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#CharlieHebdo visto desde la óptica peruana

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«100 latigazos si no te mueres de risa» Imagen de Fanden selv en Flickr bajo licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 2.0 Generic (CC BY-NC-SA 2.0).

«La tolerancia tiene un límite», «el multiculturalismo es un error», «no generalicen», «doble rasero», «¿libertad de expresión o libertad para insultar?», «se lo buscaron». Todas esas son frases que con pequeñas diferencias han estado sonando estos días en la discusión internacional y entre las innumerables muestras de apoyo al diario satírico francés Charlie Hebdo luego del atentado que sufriera.

Acá, en Lima, Perú, estamos a medio mundo de distancia  de París, y no solo en el aspecto geográfico, sin embargo algo en común tenemos: hemos vivido la barbarie terrorista. Y mal que bien la hemos superado. Todas esas  preguntas, todas esas discusiones, las hemos tenido hace 20, 30 años. Pero… ¿tenemos las respuestas? No necesariamente. Las situaciones, los contextos, las características son distintas. Las generaciones se relevan, olvidan. Es más, probablemente no tengamos las mismas preguntas ni nos enfoquemos en los mismos temas de discusión al respecto.

Pero eso, como en todos los países del mundo, no ha impedido que los peruanos opinen desde su propia óptica, que relacionen ciertos aspectos del atentado con los de la coyuntura política y social peruana, que saquen sus propias conclusiones.

En la página web de la revista DedoMedio, el académico Daniel Salas analizaba el mismo día del atentado qué es lo que mueve al integrista a actuar de manera arriesgada.

Un gran error es tratar de comprender la acción humana en términos racionales. Contrariamente a lo que se suele afirmar, los seres humanos no actuamos de manera racional. Actuamos por una razón, que es distinto.

Luego pasa a habar sobre religiones y extremismos, explicando que el extremismo religioso actual «no es consecuencia de la pobreza, sino una reacción ante el dominio de las potencias democráticas, cuyos crímenes colonialistas son innegables» y también es «una respuesta ante una civilización que no ofrece estructuras morales seguras». Entonces es por eso que «el extremista sí valora la vida pero la entiende como trascendencia. La muerte es solamente un paso».

Por ello, las religiones flexibles suelen ser menos atractivas que las religiones rígidas. Los rituales, los tabúes, las amenazas de castigo eterno, en general, las distintas formas de sacrificio, son señales de que una religión posee un camino seguro hacia la pertenencia y la trascendencia. Al degollar infieles, al convertir la matanza en un espectáculo cinematográfico, como lo hace el Estado Islámico, el integrista pone en escena su propio sacrificio, la expectativa de su propia muerte. Sabe que es muy alta la posibilidad de morir pero justamente ese es el camino mediante el cual él puede trascender, es decir, a través de la esperanza del triunfo del Califato, del reino de Alá.

Entonces no es el fundamentalismo cristiano lo que podrá vencer al integrismo islámico. Una nueva cruzada es precisamente lo que el Estado Islámico desea provocar. La respuesta reside más bien en una democracia más firme, menos flexible, que imponga y haga respetar sus reglas. Nunca mejor se aplica el principio de que no se puede ser tolerante con la intolerancia.

Es evidente que el aspecto religioso del atentado ha sido uno de los más tratados, y eso ha sucedido incluso en el ámbito local. Verónica Klingerberger escribe en Publímetro.pe:

resulta curioso que militantes de otras religiones aprovechen la coyuntura para lanzar arengas invitando a los fieles a unirse a sus creencias. Un ejemplo es Martha Meier, editora central del suplemento Dominical de El Comercio, quien escribió ayer en Twitter: “Europa defiende tus raíces cristianas!!!!”. Como si la cúpula cristiana no hubiera sido responsable de atrocidades similares durante toda su existencia. […] Ayer, Salman Rushdie le dio su apoyo al semanario francés. El final de su declaración es claro y contundente: “Las religiones, como todas las demás ideas, merecen crítica, sátira y sí, nuestro valiente irrespeto”.

Pero no sólo los militantes religiosos trataron de llevar agua para su molino. Por lo menos un medio peruano (RPP) hizo lo mismo, sin embargo fue rápidamente troleado por gran cantidad de lectores. Doriss Vera escribe sobre la pregunta que RPP hizo en su cuenta de Facebook: ¿Crees que el semanario satírico #CharlieHebdo cometió excesos contra las religiones en sus publicaciones?

la pregunta clave es ¿por qué RPP se cuestiona sobre la libertad de información en este caso? La respuesta es muy sencilla: porque esa libertad cuestionada se vincula con intereses poderosos de su aliado Cipriani y la iglesia católica. Es fácil deducir que si RPP condenara totalmente el atentado y defendiera la libertad irrestricta de expresión de Charlie Hebdo, estaría defendiendo el derecho a la sátira (incluso la sátira religiosa, es decir, la blasfemia).

Lo que debería cuestionarse en los medios es el papel que las religiones han jugado en el poder o la cantidad de masacres que han desatado y siguen desatando, o la influencia perniciosa de todas las ideologías dogmáticas, desde el catolicismo y el islamismo hasta el fascismo y el comunismo de Sendero.

Mientras que casi no se ha comparado el terrorismo islamista con el de Sendero Luminoso, algún político sí pretendió poner el tema de Charlie Hebdo al nivel de sus errores, o los de sus padres. Tal es el caso del congresista Kenyi Fujimori quien, dolido por la nueva sentencia a su padre, el expresidente Alberto Fujimori, en el caso de los diarios chicha, tuiteó:

El argumento de la doble moral, muy usado por los críticos de la izquierda, también se hizo presente en un debate que comparaba diversas acusaciones de racismo en la sociedad peruana (ver casos Paisana Jacinta y Saga Falabella) con las caricaturas de Charlie Hebdo.

Pero quienes lograron hacer un interesante paralelo entre la situación de los medios en Francia y los medios peruanos, fueron los de la web satírica El Panfleto. Fieles a su estilo se preguntaron:

¿Qué pueden saber seis insignificantes redactores de un medio satírico en el culo de Sudamérica sobre señores de negro con armas bien de Counter Strike? […] “Terroristas balean un medio satírico y matan a 12 periodistas” y nosotros pensamos “ala, ellos tienen edificios de redacción, acá en Perú si no soboneas a 3 anónimos nadie te dará ni la página del obituario para escupirle en la cara a la Iglesia Católica”, “¿periodistas haciendo sátira son asesinados por terroristas?, acá una chiquilla salida de una facultad de periodismo, que cubre protestas denunciando a los manifestantes como vándalos, sale llorando porque le gritan ‘prensa vendida’, sin contar que jamás haría sátira porque eso molestaría a su jefe”. ¿Qué distinto es todo, no?

Pareciera que al final, aparte del apoyo y solidaridad que recibió lo de Charlie Hebdo, acá en el Perú ha servido principalmente para traer a la luz viejas discusiones nacionales sobre política, racismo y desigualdad.

Latinoamérica: Discriminándonos los unos a los otros

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Bogotá vista desde Ciudad Bolívar, una de sus localidades más pobres. Foto de Wolfgang Sterneck en Flickr. Usada con Licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 2.0 Generic (CC BY-NC-SA 2.0).

Un reciente artículo escrito por un sorprendido corresponsal de la BBC en Bogotá, cuenta su experiencia con los estratos socioeconómicos usados por el gobierno para clasificar las residencias receptoras de servicios públicos, pero que también sirven de referencia para cómo los colombianos se ven entre ellos, o, seamos sinceros, discriminarse.

