues ahí hay algo. La primera vez que estuve en Quito fue casualidad, no lo tenía planeado, pero un lapso apreciable de tiempo entre una conexión y otra de buses me dio oportunidad de pasear por la ciudad. Y he aquí que ésta es la cuarta vez que vengo a verla.

Si, no lo puedo negar, estoy enamorado, pero sin embargo soy un enamorado crítico. No dejo que su belleza me obnubile y me impida ver sus defectos. Pero, como un caballero, me los callaré, o al menos trataré de no hacerlos tan evidentes.

Siempre he entrado a Quito de la misma manera, desde abajo, es decir, por el sur, por Quitumbe. Esto me permite usar el trole para llegar al centro de la ciudad. Y debo decir que US$0.25 (unos 0.70 centavos de sol) es una ganga para movilizarte por la ciudad. De esta manera también voy apreciando todo su variado lado sur, la parte popular de la ciudad, o bueno, al menos la cercana a la línea del trole.

Plaza e Iglesia de Santo Domingo, Quito, Ecuador.

Plaza e Iglesia de Santo Domingo, Quito, Ecuador.

Me bajo en Santo Domingo, camino acelerado unas cuadras hasta mi hotel, dejo todo, agarro la cámara y salgo a recorrer a mi amada con el corazón agitado (literalmente, Quito no da soroche, pero sus 2,800 msnm se sienten). Ver a quien amas después de tiempo es una experiencia maravillosa, lo ya conocido es redescubierto con ansias, y aunque la mente no deja de comparar chequeando los cambios, la emoción del reencuentro supera todo.

Debo señalar en este punto que así como a algunos les gustan rubias o voluptuosas, a mi me gustan las ciudades con historia, y que esa historia se pueda palpar mientras te deleitas mirándola. Grandes edificios o modernos centros comerciales no me impresionan, pero dame unas ruinas o una iglesia antigua y cuéntame lo que pasó allí… y soy tuyo cariño.

Esquina calles Sucre y Benalcázar, Quito, Ecuador.

Esquina calles Sucre y Benalcázar, Quito, Ecuador.

Una de las cosas que me gustan de Quito es que su historia es parte de la mía, muchas cosas que pasaron acá, de alguna manera tuvieron influencia o fueron influidas por la historia peruana, de hecho Quito fue parte del Tahuantinsuyo, y en varios momentos de la colonia, la Real Audiencia de Quito fue parte del Virreynato del Perú. Así pues muchos nombres que se oyen a lo largo de la historia del Perú también se oyen acá: Atahualpa, Pizarro, Sucre, Bolivar. Es casi como oir otra versión de un viejo cuento, o complementarlo.

Mencioné las iglesias, y no es que sea un fervoroso católico pero las antiguas iglesias que nos dejó la colonia han quedado para ser admiradas, y Quito tiene montones de ellas, Santo Domingo, la bellísima (aunque un pelín descuidada) San Francisco, la Compañía, todas ellas llenas de fabulosas obras de arte y pinturas de la escuela quiteña, y la moderna pero gótica Basílica del Voto, la única iglesia creo donde se puede hacer un recorrido que está muy cercano a calificar como deporte extremo (vayan, suban a las torres y me entenderán).

Basílica del Voto Nacional, Quito, Ecuador.

Basílica del Voto Nacional, Quito, Ecuador.

En cuestión de museos Quito no se queda, además de que casi toda iglesia tiene el suyo, hay al menos prácticamente uno por cada cuadra, cuando no dos, en el centro histórico. Por otra parte, si se pasa un domingo en la ciudad, en las mañanas se puede disfrutar de distintos espectáculos culturales en la calle, de hecho una vez me tocó apreciar a una peruana que estaba enseñando a bailar huayno a la gente, así que imagínense.