Estos estratos van del 1 al 6, siendo 1 el usado para la condición socioeconómica más baja y 6 para la más alta. Pero el imaginario colombiano recurre a denominaciones como «estrato 0» o «estrato 10» para referirse a los sectores más extremos de una sociedad considerada como de las más desiguales de la región y del mundo.

«El poder clasificatorio de la estratificación marca la identidad de los colombianos al punto de que, cuando se busca compañía, el estrato se coloca (en los anuncios personales) al lado del sexo, la contextura física o la edad», señala al ser consultada para el artículo mencionado la socióloga Consuelo Uribe, quien además indica que «una de las consecuencias materiales del sistema de estratos es que ha propiciado una mayor segregación socio-espacial en las ciudades del país, haciendo que cada vez sea más difícil que las distintas clases sociales se encuentren en un mismo espacio.»

El debate sobre esta estratificación, que data de los años 90, ya tiene cierto tiempo instalado en la intelligentzia colombiana. Por ejemplo en el año 2013, Oskar Nupia blogueando para el medio periodístico de investigación La Silla Vacía, opinaba a favor de su eliminación, aunque no dejaba de mencionar que su sustitución por otro sistema ya existente sería costosa. Además también comentaba sobre sus usos que calificó como abusos:

Los estratos socioeconómicos crean mayor segregación social. Hay evidencia al respecto para algunas ciudades (ver aquí). Lo inentendible es que muchos gobernantes locales y nacionales tienen como bandera política la eliminación de la segregación social pero usan intensivamente el estrato socioeconómico para focalizar subsidios y crear polarización política.

Pero no se crea que la sociedad colombiana es la única en Latinoamérica con esta tendencia a la discriminación por determinadas razones. En México una encuesta del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) señala que “Las causas más comunes de la discriminación son la pobreza, el color de la piel, las preferencias sexuales, la educación y la situación económica”. Al respecto en la web Animal Político comentaban:

En un país con múltiples orígenes étnicos y una mezcla entre ellos, resulta impresionante el nivel de racismo que puede llegar a darse entre connacionales. La población más vulnerable a sufrir discriminación en México son los indígenas, los homosexuales y las personas con alguna discapacidad física o intelectual. ¿Qué se necesita para sobreponerse a este síntoma presente en la sociedad en pleno siglo XXI?

Esta necesidad que sienten algunos de discriminar al otro, y a la vez dejar claro que el discriminador es o se siente mejor al resto, se hace patente en la sociedad mexicana con términos como «mirrey«, usado para denominar a quienes llevan un estilo de vida ostentoso aparentando tener más de lo que realmente tienen. Los «nacos», personas de escasos recursos, y los «riquillos» o «fresas» gente con mucho dinero.

En Perú, país multicultural y multiétnico pero con una larga historia de racismo y discriminación, la cosa es similar, con el agravante de que a veces estas actitudes son aceptadas e incluso reproducidas por los medios de comunicación. Recientemente el sitio web satírico El Panfleto le dedicó un post a la costumbre de los medios de llamar «vecino» a los residentes de un barrio acomodado, pero «pobladores» a los residentes de zonas menos favorecidas. El post reune 1o «tips» para que los nuevos periodistas sepan cómo proceder en diversos casos. Estos son algunos:

1. Si es de Huancavelica y protesta (y no es ingeniero de alguna mina): POBLADOR.
2. Si es de La Molina y protesta por un estudiante universitario (y no es empleada del hogar): VECINA.
10. Y para terminar, una regla de oro. Nunca, PERO NUNCA, le digas vecina a alguien que protesta contra la minería… peor si es serrana: POBLADORA.

Por otra parte, Argentina, un país más homogéneo étnicamente, tampoco deja de tener problemas de discriminación. Micaela Urdinez, que lleva el blog «El vaso medio lleno» en el diario La Nación de Buenos Aires, escribía en octubre del 2013 a propósito de la campaña de una Fundación llamada «Encontrarse en la diversidad»:

¿Cuántas veces hemos escuchado palabras como “negro”, “puto”, “minita”, “trola”, “bolita”, “mogólico” sin pensar en sus consecuencias? Por eso rescato el mensaje de esta campaña que señala que “La manera de no equivocarnos es preguntar a cada persona cómo quiere ser llamada”. 

En otra publicación incide en el peso de los prejuicios y nos proporciona algunos datos sobre la discriminación en Argentina:

De acuerdo con el Mapa Nacional de la Discriminación presentado por el Inadi a fines de 2013, los principales motivos de discriminación padecida en nuestro país tienen que ver con el nivel socioeconómico, con la condición de ser migrante, con el color de piel y con el aspecto físico. El estudio también señala que la mayor parte de las conductas discriminatorias no se da en situaciones de crisis, sino en la normalidad de los ámbitos educativos, los laborales y la vía pública.

Seguramente que de indagar en el resto de países de la región encontraríamos más formas en las que nos discriminamos los unos a los otros. Catalina Restrepo, trabajadora social y autora de Global Voices, intenta explicar esta actitud desde la óptica de Colombia:

(Esto) tiene sus bases en aspectos contextuales, especialmente culturales, en los que por años uno ha escuchado a las generaciones mayores decir: «mijo, consiga plata. Y si no consigue, consiga». En Colombia el dinero más que éxito representa poder y se tiene que ser colombiano para comprender lo que tener el poder representa en nuestra cultura. Por más que genere llaga, el conflicto interno armado y el narcotráfico han dejado instalada una idea del dinero fácil y de «soy más entre más tengo». Puedo ejercer más control si mi familia «es de nombre o no». No en vano en muchas de nuestras ciudades se pueden ver escenas (diciéndolos sin sesgo discriminatorio alguno) que parecieran el lugar más pobre de un desierto de África, y otras el lugar europeo más ostentoso. Y no en vano, hay un gran número de adolescentes queriendo ser el chico con la moto más lujosa de la cuadra o la chica de la que digan, tiene el mejor cuerpo.

Catalina Restrepo, Indira Cornelio y Cecilia Cárdenas colaboraron con material para este post.

El racismo ataca de nuevo en el Perú

Gente en las calles de Lima

Se suele decir que el racismo en el Perú es sutil, solapado, oculto. A pesar de ser un país multiétnico, con gran presencia de población mestiza e indígena, el racismo ha persistido desde los tiempos de la colonia hasta nuestros días. Se manifiesta de diversas maneras, en la costumbre de las familias pudientes de que sean personas de raza negra las que carguen el ataúd de sus fallecidos, en publicidad con guiños racistas o clasistas, en el trato discriminatorio a las empleadas domésticas que casi siempre son de origen andino o incluso a congresistas de la república quechua hablantes por sus errores al escribir el castellano.

Estas manifestaciones arriba mencionadas hasta hace unos años eran aceptadas pasivamente, quedaban en el anonimato, no trascendían los círculos en los que se daban y los medios casi no se ocupaban de ese tipo de cosas. Pero es con la masificación de las redes sociales que este tipo de prácticas han llegado al debate de los ciudadanos comunes y corrientes de la mano de los activistas por los derechos humanos y gente que no está dispuesta a soportar más discriminación.

Sin embargo estas mismas redes sociales también sirven para difundir y hacer ver como normales las mismas costumbres racistas y discriminatorias contra las que otros luchan. La periodista Jacqueline Fowks en un artículo para el diario El País comenta un reciente hecho suscitado en las redes:

La polémica más fuerte se originó el sábado primero de marzo, con las reacciones racistas en las redes sociales tras la muerte de Edita Guerrero, cantante del exitoso grupo de cumbia Corazón Serrano. “Todas las cholas feas y los serranos emergentes ya estarán yendo al velorio de Edita Guerrero de Corazón Serrano. Cuiden sus billeteras”, “Falleció Edita Guerrero de Corazón Serrano. Pucha, ahora mi empleada me va a pedir descanso”, escribieron tuiteros. Emergente es el término para los migrantes o pobres que han mejorado significativamente su condición económica.

Fowks cita otro caso más, bastante mediático en esta ocasión, donde la discriminación, no sólo por el color de la piel, estuvo presente:

La discriminación en Perú también es socioeconómica. El domingo, un programa de televisión difundió el audio en el que el regidor de Lima Pablo Secada insultaba a una mujer policía que le imponía una sanción por infringir las normas de tránsito. “No sea babosa, ¿ha ido al colegio, la han educado, entiende lo que he dicho? En un Cenecape seguro ha estudiado leyes”. Los Cenecapes eran centros de formación técnica, estatales, que surgieron con la reforma educativa a inicios de los años 70. Secada, un destacado economista y tecnócrata, fue hasta el martes aspirante a la alcaldía de Lima.

Pero no son los únicos casos acontecidos este mes. El regreso de un programa televisivo llamado La Paisana Jacinta también generó diversas reacciones. Si bien el programa se produjo originalmente entre 1999 y 2002, y luego brevemente en el 2005, ya desde ese entonces empezó a generar críticas por la caracterización mas bien ridiculizante del personaje principal, una mujer andina. Las contínuas repeticiones de los capítulos de la serie todos estos años también generaron comentarios en contra y el canal de televisión se vio obligado a reducir la frecuencia de repetición.

En esta nueva etapa, en la cual ha tenido un buen rating, si bien la caracterización es básicamente la misma, según algunos críticos el humor de tinte racista ha bajado un poco su tono, pero igual mucha gente no está de acuerdo con que una serie de estas características regrese a la televisión de señal abierta peruana y en horario preferencial.

El escritor Jaime Bedoya del blog Trigo Atómico comenta sobre las circunstancias en las que se lanzó de nuevo a la Paisana Jacinta, superando en audiencia a un nuevo reality show local:

EN UNA DIALECTICA SINGULAR y propia del estado actual del supuesto bienestar nacional  el prejuicio le ganó a la estupidez, abriendo el debate entre si el moco o la baba, la caca o la pila. La Paisana Jacinta se apropió del rating que supuestamente debería tener la madre de todos los realities. Un hombre haciendo humor rastrero disfrazado de una mujer indígena había derrotado el invencible dominio de la imbecilidad sexy.

En el blog del Colectivo Dignidad republican un artículo donde se cuestiona el papel y la responsabilidad de los medios de comunicación:

[…] como era de esperarse, la reacción del público fue atender masivamente el inicio de esta nueva temporada llegando a convertirse en tendencia en las redes sociales con cientos de comentarios que celebraron el retorno. La pregunta es ¿hasta qué punto deben los medios de comunicación dar a la gente ‘lo que quiere’? ¿Han olvidado quienes manejan los medios que además de entretener, su función también es informar y educar? En una sociedad como la nuestra, con un contexto en el que aún se soporta una pesada carga racista, ¿hasta qué punto es legítimo explotar los estereotipos como recurso humorístico?

Por su parte, Gonzalo Meneses, estudiante de sicología, publica en el blog Feministas relatando lo que su hermano menor le cuenta sucede en su salón de clases:

hay una pequeña y tímida niña chaposa de apellido Ñaupari, a la que ya algunos empiezan a llamar “Jacinta”. Me cuenta riendo que, para dirigirse a ella, solo repiten “ñañaña” incansablemente. Me cuenta que a los profesores parece no importarles. Me cuenta que no pasa nada, porque cada salón tiene su Jacinta o su Jacinto (o su Huasaberto). Cuando le pregunto, «¿qué te parece gracioso de la paisana?», sus respuestas son directas: es bien cochina; es bien estúpida; es bien fea (y él no deduce que es fea, se lo dicen en el programa, y él aprende que ese cuerpo es un cuerpo feo); por cómo tiene los dientes; por las cosas que le hacen; por cómo habla; cómo camina; por cómo se viste, por cómo se orina en las calles. En resumen, por cómo es. Por lo que es.

En Facebook el usuario Qullana Qhapaq Amaru escribe sobre una niña imaginaria, pero a la vez muy real, que debido a las burlas crecerá creyendo «que es bruta, torpe, que no sabe hablar en castellano […] Creerá que es sucia, desaliñada, que su vestimenta es motivo de vergüenza», y que esta niña cuando sea grande tendrá 3 opciones, aceptar pasivamente la discriminación, alienarse o rebelarse:

Ella no renegará de su identidad, la reafirmará tercamente, estudiará, investigará y descubrirá la verdad, la terrible verdad, de todo un pueblo subyugado política, económica, social, cultural y religiosamente desde hace 500 años. Ella luchará por cambiar el actual estado de cosas, la sociedad colonial la odiará: la llamarán «terrorista, chola rebelde» «el mejor indio es el indio muerto» le dirán que es una radical que busca el caos, el atraso, la llamarán «resentida social» «fronteriza»

Pero no todos ven negativamente al programa, en el blog Sin Sentido, Arturo, a quien le gusta el programa, opina que es un clásico de la televisión peruana y espera que se propale una temporada completa y no sólo un piloto, y añade:

Como es obvio, este anuncio causará el enojo de aquellos sectores acomplejados que se niegan a reconocerse tal como son, porque la Paisana Jacinta es sin duda alguna, la típica representante de la mujer peruana que vemos en las calles de Lima, Es mas, ese personaje habría sido inspirado en una vendedora de golosinas del cruce de las avenidas Las Palmeras y Javier Prado, tal como confeso su creador en una reciente entrevista.

El tema del racismo en el Perú fue objeto de una reciente nota en la versión en castellano de National Geographic. Aunque mayormente se ocupan del caso de la fallecida cantante Edita Guerrero, también mencionan lo sucedido en un partido de la Copa Libertadores entre el local Real Garcilaso y el brasileño Cruzeiro, cuando los aficionados se dedicaron a imitar sonidos de mono cada vez que el futbolista brasileño negro Tinga tocaba el balón.

El racismo está lleno de paradojas. Ese partido se jugó en la ciudad andina de Huancayo y la mayoría de asistentes eran mestizos con marcada esencia indígena, es decir, esos mismos que sufren la discriminación y los insultos de los «blancos». Siempre aparecerá uno más oscuro para burlarse y tomarse revancha, explican expertos. Sociólogos, antropólogos y demás estudiosos coinciden en que el racismo está fuertemente instalado en Perú, quizás con pocos similares en América Latina.

La misma National Geograhic ha publicado recientemente un estudio de ADN a nivel global donde se encuentra que los habitantes de Lima tienen un 68% de sangre indígena, lo que de alguna manera confirma aquel viejo dicho de que en Lima quien no tiene de inga tiene de mandinga.

En todo caso si bien nada cambia de la noche a la mañana, si es interesante que se hagan propuestas para mejorar la actual situación, aunque suenen descabelladas, como la de un procurador antiracismo, o se tome acción aun cuando esta parezca una más de esas de activismo de salón, tal como la petición de firmas como muestra de rechazo al programa La Paisana Jacinta.

La imagen en este post es del usuario Martín García en Flickr y se usa bajo una licencia CC Attribution-NonCommercial 2.0 Generic (CC BY-NC 2.0).

Racismo en Latinoamérica

El siguiente post fue publicado primero en Global Voices el 12 de marzo. Lo reproduzco acá por si a alguien se le pasó leerlo.