La comida, debo admitirlo, es bastante buena, salvo una o dos cosas que para un peruano son sacrilegio, el resto está muy bien. Y no se limiten a comer en restaurantes, prueben lo que ven por la calle (me encantaron los sanguches de higo con queso) y no dejen de ir a alguna picantería, la comida es muy buena y barata. Si pueden, como yo, ir con alguna chica local que les ayude con las sugerencias, pues mejor.

Parque del Arbolito, Quito, Ecuador.

Parque del Arbolito, Quito, Ecuador.

Dije que no iba a mencionar lo malo, pero hay algo que no puedo obviar, los taxistas. Sorry baby, pero tenía que decirlo. Lo peor de los taxistas es la falta de ellos, acostumbrado como en Lima a simplemente levantar la mano y regatear el precio confiado en que si no consigo un buen descuento el taxista que está atrás me lo ofrecerá, la poca oferta de taxis en Quito siempre me sorprende negativamente, y si llueve ya pueden irse olvidando de que aparezca uno vacío. Eso sí, como en cualquier gran ciudad creo, nunca suban al taxi sin pactar primero el precio, a menos que tenga taximetro, si no, corren el riesgo de ser casi estafados al llegar a su destino.

Pero como en toda pareja que se quiere de verdad, los malos momentos son rápidamente superados y el amor regresa. Y si para mi hay algo que simboliza mi amor por Quito, eso es la Virgen del Panecillo, inspirada en la Virgen de Quito. Contemplar la grácil belleza de esta virgen alada capturada como si estuviera en medio de un complejo paso de una extraña coreografía, me fascina y me transporta.

Virgen del Panecillo, Quito, Ecuador.

Virgen del Panecillo, Quito, Ecuador.

Y bueno, Quito además tiene todas las otras funcionalidades que caben esperar, centros comerciales, vida nocturna, hermosos parques, unos alrededores formidables y cientos de cosas por descubrir que hacen que valga la pena recorrerla con calma y espíritu aventurero, y algo de paciencia claro, por que también tiene un tráfico que puede llegar a ser terrible. Es que ya saben, nadie es perfecto.

En sus a veces sinuosas calles puedes encontrar desde gente bailando espontáneamente, sea de noche o de día, a una recepción nupcial celebrada en una plaza pública con mucha alegría. Y si pasas un lunes por la Plaza Grande, hasta puede que veas a la Revolución ciudadana en acción, es decir, al propio Presidente de la República saludando al pueblo en la ceremonia de cambio de guardia.

Calle en el Centro Histórico, Quito, Ecuador.

Calle en el Centro Histórico, Quito, Ecuador.

Pero aparte de todo lo que esta ciudad tiene para ofrecer, y quizás entrando a lo subjetivo, confieso que algo que particularmente me atrae de Quito es que no me hace sentir un extraño. Y eso es un poco debido a su gente, otro poco debido a la arquitectura de su centro histórico, a la oferta cultural (¡hasta hackers pude encontrar!), a su clima mayormente benigno, o quizás a su particular mezcla de todo eso, su propio «no se qué» como se diría.  O poniéndolo de una forma coloquial: es que tu sabes cómo hacerme sentirme bien, querida.

Posdata – Si les interesa conocer Quito de la mano de su gente, les recomiendo un par de páginas en Facebook: Quito escondido, del amigo Galo Pérez, con quien conversé en este post, y Quito, de aldea a ciudad, que recopila fotos antiguas de la ciudad de Quito.

Esquina Plaza San Francisco, Quito, Ecuador.

Esquina Plaza San Francisco, Quito, Ecuador.

9 comentarios en “Quito, mon amour

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  2. cinthia

    Hola quisiera saber si hay transporte terrestre nocturno de Quito a Huaquillas, cuantas horas son y hasta que hora salen, gracias!!

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    1. Juan Arellano Autor

      Hola, si hay, he viajado saliendo a las 7pm de Quito, pero creo recordar que hay buses que salen a Huaquillas más tarde. Saliendo a las 7 llegas 10am apx.

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