En el Año Internacional de los Pueblos Afrodescendientes, tal como declararon las Naciones Unidas al 2011, dos videos que dan muestra de casos de racismo en diferentes países de Latinoamérica han estado dando vueltas por las redes sociales estos días. El primero viene desde Chile, donde el caso de un ciudadano ecuatoriano detenido por los carabineros (policías) de la ciudad de Santiago y esposado de manos y pies por tan sólo cruzar la calle con luz roja indignó a muchos desde el mismo momento que sucedió. El usuario subió el video a YouTube:

Los comentarios en YouTube son en su gran mayoría condenatorios del hecho:

pacos [policías] racistas, ojala fueran tan eficientes para atrapar a los lanzas [carteristas] q andan por ahi, en ves de a un hermano inmigrante q solo cruza la calle.
garo1513 hace 2 días

Esto es horrible ,racismo total …pero esto no tiene nada que ver con nazis ni piñera esto es algo que viene hace muchos años … esto es culpa a la falta de cultura en nuestro pais . no fomenten la ignoracia , esto es algo cultural y nada de politica.
EscudoAgressor hace 2 días

«…y veras como quieren en Chile al amigo cuando es forastero» Esa cancion se escribio definitivamente en otra epoca!!!
nprny hace 1 día

el tipo camina sin polera y cruza sin luz roja, obvio que lo van a detener.
abers109 hace 1 día

@aavillav «quizás ese mismo wn anda robando por ahí y nunca lo pillaron y aprovecharon de agarrarlo por otra cosa…» Entonces ¿es mejor hablar desde el prejuicio que desde la ignorancia?
The28111958 hace 1 día

Aca en Chillan la semana pasada un conductor paso con luz roja y hablando por telefono a vista y paciencia de un carabinero en plena plaza de armas y no hizo absolutamente nada. QUE VERGUENZA.
robinhot70 hace 1 día

En El Quinto Poder, Francisco Gonzáles hace un análisis legal de las prerrogativas que tiene la policía chilena para actuar en casos como este y concluye que se trató de un abuso:

Veamos. Carabineros de Chile a través de su cuenta oficial de Twitter señalo lo siguiente: “Respuesta oficial al video: Ante la resistencia y negación de identidad del señor Quiñones, legalmente correspondió el traslado a una unidad”

Guiándonos entonces por el seudo comunicado de Carabineros, el señor Quiñones se habría negado a otorgar su identidad, por lo que según la ley corresponde conducirlo a la unidad policial más cercana con la finalidad de identificarlo. Pues bien. Cabe preguntarse entonces ¿en que parte de nuestro ordenamiento jurídico se señala que el control de identidad podrá realizarse mediante tratos crueles y degradantes para el controlado? La respuesta es clara: en ninguna.

Luego se refiere específicamente al uso de las esposas:

De suma importancia es que el procedimiento de control de identidad se haga de la manera más expedita posible según lo preceptuado por el articulo 85 inciso 6. ¿Es posible que mantener esposado de una mano y en el otro extremo de una pierna, en el suelo, rodeado de 3 Carabineros, en la vía publica y rodeado de transeúntes que se percatan de la situación pueda enmarcarse dentro del significado de “expedito”? La respuesta es a todas luces negativa.

El otro video viene desde Colombia. En él se muestra el testimonio de Yenny Castro, una joven que fue agredida por otros jóvenes que desde sus camionetas le dispararon con armas neumáticas en el barrio San Diego de Cartagena. El video lo subió a YouTube el usuario :

El mismo video fue subido a Facebook por el usuario Pedro Romero Vive Aqui y ahí se pueden apreciar comentarios como los siguientes:

Pedro Romero Vive Aqui Condenamos para Siempre todo acto de Violencia Racista, Clasista, Sexista, de Genero y Tu? Compartirlo ampliamente es una manera de actuar Ya.

William Jose Gonzales Suarez eso no es justo lo q le paso a esa persona por ser de color la tienen q maltratar de esa no manera no estoy de acuerdo con eso

Danna Paola Kortina Alvarado orgullosamente negra..orgullosamente provinciana… y sobre todo orgullosamente costeña… no podemos aceptar este tipo de comportamientos y menos en una cuidad donde los negros somos mayoria..!!! en nuestras diferencias esta la IGUALDAD…

Teo Linda B Al atacar a una persona de esta manera lo único que intentan es querer destruir su justo orgullo de pertenencia a su propio pueblo (a mi pueblo )a su propia raza (a mi raza)…no quedarse callado es la mejor manera de exigirle a gritos a el mundo que termine la vulgar e irrespetuosa proyección racista- clasista- política- socialista por la que estamos rodeados y de la que estamos hartos!!!!

Hace unos meses el diario colombiano El Tiempo reportaba de una campaña contra el racismo en la ciudad colombiana de Cartagena, donde «36 por ciento de los habitantes se consideran como afrodescendientes, según los datos del pasado censo poblacional, pero según la Red Afro, la cifra podría duplicarse si se tiene en cuenta el número de personas que niegan su condición de negro.»

Asimismo en Facebook hay un grupo «Contra el racismo en Cartagena,» que declara: «Cartagena es un ciudad profundamente racializada. Aqui todos parecen distinguirse por las tonalidades de la piel o por la textura del cabello. Frases despectivas y racistas se escuchan por doquier. YA BASTA. Ni una muestra mas de racismo. Este será el espacio para denunciar.» Sin embargo el grupo no parece ser muy activo ni popular.

Finalmente, en el Perú, el Blog de la Defensoría del Pueblo publica un post de Martín Soto Florián titulado, «Afrodescendientes en el Perú: razones para la igualdad«:

la Encuesta Nacional Continua 2006 revela que el 70% de la población afroperuana que presentó alguna enfermedad o malestar, no acudió a los establecimientos de salud para recibir atención médica o realizar una consulta debido a múltiples factores, como la falta de disponibilidad, accesibilidad, la calidad del servicio y, en algunos casos, al trato discriminatorio que reciben. Respecto al derecho a la educación, solo 2% de la población afroperuana que accede a los estudios universitarios (6,2%) logra concluir dicha etapa, mientras que más del 50% de estudiantes afroperuanos no concluye sus estudios secundarios y el 13,8% no accede a la primaria.

Se hace evidente que aún queda mucho por hacer en los temas de igualdad e inclusión de la población afrodescendiente en todos los países de Latinoamérica.

Cargador de ataudes: Racismo y libre mercado

Siendo el Perú un país de amplia variedad étnica y cultural uno podría creer que los peruanos estamos acostumbrados a ver caras y costumbres distintas a las propias, y manejamos un adecuado nivel de respeto y tolerancia hacia los demás. Pero la realidad es diferente, en todos los niveles de la sociedad peruana, por ejemplo, hay un racismo soterrado que a veces aflora de diversas formas o por variados motivos (tal como se ha dado a conocer previamente acá, acá, acá y acá.

Sin embargo en ocasiones se dan situaciones extrañas que a primera vista parecen racismo pero luego meditando un poco surge la duda. En esa categoría entra un reciente debate originado por un comunicado emitido por el Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social (Mimdes) dirigido a las empresas funerarias para que éstas cambien «su política de contratar únicamente a personas de raza negra para la labor de cargador de ataúdes, porque, según consideraron, estarían incidiendo en un claro acto de discriminación» tal como informa el diario El Comercio. El asunto, como sabe cualquier peruano que en alguna ocasión haya tenido que contratar servicios de este tipo o solamente asistido a un sepelio, es que son los clientes y no las empresas quienes prefieren que sean personas de raza negra las que realizen este servicio.

El diario Peru21 publica las declaraciones de empresarios del rubro: “Nosotros no podemos contradecir al cliente (…) Mayormente quieren a morenos, no es que la funeraria los quiere; es el cliente quien los pide, piden blancos y piden morenos; pero más solicitan morenos” y otro afirma: «los precios son más altos si el cliente prefiere tener cargadores negros.» Cabe entonces preguntarse ¿Dónde está el racismo? ¿En las empresas, en los clientes o en ambos? ¿Ha sido un exceso la petición del Ministerio, una intrusión en las prácticas de la libre empresa? Algunos bloggers se están haciendo las mismas preguntas. Tal es el caso de Martín Soto del blog sNm quien en el post prohibido cargar- manifiesta:

No me parece que este sea un tema de discriminación hacia afroperuanos, y si un desacierto ministerial (oficiar a privados, pidiendoles “modificar” el asunto?). … que el MIMDES, en cabeza de su ministra (nada más, nada menos)  oficie a algunas agencias funerarias no resuelve ni por asomo ningún problema vinculado a la comunidad afroperuana; que se ocupe sobre el oficio de los cargadores de ferétros y le reclame modificaciones a la empresas privadas, sólo escapa a sus funciones y competencias, sino que es un claro sin sentido, una pérdida de recursos públicos en temas menores.

Y termina el post con una reflexión:

qué “clase” o “tipo” de personas deberían ser empleadas en este oficio?, es el oficio indigno?, es la persona la que hace indigno al oficio?, de qué hablamos cuando hablamos de discriminación aquí?

Álvaro Zapatel del blog El Gato del Hortelano afirma en su post Apuntes sobre Racismo (II):

Las funerarias ofrecen un servicio en respuesta a la demanda de los consumidores. Los consumidores, arguyen los “funerarios”, prefieren por lo general que los cargadores sean afroperuanos. Se podría hablar de un acto discriminatorio de los consumidores, mas no de las funerarias quienes ofrecen un servicio en función de lo que la demanda pide. queda claro que el afroperuano que entra a trabajar como cargador, está ejerciendo su libertad para trabajar como tal. Es obvio que en contra de aquel argumento se hablará de la falta de oportunidades que los afroperuanos tienen para acceder a un trabajo en nuestro país, y que, lamentablemente por necesidad y falta de oportunidades en otros rubros entran a trabajar de cargadores en las funerarias. Entonces, a mi parecer, el problema ya no compete al MIMDES sino más bien al Ministerio del Trabajo.

En este punto debo hacer notar que el oficio de cargador no es el único «aparentemente» exclusivo para los afroperuanos, pues también en el de Portero de Hotel, por ejemplo, son bastante requeridas las personas de rasgos negros. También debe mencionarse que algunas de estas personas toman estos trabajos como empleos de medio tiempo mientras culminan sus estudios universitarios, así que hablar de «falta de oportunidades» puede llevar a equívoco en este caso. Pero sigamos con lo que opina Álvaro:

los empresarios fúnebres sostienen que el servicio funerario llevado a cabo por afroperuanos es de mayor costo que el ofrecido con peruanos de otros rasgos étnicos – léase, no afroperuanos. … En este caso, podríamos asumir que se considera un “servicio de lujo” puesto que a medida que su precio aumenta, la cantidad demandada aumenta también. Claro que, si nos remitimos al tema de que este incremento en el precio se deba únicamente a una característica física, esto es totalmente condenable. Pero ojo, ¿condenable en qué sentido?

¿No estamos frente a un caso de “discriminación inversa”? Si el tema en cuestión es el racial, ¿por qué el servicio fúnebre ofrecido por afroperuanos cuesta más que el ofrecido por no afroperuanos? Aquí más bien podríamos incluso hablar de un sector del mercado “copado” por afroperuanos y que, en realidad, está discriminando a los que no son afroperuanos. Si un asiático-peruano entra a trabajar como “cargador” y percibe que su trabajo es considerado “de menor valor” al de aquel que es ejercido por afroperuanos solo por una cuestión étnica, mas no por habilidades, creo que el tema discriminatorio iría no solo para el afroperuano sino para aquel asiático-peruano.  Acá la suspicacia me gana y me pregunto si no estaremos simplemente frente a una movida de las empresas funerarias deseosas de reducir costos y dejar de pagarles más a sus empleados afrodescendientes. Con lo que al final la supuesta medida en contra de la discriminación terminaría perjudicando a los «discriminados» pues reduciría sus ingresos y limitaría sus opciones laborales… todo un contrasentido! Para terminar los dejo con la pregunta que, antes de lo del comunicado ministerial, lanzó Chuto en el blog Choledad Privada:

¿cuál es mensaje que se quiere transmitir a los presentes al velorio con esa imagen racistoide acompañando el dolor de los “blancos”? ¿Será acaso que se mezcla cariño y paternalismo racial con una necesidad de que los OTROS sean los que se encarguen de mis pompas fúnebres (o en un velorio de puro negro también hay negros cargando al muerto?)? ¿Será que esta costumbre está inspirada en el luto que sigue a la pérdida de cualquier ser querido? Quizás inconscientemente pero bien intencionalmente nos sentimos aliviados si no sólo contamos con un perucho de clase/raza considerada inferior lustrándome los zapatos, sirviéndome el café en el Club Nacional, abriéndome la puerta en el Casino Atlantic City o con un gran sombrero de portero en el Hotel Sheraton, sino que además queremos que sean nuestros carontes de a pie que nos lleven hacia el otro mundo cargado en hombros?

Aunque Chuto se refiere, creo yo, principalmente a los funerales de las clases altas limeñas, la pregunta es válida por cuanto muchas veces esas prácticas se repiten como acto reflejo en el resto de estratos sociales del país como una muestra de «status». Finalmente es obvio que haya o no racismo en estas prácticas comerciales el tema es muy sensible para muchos peruanos, sean o no de ascendencia afroperuana, y que la ciudadanía es la que debería continuar discutiendo sobre el tema, pues una disposición gubernamental no va, por si sola, a terminar con algo profundamente arraigado en la sociedad. La foto en este post ha sido obtenida de la web del diario El Comercio.

Sobre «La Teta Asustada», Opiniones y excesos

Hace unos días la película «La Teta asustada» de la directora peruana Claudia Llosa ganó el Oso de Oro en el Festival Internacional de Cine de Berlín, la Berlinale, y obviamente la noticia fue bien recibida en los medios dedicados al cine en el Perú. Por ejemplo, Cinencuentro estuvo ofreciendo una cobertura especial desde antes de darse a conocer los resultados de la premiación. Hay posts de un día antes del inicio del festival (que incluye el trailer de la película para su exhibición en España), de la impresión que causó su presentación, de cuando se le otorgó el premio FIPRESCI, reseñas de la presentación de la película, de la conferencia de prensa (incluye video), de la premiación (con video), un avance del film, una evaluación de la Llosa como directora, videos de Magaly Solier, la actríz principal de la película, cantando, la noticia del adelanto de la fecha de su estreno en el Perú, y lo que le dice la Llosa a Alan García, presidente peruano.

De todos los posts mencionados, extraigo una parte de lo que Juan José Beteta dice a manera de evaluación de la directora Claudia Llosa a partir de lo logrado en su anterior película: Madeinusa:

Ya Madeinusa exhibía señales evidentes de su potencial cinematográfico y la capacidad de revelar tanto tendencias ocultas como evidentes en la sociedad peruana, respecto al mundo andino. Quizás haya que recordar aquí el diseño de un personaje que, sin abandonar para nada sus valores culturales y su papel ritual, se las arregla para utilizarlo y liberarse de ciertas cadenas que le impone tal tradición. Por un lado, Llosa pone en escena el mito (apoyado en el trabajo de fotografía, vestuario y ambientación), pero, al mismo tiempo, muestra la capacidad de agencia de una mujer para liberarse y cuestionar un orden social opresivo. Esta aparente contradicción es justamente superada por la naturaleza del carnaval (léase, del mito), que permite transitar de la ruptura radical de los tabúes a la restauración del orden, del caos primigenio al cosmos, del morir al renacer, de la tradición a la modernidad. Estamos ante un filme que plantea lo políticamente incorrecto junto a lo políticamente correcto, con respecto al mundo andino y al papel de la mujer.

De allí que para algunos esa cinta resulte racista y ofensiva, mientras que para otros (y me incluyo) muestra la afirmación de una cultura andina desafiante, en su provocadora ambivalencia (y eso es lo novedoso). No es necesario ir hasta Bolivia para observar este renacer étnico, complejo y contradictorio, tanto allá como acá. Basta ver el éxito de líderes electorales tan disímiles como Ollanta Humala y Alejandro Toledo; y las simpatías que despertaron (¿y despiertan?) personajes como Antauro Humala y el general Edwin Donayre, en su momento. Incluso podríamos remontarnos hasta la primera campaña electoral de Alberto Fujimori y recordar su famoso eslogan “un candidato como tú” y la imagen del “chinito” disfrazado de un ekeko andino. Todos ellos estuvieron envueltos en debates nacionales sobre racismo y/o insurgencia antisistémica. Más o menos los mismos tópicos desatados –aunque en realidad profundizados– por Llosa en su opera prima. O sea, que es una película que pisa callos, y fuerte.

Por supuesto otros blogs también han opinado al respecto, tal como Elizabeth Lino quien desde Te voy a contar se alegra por la noticia y pide más ayuda para el cine y cultura locales:

es necesario resaltar el esfuerzo y el trabajo en soledad y desamparo bajo el cual se llevan a cabo numerosos proyectos culturales en nuestro país. Los creadores (cineastas, documentalistas, escritores, poetas, investigadores, músicos, artistas plásticos, etc) que batallan día a día buscando materializar sus proyectos. Desatendidos totalmente del Estado peruano, sin financiamientos, con centros de estudio en caos increíbles, necesitan que el Gobierno genere puentes para la producción cultural. Una política educativa de oportunidades inclusiva y popular.

Guille de Pueblo Vruto también se emociona por el premio y dice:

el Oso de Oro de la Berlinale para «La Teta Asustada» debe ser lo que necesita nuestra incipiente industria cinematográfica nacional para atreverse a crecer abordando narrativas más complejas en lugar de los simples relatos «polémicos» o pseudoestampas criollas. Podríamos contar también con que puede ampliar nuestra visión sobre la década de la violencia en el Perú, algo que no ha logrado hasta ahora el no poco poderoso aparato político-mediático derechohumanista.

Y es aquí donde se desata la controversia, al querer interpretar una película que la gran mayoría aún no ha visto, desde una perspectiva social o política. Por ejemplo, Carlos Quiróz desde Peruanista no ve con buenos ojos a Claudia Llosa ni a su obra:

Esta película no se trata de la vida de una mujer andina traumada por la violencia interna en Perú, como Llosa vende el cuento en Europa. Es acerca de mostrar la vida de una pianista limeña muy sofisticada, pseudo educada –y bien blanca- y como ejemplo de superioridad, mostrar a la empleada andina, la pobrecita, sumisa, superticiosa. El discurso del filme habla de simpatía indigenista, pero la imagen grita de una mala intención y de burla malosa, de comparación exagerada haciendo un paralelo entre las vidas de ambas.

… como toda folklorista convenida, Claudia Llosa se apropia de las culturas andinas para hacer filmes que impresionen a extranjeros y a ignorantes. A ella no le importan nuestros indígenas peruanos como seres humanos, sino como personajes curiosos y como objeto de burla, de reojo. Al mismo tiempo, ellos los blancos racistas se presentan a sí mismos como regios y buenos, y atractivos, mientras que a nosotros los cobrizos nos ponen brutitos y necesitados, y dependientes de ellos claro.

Luego, en este otro post añade algo más sobre el hecho de si realmente se realizaron violaciones a mujeres por parte de Sendero Luminoso durante los años del terrorismo en el Perú:

miren como presentan a la película en España: «una historia de las mujeres violadas por Sendero Luminoso». Estos señores están mintiendo: usualmente SL no violaba a las mujeres, eran los paramilitares, los soldados y policías del estado peruano los que abusaban de las mujeres andinas, y no estoy defendiendo a SL sino seamos honestos aquí.

Esta última afirmación produjo bastantes comentarios en el propio post y posts con respuestas en otros blogs. Fernando Obregón de Pospost salió al frente refutando lo dicho:

Sendero Luminoso SÍ VIOLÓ mujeres. Y lo dice el Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, tal como se señala en el Tomo VI, Capítulo 1.5 llamado «La violencia sexual contra la mujer» que pueden descargar aquí. Que las Fuerzas Armadas o policiales hayan sido quienes hayan cometido mayor número de violaciones NO EXCULPA a Sendero Luminoso y mucho menos para afirmar que «Sendero Luminoso no violaba mujeres». Hacerlo, es negar el holocausto sufrido por la mujer andina peruana durante la guerra interna, pero sobre todo es volver a «violarlas» en su memoria

Aunque hay un problema de lógica y contexto en la afirmación de Peruanista tal como señala Francisco Canaza de Apuntes Peruanos en su post precisamente titulado Cuestión de lógica, que parece no haber sido captado por todos, hay también el peligro de caer en una polarización sobre si se está a favor o en contra de Sendero Luminoso, y no sólo eso, si no otros aspectos como si la Llosa es o no racista, es o no pituca u otros. Por ejemplo, este post (y los comentarios) de el Utero de Marita queda como una muestra de lo peor de la blogósfera peruana. Y Gustavo Faverón de Puente Aéreo acusa a Peruanista de Ceguera Ideológica:

¿por qué es tan fácil, tan simple, para Quiroz, decir que es mentira lo que decenas de mujeres indígenas declararon en terribles testimonios, eventualmente ante grabadoras y cámaras? (1) ¿No es Quiroz un luchador de las causas de reivindicación indígenas y un enemigo de ese mismo racismo que durante siglos ha arrebatado la agencia de los indígenas y ha obliterado sus palabras de los registros de la historia peruana? De pronto, es más importante para él señalar las supuestas falsedades del «enemigo», incluso cuando son verdades evidentes, que condolerse del sufrimiento de las víctimas. ¿Contra qué y a favor de qué está peleando Quiroz? Cuando ya dejó de defender a las mujeres indígenas, su causa deja de ser la lucha antirracista. Está peleando por el status quo de su ideología, por la persistencia de su programa, y está dispuesto a negar todos los datos de la realidad que haga falta echarse abajo para seguir repitiendo sus dogmas.

Toda esta discusión recuerda mucho a lo que se vivió en el país en esos años aciagos del terrorismo. (Ver al respecto este reciente post de Isabel Guerra en el blog Palabras Van y Vienen (II) : Una época no tan lejana, una sucinta e ilustrativa crónica personal de aquellos años). Por otra parte, Daniel Salas en Gran Combo Club trata de explicar otras facetas de la discusión en el post Antes de ver “La teta asustada” :

Una de las objeciones más escuchadas es que Llosa no tiene derecho a referir la realidad andina porque a) no la conoce y b) porque pertenece a la elite criolla. Pero ya he sostenido que no se trata de referir a ninguna realidad. Hace tiempo que sabemos que el arte no consiste en plasmar una porción de hechos. Es obvio que tal meta es absurda. Para entender bien este argumento, recuerden el imposible mapa borgiano. Sin embargo, hay escritores que quieren que se los juzgue de acuerdo con este criterio: yo sí reproduzco fielmente la realidad; los otros no. En un sentido poco interesante, nadie tiene derecho a representar a nadie y cualquiera puede representar a cualquiera. En otro sentido que sí es interesante, lo que te da derecho a representar a alguien es la relevancia artística de tu representación. No me sirve de nada representar lo que “conozco bien” si el producto es una acumulación de lugares comunes sin mayor gracia y sin el menor interés. En otras palabras, una novela, una película, un poema no van a ser mejores porque se refieren a lo que –según los otros-es lo que te resulta “más auténtico”.

Otros como Javier de El Lápiz y el Martillo dicen que No reventemos cohetes:

han vuelto los tiempos en que puedes jugar alegremente con las sensibilidades de un grupo cultural determinado, interpretar sus mitos y leyendas abiertamente, llamarles borrachos, bárbaros e ignorantes sin roche, aunque sea solo como leit motiv artístico. No solamente se ha perdido la corrección política con el mundo andino, se ha perdido el amor a la tierra. Los andinos pueden ahora pasar como bobos, miedosos y supersticiosos, como los afroamericanos en las películas clásicas del cine yanqui. (Ah, y también los latinos). Ahora, nuestros indios son, cultural y artísticamente, virtuales extranjeros en una tierra que se ha convertido en pasto de empresas mineras, transnacionales turísticas y experimentos cinematográficos a la peruana. Todos saqueando lo que queda de nuestra cordillera. Y parece ser que a nadie le importa. ¿Exagero? Vean La muralla verde. Otra forma -igualmente criolla, que no pasa ná- de ver nuestro país. Comparen nomás.

Es evidente que el debate recién empieza, y en abril cuando se estrene la película será reactualizado con mayor base. Mientras tanto sólo queda esperar, y desear que la sangre no llegue al río, para lo cual habrá que deshacerse de estereotipos, prejuicios y fanatismos, y de las ganas de crear flames por gusto, of course.

Una versión en inglés de este post en Global Voices: Peru: Portrayal of Andean Life in Llosa’s Movies.

Imagen obtenida del blog Puente Aéreo.

Fotos Campaña Basta de Racismo (Mayo 2007)

Basta de Racismo, 3

La Campaña Basta de Racismo – Cuerazos Peruanos se llevó a cabo el 5 de mayo del 2007. Ese día me fui a curiosear por ahí y tomé algunas fotos.

Basta de Racismo, 10

Quizás despues de tanto tiempo ya no debería postear acerca de eso, pero nunca esta demás volver a tocar el tema, aunque sea de una forma tangencial como es el hecho de postear las fotos que tomé.

Basta de Racismo, 7

Esta es la página de la campaña, ahí encontrarán más información, fotos y cosas relacionadas al tema.

Basta de Racismo, 19

Este es el fotoset en mi cuenta de Zooomr donde encontrarán todas las fotos que tomé ese día.

Basta de Racismo, 39

Racismo en Lima

A primera impresión suena ilógico hablar de racismo en el Perú, un país multiracial en el que la mayor parte de la población tiene ancestros indígenas en mayor o menor medida y donde pedirle pureza racial a alguien sería inverosímil. Sin embargo el racismo ha estado presente en nuestra sociedad desde la llegada de los españoles en el siglo XVI y nunca la ha abandonado desde entonces. (En el Imperio Incaico coexistían diversias etnias: Aymaras, Wancas, Chancas, Chimúes y muchos otros, y no sabemos si entre ellos se daban prácticas racistas.)

El racismo en el Perú existe pues definitivamente y suele ser asolapado, nadie acepta ser racista, pero en la confianza de estar entre similares mucha gente lo expresa y lo practica. Obviamente el objeto del racismo somos los cholos y los negros. Antes era común también el racismo hacia los orientales pero al haberse transformado en un grupo económicamente poderoso se ha dado el fenómeno conocido como «blanqueo», o como popularmente se diría «el dinero te cambia el color de la piel».

Cada cierto tiempo el racismo es tema de conversación preferente entre la gente llamada «intelectual» o llega a los medios masivos debido a alguna denuncia o campaña en su contra, tal como hace tiempo posteamos acá también (ver: En la Playa contra el Racismo, en Palacio contra la Muerte). Pero muchos peruanos continúan sufriendo el racismo día a día, en formas sutiles o groseras y es difícil creer que algo vaya a cambiar debido a la forma clasista, elitista y segregacionista en la que está estructurada nuestra sociedad (y nuestra ciudad de Lima), sin embargo es cierto que la situación general ha cambiado con respecto a la que se vivía hace 50 o 60 años, así que ¿Quién sabe en qué país vivirán nuestros nietos?

Los últimos episodios sobre el racismo están, a no dudarlo, en los blogs, por ejemplo Polysocial nos cuenta en un reciente post que el Afiche del Festival de Cine de Lima 2007 es elitista, racista y excluyente, veamos por qué:

La publicidad de este Festival «objetivamente» hablando no es mala, porque creo que se enfoca directamente al publico objetivo que quiere llegar, el publico habitual del Centro Cultural de la PUCP (ubicado en San Isidro) y el que va a poder pagar su entrada para ver las peliculas y asistir a los seminarios (precios de 50 a 100 soles). El resto de los asistentes al festival que van a asistir a las funciones gratis en -por ejemplo- la Biblioteca Nacional (en el Centro de Lima) no son el público objetivo de los organizadores de este evento.

El afiche no hubiera causado polémica si la agencia de publicidad no hubiese intentando quedar bien con su cliente (el CCPUCP) y al mismo tiempo tratar de ubicarse ante la población -como lo viene haciendo- como una agencia enfocada en promover la inclusión social. Es más fácil dar la idea de promover ésta con publicidad orientada a productos de consumo masivo como son los celulares.

Si en el afiche el señor de espaldas no hubiera aparecido creo que el afiche no habría sido criticado, algunas personas podrían haber continuado sí criticando al festival porque aunque éste festival tenga el nombre de Festival de Lima es más asociado con el festival del CCPUCP y es conocida por lo menos en Lima la fama que tiene el CCPUCP de ser elitista, frecuentada por snobs, gente llamada caviar, etc.

El blog Pueblo Vruto también toca con cierto desencanto el tema del afiche del Festival de Cine y el racismo en ¿RACISTA YO, RACISTA TÚ…?, pues le parece que hasta cuando se habla de racismo se está siendo racista y que por más que se hable al respecto no cambiarán las cosas:

Ahora, podremos rasgarnos las vestiduras todo lo que queramos por CIERTO racismo en nuestra sociedad (nadie protestaría si se tratara de un colorado el discriminado), pero si no atinamos a una sola propuesta creativa (constructiva) en lugar de los fichajes nacionalsozialistas (Toleranz macht frei?), seguiremos en lo de siempre: la cháchara de salón, los kilómetros de ensayos y monografías, el mero motivo para hablar (bloggear ).

El blog Cinencuentro ha dedicado un par de posts al tema por su vinculación con su temática central: Festival de Lima 2007: Afiche para la polémica (con enlaces a otros blogs que postean sobre el tema, por lo que ya no los menciono acá y con la recomendación de que los visiten), y en Festival de Lima 2007: Toronja responde sobre el afiche, postean la respuesta dada por Sandro Venturo, miembro de Toronja, la empresa que ha realizado el polémico afiche. Aquí un extracto:

No buscamos hacer comunicación racista, ni mucho menos. Sin embargo, entendemos que el afiche del Festival sea considerado polémico. De hecho, lo es. La realidad a la que refiere es difícil. Los peruanos nos damos demasiado seguido la espalda y nos cuesta admitirlo.

Si alguien se ha sentido ofendido, sepa que esa no ha sido nuestra intención. A través de un símbolo hemos puesto en imagen las contradicciones de una sociedad que queremos cambiar. Basta revisar nuestra trayectoria para constatar que nuestro compromiso está alineado con los derechos ciudadanos.

Contrariamente a lo que se intentaba, la respuesta del Director de Toronja ha causado más polémica aún (y realmente no podría ser de otra manera), tal como señala El Utero de Marita en Últimas del afiche de Toronja donde aparte de exponer ciertas conclusiones sobre el tema se reproduce una ingeniosa caricatura sobre el controvertdo afiche.

1. Como dice el Morsa, el problema no es lo que quiso o no decir Toronja. No creo que el buen Sandro Venturo o el siempre correcto Gustavo Rodríguez hayan tenido una intención racista. Creo que el escándalo se ha debido a su incoherencia con a) el rollo profesional de Toronja, que siempre ha sido de “inclusión” y b) el rollo académico de la organizadora del evento, mi PUCP, que se encuentra en las mismas coordenadas, especialmente por la vinculación de lo mejorcito de su plana docente con la CVR. Peores cosas se ven en la publicidad de cervezas…

3. … no me van a decir que se creyeron ese floro de “hemos puesto en imagen las contradicciones de una sociedad que queremos cambiar”. Por favor. Esa carta de Venturo lo enredó todo. Prefiero obviarla del debate. (Además, si les creyéramos, deberíamos asumir que Toronja inserta caleta nomás mensajes trasgresores en sus trabajos comerciales; y por más que las veo y las reveo, no encuentro nada que me ilustre sobre las “contradicciones” en sus campañas para Yanacocha y Camisea).

Alejandonos un poco del tema del afiche (pero no mucho) extraigo partes del post Racismo y Segregación en Lima: Un Festival de Cine y un Parque de Agua que recientemente ha publicado Peruanista

Lima es una ciudad que esta dividida no solamente por la enorme diferencia entre el rico y el pobre sino también por una crisis de identidad que es común entre los limeños… la gente en Lima tiene la percepción de que su ciudad y su cultura son mayoritariamente de influencia española… Los blancos peruanos o pitucos, son apoyados en su admiración por todo lo europeo, por gente que quieren aparentar ser blancos y estos ven con desprecio a todo lo que sea peruano, excepto cuando es algo que produzca ganancias o cuando van al extranjero y contentos muestran chullos y fotos de Machu Picchu.

Lo que es mas desafortunado es que esa gente está en control de los medios escritos, la TV, política, economía y las instituciones culturales… (Y) enviando un mensaje de exclusión, segregación y división. Considerando que la mayoría de los limeños son hijos de inmigrantes indígenas y afro descendientes y la mayoría vive en la pobreza, es obvio porqué algunos limeños no sienten que pertenecen a esa ciudad y su identidad urbana. Mostrar un afiche racista así, es un golpe en el rostro de esta gente y es totalmente inexcusable.

Los ricos no deberían segregar la cultura y convertir el arte en otra de sus exclusividades, como ocurre en todo el mundo. La cultura y educación son derechos de todos. El programa del Festival de Lima comenzó con una ceremonia de homenaje a 3 directores de cine quienes eran todos blancos: dos españoles y un cubano. Y el evento se realizo en un centro cultural ubicado en un barrio exclusivo de Lima. Tu saca la cuenta.

Pero el racismo no sólo se dá con ocasión de eventos artísticos, el blog Lo justo, varón relata lo sucedido a un periodista al tratar de ingresar a una discoteca del distrito limeño de Miraflores y que apareció en un diario local narrado por el propio periodista discriminado. El blog mencionado publicó dos posts al respecto, el primero Asqueante: Discriminan a periodista en puerta de «La Sede». donde hace eco de la nota publicada por el periodista Marco Avilés y el segundo La Sede, parte II donde reproduce opiniones varias sobre lo sucedido. A continuación extractos de ambos posts:

(…) así que estacioné el auto enfrente, me acomodé el saco, revisé mi solvencia económica, compré los cigarrillos de rigor, caminé los once pasos hacia la portería, solo y lindo, y, entonces, al tocar con mis manos la puerta tras de la cual fluía la música linda, el lindo bodoque que custodiaba el digno local me soltó el mismo cuento del cual, como periodista hogareño que soy, he tenido noticias lejanas y del que me he enterado a través de los diarios y a veces por los testimonios de feos amigos noctámbulos que osan frecuentar los lindos locales de moda:

Perdón, la fiesta es privada.

——

yo soy casero en La Sede y no tengo ningún problema en decirlo. Es cierto que, en algunas ocasiones, a algunas personas se les hace ‘el pare’ en la puerta, pero ello ocurre, básicamente, cuando es o aparenta ser bastante chiquillo o cuando esta persona está ya en estado etílico. (Paulo César Polo)

en una ocasion decidí ir a la Sede, pero no me dejaron entrar (eran como las 11.30 pm) argumentando que aun había poca gente y que el ingreso era con un pase. O sea, choteado. Luego por esas cosas de la vida me fui a una disco y conoci a un pata, extranjero él, rubio y que hablaba inglés, y ¡uy caramba! cuando decidi ir con él y una amigo más, fijate que sí me dejaron ingresar… y eso que estábamos un poquito picados (Carlos Omar Araya Fidel )

Ya al cierre de este post veo que hay todavía un tercer post sobre éste asunto de La Sede: La Sede III: Descargos del bar (y dúplica de Avilés) y lo pongo para quienes deseen visitarlo. Bueno, anteriormente comenté que el dinero blanquea a la gente, pero a veces pareciera que ni el poder te libra del racismo, así que no se crea que el racismo se da sólo hacia la gente del pueblo, humilde o de escasos recursos (generalmente todo va junto, así que no debería ser «o» sino «y»). Hace unos días leí en Gran Combo Club un post sobre presidentes y racismo: La hipótesis del racismo, un interesante post sobre el velado pero siempre presente racismo en las altas esferas de Lima y cómo los medios caen también en éste juego a media voz.

Lo he escuchado mucho. La prensa se metía con el ex-presidente Toledo en una forma inusual. No lo hizo así con presidentes anteriores, ni lo está haciendo con su sucesor. ¿Por qué? Una hipótesis es el racismo. Toledo, un mestizo, habría creado muchos anticuerpos por razón de su origen y su raza. Incluso cierto sector de la prensa informaba de los entretelones que ocurrían en palacio, en Punta Sal, en reuniones sociales. Sí, metió la pata en muchas cosas, él al igual que Karp, pero las críticas y la forma cómo se hicieron no se han visto antes ni después con otros presidentes peruanos. El caso de Federico Dantón, por ejemplo, fue abordado de manera muy diferente por la prensa limeña y peruana…

Como ven pues, ni ser presidente le libra a uno del racismo. Mal que nos pese es algo que está profundamente arraigado en la sociedad peruana, quizás no se le logre erradicar, pero sí moderar e inclusive, quien sabe, superar.

La imagen de éste post es la caricatura mencionada que apareció en El Otorongo, suplemento humorístico del diario Perú 21.